Es un libro sagrado que contiene las escrituras sagradas y las enseñanzas fundamentales del cristianismo. También se considera sagrado por las religiones judías e islámicas.
Se divide en dos partes principales: el Antiguo y el Nuevo Testamento. El Antiguo Testamento, que consta de 39 libros, es una colección de escritos sagrados que van desde la creación del mundo hasta el tiempo de la llegada de Jesucristo. El Nuevo Testamento, que consta de 27 libros, narra la vida, muerte y resurrección de Jesucristo, así como la expansión de su enseñanza por los apóstoles y seguidores.
Su Historia
Para entender mejor el contexto, vamos a comenzar hablando de "La Antigua Latina" (también conocida como Vetus Latina) es el término utilizado para referirse a las primeras traducciones de la Biblia al latín que se utilizaron en la Iglesia cristiana primitiva. Estas traducciones se realizaron antes de la Vulgata Latina de San Jerónimo, que se convirtió en la traducción oficial de la Iglesia Católica Romana en el año 382 d.C.
La Antigua Latina se originó en el siglo II, cuando los cristianos comenzaron a utilizar el latín como lengua común para la predicación y la enseñanza religiosa. En los primeros siglos, las traducciones al latín de la Biblia eran muy diferentes en su forma y contenido, ya que cada iglesia local hacía su propia traducción, y no existía una normativa standard.
Con el tiempo, se fueron estableciendo versiones más comunes y reconocidas en distintos lugares, como la Vetus Itala (o Antigua Itálica), que se desarrolló en Italia, o la Vetus Syra, que se utilizó en la región de Siria.
Estas versiones de la Antigua Latina reflejaban la diversidad lingüística y cultural de la Iglesia cristiana primitiva, y a menudo incorporaban elementos de la lengua y cultura locales en sus traducciones.
Aunque la Vulgata Latina de San Jerónimo reemplazó a la Antigua Latina como la traducción oficial de la Iglesia Católica Romana, la Antigua Latina continuó siendo utilizada durante muchos años más por otras iglesias cristianas. Hoy en día, los estudiosos todavía la consideran una herramienta útil para el estudio de la Biblia y el desarrollo del cristianismo primitivo.
LA VULGATA LATINA: Historia
La versión actual de la Biblia Católica fue establecida en el Concilio de Trento, convocado por la Iglesia Católica Romana en 1546. Este Concilio fue convocado principalmente para responder a las ideas de la Reforma Protestante, que cuestionaba la autoridad de la Iglesia y la forma en que la Iglesia interpretaba la Biblia.
En el Concilio de Trento, se decidió que la Biblia Católica de la Vulgata Latina sería la versión canónica oficial de la Iglesia Católica, aunque existían otras versiones en uso en ese momento. La Vulgata Latina fue traducida por el obispo y erudito cristiano Jerónimo en el siglo IV.
Con respecto a cómo se eligieron los libros que formarían la Biblia, la selección se basó en varios criterios, incluyendo la antigüedad, la autenticidad, la ortodoxia y la aceptación en la comunidad cristiana de la época. La elección de los libros fue un proceso que se llevó a cabo a lo largo de varios siglos, y algunos libros fueron objeto de debate antes de ser incluidos en la Biblia.
A pesar de que la Vulgata Latina es ampliamente considerada como una de las traducciones más importantes y precisas de la Biblia, ha sido objeto de críticas a lo largo de la historia.
CRITICAS A LA VULGATA LATINA
Una de las principales críticas a la Vulgata se refiere a la traducción de San Jerónimo del Antiguo Testamento. San Jerónimo tradujo el Antiguo Testamento directamente del hebreo, pero también utilizó versiones de la Biblia en griego para ayudar en su trabajo. Algunos críticos han argumentado que esta mezcla de fuentes en la traducción del Antiguo Testamento ha llevado a algunas inconsistencias y errores en la Vulgata.
Otro tema de controversia en la Vulgata se refiere al lenguaje. San Jerónimo decidió utilizar un estilo de latín muy elevado y formal en su traducción, lo que ha llevado a algunos comentaristas a argumentar que su lenguaje es demasiado rebuscado y difícil de entender. Algunos han sugerido que esta elección lingüística puede haber impedido la comprensión y difusión de la Biblia entre personas que no estaban familiarizadas con el latín.
Por último, algunos han argumentado que la influencia de la Vulgata sobre la teología y la religión durante la Edad Media condujo a la formación de doctrinas que no estaban presentes en los textos originales de la Biblia. Esto ha llevado a debates sobre la importancia de volver a los textos bíblicos originales para comprender el verdadero significado de la fe cristiana.
La Biblia es considerada por los cristianos como una guía divina y un texto esencial para la fe y la práctica religiosa. También es un recurso importante para la diversidad cultural y lingüística del mundo, ya que se ha traducido a cientos de idiomas.
(Si este post ve la Luz, es porque se merecía hablar también, sobre las fuentes que utilizamos para conocer la Historia sobre la Mesopotamia... saludos!!!)
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