EL IDIOMA SUMERIO
El sumerio (eme-ĝir "lengua nativa") fue la lengua del antiguo Sumer, que se habló en el sur de Mesopotamia desde por lo menos el IV milenio a. C. Fue gradualmente reemplazada por el acadio semita como lengua hablada hacia el siglo XIX a. C., pero continuó en uso como lengua sagrada y de empleo científico en Mesopotamia hasta comienzos de nuestra era. A partir de ese momento entró en el olvido hasta el siglo XIX. El sumerio no está relacionado con las demás lenguas de la zona ya que no es ni semita, ni camita (no es camito-semítica), ni indoeuropea, ni elamo-drávida (grupo, este último, al que pertenece la lengua elamita, por ejemplo) y se considera una lengua aislada.
La lengua sumeria nunca se extendió mucho más allá de sus límites originales en Mesopotamia meridional. Pero aunque el número de sus nativo hablantes fue pequeño en número, la influencia que ejerció en el desarrollo de Mesopotamia y en otras antiguas civilizaciones fue enorme.
El sumerio fue la primera lengua escrita conocida. Su escritura, que fue llamada cuneiforme por la forma de cuña de sus trazos, se empleó más tarde para el acadio, el ugarítico, el elamita, etc. También se adaptó para lenguas indoeuropeas como el hitita, que además poseía una escritura jeroglífica como los egipcios aunque independiente de esta última. También el persa aqueménida adoptó la escritura cuneiforme.
El sumerio fue evolucionando a lo largo del tiempo y atravesando distintas etapas que los arqueólogos han intentado clasificar. El sumerio arcaico corresponde a la primera etapa de inscripciones, durante el período de Jemdet Nasr (Uruk III), alrededor del tercer milenio a.C. Entre los siglos XXX y XX a. C. se sucedieron varias etapas más, si bien, el sumerio fue debilitándose poco a poco como lengua nativa en detrimento del acadio. Aunque no existe un consenso claro entre los investigadores, los textos escritos con posterioridad al segundo milenio a.C. suelen ser considerados post-sumerios, pues la lengua ya se habría extinguido y los textos escritos nos habrían llegado por medio de los escribas babilónicos, que utilizaban la escritura cuneiforme del sumerio con fines religiosos, científicos o literarios. Suele considerarse entonces, de manera aproximada, que la lengua sumeria desapareció al concluir la tercera dinastía de Ur, el último estado sumerio predominante en Mesopotamia, alrededor del 2000 a. C. Sin embargo, la impronta que ejerció permaneció entre la clase alta, que lo mantuvo un tiempo más como lengua culta y de prestigio, de una manera similar al latín en la Edad Media europea.
Henry Rawlinson (1810-1895) descifró la escritura cuneiforme de Mesopotamia gracias a la inscripción de Behistún, una inscripción trilingüe escrita en persa antiguo, elamita y acadio (del mismo modo que la clave para el desciframiento de los jeroglíficos egipcios fue la piedra de Rosetta transcrita por Jean François Champollion en 1822). En 1838 descifró la parte en persa antiguo gracias a su conocimiento del persa moderno y cuando en 1843 recuperó el resto del texto, él y otros fueron capaces de traducir gradualmente las secciones en elamita y acadio, empezando por los 37 signos que había descifrado del persa antiguo.
La Universidad de Pensilvania empezó a excavar en Sumer, en Nipur, en 1888. Una lista clasificada de ideogramas sumerios por R. Brünnow apareció en 1889. Se le acredita el haber tratado científicamente por primera vez un texto bilingüe sumerio-acadio a Paul Haupt (1858-1926).
El desconcertante número y variedad de valores fonéticos que podían tener los signos sumerios llevaron a un desafortunado desvío en la comprensión de la lengua. Un orientalista radicado en París, Joseph Halevy, defendía desde 1874 que el sumerio era un código secreto. Los más importantes asiriólogos estuvieron discutiendo el tema más de una década. Incluso el gran Friedrich Delitzsch aceptó los argumentos de Halevy de 1885 hasta 1897. Delitzsch continuaría con la publicación de un diccionario y una gramática: Sumerisches Glossar y Grundzüge der sumerischen Grammatik, ambos publicados en 1914.
Arno Poebel, alumno de Delitzsch, publica en 1923 una gramática con el mismo nombre de la publicada por su maestro, Grundzüge der sumerischen Grammatik, que durante 50 años será la obra estándar para los estudiosos del sumerio. La gramática de Poebel fue superada finalmente en 1984 cuando apareció The Sumerian Language, An Introduction to its History and Grammatical Structure de Marie-Louise Thomsen.
Landsberger trabajó en la publicación de las importantes tablillas bilingües sumerio-acadias del período babilónico, que han ayudado mucho en nuestro conocimiento del vocabulario. Kramer y Thorkild Jacobsen incrementaron nuestra comprensión del sumerio publicando y traduciendo textos literarios sumerios.
Lo cierto es que no se tiene constancia de que el sumerio esté relacionado con algún idioma moderno. Es más, los lingüistas no saben realmente a qué grupo de idiomas pertenece.
Se ha intentado infructuosamente relacionar filogenéticamente el sumerio con casi cualquier otra lengua aglutinante conocida. En particular con las lenguas aglutinantes del antiguo Oriente Medio y el Cáucaso. Ejemplos de relaciones sugeridas incluyen a las lenguas hurrito-urartianas, las lenguas alarodianas, el vasco, las lenguas drávidas, las lenguas munda, las lenguas uralo-altaicas como el húngaro y las lenguas tibetano-birmanas. Más credibilidad se da a la inclusión en las superfamilias nostrática y dene-caucasiana.
Sin embargo, lo cierto es que ninguna teoría ha ganado una aceptación común.
El sumerio posee una distinción entre el género animado e inanimado.
Otra característica del sumerio es el gran número de homófonos (palabras que suenan igual pero poseen significados distintos) -o quizás pseudohomófonos ya que pudiera haber diferencias en la pronunciación de las que no tengamos noticias.
Se ha llegado a decir que la lengua posee dos tiempos (pasado y presente-futuro), pero actualmente se describen como aspecto acabado, perfectivo e inacabado, imperfectivo.
El sumerio es una lengua aglutinante, lo que quiere decir que las palabras pueden formarse a base de una serie de sufijos más o menos distinguibles y más o menos separables como lu-gal 'rey' ('gran hombre'), dub-sar 'escriba' ('tablilla escritor'), y di-ku 'juez' ('juicio decididor'). Los nombres abstractos se formaban por medio de la palabra nam, así, nam-lu-gal significa 'realeza, monarquía'.
Las palabras sumerias están constituidas normalmente por una raíz de una o dos sílabas, aunque también pueden existir palabras de tres sílabas. Existen una serie de marcadores que pueden adherirse a la raíz, y según un cierto orden.
La lengua sumeria tiene varias palabras para uno: desh, ash, ge. La numeración del dos al diez es la siguiente: 2 min, 3 pesh, 4 lim, 5 i, 6 i.ash, 7 i.min, 8 i.us, 9 i.lim, 10 hu. Como puede deducirse de lo anterior la numeración del 1 al 10 está basada en un sistema basado en el 5, pero desde el 20 en adelante la numeración es sexagesimal: 20 nish; 30 ushu; 40 ni.min.
Se conocen varios dialectos sumerios. De estos, los más importantes son eme-gir, el dialecto oficial de sumerio, y eme-sal ("lengua de las mujeres"), el dialecto utilizado a menudo en la composición de himnos y encantamientos. Además, al igual que ocurre con otras lenguas antiguas, no sabemos exactamente cómo sonaba el sumerio, aunque sí sabemos leerlo.
Lo que sorprende es que los préstamos que el acadio tomó del sumerio proceden de ordinario de la forma eme.sal.
Aunque en ocasiones podemos leer el término alfabeto en relación con la escritura sumeria, no existió un alfabeto sumerio. Ya que por alfabeto se entiende un conjunto de símbolos que en su conjunto representan un idioma. Sin embargo los signos sumerios representan ideas, sílabas y conceptos, por lo tanto no es un alfabeto.
El sumerio fue uno de los primeros idiomas que pasó a ser escrito. El sistema empleado para fijar el idioma sumerio ha sido denominado "cuneiforme", debido a la forma de los signos que sobre tablillas de arcilla húmeda se tallaban, con forma de cuña. En las primeras etapas de la escritura sumeria se utilizaron pictogramas, signos visibles que expresan un significado sin estar convencionalmente asociados con una forma lingüística. Representan esquemáticamente un símbolo, un objeto real o una figura. Un ejemplo de esta etapa la encontramos en la tablilla de Kish.
Sin embargo, con el tiempo, la escritura cuneiforme del sumerio fue dando entrada a signos más alejados de aquellos pictogramas. Desde alrededor del 2600 a.C., los logogramas fueron generalizándose, dando forma a la escritura cuneiforme. El cuneiforme arcaico convivió, en cualquier caso, con las formas previas del pre-cuneiforme. Algunos investigadores como Rosengarten (1967) han enumerado 468 signos utilizados en sumerio pre-sargónico de Lagash.
Cuando los hablantes de sumerio desaparecieron en torno al 1900 a.C., su lenguaje continuó siendo cultivado por los acadios. Incluso cuando los hablantes nativos de sumerio disminuyeron, el sumerio siguió utilizándose como medio de expresión culta y literaria. En definitiva, el sumerio sobrevivió el declive de la población sumeria, y aunque se extendió el uso de la lengua acadia, el sumerio continuó durante siglos siendo recordado como lengua escrita. Los primeros intentos de los acadios semitas por escribir su lengua con el cuneiforme sumerio, datan de mediados del tercer milenio. Sin embargo, el acadio es una lengua diferente del sumerio, sin relación alguna, por lo que las transcripciones de acadio con cuneiforme sumerio estuvieron sujetas, obviamente, a importantes transformaciones y provocaron cambios en el sistema de escritura. Estos cambios se traducen en una variación de las frecuencias relativas de aparición de los distintos tipos de signos entre los textos sumerios y acadios. Por ejemplo, del primero al segundo, la frecuencia de logogramas disminuye y la de silabogramas aumenta.
Estos cambios introducidos en la nueva escritura parecen estar relacionados con la eficiencia de la estructura lingüística. El incremento de silabogramas introduce un factor importante en términos de eficiencia lingüística. Esto es, un sistema de signos en el que los sonidos son independientes del significado frente a otro en que los elementos son solo diferenciables por el significado. La reducción por lo tanto, de signos en circulación es notable, y permite mediante la combinación de los signos representar cualquier palabra, generando un nuevo nivel de abstracción lingüística. Sin embargo, los acadios adoptaron la mayoría de los logogramas sumerios y siguieron utilizándolos. El aumento en la utilización de silabogramas por parte de los acadios es explicable también como consecuencia de la estructura silábica del acadio, para la cual los silabogramas sumerios habrían resultado insuficientes. Finalmente, los silabogramas fueron desarrollados para representar sílabas con más de un signo (ša-du-u, `montaña´), y se utilizaron como complementos de los logogramas, indicando su propia pronunciación o forma. En definitiva, logogramas, determinativos y silabogramas fueron adaptados por los acadios.
Fuente: Wikipedia
carlos adrian gomez burgara
carlosadrian@inbox.ru
No hay comentarios.:
Publicar un comentario
Nota: sólo los miembros de este blog pueden publicar comentarios.