El proceso de envejecimiento comienza a partir de los 35 años y continúa de manera más evidente en la década de los 40.
El paso del tiempo y nuestro estilo de vida hacen que nuestro organismo comience a perder su poder renovador. Es entonces cuando aparece el envejecimiento y todos los síntomas que este trae consigo. No solo en forma de arrugas y otros signos externos, sino como enfermedades y otras dolencias más importantes que se gestan en nuestro interior y que pueden apagar nuestra energía y salud, restando años de nuestra vida.
Desde el punto de vista científico, el envejecimiento es el resultado del daño celular y subcelular que se produce con el paso del tiempo. Es la causa de la aparición de las enfermedades relacionadas con la edad, tales como las cardiovasculares, las neurodegenerativas, la diabetes, la osteoporosis, el cáncer o las alteraciones del sistema inmunológico, así como de la disminución de la calidad de vida, el bienestar y la vitalidad.
Aunque parezca una obviedad, la mayoría de las personas en toda la historia de la humanidad no han muerto de "viejas", sino como resultado de epidemias infecciosas, muertes violentas y desnutrición. Pero a partir del último siglo, las enfermedades relacionadas con el envejecimiento suponen la primera causa de muerte en las sociedades desarrolladas. Estas se relacionan directamente con los hábitos de vida (estrés, alimentación, ejercicio...) y el declive de una serie de biomarcadores (analíticos, hormonales, funcionales, cardiovasculares, neurocognitivos, antropométricos).
Actuando sobre las causas anteriormente descritas en las distintas teorías del envejecimiento podemos evitar o al menos retrasar la aparición de estas enfermedades y por tanto mejorar nuestra calidad de vida
No hay comentarios.:
Publicar un comentario
Nota: sólo los miembros de este blog pueden publicar comentarios.