Cuando oramos por algo que es claramente la voluntad de Dios y no ocurre nada, debemos examinarnos para ver si no hay en nosotros algo que esté impidiendo la obra del Espíritu de Dios.
LECTURA BÍBLICA:
"Él entonces se levantó y la siguió. Y Giezi había ido delante de ellos, y había puesto el báculo sobre el rostro del niño; pero no tenía voz ni sentido, y así se había vuelto para encontrar a Eliseo, y se lo declaró, diciendo: El niño no despierta" (2 Reyes 4:31).
carlos adrian gomez burgara
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