martes, 3 de octubre de 2023

BABILONIA, LAS CRONICAS DE

BABILONIA, LAS CRONICAS DE

La historia polí­tica de Babilonia está abundantemente reconstruida por referencias de los anales de Asiria, la que dominó a su vecino del sur por muchos siglos. La única excepción sobresaliente es una serie de tabletas de arcilla inscritas, generalmente conocidas como †œLas Crónicas de Babilonia† de acuerdo con el tí­tulo dado a la primera de esta clase de textos publicados en 1887. Estos presentan relatos concisos de los mayores eventos internos de Babilonia. Se dan las fechas precisas de la ascensión y muerte de un rey, la longitud de su reinado y generalmente una sinopsis de los eventos mayores de cada año. Las relaciones exteriores se introducen cuando se consideran una indicación de algún cambio en el control de Babilonia o en sus relaciones con sus vecinos, principalmente Asiria y Elam.
Estas crónicas son objetivas y fidedignas; si bien es cierto, en algunas ocasiones muestran un prejuicio nacionalista. Siguen una práctica bien establecida de la historiografí­a con fechas, selección o extracto de toda la historia, guardada en tabletas o tablas de escritura, siendo usadas para un propósito particular (por ejemplo la crónica religiosa cubre sólo las relaciones cúlticas entre Asiria y Babilonia). Mientras que el propósito de todas las tabletas no puede ser establecido, es posible que la mayorí­a, compiladas en el siglo VI a. de J.C. , fueran notas para ayudar a la investigación a pedido de los reyes persas o caldeos para quienes un conocimiento de la historia les era requerido. Es decir, las circunstancias fueron similares a aquellas descritas en el reinado de Darí­o II (Esd. 5:18) y Jerjes (Est. 6:1, 23). Solamente uno de estos textos lleva la fecha de composición (500/499 a. de J.C. si es Darí­o I) y otro el nombre del escriba secular que lo copió. Sin embargo, todos son de fácil identificación por su forma, el tema y el tipo de tableta usado, aunque la fecha es difí­cilmente deducida del escrito. Todas las copias existentes están ahora conservadas en el Museo Británico.
I. Clasificación. Las Crónicas están divididas generalmente en 3 grupos. El Sumario de las Crónicas incluye la así­ llamada †œCrónica de Babilonia† de los años 747–668 a. de J.C. (BM 92502 = II A y más abajo); La Crónica de Nabonido, 557–520 a. de J.C. (BM 35382 = II E). Estas son tabletas grandes a doble columna. Las Crónicas Detalladas están escritas en tabletas más pequeñas a una sola columna. Estas comprenden las Crónicas de los Reyes Caldeos; Nabopolasar (626–605 a. de J.C. ), originalmente en 4 tabletas, de las cuales 3 se conservan (BM 25127 BM 21901) – †œLa Crónica de la Caí­da de Ní­nive† = II B, BM 22047); Nabucodonosor II por los primeros 11 años de su reino únicamente (605–595 a. de J.C. ), véase II C y D; Neriglisar, Año 3 únicamente (556/5 a. de J.C. ). Extractos de Crónicas fueron escritas en tabletas pequeñas dando fechas misceláneas, no siempre, de años consecutivos. Estas incluyen la †œCrónica de los Primeros Reyes Babilonios† que relata las campañas de Sargón de Acadia en el oeste, ca. el 2350 a. de J.C. , la primera dinastí­a de Babilonia, incluyendo a Hamurabi y eventos hasta 1650 a. de J.C. (BM 26472, 96152). La †œCrónica de algunos años ca. 1080–681 a. de J.C. † (BM 27859); La Crónica de Esar-Haddon (BM 25091); La Crónica de los años 680–626 a. de J.C. (BM 86379) y el extracto de la Crónica de los años 996, 758–6, 693, 654–650 a. de J.C. (A. R. Millard, Iraq XXVI 1964), BM 96273.
II. Pertinencia al Antiguo Testamento. Estas crónicas dan un número de puntos fijados para la cronologí­a de Babilonia y la historia bí­blica. Mientras que muestran la existencia de registros históricos detallados desde el tercer hasta el primer milenio a. de J.C. con los cuales los registros del Antiguo Testamento pueden ser comparados, los puntos principales de comparación directa yacen en los siglos VII-VI a. de J.C. cuando Babilonia tuvo relaciones directas con Judá en el oeste. Estos aspectos de las crónicas son los que serán enfatizados de ahora en adelante.
A. La Crónica de los Años 757–668 a. de J.C. Después de describir con algunos detalles las relaciones de Senaquerib de Asiria con Babilonia, se da la muerte de Senaquerib: †œA los veinte dí­as del mes Tebet durante una rebelión, su hijo mató a Senaquerib, el rey de Asiria. Senaquerib habí­a reinado en Asiria por veintitrés años. La rebelión duró desde el dí­a 20 del Tebet hasta el 2° de Adar y el 18 del mes de Adar, su hijo Esar-Haddon se sentó en el trono de Asiria.†
Mientras que esta última afirmación está de acuerdo con 2 R. 19:36 e Is. 37:37, la aparente discrepancia en el número de los asesinos puede ser explicada de diferentes maneras. Ya sea que Esar-Haddon, como jefe de un partido pro-babilónico, contribuyó al asesinato a través de otros, o uno de sus dos hermanos mencionados en el Antiguo Testamento puede haber sido culpable del actual asesinato o el mayor, ocupante temporal del trono. Es sabido por otras fuentes asirias que Esar-Haddon ascendió al trono sólo después de la huida de los hermanos mayores.
Esta Crónica también registra el saqueo de Sidón en el cuarto año de Esar-Haddon (665 a. de J.C. ). En su 7° año, Asiria fue derrotada por Egipto y 3 años más tarde Esar-Haddon se vengó de eso en 3 fieras batallas, capturando Menfis y saqueando a Egipto. Esto constituye el trasfondo para una variedad de declaraciones de Egipto y Asiria sobre la alianza de Manasés de Judá. Finalmente, la crónica dice cómo Esar-Haddon murió en Harán mientras iba de camino a Egipto en el décimo dí­a del octavo mes de su décimosegundo año (669 a. de J.C. ). Después, siguió la partición del estado asirio entre Asurbanipal (Asiria) y Samas-xum-ukin (Babilonia) como estaba acordado en los tratados vasallos encontrados en *Nimrod. Esto condujo al debilitamiento del control asirio sobre sus colonias y así­ permitió a Josí­as tomar los primeros pasos en afirmar la renovada independencia de Judá.
B. La Caí­da de Ní­nive (612 a. de J.C. ). La crónica de Nabopolasar registra que †œen el décimocuarto año (612 a. de J.C. ) el rey de Babilonia sacó su ejército †¦ enfrentó al rey de Umman-manda (medos y/o escitas) †¦ marchó rí­o arriba a lo largo del banco del rí­o Tigris y fijó campo en Ní­nive. Desde el mes de Sivan hasta el mes de Ab (junio-agosto) progresaron solamente 3 †¦ En el mes de Ab hicieron un fuerte ataque a la ciudadela †¦ y la ciudad fue debilitada, una gran derrota siendo infligida al pueblo y sus lí­deres. En el mismo dí­a Sin-sar-iskun, el rey de Asiria (pereció en las llamas). Muchos despojos fueron llevados de la ciudad y al área del templo y luego la ciudad fue reducida a un montón de ruinas y a un montón de escombros †¦ Asurubalit, el (nuevo) rey de Asiria habí­a salido antes del ataque final †¦ y estableció la capital de su gobierno en Harran†.
Así­ la antigua capital, tema de muchas profecí­as, cayó como lo registran Nahum y Sofoní­as. Las ruinas actuales permanecen como un testigo silencioso de este evento (véase NINIVE).
La crónica continúa diciendo: †œEn el mes lyyar de su décimo sexto año (Nabopolasar) rey de Babilonia sacó su ejército y marchó contra Asiria. En Marcheswan unió sus fuerzas con Umman-manda y marchó tras Asur-ubalit en Harran. El temor cayó sobre él y sobre el ejército de Egipto que habí­a venido en su ayuda. Abandonaron la ciudad la cual †¦ fue capturada.† Este extracto muestra que el relato bí­blico del mismo evento (2 R. 23:29; Jer. 46:2) debe traducirse †œel rey de Egipto subió en favor del rey de Asiria al rí­o Eufrates†. Josí­as, previendo la debilidad de la posición asiria y la aumentada fortaleza babilónica buscó intervenir y reconquistar parte del territorio israelita perdido. En su lugar, halló la muerte a manos de los egipcios en Meguido (2 Cr. 35:20-25).
C. La Batalla de Carquemis (605 a. de J.C. ). En el año 607/6 a. de J.C. el anciano Nabopolasar entregó el mando del ejército de Babilonia al prí­ncipe heredero Nabucodonosor, excepto por una expedición realizada en la parte superior del Eufrates para establecer una guarnición en Kimuhu. Inmediatamente después de retirarse Nabopolasar, la guarnición egipcia de la cercana Carquemis atacó y capturó este fuerte. La crónida del año siguiente dice: †œEn el año 21 del rey de Babilonia él se quedó en su hogar mientras el prí­ncipe heredero Nabucodonosor su hijo mayor tomó comando personal de sus tropas y marchó a Carquemis la que yací­a en los bancos del Eufrates. El cruzó el rí­o y marchó contra el ejército egipcio que estaba en Carquemis †¦ pelearon el uno contra el otro y el ejército egipcio huyó de delante de él. El los derrotó y los aniquiló. En cuanto al remanente del ejército egipcio que habí­a escapado de la derrota tan rápidamente que ninguna arma podí­a alcanzarlos, el ejército de Babilonia los alcanzó y los derrotó en el distrito de Hamat, de tal manera que ni un solo hombre escapó a su propio paí­s. En ese tiempo, Nabucodonosor conquistó todo el territorio de Hatti. Por 21 años Nabopolasar habí­a gobernado Babilonia. En el dí­a octavo del mes Ab murió; y en el mes de Elul Nabucodonosor regresó a Babilonia y el primer dí­a de Elul (— 6 de septiembre de 605 a. de J.C. ) se sentó en el trono real de Babilonia.
†œEn el año de su ascensión Nabucodonosor regresó a la tierra de Hatti y se movilizó victoriosamente a través de ésta hasta Sebas y fue entonces que tomó grandes despojos de Babilonia.
†œEn su primer año Nabucodonosor †¦ marchó como vencedor en el territorio Hatti hasta Quisleu. Todos los reyes del territorio Hatti (—Palestina) vinieron ante él y le dieron tributos. Avanzó hasta Askalón, capturándola en el mes de Quisleu.†
Por lo tanto, la fecha de esta batalla épica debe ser colocada entre mayo y junio del año 605 a. de J.C. La rapidez de la ocupación del oeste concuerda tanto con las palabras de Jeremí­as como con 2 R. 24:7 que †œel rey de Egipto salió de su tierra; porque el rey de Babilonia le tomó todo lo que era suyo desde el rí­o de Egipto hasta el rí­o Eufrates†.
Siendo que la crónica no hace mención de ningún ataque a Jerusalén misma en ese año (el 3° de Joaquí­n) la exactitud de Daniel 1:1 ha sido puesta en duda. Es posible que las fuerzas babilónicas que seguí­an hacia la frontera egipcia pudieran haber realizado un sitio rápido de la capital de Judea con los resultados exitosos descritos en Daniel 1:2. Otros adoptan un método diferente de fechar pero esto no explica las palabras †œÂ¡y la sitió!† El texto hebreo puede ser simplemente traducido †œy le mostró hostilidad† (Acadio Srr). Si esta última sugerencia es correcta, entonces Joaquí­n podí­a haber estado con los reyes de Damasco, Tiro y Sidón quienes, según el texto babilónico, trajeron tributo en el año de la ascensión de Nabucodonosor. Es cierto que para esta fecha Joaquí­n era un vasallo porque 3 años más tarde (2 R. 24:1) habí­a roto el convenio. A pesar de las advertencias de Jeremí­as, Joaquí­n parece haber cedido a la insistencia de Egipto, animado quizá por la derrota de los babilonios por el ejército de Neco II en la batalla conocida sólo por la crónica del año 601. †œEn batalla abierta ellos se hirieron mutuamente y se infligieron una severa derrota el uno al otro.† Los babilonios descansaron en su territorio equipando de nuevo a su ejército durante todo el siguiente año.
El saqueo de Askalón en 604 a. de J.C. puede que sea mencionado en un papiro arameo de Saqqara, en el que se menciona el ruego de una ciudad fenicia por ayuda en tiempo de crisis. La caí­da de la ciudad pudo haber ocasionado un ayuno público proclamado en Judá en ese tiempo (Jer. 36:9).
D. La Caí­da de Jerusalén (597 a. de J.C. ) En 599/8 este texto describe el ataque babilónico a las tribus árabes del oriente del Jordán. Estas incursiones fueron el tema de los oráculos de Jeremí­as (49:28–33). Eran un paso tomado en preparación para la expedición punitiva contra la rebelde Judá y a su vez era una acción destinada a salvaguardar la lí­nea de marcha cuando los babilonios más tarde invadieran Egipto.
No fue sino hasta el mes de Quisleu (=diciembre), en su 170 año de reinado (598 a. de J.C. ) que Nabucodonosor llevó su ejército por otra marcha más hacia el oeste (†œterritorio de Hatti†). De acuerdo con la crónica †œél sitió la ciudad de Judá, capturó la ciudad en el segundo dí­a del mes de Adar. Tomó cautivo al rey y nombró un gobernante de su agrado. Tomó un abundante tributo y lo envió a Babilonia†.
La fecha de la conquista de Babilonia es así­ conocida de una manera precisa (16 de marzo, 597 a. de J.C. ). El sitio debe haber sido breve ya que hubiera tomado a los babilonios algunas semanas para reunir sus fuerzas y llegar a Jerusalén. Es posible que la muerte de Joaquí­n (tres meses y diez dí­as antes de la caí­da de la ciudad, 2 Cr. 36:9), la que sabemos que debió haber ocurrido el 7 de diciembre de 598, pudo haber ocasionado la expedición babilónica. El relato babilónico concuerda con el historiador hebreo y lo suplementa. El rey capturado fue Joaquí­n y Babilonia nombró a Mataní­as-Zedequí­as como sustituto (2 R. 24:17, Jer. 37:1). El pesado tributo incluí­a los vasos del templo y entre las personas deportadas estaban Joaquí­n, su madre, esposas y familia, los dirigentes y los artesanos cuya presencia en el exilio en Babilonia es confirmada por otras inscripciones cuneiformes que allí­ se encontraron.
Parece que transcurrieron pocos dí­as hasta que este gran grupo de prisioneros fuera reunido y llevado, porque se dice que el exilio habí­a comenzado †œa la vuelta del año† (2 Cr. 36:10), es decir, en el mes siguiente después de la caí­da de la ciudad lo que marcó también el comienzo del 80 año del reinado de Nabucodonosor (véase 2 R. 24:12). Algunas aparentes discrepancias entre el relato babilónico y el bí­blico y las que describe Josefo (Antigüedades Judaicas X. 6-7) pueden deberse a la parquedad de cada escritor y hay insuficientes detalles para reconciliar todos los relatos en la etapa presente de nuestro conocimiento.
El resto de la crónica de Nabucodonosor describe otras marchas sobre Siria en enero de 596, y de nuevo en el siguiente año. Durante los años 595/4 Nabucodonosor enfrentó una revuelta en Babilonia que fue controlada. Hay una brecha desafortunada en la serie del cronista entre los años 599 a 556 a. de J.C. (cuando la conquista de E. Cilia, en el 3er. año de Neriglissar, está delineada en una tableta). Es de esperarse que algún dí­a aparezcan las tabletas que dan los eventos en estos años intermedios y así­ se clarifiquen muchas de las preguntas relacionadas con los últimos 33 años del reinado de Nabucodonosor.
E. La Caí­da de Babilonia (539 a. de J.C. ) se relata en el texto de la crónica del reinado de Nabonido (555–539 a. de J.C. ). Allí­ se habla del surgimiento de Ciro al poder en el Oriente; las campañas en Cilicia, Siria oriental y Edom y luego de los 10 años en los cuales Nabonido permanece en Tema (Arabia) mientras que el prí­ncipe heredero Beltasar, como co-regente, gobierna en Babilonia. Una inscripción de Harán implica que este exilio no fue voluntario y que terminó en el año 546 sólo cuando los sacerdotes y el pueblo de Babilonia, con el consentimiento de los reyes de Egipto y †œel rey de los medos† (= Ciro), acordaron el regreso. Las tribus de las regiones pantanosas del sur se oponí­an al gobierno.
La crónica de los 17 años de Nabonido dice: †œ†¦ los dioses de Babilonia entraron a Babilonia de todas partes. Los de Borsipa, Cuta †¦ y Sipar no vinieron. En Tesrit, cuando Ciro atacó al ejército de Babilonia en Opis sobre el rí­o Tigris, el pueblo de Babilonia se rebeló, pero él (Nabonido) mató (alguna de) la gente del pueblo. En el 150 dí­a cuando Sipar habí­a sido conquistado sin pelear, Nabonido huyó. En el 160 dí­a, Ugbarú, el gobernador del distrito de Gutium, y las tropas de Ciro entraron a Babilonia sin pelear. Más tarde Nabonido fue capturado cuando regresaba a Babilonia. Hasta el fin del mes, los escuderos gutianos estuvieron en Esagila, pero ninguno llevaba armas dentro de Esagila o en los precintos de su templo y no dejaron de observarse las ceremonias religiosas prescritas. En el dí­a tercero de Marchesvan Ciro entró en Babilonia y la gente extendí­a ramas verdes delante de él. Fue impuesto un tratado de paz en la ciudad y Ciro proclamó paz en Babilonia. Gubaru, su gobernador, nombró subprefectos en Babilonia †¦ los dioses de Babilonia regresaron a sus ciudades. En el mes de Marchesvan, en la noche del décimoprimero, Ugbarú murió †¦†
La llegada de Ciro y la caí­da de Babilonia fueron los temas constantes de los últimos profetas (Is. 13, 21; Jer. 50, 51). La caí­da de la ciudad se menciona en Daniel 5:30.
La fecha que se da aquí­ para la entrada de Ciro a la capital es el 29 de octubre de 539 a. de J.C. , 16 dí­as antes que la ciudad capitulara a Gubaru. Este último es considerado por algunos como el Darí­o del libro de Daniel (J. C. Whitcomb, Darius the Mede), aunque otra teorí­a identifica a Ciro con el †œDarí­o el medo†.
BIBLIOGRAFIA: A. L. Oppenheim, †œBabylonian and Assyrian Historical Texts† in ANET . Sidney Smith, Babylonian Historical Texts relating to the capture and downfall of Babylon, Methuen, London, 1924. D. J. Wiseman, Chronicles of Chaldaean Kings (626–556 a. de J.C. ), The British Museum London, 1956; †œRecords of Assyria and Babylonia†, Documents from Old Testament Times, ed. D. W. Thomas, Nelson, New York and London, 1958.


carlos adrian gomez burgara
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