miércoles, 13 de septiembre de 2023

sabias que,.-Crónica de la batalla de Chapultepec: crónica militar.

Crónica de la batalla de Chapultepec: crónica militar.
Después de la derrota de las fuerzas nacionales por las fuerzas invasoras del general Scott el 8 de septiembre de 1847, la capital del país se encontraba cercada, Santa Anna como comandante general de México fortificaba las garitas al sur de entrada a la Ciudad de México mientras dejaba como último baluarte defensivo en el occidente el colegio militar que se encontraba en el antiguo castillo de los virreyes en Chapultepec.
A Scott se le presento la disyuntiva de por qué ruta atacar, la del sur, fortificada por los mexicanos y por donde el ejército de Santa Anna lo esperaba o por el castillo aunque según el criterio de muchos de sus comandantes era una posición infranqueable, los días 9 y 10 de septiembre sin que se formalizara nada se realiza un cese al fuego por ambas fuerzas, este tiempo fue utilizado por las fuerzas mexicanas para fortificar las paredes del castillo de Chapultepec con sacos de arena y minas por donde debían atacar las fuerzas invasoras, mientras Scott se reunía con sus oficiales con mando de tropa y discutían que ruta tomar, y aunque la mayoría se inclinaba por atacar la zona sur, la elección de Scott prevaleció por sobre la de los demás y el objetivo fijado fue Chapultepec.
En Chapultepec se encontraban unas 1232 exiguas tropas, 832 de soldados sueltos, 400 miembros del batallón guardacostas nayarita de San Blas dirigidos por el coronel Santiago Felipe Xicoténcatl y 50 cadetes aproximadamente que se reusaron a abandonar los salones del colegio, todas están menguadas fuerzas estaban al mando del veterano insurgente Nicolas Bravo que fungía como general en jefe del ejército del centro (el cual no existía) y como segundo estaba el director del colegio el general José Mariano Monterde, mientras que por parte de las fuerzas invasoras se dirigieron contra el castillo 7180 hombres aproximadamente dirigidos por Scott, por el general Pillow y el capitán Huger a cargo de la artillería, es este mismo que antes de que rayara el alba del día 12 de septiembre abrió fuego contra el castillo de Chapultepec y contra sus defensores que ahí se centraban, en un inicio sus proyectiles no podían dar con el blanco, pero luego de corregido el tiro las posiciones mexicanas fueron fuertemente golpeadas, en el interior del castillo el general Bravo miraba con horror que las paredes fortificadas no parecía que fueran a resistir el intenso fuego, en los primeros ataques murió heroicamente el general Nicolas Saldaña, según refiere el parte de Bravo, y describe que solo tres piezas de artillería le contestaban el fuego enemigo, pues las otras se encontraban inutilizadas, el jefe de la guarnición pidió una cureña a la ciudadela en la capital pero nunca se le hizo llegar, de la misma manera remetía cartas a Santa Anna donde le daba a conocer lo comprometido de su posición defensiva y le solicitaba refuerzo urgentes, el oscuro general jalapeño necio en que el ataque a Chapultepec era solo una finta para distraer tropas le contesto a Bravo que los refuerzos los enviaría "en el momento crítico, si es que ese momento se presenta".
Según los partes de los defensores a las 5 de la tarde el hospital de sangre estaba lleno de heridos, en ningún momento una sola bala dejo de rozar el viento para ir a estallar a Chapultepec, la desmoralización de las tropas fue tan grande que iniciaron a desertar en masa, al caer la noche el fuego ceso, y el parte que Monterde le rendía a Bravo daba a conocer que ya no existían las defensas habían sido arrasadas por el intenso bombardeo enemigo. El lunes 13 de septiembre de nuevo al amanecer los cañones iniciaron el ataque, pero a las 8 en punto el fuego dio paso a un silencio profundo, el general Pérez jefe de los al menos 200 hombres que le quedaban al castillo supo que la infantería se preparaba para avanzar, Bravo ordeno a los hombres que se colocaran en posiciones adelantadas, a los cadetes tomar posición dentro de las paredes y el los dirigió desde la puerta del castillo junto a Monterde, por su parte el general Pillow formo a sus tropas en las faldas del cerro y las dividió en tres columnas, dos para tomar el castillo y una colocada al norte que marcharía a detener cualquier refuerzo que Santa Anna enviara en ayuda de los defensores, Santa Anna según las crónicas se encontraba repeliendo un falso ataque en la entrada del bosque de Chapultepec y solo envió a las fuerzas del batallón activo de San Blas para enfrentar el ataque, el batallón se enfrenta a tres columnas al mando de Worth, Quitman y Pillow en las faldas del cerro y son diezmadas, de los 400 hombres del batallón solo sobreviven 20, en el avance el general Pérez es atacado por dos flacos y ordena la retirada pero el muere asesinado por una bala enemiga, en el momento de escalar las ultimas rocas que servían de defensa del castillo una ráfaga de balas cae sobre ellos de los parapetos y paredes del edificio, es herido el general Pillow en un muslo y es auxiliado por Robert E. Lee (futuro general confederado en la guerra de secesión), su última orden fue tomar el castillo, la defensa del edificio fue tenaz, sorprendió a los invasores la valentía de los cadetes y últimos defensores de la plaza, unas minas que Bravo había dispuesto para que fueran encendidas cuando los atacantes estuvieran sobre ellas no explotan debido a que aún sobre ellas había tropas nacionales, el mismo Bravo y Monterde son capturados por el teniente Brower del regimiento de Nueva York.
Cayeron al final de la contienda los jóvenes Francisco Márquez, Fernando Montes De Oca, Agustin Melgar, Vicente Suarez y Juan Escutia, también fueron heridos los cadetes subteniente Pablo Banuet, Andrés Mellado, Hilario Pérez y Agustín Romero, cayo prisionero el general en jefe Don Nicolas Bravo quien entrego su espada, el director Mariano Monterde, los jefes y oficiales, junto a 37 cadetes del colegio militar entre ellos Miguel Miramón y Joaquin Colombres futuros militares destacados conservadores y liberales respectivamente. Los cadetes Juan de la Barrera, Vicente Suárez y Fernando Montes de Oca, prefirieron quedarse a pelear con los otros soldados del Batallón de San Blas quienes se colocaron al lado del jardín botánico para proteger la salida de los cadetes más jóvenes, entre ellos Francisco Márquez y Miguel Miramón, lo que provocó que los estadounidenses pudieran disparar fácilmente contra ellos. No obstante las muertes de Juan de la Barrera, Vicente Suárez y Fernando Montes de Oca, (este último muerto al saltar por la ventana, una vez protegida la salida de los demás), los cadetes supervivientes lograron huir siendo protegidos en la retaguardia por Francisco Márquez que a sus 12 años logró mantener a raya al enemigo hasta perecer. Murieron en combate el general Juan Pérez y el coronel Santiago Felipe Xicoténcatl junto al teniente Juan de la Barrera ambos del batallón de San Blas.
Posteramente de esta batalla Santa Anna tuvo que hacer una defensa desesperada de la capital mexicana en las garitas de San Cosme y Belén, para que la ciudad cayera el 15 de septiembre de 1847.
Sedecias.


carlos adrian gomez burgara
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