martes, 30 de enero de 2024

Job,capitulo 29

Job

29 Job siguió con su discurso.* Dijo:

 "Ojalá pudiera volver a los meses que ya pasaron,

a los días en que Dios me cuidaba,

 cuando hacía brillar su lámpara sobre mi cabeza,

cuando por su luz yo andaba entre las tinieblas,+

 cuando yo estaba en* mi plenitud,

cuando la amistad de Dios se sentía en mi tienda,+

 cuando el Todopoderoso todavía estaba conmigo,

cuando mis hijos* andaban a mi alrededor,

 cuando bañaba mis pies en mantequilla

y las rocas derramaban arroyos de aceite para mí.+

 Cuando yo salía a la puerta de la ciudad+

y ocupaba mi asiento en la plaza,+

 los jóvenes me veían y me abrían paso,*

y hasta los ancianos se levantaban y se quedaban de pie.+

 Los príncipes guardaban silencio,

se tapaban la boca con la mano.

10 La voz de los hombres importantes enmudecía,

su lengua se les pegaba al paladar.

11 Todo el que me oía hablaba bien de mí

y los que me veían testificaban a mi favor.

12 Porque yo rescataba al pobre que gritaba por ayuda,+

y también al huérfano* y al que no tenía quien lo ayudara.+

13 El que estaba a punto de morir me bendecía,+

y yo llenaba de alegría el corazón de la viuda.+

14 La rectitud era la ropa que me ponía;

mi justicia era como una túnica* y un turbante.

15 Yo era ojos para el ciego

y pies para el cojo.

16 Era un padre para el pobre;+

examinaba el caso legal de quienes no conocía.+

17 Yo le rompía la mandíbula al que hacía el mal+

y de sus dientes arrancaba la presa.

18 Decía: 'Moriré en mi hogar,*+

y mis días serán tantos como los granos de arena.

19 Mis raíces se extenderán hasta las aguas

y el rocío pasará toda la noche en mis ramas.

20 Mi gloria se renueva constantemente

y en mi mano el arco seguirá disparando'.

21 La gente me escuchaba expectante,

esperaba mis consejos en silencio.+

22 Después de hablar yo, no tenían nada más que decir;

mis palabras entraban suavemente* en sus oídos.

23 Me esperaban como se espera la lluvia;

abrían bien la boca como para beber la lluvia de primavera.+

24 Cuando les sonreía, casi no podían creerlo;

la luz de mi rostro los reconfortaba.*

25 Como jefe suyo, yo los orientaba,

y vivía como un rey entre sus tropas,+

como el que consuela a los que están de duelo.+

 
carlos adrian gomez burgara
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