Lunes 15 de junio
Compra la verdad misma y no la vendas (Prov. 23:23).
¿Cuál es nuestra posesión más valiosa? ¿Estaríamos dispuestos a cambiarla por algo de menos valor? Para los siervos de Dios, la respuesta a estas preguntas es sencilla. Lo más valioso que tenemos es nuestra amistad con Jehová, y no la cambiaríamos por nada. También valoramos mucho la verdad de la Biblia, pues hace posible que seamos amigos de nuestro Padre celestial (Col. 1:9, 10). Pensemos en todo lo que el Magnífico Instructor nos enseña en su Palabra, la Biblia. Nos dice cuál es su nombre y lo que significa, y nos revela sus hermosas cualidades. Nos explica el maravilloso regalo del rescate, que nos suministró por amor mediante su Hijo, Jesús. También nos habla del Reino mesiánico y la esperanza de vivir en el Paraíso, en la Tierra. Además, nos enseña cuál es la mejor manera de vivir y comportarnos. Todas estas enseñanzas son muy valiosas para nosotros porque nos permiten acercarnos al Creador y le dan sentido a nuestra vida. w18.11 3 párrs. 1, 2
Martes 16 de junio
No estén mintiéndose unos a otros (Col. 3:9).
Las personas que dicen mentiras no le pueden ocultar nada a Jehová, pues “todas las cosas están desnudas y abiertamente expuestas” ante él (Heb. 4:13). Por ejemplo, Ananías y Safira vendieron un campo y les dijeron a los apóstoles que les entregaban todo el dinero de la venta, cuando en realidad solo era una parte. Querían quedar bien delante de los hermanos y hacerles creer que eran más generosos de lo que de verdad eran. Pero Jehová vio el engaño y les dio su merecido (Hech. 5:1-10). ¿Qué opina Jehová de la mentira? Satanás y todos los mentirosos malintencionados que no se arrepientan acabarán en el “lago de fuego”. En otras palabras, serán destruidos para siempre (Rev. 20:10; 21:8; Sal. 5:6). Sabemos que Jehová “no es hombre para que diga mentiras”. De hecho, “es imposible que Dios mienta” (Núm. 23:19; Heb. 6:18). La Biblia dice que odia “una lengua falsa” (Prov. 6:16, 17). Para tener su aprobación, debemos seguir sus normas y decir siempre la verdad. w18.10 8 párrs. 10-13
Miércoles 17 de junio
Reflexiona sobre estas cosas (1 Tim. 4:15).
Supongamos que nuestro jefe nos pidiera que diéramos dinero para una fiesta relacionada con la religión falsa. ¿Qué haríamos? En vez de esperar a que se presenten situaciones como esta, ¿por qué no meditamos ahora en lo que Jehová piensa al respecto? Entonces, nos resultará más fácil hacer y decir lo que es correcto. Meditar de antemano en la necesidad de ser leales a Dios puede ser útil en una emergencia médica. Es cierto que estamos resueltos a rechazar las transfusiones de sangre completa o de uno de sus cuatro componentes principales (Hech. 15:28, 29). Pero hay otros procedimientos relacionados con la sangre sobre los que hay que tomar una decisión personal. Para ello, debemos analizar los principios bíblicos que revelan lo que piensa Jehová. Claro, el momento ideal para sopesar estos asuntos no es cuando estamos en el hospital, quizá con dolor o bajo presión para que tomemos una decisión rápida. Ahora es cuando debemos investigar el tema, poner por escrito nuestros deseos en un documento médico legal y hablar con el médico. w18.11 24 párr. 5; 26 párrs. 15, 16
Jueves 18 de junio
El que me escucha, él residirá en seguridad (Prov. 1:33).
Jehová es un pastor cariñoso que nos mantiene a salvo y nos protege de nuestros enemigos. Saber esto nos tranquiliza mucho ahora que estamos tan cerca del fin de este mundo. Jehová seguirá cuidando a sus siervos durante la gran tribulación, que está a la vuelta de la esquina (Rev. 7:9, 10). Por lo tanto, seamos jóvenes o mayores, tengamos buena salud o suframos alguna enfermedad o discapacidad, no sentiremos miedo cuando llegue la tribulación. Al contrario, recordaremos estas palabras de Jesucristo: “Levántense erguidos y alcen la cabeza, porque su liberación se acerca” (Luc. 21:28). No perderemos la confianza ni siquiera cuando empiece el ataque de Gog, una coalición o grupo de naciones poderosas (Ezeq. 38:2, 14-16). ¿Por qué estaremos tan tranquilos? Porque sabemos que Jehová no cambia. Él siempre será un salvador amoroso y considerado (Is. 26:20). w18.09 26 párrs. 15, 16
Viernes 19 de junio
Has sido precioso a mis ojos, y yo mismo te he amado (Is. 43:4).
El pueblo de Israel debió sentirse muy animado al escuchar estas palabras de Jehová. Usted también puede estar seguro de que Dios lo ama y lo considera muy valioso. Jehová promete a su pueblo: “Como Poderoso, salvará. Se alborozará sobre ti con regocijo” (Sof. 3:16, 17). No importa cuáles sean las pruebas que afronten los siervos de Dios, él promete apoyarlos y consolarlos. En el libro de Isaías, dijo: “Ustedes ciertamente mamarán. Sobre el costado serán llevados, y sobre las rodillas serán acariciados. Como un hombre a quien su propia madre sigue consolando, así yo mismo seguiré consolándolos a ustedes” (Is. 66:12, 13). Estas palabras pintan una escena muy tierna: la de una madre que lleva a su bebé en brazos o juguetea con él. De esta manera, Jehová ejemplifica el profundo amor que siente por sus siervos. Nunca dudemos de que somos muy valiosos a sus ojos (Jer. 31:3). w18.09 13 párrs. 6, 7
Sábado 20 de junio
¿Quién hay que ofrezca voluntariamente llenar su mano hoy con una dádiva para Jehová? (1 Crón. 29:5).
En el antiguo Israel, hubo varias ocasiones en las que fue necesario solicitar voluntarios (Éx. 36:2; Neh. 11:2). Hoy también tenemos muchas oportunidades de ofrecer nuestro tiempo, recursos y capacidades para ayudar a nuestros hermanos. Si lo hacemos, seremos muy felices y recibiremos muchas bendiciones. Quienes participan en trabajos para la organización suelen hacer nuevos amigos. Veamos lo que le pasó a Margie, una hermana que ha trabajado durante dieciocho años en la construcción de Salones del Reino. A lo largo de los años, dio capacitación a varias hermanas jóvenes. Ella consideraba que esas eran ocasiones perfectas para animarse mutuamente en sentido espiritual (Rom. 1:12). Y, cuando pasó por momentos difíciles en su vida, todas esas amigas la consolaron mucho. ¿Nos hemos ofrecido alguna vez para trabajar en la construcción? w18.08 25 párrs. 9, 11
Domingo 21 de junio
Que nadie jamás menosprecie tu juventud. Por lo contrario, hazte ejemplo para los fieles en el hablar, en conducta, en amor, en fe, en castidad (1 Tim. 4:12).
Cuando Pablo escribió estas palabras, Timoteo debía tener poco más de 30 años. Pero el apóstol le había dado responsabilidades de peso. Sin importar el motivo por el que le dio ese consejo, la clara lección es que no debemos juzgar a los hermanos jóvenes solo por su edad. Recordemos que incluso Jesús llevó a cabo su ministerio cuando tenía poco más de 30 años. En algunas culturas, no se valora mucho a los hombres jóvenes. Si este es el caso en nuestra zona, puede que los ancianos se resistan a recomendar a hermanos jóvenes que reúnen los requisitos para ser siervos ministeriales o ancianos. Los ancianos deben recordar que la Biblia no da una edad mínima para recomendar a un hermano (1 Tim. 3:1-10, 12, 13; Tito 1:5-9). w18.08 11, 12 párrs. 15, 16
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