6 I. EXHORTACIÓN A BUSCAR LA SABIDURÍA (6–9)a
Los gobernantes deben buscar la sabiduría
1 Escuchad, reyes, y entended;
aprended, gobernantes de todo el mundo;b
2 poned atención, vosotros que domináis multitudes
y presumís de gobernar a muchos pueblos.
3 El Señor, Dios altísimo,
os ha dado poder y autoridad;c
él examinará vuestras obras
e investigará vuestras intenciones,
4 porque, estando al servicio del reino de Dios,
no habéis juzgado con rectitud ni habéis cumplido la ley
ni os habéis portado según la voluntad de Dios.
5 El Señor vendrá sobre vosotros
de manera terrible y repentina,
porque él juzga con severidad a los poderosos.
6 De los humildes tiene compasión y los perdona,
pero a los fuertes les pedirá cuentas con rigor.d
7 Él es Señor de todos y no tiene preferencias por ningunoe
ni siente miedo ante la grandeza.
Él hizo a los grandes y también a los pequeños,
y se preocupa de todos por igual;f
8 pero a los poderosos los examina con mayor rigor.
9 Esto os lo digo a vosotros, gobernantes,
para que adquiráis sabiduría y no perdáis el camino.g
10 Los que cumplen santamente las santas leyes
serán contados entre el pueblo santo;h
los que se dejaron instruir por ellas
tendrán cómo defenderse.
11 Tened, pues, vivos deseos de mis palabras;
buscadlas con avidez y recibiréis instrucción.
12 La sabiduría resplandece con brillo que no se empaña;
los que la aman, la descubren fácilmente,
y los que la buscan, la encuentran;
13 ella misma se da a conocer a los que la desean.
14 Quien madruga a buscarla, no se cansa:
la encuentra sentada a la puerta de su propia casa.
15 Tener la mente puesta en ella es prudencia consumada;
el que trasnocha por hallarla,
pronto se verá libre de preocupaciones.
16 Ella misma va de un lado a otro
buscando a quienes son dignos de ella;
se les manifiesta con bondad en el camino
y les sale al encuentro en todo lo que piensan.i
17 El comienzo de la sabiduríaj
es el deseo sincero de instruirse;
desear instruirse, ya es amar la sabiduría;
18 amarla es cumplir sus leyes;k
cumplir sus leyes es asegurarse la inmortalidad,
19 y la inmortalidad acerca a Dios.
20 Por tanto, el deseo de la sabiduría
es lo que hace de uno un verdadero rey.
21 Gobernantes de los pueblos,
si estimáis los tronos y los cetros,
apreciad la sabiduría
para que podáis reinar eternamente.
Descripción de la sabiduríal
22 Voy a deciros en qué consiste la sabiduría
y de dónde viene,
sin ocultaros ningún secreto.
Llegaré hasta el comienzo mismo de ella
y la daré a conocer con toda claridad,
sin pasar por alto la verdad.
23 No me dejaré guiar por la podrida envidia,
pues nada tiene que ver con la sabiduría.
24 En que haya muchos sabios está la salvación del mundo,
y un rey prudente trae bienestar a su pueblo.m
25 Por tanto, dejaos instruir por mis palabras
y sacaréis provecho.
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