Un arabismo es una palabra derivada del árabe, e incorporada a otro idioma.12 Algunos arabismos proceden originalmente de otra lengua, como el persa, de la que pasaron al árabe.
Muchos arabismos españoles se reconocen típicamente por comenzar por «al-», por ser tomados a partir de la forma árabe con su artículo determinado original anexo, /al-/. Sin embargo también, en la forma árabe original, el sonido consonántico /-l-/ se omite duplicando la consonante posterior cuando sea de tipo solar, en cuyo caso el arabismo comienza por «a-» sin ir seguido de «-l-», con lo que ya no se detecta el origen árabe de forma tan evidente. Algunos ejemplos de ambos casos son.
aceituna, del árabe hispánico /azzaytūn/ (procedente del árabe clásico /zaytūn/, y este del arameo /zaytuun/, un diminutivo de /zaytā/);
adalid, del árabe hispánico /addalīl/ (procedente del árabe clásico /dalīl/);
adive (chacal), del árabe hispánico /aḏḏīb/ (procedente del árabe clásico /ḏīb/);
ajedrez, del árabe hispánico /aššaṭranǧ/ o /aššiṭranǧ/ (procedente del árabe clásico /šiṭranǧ/, este del pelvi /čatrang/ y este del sánscrito /čaturaṅga/, «de cuatro miembros»);
alacena, del árabe hispánico /alẖazāna/ (procedente del árabe clásico /ẖizānah/);
albacea, del árabe hispánico /(ṣāḥb) alwaṣīyya/;
albahaca, del árabe hispánico /alḥabāqa/ (procedente del árabe clásico /ḥabaqah/);
albañil, del árabe hispánico /albannī/ (procedente del árabe clásico /bannā/);
albufera, del árabe hispánico /albuḥāyra/ (procedente del árabe clásico /buḥayrah/, diminutivo de /baḥr/ «mar»);
albur (mújol), del árabe hispánico /albūri/ (procedente del árabe clásico /būrī/, y este del copto /bōre/);
alcancía, del árabe hispánico /alkanzīyya/ (procedente del árabe clásico /kanz/, «tesoro», y este del pelvi /ganǰ/);
alcanfor, del árabe hispánico /alkafūr/ (procedente del árabe clásico /kāfūr/, este del pelvi /kāpūr/, y este del sánscrito /karpūrā/);
alcázar, del árabe hispánico /alqāṣr/ (procedente del árabe clásico /qāṣr/, «castillo» o «fortaleza», y este del latín castra, «campamento»);
alcalde, del árabe hispánico /alqāḍi/ (procedente del árabe clásico /qāḍī/, «juez»);
álgebra, del latín tardío /algĕbra/ (procedente del árabe clásico /alǧabru (walmuqābalah)/, «la reducción (y el cotejo)»);
alguacil, del árabe hispánico /alwazīr/ (procedente del árabe clásico /wazīr/);
almádena, del árabe hispánico /almāṭana/ (procedente del árabe clásico /mi'dan/ y /árabe hispánico /patāna/, «trasto», «cacharro»);
almazara, del árabe hispánico /alma'ṣāra/ (procedente del árabe clásico /ma'ṣarah/);
almohada, del árabe hispánico /almuẖādda/ (procedente del árabe clásico /miẖaddah/);
arroba, del árabe hispánico /arrūb'/ (procedente del árabe clásico ربع, /rūb'/, «cuarta parte»);
arroz, del árabe hispánico /arrāwz/ (procedente del árabe clásico /ruz[z]/, y este del griego ὄρυζα);
azafrán, del árabe hispánico /azza'farān/ (procedente del árabe clásico /za'farān/);
azúcar, del árabe hispánico /assūkkar/ (procedente del árabe clásico /sukkar/, «azúcar», y este del griego σάκχαρι, y este del pahlavi /šakar/).
Arabismos que empiezan por «Guad-
También proceden del árabe, si no todos, la mayoría de nombres propios hispánicos, generalmente toponímicos, que comienzan por «Guad-», del árabe clásico واد, /wād/, «valle» o «río», como por ejemplo:
Guadalajara, del árabe hispánico /wād alḥaŷara/, «valle de los castillos», «valle de las fortalezas» o «río de piedras»;
Guadalquivir, del árabe hispánico /wad alkabīr/, «río grande»;
Guadalete, del árabe /wād al-lete/ (procedente del árabe /wād/ y el griego Λήθη, «olvido»), «río del olvido»;
Guadalhorce, del árabe /wād aljurs/, «río de los silenciosos» o «río de la guardia»;
Guadalimar, del árabe /wād alahmar/, «río rojo»;
Guadarrama, del árabe /wād arraml/, «río del arenal»;
Guadiana, del árabe /wād/ y el latín ana («pato»), «río de patos»
Arabismos sin rasgos identificativos tan evidente.
En cambio, otros términos no presentan un patrón que descubra su origen, como en el caso de:
asesino, del árabe clásico /ḥaššāšīn/ («adictos al cáñamo indio»);
cifra y cero, del árabe hispánico /ṣifr/ (procedente del árabe clásico /ṣifr/, «vacío», por vía del italiano zero, y este del bajo latín zephy̆rum);
gazpacho, del árabe hispánico /gazpāču/ (procedente del griego γαζοφυλάκιον, «cepillo de la iglesia», por su variado contenido);
guitarra, del árabe /qīṯārah/ (procedente del arameo /qipārā/, del griego κιθάρα, «cítara»);
limón, del árabe hispánico /la[y]mún/ (procedente del árabe clásico /laymūn/, este del persa /limu/, y este del sánscrito /nimbū/);
medina, del árabe hispánico /madīna/ (procedente del árabe clásico /madīnah/, «ciudad»); y esta del arameo.
naranja, del árabe hispánico /naranǧa/ (procedente del árabe clásico /nāranǧ/, «naranja agria», este del persa /nārang/, y este del sánscrito /nāraṅga/);
ojalá, del árabe hispánico /in šā' allāh/, «si Dios quiere»;
tarea, del árabe hispánico /ṭarīḥa/ (procedente del árabe clásico /ṭarīḥa/, «echar»);
zanahoria, del árabe hispánico /safunnārya/ (procedente del griego σταφυλίνη ἀγρία, «zanahoria silvestre»)
YHWH dara lo nesesario,de alli viene el dicho que hasta hoy se escucha:En su montaña YHWH,da lo nesesario. bereshit.22:14
gomezburgara@yahoo.com.mx
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