domingo, 3 de noviembre de 2019

texto diario Lunes 4 de noviembre No pude hablarles como a hombres espirituales, sino como a carnales (1 Cor. 3:1).

Lunes 4 de noviembre

No pude hablarles como a hombres espirituales, sino como a carnales (1 Cor. 3:1).
La vida de Jacob no fue fácil. Su hermano, Esaú, que era un hombre carnal, quiso asesinarlo. Para colmo, su suegro trató de engañarlo y aprovecharse de él varias veces. Pero Jacob fue un hombre espiritual aunque estaba rodeado de personas físicas (1 Cor. 2:14-16). Tenía fe en la promesa que Dios le hizo a Abrahán, y siempre cuidó a su familia, que sería muy importante dentro del propósito de Dios (Gén. 28:10-15). Sus palabras y acciones demostraron lo mucho que valoraba las normas y la voluntad de Jehová. Por ejemplo, cuando pensó que Esaú iba a atacarlo, le rogó a Dios que lo librara. Le dijo en su oración: “Tú has dicho: ‘Indisputablemente te trataré bien y con certeza constituiré tu descendencia como los granos de arena del mar, que no pueden contarse por su multitud’” (Gén. 32:6-12). La forma de vivir de Jacob dejó muy claro que tenía fe en las promesas que Jehová le hizo. w18.02 20 párrs. 9, 10

No hay comentarios.:

Publicar un comentario

Nota: sólo los miembros de este blog pueden publicar comentarios.