domingo, 5 de enero de 2020

Apocalipsis 9 - Biblia Kadosh Israelita Mesiánica

1. El quinto malaj sonó su shofar, y vi una estrella que había caído del cielo a la tierra, y le fue dada la llave del pozo que conduce al abismo.[56]
2. Abrió el pozo del abismo, y subió humo como el humo de un enorme horno; el sol fue oscurecido y el cielo también por el humo del pozo.[57]
3. Entonces del humo de la tierra salieron langostas, y les fue dado poder, como el poder que los escorpiones tienen en la tierra.
4. Fueron instruidos no dañar la hierba de la tierra, ninguna planta verde ni ningún árbol; sino solamente a la gente que no tenía el sello de YAHWEH en sus frentes.[58]
5. Las langostas no podían matarlos, sólo infligir dolor por cinco meses, y el dolor que ellas causaron fue como el dolor de la picada de escorpión.
6. En aquellos días los hombres buscará la muerte, pero no la encontrará; anhelarán morir, pero la muerte los eludirá.[59]
7. Ahora, estas langostas lucían como caballos preparados para la guerra. En sus cabezas había lo que lucía como coronas de oro, y sus caras eran como caras humanas.
8. Tenían cabello como el de las mujeres, y sus dientes eran como los de los leones.
9. Sus pechos eran como pectoral de hierro, y el sonido que sus alas hacían era como de muchos caballos y carruajes corriendo hacia la batalla.
10. Ellos tenían sus colas como de escorpiones, con ponzoña; y en sus colas tenían el poder para dañar a la gente por cinco meses.
11. Tenían como rey sobre ellos al malaj del abismo, cuyo nombre en Hebreo es 'Abaddon' y en nuestro idioma: 'Destructor.'[60]
12. El primer Ay ha pasado, pero todavía faltan dos ayes por venir.
13. El sexto malaj sonó su shofar, y oí una voz de entre los cuatro cuernos del altar de oro que estaba delante de YAHWEH,
14. diciendo al sexto malaj, el que tenía el shofar: '¡Suelta a los cuatro malajim que están atados junto al gran río Eufrates!'
15. Y fueron soltados. Estos cuatro malajim habían estado guardados, pero listos para este momento, para este día, mes y año, a fin de matar un tercio de la humanidad;
16. ¡y el número de los soldados de caballería era doscientos millones![61] Yo oí el número.
17. Así es como lucían los caballos en la visión: tenían corazas de color rojo fuego, azul añil y amarillo azufre; las cabezas de los caballos eran como cabezas de leones; y de sus bocas salía fuego, humo y azufre.
18. Fueron estas tres plagas las que mataron un tercio de la humanidad: el fuego, el humo y el azufre saliendo de la boca de los caballos.
19. Porque el poder de los caballos estaba en sus bocas; y también en sus colas, pues sus colas eran como serpientes con cabeza, y con ellas podían causar daño.
20. El resto de la humanidad, aquellos que no fueron muertos por las plagas, ni aún se volvieron de lo que habían hecho con sus propias manos; no dejaron de adorar demonios e ídolos hechos de oro, plata, bronce, piedra y madera, los cuales no pueden ver, ni oír, ni caminar. °
21. Ni se volvieron de sus asesinatos, ni del mal uso de drogas relacionado con lo oculto, ni de la inmoralidad sexual ni de sus robos.[62]

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