EL TESTAMENTO DE ISSACHAR

El quinto hijo de Jacob y Lea .

CAP. YO.

Isacar, el quinto hijo de Jacob y Lea. El hijo sin pecado de contratar mandrágoras. Apela a la simplicidad .

LA copia de las palabras de Isacar.
2 Porque llamó a sus hijos y les dijo: Oíd, hijos míos, a Isacar tu padre; presta atención a las palabras del amado del Señor.
3 Nací el quinto hijo de Jacob, a modo de alquiler para las mandrágoras.
4 Porque Rubén mi hermano trajo mandrágoras del campo, y Raquel se encontró con él y las tomó.
5 Y Rubén lloró, y a su voz salió Leah, mi madre.
6 Ahora estas mandrágoras eran manzanas de olor dulce que se producían en la tierra de Harán debajo de un barranco de agua.
7 Y Raquel dijo: No te los daré, pero serán para mí en lugar de niños.
8 Porque el Señor me ha despreciado, y no he dado a luz hijos a Jacob.
9 Ahora había dos manzanas; y Lea dijo a Raquel: Te basta con que hayas tomado a mi marido: ¿tomarás esto también?
10 Y Raquel le dijo: Esta noche tendrás a Jacob por las mandrágoras de tu hijo.
11 Y Lea le dijo: Jacob es mío, porque yo soy la esposa de su juventud.
12 Pero Raquel dijo: No te jactes, y no te jactes; porque él me abrazó delante de ti, y por mi bien sirvió a nuestro padre catorce años.
13 Y si el arte no hubiera aumentado en la tierra y la maldad de los hombres hubiera prosperado, ahora no verías el rostro de Jacob.
14 Porque no eres su esposa, sino que en tu oficio te lo llevaron en mi lugar.
15 Y mi padre me engañó, y me sacó esa noche, y no permitió que Jacob me viera; porque si hubiera estado allí, esto no le habría sucedido.
16 Sin embargo, por las mandrágoras, te contrataré a Jacob por una noche.
17 Y Jacob conoció a Lea, y ella concibió y me dio a luz, y
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a causa del alquiler me llamaron Isacar.
18 Entonces se le apareció a Jacob un ángel del Señor, diciendo: Dos hijos dará a luz Raquel, por cuanto ella se ha negado a hacer compañía con su esposo, y ha elegido la contingencia.
19 Y si Leah, mi madre, no hubiera pagado las dos manzanas por el bien de su compañía, habría tenido ocho hijos; por esta razón ella dio a luz seis, y Raquel dio a luz a los dos: porque a causa de las mandrágoras el Señor la visitó.
20 Porque sabía que, por el bien de los niños, deseaba tener compañía con Jacob, y no por lujuria de placer.
21 Porque al día siguiente, ella también renunció a Jacob.
22 Debido a las mandrágoras, por lo tanto, el Señor escuchó a Raquel.
23 Porque aunque ella los deseaba, no los atrapaba, sino que los ofrecía en la casa del Señor, presentándolos al sacerdote del Altísimo que estaba en ese momento.
24 Cuando, por lo tanto, crecí, hijos míos, caminé con rectitud de corazón, y me convertí en un labrador para mi padre y mis hermanos, y traje frutos del campo según su estación.
25 Y mi padre me bendijo, porque vio que yo caminaba en rectitud delante de él.
26 Y no era un entrometido en mis acciones, ni envidioso y malicioso contra mi vecino.
27 Nunca calumnié a nadie, ni censuré la vida de ningún hombre, caminando como lo hice con soltería.
28 Por lo tanto, cuando tenía treinta y cinco años, me tomé una esposa, porque mi trabajo me quitó la fuerza y ​​nunca pensé en el placer con las mujeres; pero debido a mi trabajo, el sueño me venció.
29 Y mi padre siempre se regocijó en mi rectitud, porque ofrecí por medio del sacerdote al Señor todas las primicias; entonces a mi padre también.
30 Y el Señor aumentó diez mil veces sus beneficios en mis manos; y también Jacob, mi padre, sabía que Dios ayudó a mi soltería.
31 Porque a todos los pobres y oprimidos otorgué las cosas buenas de la tierra en la soltería de mi corazón.
32 Y ahora, escúchenme, hijos míos, y anden solos en su corazón, porque he visto en él todo lo que agrada al Señor. '
33 El hombre resuelto no codicia el oro, no extralimita a su prójimo, no anhela las múltiples delicadezas, no se deleita con prendas variadas.
34 No desea vivir una vida larga, sino que solo espera la voluntad de Dios.
35 Y los espíritus del engaño no tienen poder contra él, porque no mira la belleza de las mujeres, para no contaminar su mente con corrupción.
36 No hay envidia en sus pensamientos, ninguna persona maliciosa hace que su alma se vaya, ni se preocupe con un deseo insaciable en su mente.
37 Porque él camina en la unicidad del alma, y ​​contempla todas las cosas en la rectitud del corazón, los ojos rehuyentes se vuelven malvados por el error del mundo, para que no vea la perversión de ninguno de los mandamientos del Señor.
38 Guarden, por lo tanto, mis hijos, la ley de Dios, y conserven la soltería, y caminen sin engaño, no jugando al entrometido con los negocios de su prójimo, sino que amen al Señor y a su prójimo, tengan compasión por los pobres y los débiles.
39 Inclina tu espalda hacia la cría, y trabaja duro en todo tipo de cría, ofreciendo
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regalos al Señor con acción de gracias.
40 Porque con los primeros frutos de la tierra el Señor te bendecirá, así como bendijo a todos los santos de Abel hasta ahora.
41 Porque no se te da otra porción que la de la gordura de la tierra, cuyos frutos son criados por el trabajo.
42 Porque nuestro padre Jacob me bendijo con bendiciones de la tierra y de las primicias.
43 Y Leví y Judá fueron glorificados por el Señor, incluso entre los hijos de Jacob; porque el Señor les dio una herencia, y a Leví le dio el sacerdocio, y a Judá el reino.

44 Y obedecedlos, pues, y caminad en la soltería de vuestro padre; porque a Gad se le ha dado destruir las tropas que vienen sobre Israel.