domingo, 15 de marzo de 2020

Nuestro Dios, Jehová, nos considera valiosos “Se acordó de nosotros cuando estábamos hundidos” (SAL. 136:23).

Nuestro Dios, Jehová, nos considera valiosos

“Se acordó de nosotros cuando estábamos hundidos” (SAL. 136:23).
CANCIÓN 33 Echa sobre Dios tu carga
AVANCE*
1, 2. ¿A qué situaciones se enfrentan muchos siervos de Jehová, y qué efecto pueden tener en ellos?
PENSEMOS en las siguientes tres situaciones. A un hermano joven le diagnostican una enfermedad debilitante. Un hermano muy trabajador de más de 50 años pierde el empleo y no encuentra otro por mucho que lo intenta. Una fiel hermana mayor siente que cada vez puede hacer menos en el servicio a Jehová.
Si tenemos alguno de estos problemas, es posible que nos parezca que ya no servimos para nada. Estas situaciones pueden robarnos la felicidad, destruir nuestro amor propio y perjudicar nuestra relación con los demás.
3. ¿Cómo ven la vida Satanás y aquellos que lo imitan?
Este mundo refleja cómo ve Satanás la vida de los seres humanos. Él siempre nos ha tratado como si no valiéramos nada. Con crueldad, le ofreció a Eva el camino a la libertad cuando sabía muy bien que el castigo por desobedecer a Dios era la muerte. Siempre ha controlado el sistema económico, político y religioso de este mundo. Así que no sorprende que muchos hombres de negocios, políticos y guías religiosos demuestren su misma falta de respeto a la vida y la dignidad del hombre.
4. ¿De qué hablaremos en este artículo?
En cambio, Jehová quiere que nos sintamos bien con nosotros mismos y nos apoya cuando pasamos por situaciones que pudieran hacernos creer que somos inútiles (Sal. 136:23; Rom. 12:3). En este artículo, veremos cómo nos ayuda en las siguientes situaciones: cuando tenemos una enfermedad, cuando pasamos por dificultades económicas y cuando la edad avanzada nos hace pensar que ya no tenemos nada que ofrecer en el servicio a Jehová. Pero primero analicemos por qué podemos confiar en que todos somos valiosos para Dios.

SOMOS VALIOSOS PARA JEHOVÁ

5. ¿Qué nos convence de que los seres humanos somos valiosos para Jehová?
Aunque Jehová nos hizo del polvo del suelo, valemos mucho más que un puñado de tierra (Gén. 2:7). Veamos algunas razones por las que sabemos que somos valiosos para Dios. Por ejemplo, nos creó con la capacidad de reflejar sus cualidades (Gén. 1:27). De ese modo, nos colocó por encima del resto de la creación física, de modo que nos puso a cargo de la Tierra y los animales (Sal. 8:4-8).
6. ¿Qué otra prueba tenemos de que Jehová considera importantes a las personas imperfectas?
La humanidad siguió siendo valiosa para Jehová incluso después del pecado de Adán. Somos tan importantes para él que dio a su Hijo, Jesús, como sacrificio por nuestros pecados (1 Juan 4:9, 10). Gracias al rescate, Dios resucitará a los que han muerto por culpa del pecado de Adán, tanto a justos como a injustos (Hech. 24:15). Su Palabra muestra que el valor que tenemos para él no depende de nuestra salud, situación económica o edad (Hech. 10:34, 35).
7. ¿Qué más razones tenemos los siervos de Dios para creer que él nos valora?
Los siervos de Dios tenemos más razones para creer que él nos valora. Nos ha atraído a él y se ha fijado en cómo respondimos al mensaje de las buenas noticias (Juan 6:44). Cuando comenzamos a acercarnos a Jehová, él se acercó a nosotros (Sant. 4:8). Además, dedica tiempo y esfuerzo a educarnos. Sabe cómo somos ahora y qué podemos llegar a ser. Y nos muestra su amor disciplinándonos (Prov. 3:11, 12). ¿No prueba todo esto que somos importantes para Dios?
8. ¿Cómo pueden ayudarnos las palabras del Salmo 18:27-29 a ver los problemas de manera distinta?
El rey David sabía que Jehová lo amaba y lo ayudaba. Y ese convencimiento lo ayudó a soportar con la actitud apropiada el que algunos lo consideraran inútil (2 Sam. 16:5-7). Cuando nos sentimos hundidos y nos enfrentamos a dificultades, Jehová puede ayudarnos a ver las cosas de manera distinta y a superar cualquier obstáculo (lea Salmo 18:27-29). Si contamos con el apoyo de Dios, nada puede impedirnos servirle con felicidad (Rom. 8:31). Veamos ahora las tres situaciones en las que debemos recordar en especial que Jehová nos valora y nos ama.

CUANDO TENEMOS UNA ENFERMEDAD

Varias imágenes: Un hermano lucha contra los sentimientos negativos durante una enfermedad. 1. Está sentado en la cama de un hospital con la cabeza apoyada en la mano. 2. Ora. 3. Lee la Biblia. 4. Sonríe.
Leer las palabras inspiradas de Dios nos ayudará a lidiar con los sentimientos negativos que causa la enfermedad. (Vea los párrafos 9 a 12).
9. ¿Qué puede hacernos sentir una enfermedad?
Las enfermedades pueden desgastarnos emocionalmente y hacernos pensar que ya no somos útiles para nadie. Quizás nos sintamos avergonzados de que las personas se den cuenta de nuestras limitaciones o de que necesitamosayuda. Y, aunque los demás no sepan que estamos enfermos, tal vez sintamos vergüenza porque no podemos hacer lo mismo que antes. En esos momentos de angustia, Jehová nos anima. ¿Cómo lo hace?
10. De acuerdo con Proverbios 12:25, ¿qué puede ayudarnos cuando estamos enfermos?
10 Cuando estamos enfermos, “una buena palabra” puede levantarnos la moral(lea Proverbios 12:25). Jehová ha recogido en la Biblia buenas palabras que nos recuerdan que le importamos aunque tengamos una enfermedad (Sal. 31:19;41:3). Si leemos y hasta releemos estas palabras inspiradas de Dios, él nos ayudará a afrontar los sentimientos negativos ocasionados por la enfermedad.
11. ¿Cómo sintió un hermano la ayuda de Jehová?
11 Veamos lo que le pasó a Jorge. Cuando era joven, contrajo una enfermedad debilitante que avanzaba con rapidez y que le hacía sentirse inútil. Cuenta: “No estaba preparado para afrontar los sentimientos que despertó en mí la enfermedad ni la vergüenza que esta me hacía pasar porque la gente me miraba. Al empeorar mi estado, pensaba en cómo cambiaría mi vida. Estaba hundido, así que le supliqué a Jehová que me ayudara”. ¿Cómo lo cuidó Dios? Él responde: “Me costaba concentrarme, así que me aconsejaron leer pasajes cortos de los Salmos en los que se habla del interés de Jehová por sus siervos. Releía esos textos todos los días. Me ayudaban y me tranquilizaban. Con el tiempo, los demás empezaron a observar que sonreía con más frecuencia. Hasta decían que mi actitud positiva los animaba a ellos. Me di cuenta de que Jehová había respondido mis oraciones. Me había ayudado a cambiar lo que sentía hacia mí mismo. Comencé a centrarme en lo que la Biblia dice sobre cómo me ve él a pesar de la enfermedad”.
12. ¿Qué podemos hacer para sentir el apoyo de Jehová cuando estamos enfermos?
12 Si tenemos una enfermedad, podemos estar seguros de que Jehová sabe por lo que estamos pasando. Roguémosle que nos ayude a ver la situación de una manera apropiada. Acudamos a la Biblia para encontrar las buenas palabras que Dios ha puesto en ella para nosotros. Centrémonos en los pasajes que muestran cuánto valora Jehová a sus siervos. Al hacerlo, veremos que es bueno con todos los que le sirven fielmente (Sal. 84:11).

CUANDO ATRAVESAMOS PROBLEMAS ECONÓMICOS

Varias imágenes: Un hermano tiene dificultades económicas. 1. Lo echan del trabajo. 2. Dirige regularmente la adoración en familia. 3. Hace su lectura personal de la Biblia. 4. Sale a predicar con su esposa.
Recordar que Jehová promete darnos lo necesario nos sostendrá cuando nos cueste encontrar un empleo. (Vea los párrafos 13 a 15).
13. ¿Qué efecto puede tener en un cabeza de familia la pérdida del empleo?
13 Todos los cabezas de familia desean mantener a los suyos. Supongamos que un hermano pierde su empleo sin tener ninguna culpa. Trata por todos los medios de encontrar otro, pero no lo logra. Ante esta situación, es posible que sienta que no vale para nada. ¿Cómo puede ayudarlo centrarse en las promesas de Jehová?
14. ¿Por qué motivos cumple Jehová sus promesas?
14 Jehová siempre cumple sus promesas (Jos. 21:45; 23:14). Lo hace por varios motivos. Primero, porque está en juego su nombre o reputación. Él nos ha dado su palabra de que cuidará a sus siervos leales, así que se siente en la obligación de cumplir esa promesa (Sal. 31:1-3). Además, sabe lo mal que nos sentiríamos si no se preocupara por quienes forman parte de su familia. Promete sostenernos material y espiritualmente, y nada se lo impedirá (Mat. 6:30-33;24:45).
15. a) ¿A qué dificultades se enfrentaron los cristianos del siglo primero? b) ¿Qué confianza nos da el Salmo 37:18, 19?
15 Cuando recordamos por qué cumple Jehová sus promesas, nos sentimos seguros al atravesar problemas económicos. Pensemos en los cristianos del siglo primero. Cuando se levantó una gran persecución contra la congregación de Jerusalén, “todos, menos los apóstoles, fueron esparcidos” (Hech. 8:1). Como consecuencia, debieron sufrir dificultades económicas. Probablemente perdieron sus hogares, los trabajos y los negocios. Pero Jehová no los abandonó, y ellos no perdieron la felicidad (Hech. 8:4; Heb. 13:5, 6; Sant. 1:2, 3). Dios sostuvo a aquellos cristianos fieles, y lo mismo hará con nosotros (lea Salmo 37:18, 19).

ANTE LOS ACHAQUES DE LA EDAD

Varias imágenes: Una hermana fiel sufre los achaques de la edad. 1. Está sentada orando agarrada a un bastón. 2. Participa en la predicación pública con una hermana joven. 3. Les enseña un álbum de fotos a unos niños de la congregación. 4. Sonríe, pues se siente confiada, animada y útil.
Centrarnos en lo que podemos hacer, incluso en la edad avanzada, nos dará la seguridad de que Jehová nos valora y aprecia nuestro fiel servicio. (Vea los párrafos 16 a 18).
16. ¿Qué situación podría hacernos dudar de si Jehová aprecia nuestro servicio?
16 Al ir haciéndonos mayores, podríamos empezar a pensar que tenemos poco que darle a Jehová. Es posible que ese tipo de pensamientos atormentaran al anciano rey David (Sal. 71:9). ¿Cómo nos ayuda Jehová?
17. ¿Qué nos enseña el caso de una hermana llamada Jheri?
17 Veamos el caso de una hermana llamada Jheri. La invitaron a un curso demantenimiento en el Salón del Reino, pero no quería asistir. Dijo: “Soy vieja, estoy viuda y no sé hacer nada que Jehová pueda utilizar. No sirvo para nada”. La noche antes del curso, le oró a Jehová desde lo más profundo de su corazón. Al día siguiente, cuando llegó al Salón, aún dudaba de si debía estar allí. Durante el programa, un orador recalcó que lo más importante que tenemos es nuestra disposición a ser enseñados por Jehová. Jheri recuerda: “Pensé: ‘Eso sí lo tengo’. Empecé a llorar al darme cuenta de que Jehová me había contestado. Me estaba convenciendo de que tenía algo de valor que darle y de que él estaba dispuesto a enseñarme”. Jheri vuelve la vista atrás y dice: “Entré en la reunión nerviosa, desanimada y hundida. Pero salí confiada, animada y sintiéndome útil”.
18. ¿Cómo muestra la Biblia que Jehová sigue valorando nuestro servicio cuando nos hacemos mayores?
18 Cuando nos hacemos mayores, podemos tener la seguridad de que Jehová todavía tiene trabajo para nosotros (Sal. 92:12-15). Jesús nos enseñó que Jehová valora lo que hacemos en su servicio por poco que nos parezca a nosotros o por limitadas que nos parezcan nuestras aptitudes (Luc. 21:2-4). Así que centrémonos en lo que podemos hacer. Por ejemplo, podemos hablar sobre Jehová, orar a favor de los hermanos y animar a los demás a ser fieles. Jehová nos considera sus colaboradores no por lo que logramos, sino por nuestra buena disposición a obedecerle (1 Cor. 3:5-9).
19. ¿Qué seguridad nos da Romanos 8:38, 39?
19 Qué agradecidos estamos de adorar a Jehová, un Dios que valora de verdad a quienes lo sirven. Él nos creó para hacer su voluntad, y lo que da verdadero sentido a nuestra vida es la adoración verdadera (Apoc. 4:11). Puede que el mundo considere que no servimos para nada, pero Jehová no se avergüenza de nosotros (Heb. 11:16, 38). Cuando nos sintamos hundidos por culpa de la enfermedad, las dificultades económicas o la edad avanzada, recordemos que nada puede separarnos del amor de nuestro Padre celestial (lea Romanos 8:38, 39).
¿Nos hemos enfrentado a situaciones que nos han hecho pensar que no valemos nada? Este artículo nos recordará cuánto nos valora Jehová. También analizará cómo conservar el amor propio pase lo que pase en nuestra vida.
CANCIÓN 30 Mi Amigo, mi Padre, mi Dios

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