domingo, 1 de enero de 2023

Revista atalaya.-Jehová nos ayuda a cumplir nuestro ministerio “Sin falta sabrán que hubo un profeta entre ellos” (EZEQ. 2:5).

Jehová nos ayuda a cumplir nuestro ministerio
"Sin falta sabrán que hubo un profeta entre ellos" (EZEQ. 2:5).

CANCIÓN 67 "Predica la palabra"

AVANCEa

1. ¿Qué sabemos los cristianos, y de qué estamos convencidos?

NO NOS extraña que algunas personas se opongan a nuestra predicación, y es muy probable que esa oposición se intensifique en el futuro (Dan. 11:44; 2 Tim. 3:12; Apoc. 16:21). Pero estamos convencidos de que Jehová nos va a ayudar. ¿Por qué lo decimos? Porque él siempre ha ayudado a sus siervos a cumplir con el trabajo que les ha asignado, por muy difícil que fuera. Para comprobar que esto es así, fijémonos en algunos sucesos de la vida del profeta Ezequiel, que les predicó a los judíos desterrados en Babilonia.

2. a) ¿Cómo describió Jehová a los judíos a los que Ezequiel tendría que predicarles? (Ezequiel 2:3-6). b) ¿Qué veremos en este artículo?

2 ¿Cómo era la gente a la que Ezequiel le tendría que predicar? Jehová dijo que aquellos judíos eran "rebeldes", "desafiantes" y "tercos de corazón". Eran tan malos como los espinos y tan peligrosos como los escorpiones. Con razón Jehová le dijo a Ezequiel varias veces: "No tengas miedo" (lea Ezequiel 2:3-6). Ezequiel pudo cumplir con su misión porque 1) fue Jehová quien lo envió, 2) el espíritu santo le dio fuerzas y 3) se alimentó de las palabras de Dios. ¿Cómo lo ayudaron estos tres factores, y cómo nos ayudan a nosotros hoy?

JEHOVÁ ENVIÓ A EZEQUIEL
3. ¿Qué palabras debieron animar a Ezequiel, y cómo le confirmó Jehová su apoyo?

3 Jehová le dijo a Ezequiel: "Te envío" (Ezeq. 2:3, 4). Eso debió animarlo mucho. Seguro que recordaba que Jehová había usado palabras parecidas cuando eligió a Moisés y a Isaías para que fueran sus profetas (Éx. 3:10; Is. 6:8). Ezequiel también sabía que Jehová había ayudado a estos profetas a llevar a cabo tareas muy difíciles. Así que, cuando Dios le dijo dos veces: "Te envío", él sabía que podía contar con su apoyo. Además, en el libro de Ezequiel encontramos muchas veces esta afirmación: "Recibí las palabras de Jehová" (Ezeq. 14:2). Y vez tras vez aparece la frase: "Recibí de nuevo las palabras de Jehová" (Ezeq. 6:1). De modo que el profeta no tenía ninguna duda de que era Jehová quien lo había enviado. Además, como su padre era sacerdote, seguro que le había enseñado que Jehová siempre les confirmaba a sus profetas que les daría todo su apoyo. De hecho, Jehová les había dicho a Isaac, Jacob y Jeremías: "Yo estoy contigo" (Gén. 26:24; 28:15; Jer. 1:8).

4. ¿Qué palabras reconfortantes debieron animar a Ezequiel?

4 ¿Cómo respondería al mensaje la mayoría de los israelitas? Jehová le dijo a Ezequiel: "La casa de Israel se negará a escucharte porque no quiere escucharme a mí" (Ezeq. 3:7). Al rechazar a este profeta, estaban rechazando a Jehová. Estas palabras debieron tranquilizar a Ezequiel porque el rechazo de la gente no quería decir que él fuera un mal profeta. Además, Jehová le confirmó que, cuando sus mensajes de condena se cumplieran, aquellos judíos sabrían "que hubo un profeta entre ellos" (Ezeq. 2:5; 33:33). Seguro que estas palabras tan reconfortantes le dieron a Ezequiel el ánimo que necesitaba para cumplir su ministerio.

JEHOVÁ NOS ENVÍA A NOSOTROS
Serie de imágenes: 1. Ezequiel predica en el territorio que tiene asignado. La mayoría de las personas rechazan su mensaje, pero un hombre escucha atentamente. 2. Un matrimonio con su hija en la predicación. La mayoría rechaza su mensaje, pero una mujer escucha atentamente.
Igual que Ezequiel, tal vez enfrentemos indiferencia y oposición. Pero sabemos que Jehová está con nosotros. (Vea los párrafos 5 y 6).
5. ¿Por qué nos anima Isaías 44:8?

5 A nosotros también nos anima saber que es Jehová quien nos envía. Él nos da el inmenso honor de ser sus testigos (Is. 43:10). Tal como Jehová le dijo a Ezequiel: "No tengas miedo", a nosotros nos dice: "No estén aterrados". ¿Por qué no debemos temer a nuestros opositores? Porque, igual que en el caso de Ezequiel, es Jehová quien nos envía y nos da todo su apoyo (lea Isaías 44:8).

6. a) ¿Cómo nos confirma Jehová su apoyo? b) ¿Qué nos consuela y anima?

6 Jehová nos confirma su apoyo. Por ejemplo, justo antes de decir: "Ustedes son mis testigos", él declaró: "Cuando cruces las aguas, yo estaré contigo y, al atravesar los ríos, estos no te cubrirán. Cuando pases por el fuego, no te quemarás y las llamas no te chamuscarán" (Is. 43:2). A veces, cuando predicamos, encontramos obstáculos que son como ríos y enfrentamos pruebas que son como fuego. Pero, con la ayuda de Jehová, seguimos predicando (Is. 41:13). A nosotros nos pasa lo mismo que a Ezequiel: la mayoría de la gente rechaza el mensaje. Tenemos presente que este rechazo no quiere decir que seamos malos testigos de Dios. Nos consuela y anima saber que Jehová está contento si seguimos declarando el mensaje fielmente. El apóstol Pablo dijo: "Cada persona recibirá su recompensa según su trabajo" (1 Cor. 3:8; 4:1, 2). Una hermana que lleva muchos años siendo precursora dice: "Me alegra saber que Jehová premia nuestros esfuerzos".

EL ESPÍRITU SANTO LE DIO FUERZAS A EZEQUIEL

Ezequiel ve una visión del carro celestial de Jehová, que lo convence aún más de que Jehová lo ayudará a cumplir su ministerio. (Vea el párrafo 7).
7. ¿Cómo debía sentirse Ezequiel cada vez que se ponía a pensar en la visión que recibió? (Vea el dibujo de la portada).

7 Ezequiel vio cuánto poder tiene el espíritu santo de Dios. En una visión vio cómo ese espíritu actuaba en poderosos seres espirituales y en las enormes ruedas de un carro celestial (Ezeq. 1:20, 21). Él mismo nos cuenta su reacción: "Cuando lo vi, caí rostro a tierra". Estaba tan impresionado que cayó al suelo (Ezeq. 1:28). Probablemente, cada vez que se ponía a pensar en esa impactante visión, se convencía más de que podría cumplir su ministerio con la ayuda del espíritu de Dios.

8, 9. a) ¿Qué orden le dio Jehová a Ezequiel? b) ¿Qué más hizo Jehová para fortalecer a Ezequiel?

8 Jehová le ordenó a Ezequiel: "Hijo del hombre, ponte de pie para que hable contigo". Esa orden y el espíritu de Dios le dieron la fortaleza que necesitaba para levantarse. Él escribió: "El espíritu entró en mí y me hizo ponerme de pie" (Ezeq. 2:1, 2). Posteriormente y a lo largo de su ministerio, "la mano de Jehová" —es decir, su espíritu santo— lo guio (Ezeq. 3:22; 8:1; 33:22; 37:1; 40:1). Ese espíritu le dio a Ezequiel las fuerzas que necesitaba para cumplir con la misión de predicar a los judíos "de cabeza dura y tercos de corazón" de su territorio (Ezeq. 3:7). Jehová le dijo: "He hecho tu rostro tan duro como sus rostros y tu frente tan dura como sus frentes. He hecho tu frente como un diamante, más dura que el pedernal. No les tengas miedo, y que sus rostros no te aterroricen" (Ezeq. 3:8, 9). Es como si Jehová le hubiera dicho: "No dejes que su terquedad te desanime. Yo haré que seas fuerte".

9 A partir de entonces, el espíritu de Dios llevó a Ezequiel por el territorio donde tenía que predicar. Él escribió: "La mano de Jehová era fuerte sobre mí". Al profeta le tomó una semana asimilar e interiorizar el mensaje que tenía que anunciar (Ezeq. 3:14, 15). Luego, Jehová le dijo que fuera a una llanura, donde el espíritu entró en él (Ezeq. 3:23, 24). Ezequiel ya estaba listo para empezar a predicar.

EL ESPÍRITU SANTO NOS DA FUERZAS A NOSOTROS
La mamá de la imagen anterior le predica por teléfono a la mujer que escuchó atentamente. Al fondo está el carro celestial de Jehová.
Tal como sucedió en el caso de Ezequiel, ¿qué nos ayuda hoy a cumplir nuestro ministerio? (Vea el párrafo 10).
10. ¿Qué ayuda necesitamos para cumplir nuestro ministerio, y por qué?

10 ¿Qué ayuda necesitamos para cumplir nuestro ministerio? Para responder esta pregunta, pensemos en Ezequiel. Antes de empezar a predicar, el espíritu santo le dio las fuerzas que necesitaba. Como Ezequiel, nosotros no podríamos predicar si no fuera por la ayuda del espíritu santo. ¿Por qué decimos esto? Porque Satanás lucha contra nosotros para detener la predicación (Apoc. 12:17). Desde un punto de vista humano, podría parecer que Satanás es un rival demasiado poderoso para nosotros. Pero con nuestra predicación lo estamos venciendo (Apoc. 12:9-11). Cuando participamos en el ministerio, demostramos que sus amenazas no nos asustan. Cada vez que predicamos es una derrota para Satanás. Así que el hecho de que podamos predicar a pesar de la oposición demuestra que el espíritu santo nos está dando fuerzas y que tenemos la aprobación de Jehová (Mat. 5:10-12; 1 Ped. 4:14).

11. ¿Cómo nos ayudará el espíritu santo, y qué debemos hacer para seguir recibiéndolo?

11 El hecho de que Jehová endureciera el rostro y la frente de Ezequiel nos garantiza algo más: que el espíritu santo nos puede ayudar a superar cualquier obstáculo que se presente en nuestro ministerio (2 Cor. 4:7-9). Entonces, ¿qué debemos hacer para seguir recibiendo el espíritu de Dios? Pedirlo en oración con insistencia, con la seguridad de que Jehová nos escuchará. Jesús les dijo a sus discípulos: "sigan pidiendo", "sigan buscando" y "sigan tocando a la puerta". ¿Cuál será la respuesta de Jehová? Que "les dará espíritu santo a quienes se lo piden" (Luc. 11:9, 13; Hech. 1:14; 2:4).

EZEQUIEL SE ALIMENTÓ DE LAS PALABRAS DE DIOS
12. Según Ezequiel 2:9-3:3, ¿de dónde vino el rollo, y qué mensaje contenía?

12 Además de recibir poder mediante el espíritu santo, Ezequiel se alimentó de las palabras, o el mensaje, de Dios. En una visión, vio una mano que llevaba un rollo (lea Ezequiel 2:9-3:3). ¿De dónde vino el rollo? ¿Qué mensaje contenía? ¿Y cómo alimentó a Ezequiel? El rollo vino del trono de Jehová. Probablemente Dios usó a uno de los cuatro ángeles que Ezequiel había visto para entregarle el rollo (Ezeq. 1:8; 10:7, 20). El rollo contenía las palabras de Dios: el extenso mensaje de condena que Ezequiel debía anunciarles a los desterrados rebeldes (Ezeq. 2:7). Ese mensaje estaba escrito por delante y por detrás del rollo.

13. ¿Qué le dijo Jehová a Ezequiel que hiciera con el rollo, y por qué era dulce?

13 Jehová le dijo a su profeta: "Cómete el rollo […] y llénate el estómago con él". Ezequiel fue obediente y se lo comió entero. ¿Qué significa esta parte de la visión? Que Ezequiel tenía que asimilar por completo el mensaje que debía anunciar. Ese mensaje tenía que llegar a ser parte de él; debía influir en sus sentimientos más profundos. Entonces ocurrió algo inesperado. Ezequiel descubrió que el rollo "era tan dulce como la miel" (Ezeq. 3:3). ¿Por qué? Porque, para él, el honor de representar a Jehová era algo dulce o agradable (Sal. 19:8-11). Estaba muy agradecido de que Jehová lo hubiera escogido para ser su profeta.

14. ¿Qué ayudó a Ezequiel a estar listo para cumplir su misión?

14 Más tarde, Jehová le dijo a Ezequiel: "Escucha y acepta en tu corazón todas las palabras que te digo" (Ezeq. 3:10). Jehová le estaba diciendo que tratara de recordar las palabras escritas en el rollo y que meditara en ellas. Eso alimentaría la fe de Ezequiel y dejaría claro en su mente el poderoso mensaje que debía llevarle a la gente (Ezeq. 3:11). Con el mensaje de Dios en su boca y en su corazón, el profeta estaba listo para empezar a predicar y cumplir su misión (compare con Salmo 19:14).

NOSOTROS NOS ALIMENTAMOS DE LAS PALABRAS DE DIOS
15. ¿Qué debemos aceptar en el corazón para no abandonar nuestro ministerio?

15 Para no abandonar nuestro ministerio, nosotros también debemos seguir alimentándonos de las palabras de Dios. Necesitamos aceptar en el corazón todo lo que Jehová nos dice. Hoy Jehová nos habla por medio de su Palabra escrita, la Biblia. ¿Qué podemos hacer para asegurarnos de que la Palabra de Dios sigue influyendo en nuestros pensamientos, sentimientos y motivos?

16. ¿Qué debemos hacer con la Palabra de Dios, y cómo lo logramos?

16 Nuestro cuerpo se nutre cuando comemos y digerimos los alimentos. Nuestra fe también se nutre cuando estudiamos la Palabra de Dios y meditamos en ella. Esa es la lección que nos enseña la visión del rollo. Jehová desea que "llenemos el estómago" con su Palabra, que asimilemos su mensaje. Y eso lo logramos orando, leyendo y meditando. Primero oramos para preparar nuestro corazón para recibir los pensamientos de Dios. Después leemos una porción de la Biblia. Y luego pausamos para meditar y pensar con detenimiento en lo que hemos leído. ¿Cuál será el resultado? Cuanto más meditemos, mejor asimilará nuestro corazón el mensaje de la Palabra de Dios.

17. ¿Por qué es tan importante que meditemos en lo que leemos en la Biblia?

17 ¿Por qué es tan importante que leamos la Biblia y meditemos en ella? Porque hacerlo nos da la fortaleza que necesitamos para anunciar ahora el mensaje del Reino y en el futuro cercano el duro mensaje de condena que posiblemente tengamos que proclamar. Además, cuando meditamos en las preciosas cualidades de Jehová, nuestra amistad con él se hace más fuerte. Y, como resultado, disfrutamos de algo muy dulce y agradable: paz interior y satisfacción (Sal. 119:103).

DECIDIDOS A SEGUIR ADELANTE
18. ¿Qué tendrán que reconocer las personas del territorio, y por qué?

18 Aunque no somos profetas inspirados por Dios como Ezequiel, sí tenemos el mensaje inspirado que Jehová ha dejado en su Palabra. Estamos decididos a seguir anunciándolo hasta que Jehová diga que no hay que predicar más. Cuando llegue el tiempo en que Jehová ejecute su sentencia, las personas del territorio no podrán decir que no se les advirtió o que Dios no las tuvo en cuenta (Ezeq. 3:19; 18:23). Más bien, tendrán que reconocer que el mensaje que predicábamos venía de Dios.

19. ¿De dónde sacaremos las fuerzas para cumplir nuestro ministerio?

19 ¿De dónde sacaremos las fuerzas para cumplir nuestro ministerio? Tenemos los tres factores que fortalecieron a Ezequiel: seguimos predicando porque sabemos que es Jehová quien nos ha enviado, porque el espíritu santo nos da fuerzas y porque nos alimentamos de la Palabra de Dios. Con la ayuda de Jehová estamos decididos a cumplir nuestro ministerio y a aguantar "hasta el fin" (Mat. 24:13).

¿CÓMO NOS AYUDAN ESTOS TRES FACTORES A CUMPLIR NUESTRO MINISTERIO?
Jehová es quien nos envía.

El espíritu santo nos da fuerzas.

Nos alimentamos de las palabras de Dios.

CANCIÓN 65 Lucha por progresar

a En este artículo, analizaremos tres factores que ayudaron al profeta Ezequiel a predicar el mensaje que Dios le había encargado. Ver cómo Jehová lo ayudó reforzará nuestra confianza en que también nos ayudará a nosotros a cumplir nuestro ministerio.

carlos adrian gomez burgara
carlosadrian@inbox.ru  

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