martes, 28 de abril de 2020

No dejes que tu mente se contamine

No dejes que tu mente se contamine

MENSAJE DE HOY:

Cuando se trata de vivir en un mundo pecaminoso, procuremos buscar la santidad del cielo.

LECTURA BÍBLICA:

"Pero vosotros, amados, edificándoos sobre vuestra santísima fe, orando en el Espíritu Santo, conservaos en el amor de Dios, esperando la misericordia de nuestro Señor Jesucristo para vida eterna" (Judas 20-21).

Proverbio en boca del necio

Proverbio en boca del necio

MENSAJE DE HOY:

No nos sirve de nada tener información si no somos capaces de poner en práctica los buenos principios.

LECTURA BÍBLICA:

"Las piernas del cojo penden inútiles; así es el proverbio en la boca del necio" (Proverbios 26:7)

Compartiendo a Cristo con el mundo

Compartiendo a Cristo con el mundo

MENSAJE DE HOY:

No nos corresponde a nosotros decidir quién va a responder al llamado del evangelio.

LECTURA BÍBLICA:

"Y saliendo de allí, se fue a la casa de uno llamado Justo, temeroso de Dios, la cual estaba junto a la sinagoga" (Hechos 18:7).

domingo, 26 de abril de 2020

It Had to Be You

I'll See You in My Dreams

Happy Together

Ray Conniff Orchestra Collection

Ray Conniff Orchestra Collection

Classico - Ray Conniff

The Ray Conniff Show

Ray Conniff Hollywood In Rhythm 1958 GMB

Ray Conniff – I Will Survive 1979 full album

❤ Ray Conniff ❤ ‎– Campeones 1985 (full album)

RAY CONNIFF, HIS ORCHESTRA & CHORUS | Great Selections Of Music | Select...

texto diario del lunes 20 al 30 de abril.

Lunes 20 de abril

Ellos siguen hablando injuriosamente de ustedes (1 Ped. 4:4).
Para continuar andando en la verdad, no debemos ceder a la presión de los demás. Cuando conocimos la verdad, nuestra relación con amigos y familiares no Testigos cambió. Algunos respetaron nuestras nuevas creencias, pero otros las rechazaron de plano. Puede que nuestros familiares y los compañeros de clase o trabajo nos inviten a celebrar con ellos ciertas festividades. ¿Qué nos ayudará a resistir la presión de participar en costumbres y fiestas que Jehová odia? Tener claro por qué las ve así. También es útil repasar lo que han dicho nuestras publicaciones sobre el origen de esas celebraciones. Cuando nos recordamos los motivos bíblicos por los que no participamos en ellas, nos convencemos de que andamos en el camino que le agrada a Dios (Efes. 5:10). Confiar en Jehová y en su Palabra nos protegerá del miedo al qué dirán (Prov. 29:25). w18.11 11 párrs. 10, 12

Martes 21 de abril

Jehová estaba con José, y lo que él efectuaba, Jehová hacía que tuviera éxito (Gén. 39:23).
Es muy fácil que los cambios inesperados hagan que miremos al futuro con miedo y nos paralicen. Eso podría haberle ocurrido a José. Pero todo indica que él decidió hacer cuanto estaba en su mano a fin de que Jehová tuviera algo que bendecir. Por eso, aun estando en prisión, trató de cumplir bien con todo lo que le encargó el oficial principal, igual que había hecho cuando trabajaba para Potifar (Gén. 39:21, 22). Igual que José, puede que nos encontremos en una situación sobre la que tengamos poco o ningún control. Pero, si somos pacientes y nos esforzamos por hacer cuanto esté en nuestra mano, le daremos a Jehová algo que pueda bendecir (Sal. 37:5). Sí, es posible que a veces nos sintamos confundidos, pero nunca estaremos “absolutamente sin salida” o desesperados, como dijo el apóstol Pablo (2 Cor. 4:8). Y así será sobre todo si nos mantenemos centrados en el ministerio cristiano. w18.10 29 párrs. 11, 13

Miércoles 22 de abril

Dios no es injusto para olvidar la obra de ustedes y el amor que mostraron para con su nombre (Heb. 6:10).
Imaginemos que nos encontramos con alguien a quien conocemos y respetamos, pero esa persona no recuerda cómo nos llamamos o, peor aún, ni siquiera nos reconoce. ¿Cómo nos sentiremos? Seguro que nos pondremos muy tristes, pues todos tenemos el deseo natural de que se nos reconozca. Pero no queremos solo que se sepa quiénes somos, sino que se valore la clase de personas que somos y lo que hemos hecho (Núm. 11:16; Job 31:6). Sin embargo, igual que ocurre con otros deseos naturales, nuestro deseo de tener reconocimiento puede distorsionarse debido a la imperfección. Además, el mundo de Satanás puede hacer que deseemos ser importantes y famosos. Cuando eso ocurre, no le damos a Jehová, nuestro Padre celestial, la honra y la adoración que merece (Rev. 4:11). w18.07 7 párrs. 1, 2

Jueves 23 de abril

El mundo entero yace en el poder del inicuo (1 Juan 5:19).
No nos sorprende, por tanto, que Satanás y sus demonios influyan en quienes ocupan puestos importantes para que digan mentiras (1 Tim. 4:1, 2). Los guías de las religiones falsas son especialmente culpables. ¿Por qué? Porque quienes creen sus mentiras y practican lo que Dios odia pueden perder la oportunidad de vivir para siempre (Os. 4:9). Jesús sabía que los líderes religiosos de su día engañaban a las personas. Les dijo en la cara: “¡Ay de ustedes, escribas y fariseos, hipócritas!, porque atraviesan mar y tierra seca para hacer un solo converso, y cuando este llega a serlo, lo hacen merecedor del Gehena [la destrucción eterna] dos veces más que ustedes” (Mat. 23:15, nota). Jesús los condenó y les dijo con toda la razón: “Ustedes proceden de su padre el Diablo”, que era un “homicida” (Juan 8:44). w18.10 7 párrs. 5, 6

Viernes 24 de abril

Felices son ustedes cuando los vituperen y los persigan por mi causa (Mat. 5:11).
¿Por qué dijo Jesús esto? Él mismo respondió: “Regocíjense y salten de gozo, puesto que grande es su galardón en los cielos; porque de esa manera persiguieron a los profetas antes de ustedes” (Mat. 5:12). Cuando golpearon a los apóstoles y les ordenaron que dejaran de predicar, estos “se fueron de delante del Sanedrín, regocijándose”. Claro, a ellos no les agradó que los azotaran, pero se alegraron “porque se les había considerado dignos de sufrir deshonra a favor del nombre” de Jesús (Hech. 5:41). En nuestros días, los siervos de Jehová también aguantamos con gozo cuando sufrimos por el nombre de Jesús o cuando afrontamos problemas graves (Sant. 1:2-4). A nosotros tampoco nos gusta sufrir. Pero, si somos leales durante las pruebas, Jehová nos ayudará a aguantar con valor. Cuando tenemos la aprobación del “Dios feliz”, somos felices aunque suframos persecución religiosa o se opongan nuestros familiares (1 Tim. 1:11). w18.09 21 párrs. 18-20

Sábado 25 de abril

Su insistencia está en penoso afán y cosas perjudiciales (Sal. 90:10).
Como en estos “tiempos críticos” la vida está llena de “penoso afán y cosas perjudiciales”, una gran cantidad de personas sufren angustia emocional. Muchas pierden las ganas de vivir (2 Tim. 3:1-5). Se calcula que todos los años se suicidan más de 800.000 personas, es decir, 1 cada 40 segundos. Tristemente, incluso algunos hermanos se han sentido así y se han quitado la vida. Aunque la mayor parte de nuestros hermanos no se dan por vencidos, muchos tienen que lidiar con situaciones muy tensas y necesitan nuestro cariño y consuelo. Algunos sufren persecución y son objeto de burlas. Otros tienen que aguantar que sus compañeros de trabajo hablen mal de ellos. O puede que estén agotados por tener que trabajar horas extras o porque su empleo es muy estresante. Y hay quienes sufren problemas familiares graves, pues quizá tienen un cónyuge no creyente que no deja de criticarlos. Como consecuencia de estas y otras presiones, muchos cristianos se sienten agotados en sentido físico y emocional. w18.09 13 párrs. 3, 5

Domingo 26 de abril

No tengo mayor causa de sentir agradecimiento que estas cosas: que oiga yo que mis hijos siguen andando en la verdad (3 Juan 4).
Los padres trabajan con Jehová cuando animan a sus hijos a ponerse metas espirituales. Con los años, muchos de esos niños se hacen siervos de tiempo completo y sirven lejos de su familia. Algunos son misioneros, otros son precursores en lugares donde hacen falta predicadores del Reino y algunos sirven en Betel. Claro, como viven lejos, sus familias no pueden verlos tanto como les gustaría. A pesar de ello, los padres abnegados animan a sus hijos a continuar en sus asignaciones. ¿Por qué? Porque les hace muy felices saber que sus hijos están poniendo el Reino en primer lugar. Muchos de esos padres tal vez se sientan como Ana, que dijo que le había prestado su hijo Samuel a Jehová. Esos padres hacen bien en ver esta manera de colaborar con Dios como un privilegio maravilloso que no cambiarían por nada (1 Sam. 1:28). w18.08 24 párr. 4

Lunes 27 de abril

Será cosa difícil el que un rico entre en el reino de los cielos (Mat. 19:23).
Jesús no dijo que sea imposible. Él también dijo: “Felices son ustedes, los pobres, porque de ustedes es el reino de Dios” (Luc. 6:20). Claro, con eso no quiso decir que todos los pobres lo escucharían y recibirían bendiciones especiales. De hecho, hubo muchos pobres que nunca se hicieron discípulos suyos. La idea es que no podemos decir si una persona es o no amiga de Jehová solo por lo que tiene en sentido material. El pueblo de Jehová está compuesto por muchos hermanos y hermanas que lo aman y le sirven de todo corazón. Algunos son ricos y otros son pobres. La Biblia les da este mandato a los ricos: “Cifren su esperanza, no en las riquezas inseguras, sino en Dios” (1 Tim. 6:17-19). Al mismo tiempo, les dice a todos los siervos de Dios —sean ricos o pobres— que es peligroso amar el dinero (1 Tim. 6:9, 10). Si abrimos los ojos y vemos a los hermanos como los ve Jehová, no cederemos a la tentación de juzgarlos por sus posesiones materiales. w18.08 10, 11 párrs. 11, 12

Martes 28 de abril

Sujétense a Dios (Sant. 4:7).
Desde luego, estamos deseosos de demostrar nuestra gratitud a Jehová por el honor de ser su pueblo. Sabemos que la mejor decisión que pudimos tomar fue dedicarle nuestra vida a él. Rechazamos por completo la maldad. Y amamos y respetamos a nuestros hermanos, pues reconocemos que también le pertenecen a Jehová (Rom. 12:10). La Biblia nos da esta garantía: “Jehová no desamparará a su pueblo” (Sal. 94:14). Esta promesa es segura no importa lo que nos pase. Ni siquiera la muerte puede impedir que Dios nos ame (Rom. 8:38, 39). “Por consiguiente, tanto si vivimos como si morimos, pertenecemos a Jehová” (Rom. 14:8). Estamos deseando que llegue el día en que Jehová devuelva la vida a todos sus amigos leales que han muerto (Mat. 22:32). Incluso ahora disfrutamos de muchas bendiciones. Como dice la Biblia, “feliz es la nación cuyo Dios es Jehová, el pueblo a quien él ha escogido por herencia suya” (Sal. 33:12). w18.0726 párrs. 18, 19

Miércoles 29 de abril

Todas las cosas son lícitas; pero no todas las cosas son ventajosas. Todas las cosas son lícitas; pero no todas las cosas edifican (1 Cor. 10:23).
Algunas personas quizá crean que, puesto que algunas decisiones son personales, como las que tienen que ver con la educación o el empleo, deben tener la libertad de elegir lo que deseen siempre que su conciencia se lo permita. Tal vez piensen en lo que Pablo les dijo a los corintios sobre los alimentos: “¿Por qué debería mi libertad ser juzgada por la conciencia de otra persona?” (1 Cor. 10:29). Es verdad que somos libres de tomar este tipo de decisiones. Sin embargo, debemos recordar que nuestra libertad es relativa y que todas las decisiones tienen consecuencias. Por tal razón, Pablo dijo las palabras del texto de hoy. Esto sin duda nos ayuda a entender que nuestras preferencias personales no son en absoluto lo más importante a la hora de tomar decisiones.w18.04 10 párr. 10

Jueves 30 de abril

Vuelvan a mí, y yo ciertamente volveré a ustedes (Mal. 3:7).
Un cristiano quizá diga que adora a Dios pero en realidad esté haciendo cosas malas (Jud. 11). Tal vez predique mucho y asista a todas las reuniones, pero al mismo tiempo alimente las fantasías sexuales, la avaricia o hasta el odio a algún hermano (1 Juan 2:15-17; 3:15). Esto puede llevarlo a pecar. Es posible que los demás no sepan lo que pensamos o hacemos, pero Jehová lo ve todo y sabe si estamos totalmente de su lado o no (Jer. 17:9, 10). Aun así, Jehová no nos da enseguida por perdidos. Si ve que nos estamos alejando de él, nos hace esta invitación: “Vuelvan a mí”. Él quiere que nos pongamos en contra de la maldad, sobre todo cuando luchamos contra nuestras debilidades (Is. 55:7). Si lo hacemos, nos apoyará y nos dará las fuerzas espirituales, emocionales y físicas que necesitemos para dominar la inclinación al pecado (Gén. 4:7). w18.07 18 párrs. 5, 6

Dejemos que Jehová nos tranquilice “Cuando las preocupaciones me abrumaban, tú me consolabas y me tranquilizabas” (SAL. 94:19).

Dejemos que Jehová nos tranquilice

“Cuando las preocupaciones me abrumaban, tú me consolabas y me tranquilizabas” (SAL. 94:19).
CANCIÓN 44 Una súplica ferviente
AVANCE*
1. ¿Qué cosas pueden causarnos preocupación, y qué efecto puede tener esto en nosotros?
¿HEMOS sentido alguna vez que nos invadía la preocupación?* Tal vez el motivo fue que alguien dijo o hizo algo que nos dolió. O puede que lo que nos atormente sea lo que nosotros hemos dicho o hecho. Quizás cometimos un pecado y nos preocupa que Jehová no nos perdone jamás. Además, tal vez pensemos que nos sentimos así porque no tenemos fe, porque somos malas personas. Pero ¿es cierto eso?
2. ¿Qué ejemplos de la Biblia muestran que sentir preocupación no significa que nos falte fe?
Veamos algunos ejemplos de la Biblia. Ana, que llegó a ser la madre del profeta Samuel, tenía mucha fe. Aun así, se sentía muy angustiada debido al maltrato que sufría de parte de un miembro de su casa (1 Sam. 1:7). El apóstol Pablo también tenía una fe sólida, pero “la preocupación por todas las congregaciones” lo abrumaba (2 Cor. 11:28). El rey David tenía una fe tan fuerte que Jehová sentía un cariño especial por él (Hech. 13:22). Pese a ello, cometió pecados que lo atormentaron (Sal. 38:4). A todos ellos Jehová los consoló y tranquilizó. Analicemos lo que aprendemos de su ejemplo.

QUÉ APRENDEMOS DE LA FIEL ANA

3. ¿Por qué puede ser una causa de preocupación lo que digan otras personas?
Una causa de preocupación puede ser que alguien nos hable o nos trate mal, sobre todo si es un buen amigo o un familiar. Quizás nos preocupe que se termine nuestra relación con esa persona. Hay casos en los que quien nos hace daño habla sin pensar, y nos sentimos como si recibiéramos “los golpes de una espada” (Prov. 12:18). Pero en otros casos la persona tal vez diga cosas con la intención de hacernos daño. Eso le sucedió a una hermana joven. Recuerda: “Hace unos años, una persona a la que consideraba una buena amiga empezó a difundir rumores sobre mí en las redes sociales. Me sentí dolida y angustiada. No podía entender por qué me había clavado un cuchillo por la espalda”. Si un amigo o un familiar nos ha hecho daño, podemos aprender mucho del caso de Ana.
4. ¿Qué graves problemas tuvo que soportar Ana?
Ana tuvo que soportar graves problemas. Durante muchos años, no pudo tener hijos (1 Sam. 1:2). En la cultura israelita, ser estéril se consideraba una maldición. Así que Ana se sentía humillada (Gén. 30:1, 2). Para empeorar las cosas, su marido tenía otra esposa, Peniná, que sí le dio hijos. Peniná consideraba a Ana una rival y “siempre se burlaba de ella para hacerla sentir mal” (1 Sam. 1:6). Al principio, esta situación le hizo mucho daño a Ana. Se sentía tan mal que “acababa llorando y no comía nada”. Llegó a estar “profundamente angustiada” (1 Sam. 1:7, 10). ¿Cómo obtuvo Ana consuelo?
5. ¿Cómo ayudó a Ana la oración?
Ana le abrió su corazón a Jehová. Después de orar, le explicó al sumo sacerdote Elí lo que le pasaba. Él le dijo: “Vete en paz, y que el Dios de Israel te conceda lo que le has pedido”. ¿Cuál fue el resultado? Ana “se fue y comió, y la tristeza desapareció de su cara” (1 Sam. 1:17, 18). La oración la ayudó a recuperar la paz.
Serie de imágenes: 1. Ana con una sonrisa y una expresión de paz en el rostro. 2. Una hermana orando intensamente a Jehová. 3. La misma hermana cantando con alegría en una reunión. 4. La hermana con una sonrisa en el rostro, fruto de la paz interior que siente.
¿Cómo logramos recuperar y mantener la paz interior, igual que hizo Ana? (Vea los párrafos 6 a 10).
6. ¿Qué nos enseñan sobre la oración el ejemplo de Ana y las palabras de Filipenses 4:6, 7?
Podemos recuperar la paz si perseveramos en la oración. Ana pasó muchotiempo hablando con su Padre celestial (1 Sam. 1:12). Nosotros también podemos hablarle largo y tendido de nuestras preocupaciones, nuestros temores y nuestros errores. Las oraciones no tienen que ser poéticas ni tener una estructura perfecta. Puede que hasta nos expresemos con amargura y sollocemos. Pero Jehová nunca se cansará de escucharnos. Además de hablarle sobre nuestras dificultades, debemos recordar los consejos que hallamos enFilipenses 4:6, 7 (léalo). Allí Pablo dijo específicamente que debemos darle gracias a Dios al orar. Tenemos muchísimos motivos para hacerlo, entre ellos el regalo de la vida, sus creaciones, su amor leal y la maravillosa esperanza que nos ha dado. ¿Qué más aprendemos del ejemplo de Ana?
7. ¿Qué hacían siempre Ana y su esposo?
A pesar de sus penas, Ana siempre acompañaba a su esposo al lugar donde se adoraba a Jehová, en Siló (1 Sam. 1:1-5). Fue allí, en el tabernáculo, donde el sumo sacerdote Elí la animó diciéndole que esperaba que Jehová le contestara su oración (1 Sam. 1:9, 17).
8. Explique cómo pueden ayudarnos las reuniones.
Podemos recuperar la paz si seguimos yendo a las reuniones. Por lo general, en la oración de inicio de las reuniones se le pide a Jehová que su espíritu esté con nosotros. Y la paz es parte del fruto de ese espíritu (Gál. 5:22). Si vamos a las reuniones aunque estemos angustiados, les damos a Jehová y a nuestros hermanos la oportunidad de animarnos y ayudarnos a volver a sentir paz. La oración y las reuniones son dos medios importantes que utiliza Dios para tranquilizarnos (Heb. 10:24, 25). Veamos otra lección que nos enseña el caso de Ana.
9. ¿Qué no cambió en la vida de Ana, pero qué fue lo que sí cambió?
La causa de la angustia de Ana no desapareció enseguida. Cuando volvió de adorar a Dios en el tabernáculo, siguió viviendo bajo el mismo techo que Peniná. Y la Biblia no dice que la actitud de esta mujer cambiara. Así que es probable que Ana tuviera que seguir soportando los comentarios hirientes de su rival. Pero logró recuperar y mantener la paz interior. Recordemos que no volvió a sentirse angustiada después de dejar el problema en manos de Jehová. Permitió que él la consolara y tranquilizara. Y algún tiempo después Jehová respondió su oración y ella tuvo hijos (1 Sam. 1:19, 20; 2:21).
10. ¿Qué nos enseña el caso de Ana?
10 Podemos recuperar la paz aunque la causa de nuestra angustia no desaparezca. Algunos problemas quizás persistan aunque oremos intensamente y vayamos siempre a las reuniones. Pero el caso de Ana nos enseña que nada puede impedir que Jehová tranquilice nuestro atribulado corazón. Él no nos olvidará jamás, y tarde o temprano recompensará nuestra fidelidad (Heb. 11:6).

QUÉ APRENDEMOS DEL APÓSTOL PABLO

11. ¿Qué razones tenía Pablo para sentir preocupación?
11 Pablo tenía muchas razones para sentir preocupación. Por ejemplo, como amaba a sus hermanos, los problemas de estos lo angustiaban (2 Cor. 2:4;11:28). Durante su ministerio, se encontró con opositores que lo golpearon y lo encarcelaron. Otra cosa que también le causaba inquietud era tener que “vivir con poco” (Filip. 4:12). Y, tomando en cuenta que naufragó al menos en tres ocasiones, podemos imaginar el miedo que sentía cada vez que viajaba en barco (2 Cor. 11:23-27). ¿Qué lo ayudó?
12. ¿Qué contribuyó a que Pablo se sintiera más tranquilo?
12 Pablo no dejaba de pensar en los problemas de sus hermanos, pero, como era modesto, no trató de arreglarlos él solo. Les pidió a otros cristianos que lo ayudaran a cuidar de la congregación. Por ejemplo, delegó autoridad en hombres confiables, como Timoteo y Tito. No hay duda de que la labor de estos hermanos contribuyó a que Pablo se sintiera más tranquilo (Filip. 2:19, 20; Tito 1:1, 4, 5).
Serie de imágenes: 1. Pablo con una sonrisa y una expresión de paz en el rostro. 2. Un anciano capacitando a un hermano joven para que atienda más responsabilidades. 3. El mismo anciano recibe consuelo por medio de otro anciano. 4. El anciano estudiando feliz la Biblia con la ayuda de una publicación.
Como hemos aprendido del ejemplo del apóstol Pablo, ¿qué podemos hacer para dejar de sentirnos angustiados? (Vea los párrafos 13 a 15).
13. ¿Cómo pueden imitar a Pablo los ancianos?
13 Pidamos ayuda. Hoy día, a muchos ancianos les ocurre lo mismo que a Pablo. Es tanto el cariño que sienten por sus hermanos que sufren cuando estos pasan por dificultades. Pero un anciano no puede resolver todos los problemas él solo. La modestia lo motivará a pedir ayuda a otros hermanos capacitados y a preparar a los jóvenes para que lo ayuden a cuidar el rebaño de Dios (2 Tim. 2:2).
14. ¿Qué no le preocupaba a Pablo, y qué podemos aprender de su ejemplo?
14 Reconozcamos que necesitamos consuelo. Pablo era humilde, así que buscaba el consuelo de sus amigos. Es obvio que no le preocupaba que otros lo consideraran débil por reconocer que sus hermanos lo habían animado. En su carta a Filemón, le dijo: “Me alegró y me consoló mucho enterarme de tu amor” (Filem. 7). En otra ocasión, mencionó a varios compañeros que lo habían animado mucho en momentos de angustia (Col. 4:7-11). Si reconocemos con humildad que necesitamos ánimo, los hermanos estarán encantados de dárnoslo.
15. ¿Qué ayudó a Pablo en momentos de mucha angustia?
15 Confiemos en la Palabra de Dios. Pablo sabía que las Santas Escrituras le darían consuelo (Rom. 15:4). Además, también podían darle sabiduría para afrontar cualquier prueba (2 Tim. 3:15, 16). La segunda vez que estuvo preso en Roma, se dio cuenta de que no iba a tardar en morir. ¿Qué hizo ante esa situación tan angustiosa? Le pidió a Timoteo que fuera a verlo pronto y le llevara “los rollos” (2 Tim. 4:6, 7, 9, 13). ¿Por qué? Porque aquellos rollos probablemente contenían partes de las Escrituras Hebreas, así que podría usarlos para su estudio personal. Si nosotros, al igual que Pablo, estudiamos con regularidad la Biblia, Jehová la usará para tranquilizarnos, sin importar qué dificultades suframos.

QUÉ APRENDEMOS DEL REY DAVID

Serie de imágenes: 1. El rey David con una sonrisa y una expresión de paz en el rostro. 2. Un hermano joven llorando muy angustiado. 3. Dos ancianos aconsejando al mismo joven. 4. El joven predicando feliz con uno de los ancianos.
Igual que en el caso del rey David, ¿qué puede ayudarnos si cometemos un pecado grave? (Vea los párrafos 16 a 19).
16. ¿Cómo se sintió David cuando cometió un pecado grave?
16 A David lo atormentaba una conciencia culpable, y con razón. Había cometido adulterio con Bat-Seba, había planeado la muerte de su esposo y durante un tiempo intentó ocultar esos pecados (2 Sam. 12:9). Al principio, quiso acallar su conciencia, y como consecuencia sufrió no solo en sentido espiritual, sino también mental y físico (Sal. 32:3, 4). ¿Qué hizo para aliviar el sufrimiento que él mismo se había causado? ¿Y qué puede ayudarnos a nosotros si cometemos un pecado grave?
17. ¿Cómo revelan las palabras de Salmo 51:1-4 que David estaba arrepentido de corazón?
17 Pidamos a Jehová que nos perdone. Por fin, David oró a Jehová y, arrepentido de corazón, le confesó sus pecados (lea Salmo 51:1-4). Aquello lo hizo sentirse mucho mejor (Sal. 32:1, 2, 4, 5). Si cometemos un pecado grave, no tratemos de ocultarlo. Dirijámonos a Jehová y contémosle lo que hemos hecho. Entonces, empezaremos a sentir que se nos quita algo de la carga de una conciencia culpable. Pero, si deseamos recuperar nuestra amistad con Jehová, debemos hacer algo más.
18. ¿Cómo reaccionó David cuando lo disciplinó Jehová?
18 Aceptemos la disciplina. Cuando Jehová envió al profeta Natán para poner al descubierto el pecado de David, este no trató de justificarse ni de quitarle importancia. Reconoció de inmediato que había pecado no solo contra el marido de Bat-Seba, sino sobre todo contra Dios. Aceptó la disciplina de Jehová, y este lo perdonó (2 Sam. 12:10-14). Si hemos cometido un pecado grave, tenemos que hablar con aquellos a los que Dios ha nombrado para pastorearnos (Sant. 5:14, 15). Y debemos rechazar el impulso de justificarnos. Cuanto más rápido aceptemos la corrección y hagamos los cambios necesarios, más rápido recuperaremos la paz y la felicidad.
19. ¿Qué debemos decidirnos a hacer?
19 Decidámonos a no repetir los mismos errores. El rey David sabía que necesitaba la ayuda de Jehová para no volver a caer en los mismos pecados (Sal. 51:7, 10, 12). Cuando Jehová lo perdonó, se resolvió a evitar los malos pensamientos. Como resultado, recuperó la paz interior.
20. ¿Cómo demostramos que agradecemos el perdón de Jehová?
20 Demostramos que agradecemos el perdón de Jehová cuando se lo pedimos en oración, aceptamos la disciplina y nos esforzamos por no repetir los errores. Cuando hacemos esto, recuperamos la paz interior. Eso es lo que le sucedió a James, un hermano que cometió un pecado grave. Dice: “Una vez que les confesé mi pecado a los ancianos, fue como si me quitaran un gran peso de encima. Comencé a sentir que recuperaba la paz”. Cómo nos anima saber que “Jehová está cerca de los que tienen el corazón destrozado” y “salva a los que están hundidos en el desánimo” (Sal. 34:18).
21. ¿Cómo podemos dejar que Jehová nos tranquilice?
21 Al acercarse el fin de los últimos días, es probable que aumenten los motivos de inquietud. Cuando nos invadan las preocupaciones, no tardemos en buscar la ayuda de Jehová. Estudiemos la Biblia con diligencia. Aprendamos de los ejemplos de Ana, Pablo y David. Pidámosle a Jehová que nos ayude a saber qué nos causa preocupación (Sal. 139:23). Dejemos que nos lleve las cargas, en especial aquellas sobre las que tenemos poco o ningún control. Si lo hacemos, nos sentiremos como el salmista que le cantó a Jehová: “Cuando las preocupaciones me abrumaban, tú me consolabas y me tranquilizabas” (Sal. 94:19).
CANCIÓN 4 “Jehová es mi Pastor”
En ocasiones, los problemas de la vida nos causan mucha preocupación. Este artículo analizará los ejemplos de tres siervos de Jehová de tiempos bíblicos que se sintieron angustiados. También señalará cómo los consoló y tranquilizó Jehová.
IDEA IMPORTANTE: La preocupación es la inquietud o el temor que despierta una situación. Las causas pueden ser varias: problemas económicos, de salud, familiares o de cualquier otro tipo. También pueden causarnos inquietud los errores del pasado o las dificultades que pensamos que tendremos en el futuro.

NUESTRA VIDA CRISTIANA.-27 de abril a 3 de mayo GÉNESIS 34, 35

27 de abril a 3 de mayo

GÉNESIS 34, 35

  • Canción 28 y oración
  • Palabras de introducción (1 min.)

TESOROS DE LA BIBLIA

  • Los terribles resultados de las malas compañías” (10 mins.)
    • Gé 34:1. Dina solía visitar a las jóvenes de Canaán (w97 1/2 30 párr. 4).
    • Gé 34:2. Siquem violó a Dina (lvs 124 párr. 14).
    • Gé 34:7, 25. Simeón y Leví mataron a Siquem y a todos los varones de la ciudad (w09 1/9 21 párrs. 1, 2).
  • Busquemos perlas escondidas (10 mins.)
    • Gé 35:8. ¿Quién fue Débora, y qué podemos aprender de ella? (it-1 642 párr. 5).
    • Gé 35:22-26. ¿Por qué sabemos que no era necesario tener los derechos de primogénito para ser antepasado del Mesías? (w17.12 14 párrs. 1-3).
    • ¿Qué perlas espirituales ha encontrado sobre Jehová, el ministerio y otros temas en la lectura bíblica de esta semana?
  • Lectura de la Biblia (4 mins. o menos): Gé 34:1-19 (th lecc. 5).

SEAMOS MEJORES MAESTROS

  • Video de la segunda revisita (5 mins.): Análisis con el auditorio. Ponga el video y haga las siguientes preguntas: ¿qué hizo Elisa para llegar al corazón de la persona? y ¿cómo podemos comenzar un curso bíblico con el libro Nos enseña?
  • Segunda revisita (3 mins. o menos): Use la sección “Ideas para conversar” (thlecc. 13).
  • Curso bíblico (5 mins. o menos): fg lección 4 párrs. 6, 7 (th lecc. 14).

NUESTRA VIDA CRISTIANA

  • Canción 40
  • Desháganse de los dioses extranjeros” (15 mins.): Análisis con el auditorio. Ponga el video titulado Opónganse al Diablo.
  • Estudio bíblico de la congregación (30 mins. o menos): jy cap. 112.
  • Palabras de conclusión (3 mins. o menos)
  • Canción 143 y oración
w20 febrero
La Atalaya. Anunciando el Reino de Jehová (estudio) 2020

Artículo de estudio 9 (del 27 de abril de 2020 al 3 de mayo de 2020)

20 Dejemos que Jehová nos tranquilice

NUESTRA VIDA CRISTIANA.-20-26 de abril GÉNESIS 32, 33

20-26 de abril

GÉNESIS 32, 33

  • Canción 21 y oración
  • Palabras de introducción (1 min.)

TESOROS DE LA BIBLIA

  • ¿Está luchando usted por la bendición de Jehová?” (10 mins.)
    • Gé 32:24. Jacob luchó con un ángel (w03 15/8 25 párr. 3).
    • Gé 32:25, 26. Jacob no se rindió hasta que recibió una bendición (it-1 501).
    • Gé 32:27, 28. Jacob fue bendecido por su perseverancia (it-1 1263).
  • Busquemos perlas escondidas (10 mins.)
    • Gé 32:11, 13-15. ¿Cómo podemos imitar los esfuerzos de Jacob para hacer las paces? (w10 15/6 22 párrs. 10, 11).
    • Gé 33:20. ¿Por qué Jacob llamó a un altar “Dios, el Dios de Israel”? (it-1 700).
    • ¿Qué perlas espirituales ha encontrado sobre Jehová, el ministerio y otros temas en la lectura bíblica de esta semana?
  • Lectura de la Biblia (4 mins. o menos): Gé 32:1-21 (th lecc. 5).

SEAMOS MEJORES MAESTROS

  • Video de la primera revisita (5 mins.): Análisis con el auditorio. Ponga el video y haga las siguientes preguntas: ¿cómo fue Elisa exacta y convincente en lo que dijo? y ¿cómo se apoyaron entre sí Elisa y Marga?
  • Primera revisita (3 mins. o menos): Use la sección “Ideas para conversar” (thlecc. 12).
  • Primera revisita (5 mins. o menos): Empiece usando la sección “Ideas para conversar”. Luego presente y analice el video ¿Cómo son nuestros cursos bíblicos?pero no lo ponga (th lecc. 16).

NUESTRA VIDA CRISTIANA

  • Canción 35
  • ¿Qué es lo más importante para mí?” (15 mins.): Análisis con el auditorio. Ponga el video No pierdas de vista tus metas espirituales.
  • Estudio bíblico de la congregación (30 mins. o menos): jy cap. 111 párrs. 10-21.
  • Palabras de conclusión (3 mins. o menos)
  • Canción 150 y oración
w20 febrero
La Atalaya. Anunciando el Reino de Jehová (estudio) 2020

Artículo de estudio 8 (del 20 al 26 de abril de 2020)

14 Busquemos la paz luchando contra la envidia