un cuento de origen sumerio (4000-3000 a. C.) y habla de Inanna que según la mitología era la Diosa del Amor, de la Guerra y Protectora de la ciudad de Uruk.

(Mitología Sumeria)

Este es un cuento de origen sumerio (4000-3000 a. C.) y habla de Inanna que según la mitología era la Diosa del Amor, de la Guerra y Protectora de la ciudad de Uruk.

... Erase una vez una Diosa que vivía en el Séptimo Cielo en total plenitud, vivía en total abundancia, nada necesitaba porque ella era la voluntad potente de Todo.

Un día Inanna dijo: quiero conocer los Mundos Infernales o el Inframundo y antes de partir habló con su amigo y consejero y este le prometió que cuando ella estuviera lejos, muy lejos y hubiera perdido todo contacto con su esencia, con el Séptimo cielo que era su hogar, el lugar que le correspondía en el mundo, él iba a clamar por ella, iba a gritar por ella, iba a recordarle con su clamor este lugar para ayudarla a regresar.

Inanna con la promesa de su amigo parte a su viaje, y para entrar en el Sexto Cielo golpea la puerta y el portero del Sexto Cielo le dice: entra pero si quieres entrar al Sexto Cielo y habitarlo debes sacarte la corona (la corona es el símbolo iniciático de la omniconsciencia), entonces Inanna se saca la corona y en ese momento pierde totalmente su consciencia global total de unidad y su capacidad de omnipresencia, de ser en todo, y deja la corona y habita el Sexto Cielo.

Cuando entra en el Sexto Cielo lo habita, lo conoce y lo experimenta sin corona, sin sentirse unida a todo lo que existe.

Luego de un tiempo Inanna decide seguir su camino y golpea la puerta del Quinto Cielo y el portero le dice: puedes entrar sin embargo si quieres entrar al Quinto Cielo debes sacarte tu pectoral, y sacándose el pectoral Inanna pierde su capacidad de amar universalmente, de amar incondicionalmente, de amar impersonalmente, pierde el contacto con la fuerza amorosa que une a todo con todo y habita el Quinto Cielo, lo experimenta y lo conoce .

Cuando ya lo conoció por completo decide continuar y golpea la puerta del Cuarto Cielo y cuando va a entrar en el Cuarto Cielo el portero le dice: puedes entrar el Cuarto Cielo pero debes entregarme tus joyas de lapislázuli, entonces ella al sacarse las joyas pierde todos sus poderes simbolizados por las piedras, sus poderes de sanar, sus poderes de ayudar, toda la potencia, y habita el Cuarto Cielo, lo experimenta y lo conoce hasta que decide partir al Tercer Cielo.

Inanna golpea la puerta del Tercer Cielo y entonces el portero le dice: puedes entrar pero tienes que sacarte el maquillaje, y cuando ella se saca el maquillaje pierde su belleza, pierde la belleza de su ser que es la capacidad de entender la belleza en todo ser y en todo lo que existe, de ver la belleza más allá de la apariencia, entonces habita el Tercer Cielo, lo experimenta y lo conoce por completo.

Inanna sigue su camino y golpea la puerta del Segundo Cielo y el portero le dice: puedes entrar pero tienes que sacarte tus vestiduras de tules, y cuando ella se saca sus vestiduras de tules pierde la conciencia de sus cuerpos sutiles y se materializa y se siente sólo un ser físico, material y denso y habita el Segundo Cielo.

Luego de conocer el Segundo Cielo decide golpear la puerta del Mundo Infernal y el portero le abre, entonces ella le dice quiero entrar y el portero le dice ven, y la toma desnuda; ya habiendo perdido toda su potencia divina el portero la clava en el suelo con una estaca e Inanna queda muerta en el suelo del Primer Cielo o Mundo Infernal. El símbolo de la estaca clavada en el suelo junto con Inanna aprisionada por la materia y sobre todo muerta significa para las tradiciones que es una persona que no recuerda su esencia, es la persona que no recuerda su origen, que no sabe quién es, no sabe de donde viene, no sabe hacia donde va, ha olvidado su esencia espiritual, ha olvidado todo el recuerdo de su ser. Esta es la realidad del ser humano cuando llega al punto más bajo de su proceso involutivo.

Estando Inanna en ese estado en el cual ya no busca más nada, escucha la voz de su amigo (que simbólicamente es la voz de su espíritu) que grita y grita tanto y tan fuerte que atraviesa todos los cielos hasta llegar al Primer mundo y en ese grito la despierta y cuando Inanna despierta en realidad es el Despertar del recuerdo, es la inquietud, es la intuición; ella despierta y recuerda y comienza a recordar quien es y en ese momento se saca la estaca con que está clavada en el suelo y se levanta y aunque está en harápos, aunque esta sucia ,contaminada y destruida, desde ahí desde esa miseria en que se ve sumida que es la miseria espiritual a la que llega el ser humano, comienza su viaje de retorno.

Inanna emprende su viaje de retorno sin saber hacia donde va, que es lo que le ocurre al ser humano que no sabe hacia adonde va porque no recuerda nada, sólo recuerda que hay algo más allá de lo que está haciendo en este momento que ella anhéla y si lo anhéla es porque lo és, porque sólo anhelámos lo que somos y sabemos, no podemos anhelar algo que no está adentro de nosotros como nuestra propia esencia, si anhelámos plenitud es porque somos plenitud, si anhelámos ser más que este pequeño yo es porque somos más que este pequeño yo, y por lo tanto Inanna desde ese chispazo de anhelo , desde esa conciencia apenas fulgurante golpea la puerta del Segundo Cielo y entonces el portero le dice: Bueno, llegaste a la puerta y llegar a la puerta es una gran cosa y golpearla es mucho también porque golpearla es sentirse llamado, y por lo tanto abre la puerta y la deja entrar y le devuelve sus trajes de tules y ella recobra el sentido de que es mucho más que algo material. Y así, de puerta en puerta, va recobrando sus joyas de lapislázuli, va recobrando su belleza, sus poderes, su capacidad de amar, va recobrando su corona, su pectoral hasta que llega a habitar una vez más el Séptimo Cielo .

Este es el viaje que emprendemos cuando nuestro espíritu nos llama al reencuentro con nuestro propio ser.

Blanca Van Aherschot

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