domingo, 31 de octubre de 2021

EL MUNDO PERDIDO DE LOS HITITAS

EL MUNDO PERDIDO DE LOS HITITAS

Los hititas, diestros guerreros, conocedores de la metalurgia y devotos de numerosas divinidades. Uno de los reinos más poderosos del Próximo Oriente, que dominó la península de Anatolia (la parte asiática de la actual Turquía) desde el siglo XVII a.C. hasta que sucumbió a la invasión de los Pueblos del Mar, hacia 1200 a.C. Un pueblo enigmático, porque quedó relegado al olvido hasta que se descubrieron sus ruinas en el siglo XIX.

Aunque la primera cronología hitita no es muy segura, es posible que la primera ciudad establecida por los hititas fue Nesa, cerca de la actual Kayseri (Turquía). Poco después del 1800 a.C. conquistaron la ciudad de Hattusa, cuyos restos se encuentran en el actual yacimiento arqueológico turco de Bogazköy. Sólo se tienen conocimientos de la historia hitita hasta el siglo XVII a.C., cuando su principal rey, llamado Labarna (1680-1650 a.C.) o Tabarna, fundó el denominado Antiguo Reino Hitita, convirtiendo Hattusas en su capital.

Labarna conquistó prácticamente toda la Anatolia central y extendió sus dominios hasta el mar Mediterráneo. Sus sucesores aumentaron las conquistas hititas hacia el norte de Siria.

Mursil I ( 1620-1590 a.C.) conquistó lo que es actualmente Alepo, en Siria, y arrasó Babilonia hacia el 1595 a.C., terminando con la I Dinastía amorita de Babilonia.

Tras el asesinato de Mursil siguió un periodo de debilidad que finalizó durante el reinado del rey Telipinu (que reinó hacia 1525-1500 a.C.). Para asegurar la estabilidad del reino, promulgó una estricta ley de sucesión y adoptó medidas contundentes para suprimir la violencia. De los sucesores de Telipinu únicamente se conocen sus nombres.

El denominado Nuevo Reino Hitita fue fundado hacia el 1450 a.C. Uno de sus miembros más importantes, el príncipe real Subiluliuma ( 1380-1346 a.C.), usurpó el trono durante un periodo de invasiones extranjeras. Después de liberar su país y derrotar a su principal enemigo, el reino de Mitanni, situado en el norte de Mesopotamia, condujo sus ejércitos más allá de Siria. Allí sus conquistas fueron sencillas por el debilitamiento del poder egipcio durante la época de Amarna y el reinado del faraón Akenatón, también denominado Amenhotep IV (o Amenofis IV). De este modo, el reino hitita bajo Subiluliuma se convirtió en un gran imperio que rivalizó con el poder de Egipto, Babilonia y Asiria. Tras la muerte de Subiluliuma, los hititas consiguieron mantener la mayor parte de su Imperio, aunque sólo mediante guerras continuas. Durante los siglos XV y XIV a.C., sus posesiones se extendieron hacia el oeste, hasta el mar Egeo, hacia el este hasta Armenia, hacia el sureste hasta Mesopotamia superior, y hacia el sur desde Siria hasta el actual Líbano.

Durante la segunda mitad del siglo XIV a.C., los hititas mantuvieron continuos conflictos con Egipto. Estos dos grandes poderes lucharon para controlar Siria hasta la batalla de Qades (c. 1296) entre el rey hitita Muwatalli ( 1315-1296 a.C.) y el faraón egipcio Ramsés II. Aunque Ramsés II proclámó que había obtenido una gran victoria, los hititas continuaron manteniendo sus posesiones en Siria. El rey hitita Hatusili III (que reinó hacia 1289-1265 a.C.) firmó un tratado de paz con Ramsés II años después , tratado que lleva también el nombre de Qadesh y lo selló dándole a su hija en matrimonio. Posteriormente, las relaciones entre hititas y egipcios siguieron siendo amistosas, hasta que el Imperio hitita cayó poco después del 1200 a.C. por causas que se desconocen, entre las que pudieron estar las denominadas "invasiones de los pueblos del Mar" y el ataque de los feroces gasga.

Si quieres conocer el mundo perdido de los hititas, no te pierdas este documental:

https://youtu.be/fAdUdz9EszI




carlos adrian gomez burgara
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