Según recoge el historiador griego Diodoro Sículo, Semíramis se casó con Onnes, un consejero del rey Nino de Nínive, y con sus sabios consejos ayudó a consolidar la carrera de su marido. Cuando una vez fue con él a una campaña militar en Bactriana, al norte del actual Afganistán, impresionó de tal modo al rey por su valentía y su habilidad, que el monarca decidió casarse con ella y obligó a Onnes a suicidarse. Convertida en reina, Semíramis sucedió a Nino y gobernó durante 42 años, construyó la ciudad de Babilonia, la adornó con jardines colgantes, desvió el curso del Éufrates y rodeó la ciudad de 70 kilómetros de murallas. Dirigió campañas militares victoriosas desde Armenia hasta Egipto y desde el Indo hasta Etiopía, y acabó renunciando al poder cuando supo que su propio hijo conspiraba con los eunucos del palacio para adueñarse del trono.
Semíramis gobernó durante 42 años, construyó Babilonia, la adornó con jardines colgantes, desvió el curso del Éufrates y levantó 70 kilómetros de murallas
el desciframiento de las fuentes cuneiformes permitió confirmar la autenticidad del nombre de Semíramis cuando se descubrió en unas inscripciones reales del siglo IX a.C. el nombre de Shammu-Ramat, hija de un rey de Babilonia y esposa del soberano asirio Shamsi-Adad V. Tras la muerte de su marido, Shammu-Ramat habría gobernado Asiria como regente entre los años 811 y 808 a.C., esperando a que su hijo Adad-Nirari III alcanzara la edad de ejercer el poder y contando con el apoyo de la alta nobleza, en concreto del gobernador de las provincias fronterizas del oeste del reino, llamado Nergal-Eresh.
La posición privilegiada que mantuvo Shammu-Ramat al frente del país se hace patente por el hecho de que fue la única entre todas las esposas reales asirias conocidas (a excepción de Libbali-Sharrat, la mujer de Assurbanipal) que ordenó erigir, hacia 797 a.C., en la ciudad de Assur, una estela de piedra con su nombre, conservada actualmente en el museo de Berlín. Parece que Shammu-Ramat vivió hasta 788 a.C. y ejerció una gran influencia sobre su hijo Adad-Nirari III. También se la menciona en otra estela oficial, según la cual habría participado con su hijo en una campaña militar en Siria.
La situación excepcional de Shammu-Ramat no es única en el «período imperial» (745-610 a.C.), el mejor documentado de la historia asiria. Esta etapa histórica nos ha transmitido los nombres de varias esposas reales, algunas de las cuales tuvieron también una posición política destacada. Constatamos así una diferencia evidente entre la situación de las mujeres vinculadas al trono en el Imperio asirio y la de las esposas reales en la parte sur de Mesopotamia. Por ejemplo, los reyes de Babilonia mencionaban de vez en cuando a sus hijas, ya fueran grandes sacerdotisas o estuvieran destinadas a casarse con el faraón de Egipto o con un rey vecino, pero en Elam (actual Irán) era algo excepcional que se mencionase el nombre de las esposas de los soberanos.
Sin embargo, las reinas asirias disponían de una autonomía muy superior a la media de las esposas mesopotámicas, como muestran esas tablillas y los espectaculares resultados de la arqueología de finales del siglo XX.
carlos adrian gomez burgara
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