lunes, 29 de julio de 2019

Texto Diario lunes, 29 de julio de 2019 Ve, y tienes que desplegarte sobre el monte Tabor. Y ciertamente atraeré hacia ti a Sísara y lo daré en tu mano (Juec. 4:6, 7).

Texto Diario lunes, 29 de julio de 2019

Ve, y tienes que desplegarte sobre el monte Tabor. Y ciertamente atraeré hacia ti a Sísara y lo daré en tu mano (Juec. 4:6, 7).
Los israelitas estaban mal equipados, ya que no tenían ni armas ofensivas ni defensivas. Sus enemigos, en cambio, tenían 900 carros de guerra con hoces de hierro (Juec. 4:1-3, 13; 5:6-8). Jehová le ordenó a Barac el mandato que leemos en el texto de hoy. Barac no perdió tiempo en obedecer las instrucciones de Jehová (Juec. 4:14-16). Durante la batalla principal, en Taanac, un aguacero repentino convirtió el terreno en un lodazal. Barac persiguió al ejército de Sísara por 24 kilómetros (15 millas), hasta Haróset. En algún momento, Sísara abandonó su temible carro de guerra, ahora inútil, y corrió hasta Zaananim, tal vez cerca de Quedes. Fue a ocultarse a la tienda de Jael, la esposa de Héber el quenita, y ella lo recibió amablemente. Cansado por la batalla, se quedó dormido. Ahora estaba en las manos de Jael, quien, actuando con valor y decisión, le dio muerte (Juec. 4:17-21). El enemigo de Israel había sido derrotado. w17.04 29, 30 párrs. 6-8

(Jueces 4:6, 7)  Ella mandó llamar de Quedes de Neftalí a Barac hijo de Abinoam, y le dijo: “Jehová, el Dios de Israel, te ha dado esta orden: ‘Ve, marcha al monte Tabor y lleva contigo a 10.000 hombres de las tribus de Neftalí y Zabulón. 7 Yo te traeré al arroyo de Cisón a Sísara, el jefe del ejército de Jabín, con sus carros de guerra y sus tropas, y lo entregaré en tus manos’”.
(Jueces 4:1-3) Pero, después que Ehúd murió, los israelitas volvieron a hacer lo que estaba mal a los ojos de Jehová. 2 Así que Jehová los abandonó en manos de Jabín, el rey de Canaán, que reinaba en Hazor. El jefe de su ejército era Sísara, quien vivía en Haróset de las naciones. 3 Jabín tenía 900 carros de guerra con hoces de hierro y llevaba 20 años oprimiendo a los israelitas con dureza. Por eso los israelitas le suplicaron a Jehová que los ayudara.
(Jueces 4:13)  Enseguida Sísara reunió todos sus carros de guerra —900 carros con hoces de hierro— y a todas las tropas que venían con él desde Haróset de las naciones para ir al arroyo de Cisón.
(Jueces 5:6-8)  En los días de Samgar hijo de Anat,en los días de Jael, los caminos estaban desiertos;los viajeros iban por senderos secundarios.  7 Los campesinos de Israel no estaban,no estaban, hasta que surgí yo, Débora,hasta que surgí como una madre para Israel.  8 Ellos eligieron dioses nuevos. Entonces hubo guerra en las puertas de las ciudades. No se veía ni un escudo ni una lanzaentre cuarenta mil de Israel.
(Jueces 4:14-16)  Débora ahora le dijo a Barac: “Vamos, que este es el día en que Jehová entregará a Sísara en tus manos. ¿Acaso no va Jehová delante de ti?”. Entonces, Barac bajó del monte Tabor seguido por 10.000 hombres. 15 Y Jehová hizo que, ante la espada de Barac, reinara el caos entre Sísara, todos sus carros de guerra y todo el ejército. Finalmente, Sísara se bajó de su carro y huyó a pie. 16 Barac persiguió al ejército y los carros de guerra hasta Haróset de las naciones, y todos los soldados de Sísara cayeron a espada. No quedó ni uno.
(Jueces 4:17-21)  Pero Sísara huyó a pie a la tienda de Jael, la esposa de Héber el quenita, porque los de la casa de Héber estaban en paz con Jabín, el rey de Hazor. 18 Jael salió al encuentro de Sísara y le dijo: “Ven aquí, mi señor, entra. No tengas miedo”. De modo que él entró en la tienda, y ella lo tapó con una manta. 19 Entonces él le pidió: “Por favor, dame un poco de agua, que tengo sed”. Ella abrió un odre de leche y le dio de beber. Después volvió a taparlo. 20 Y él le dijo: “Quédate a la entrada de la tienda, y, si alguien viene y te pregunta ‘¿Hay aquí un hombre?’, dile que no”. 21 Pero Jael, la esposa de Héber, agarró una estaca de tienda y un martillo. Y, mientras Sísara estaba profundamente dormido por el agotamiento, ella se le acercó sin hacer ruido y le clavó la estaca en las sienes hasta hundirla en la tierra, y él murió.


6. ¿Cuál era la diferencia entre los israelitas y el ejército de Jabín?
El rey cananeo Jabín oprimió a los israelitas “con dureza durante veinte años”. La gente que vivía en los pueblos tenía miedo hasta de salir de sus casas. Desde un punto de vista militar, estaban mal equipados, ya que no tenían ni armas ofensivas ni defensivas. Sus enemigos, en cambio, tenían 900 carros de guerra con hoces de hierro (Juec. 4:1-3, 13; 5:6-8).
7, 8. a) ¿Cuáles fueron las primeras instrucciones que Jehová le dio a Barac? b) ¿Cómo derrotó Israel al ejército de Jabín? (Vea el dibujo del principio).
Jehová le ordenó claramente a Barac mediante la profetisa Débora: “Ve, y tienes que desplegarte sobre el monte Tabor, y tienes que llevar contigo diez mil hombres de los hijos de Neftalí y de los hijos de Zabulón. Y ciertamente atraeré hacia ti, al valle torrencial de Cisón, a Sísara el jefe del ejército de Jabín, y sus carros de guerra y su muchedumbre, y verdaderamente lo daré en tu mano” (Juec. 4:4-7).
Se corrió la voz, y los voluntarios se reunieron en el monte Tabor. Barac no perdió tiempo en obedecer las instrucciones de Jehová (lea Jueces 4:14-16). Durante la batalla principal, en Taanac, un aguacero repentino convirtió el terreno en un lodazal. Barac persiguió al ejército de Sísara por 24 kilómetros (15 millas), hasta Haróset. En algún momento, Sísara abandonó su temible carro de guerra, ahora inútil, y corrió hasta Zaananim, tal vez cerca de Quedes. Fue a ocultarse a la tienda de Jael, la esposa de Héber el quenita, y ella lo recibió amablemente. Cansado por la batalla, se quedó dormido. Ahora estaba en las manos de Jael, quien, actuando con valor y decisión, le dio muerte (Juec. 4:17-21). El enemigo de Israel había sido derrotado.

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