domingo, 25 de octubre de 2020

La Extinción de la Atlántida y Lemuria

La Extinción de la Atlántida y
Lemuria
El primer humano, el primer lulu, el primer homo sapiens al que creó
Enki se le llamó Adapa (según las tablas sumerias). En la religión cristiana,
se le llamaría Adán.
Posteriormente crea a la primera mujer, Lilith (según tablas
sumerias), la Eva bíblica. Y estos dos seres humanos, por decisión del
Concejo anunnaki, fueron llevados a la nave nodriza. Un dato muy
importante a tener en cuenta es que, los anunnaki y los igigi, podrían ser los grises modificado genéticamente pero sobre
todo los primeros, fisiológicamente no se adaptaron muy bien a la densidad
de la Tierra. Se sofocaban rápidamente. Después de tres a siete días sobre la
superficie empezaban a sentir malestares. Es por esta razón que los igigi se
rebelaron ante tales condiciones y sometimientos a dichos trabajos forzosos
sobre la superficie terrestre.
Los reptilianos decidieron estacionar su base nodriza en la órbita de la
Tierra. Y sólo bajaban para poder abastecerse de combustible, es decir,
agua.
Anu pasaba el mayor tiempo en la nave y rara vez descendía a la
tierra, mientras Enki, Enlil, y algunos otros reptilianos sí lo hacían.
Adapa y Lilith recibieron trato privilegiado por parte de los anunnaki,
pues en realidad Anu y el Concejo anunnaki deseaban que prevaleciera la
sangre pura de estos primeros homos sapiens.
El plan era que los descendientes de estos se crearan a través de
matrices artificiales para que la pureza de la sangre fuera del cien por
ciento. Sin embargo, Enki en la primera oportunidad que tuvo, le confesó a
Eva que ellos eran seres libres y que podían llegar a ser como dioses. De
que ellos podían llegar a experimentar de sus emociones. Es ahí donde Eva
(Lilith) conoce la verdad y convence a Adán (Adapa) de tener relaciones
sexuales.
Anu se entera de que estos habían desobedecido sus órdenes y decide
castigarlos regresándolos de nuevo a la Tierra, encomendando a Enlil que
vigilara su estirpe para que fuera la de sangre más pura en la Tierra.
Enki, por otro lado, ya había creado mujeres y hombres para que
empezaran a poblar la Tierra. Esta primera raza de seres homo sapiens eran
muy inteligentes y de capacidades psíquicas muy desarrolladas. Pues ellos a
diferencia de nosotros tenían más codones activados en su ADN. De los 64
tenían activos 32, con lo cual, aprendían más rápido. Pero esto no fue lo que
más asombró a los reptilianos. Lo que más les sorprendió del homo sapiens
fue su capacidad de sentir y expresar sus sentimientos. Algo que muy pocas
razas reptilianas poseen.
El plan continuó su curso y estos homos sapiens continuaron siendo
utilizados como lulus esclavos para continuar las obras que los Igigi habían
dejado inconclusas.
Los reptilianos encargaron a los Igigi, los grises, de
supervisar las obras. Es por esto que recibieron el nombre de "Los que ven
y observan" (según tablas sumerias).
Los anunnaki no tardaron en darse cuenta que cuando los humanos se
exaltaban o sufrían, cuando estos expresaban sus sentimientos y emociones
de manera eufórica, individual como grupalmente, estos desprendían unasvibraciones sutiles que eran detectadas por los anunnaki, y que les causaba
un inmenso placer 
Al principio, los anunnaki y los Igigi transmitieron gran parte de sus
conocimientos en Ingeniería, Agricultura, Astronomía, y Construcción a los
humanos para que estos pudieran aprender y puedan realizar sus tareas más
rápidamente.
Pero Enlil advirtió el peligro de que los humanos no eran unos seres
cualquiera, pues a su parecer eran demasiado inteligentes y podían revelarse
en cualquier momento. Así que decidió comunicarle este problema a Anu.
Entre ambos decidieron crear un Sistema de Creencias en el cual los
humanos debían rendir culto y adorar a sus dioses.
Para que esto tuviera efecto, Enlil comenzó a manipular mediante el
miedo haciendo demostraciones de milagros mediante tecnología que sólo
los dioses podían hacer. Es en este punto donde iniciaron los sacrificios que
exigían los dioses para apaciguar su ira.
Anu también prohibió a los anunnaki terminantemente transmitirle los
conocimientos de tecnología o espiritualidad a los seres humanos bajo
condenas muy severas a cualquier anunnaki que se atreviera a ayudarlos,
llegando incluso a la muerte. A lo que Enki se opuso rotundamente. Él
quería que su creación fuera una raza libre, capaz de evolucionar y que
poseera una conciencia propia.
Enki se sentía frustrado de ver cómo su enorme creación estaba
siendo desperdiciada en seres esclavos realizando tareas pesadas, y no
obstante eso, también estaba siendo manipulada para que no explotara todo
el potencial que podía llegar a desarrollar. Por lo cual se le ocurrió una idea
para que su creación pudiera desarrollarse. Él le comentó a Anu que debían
tener un grupo de lulus en otro lado, muy lejos del río Éufrates, el primer asentamiento anunnaki. Donde se concentraban todos los humanos creados,
y que pasaban desapercibidos de los ojos vigilantes de los carios con la
finalidad de crear armas y estar preparados para alguna traición o ataque de
los intraterrenos.
Anu aceptó. Pero con una condición: Enki debía de crear una raza
distinta de lulus, mucho más fuertes y que se les desconectaran más
codones de su ADN para reducir su capacidad psíquica y su capacidad de
creación. Enki accedió. Creó la segunda raza de los seres humanos, con tez
negra para resistir el sol, y más fuertes físicamente, a cambio perdieron sus
capacidades psíquicas. Estos fueron empleados como esclavos para las
arduas tareas que tenían los anunnaki,
Al terminar de crear a su nueva creación, Enki se dirige a Mu, un
continente que se encuentra en el Océano Pacífico, en la supuesta misión
secreta de construir armamento. Con toda la libertad del mundo en este
continente, Enki crea la tercera raza de humanos, físicamente muy
parecidos a los de la primera, con las mismas habilidades psíquicas, pero
sólo diferentes en la estatura; ya que esta tercera raza, a los que se les
nombró como Lemurianos, tenían una altura promedio de 2 a 2.5 metros de
altura.
Enki sabía muy bien que los anunnaki iban a querer visitar el lugar en
donde él se encontraba creando armamento, por lo que decidió trasladarse a
la Atlántida al haber terminado de crear a los lemurianos. La Atlántida, un
enorme continente ubicado en el océano Atlántico. Ahí es donde él creó a la
cuarta raza de humanos, los cuales tenían un parecido físico similar a los de
la primera raza, del mismo tamaño y con las mismas capacidades físicas. La
única diferencia es que poseían una tez morena y eran mucho más
inteligentes. A esta raza se les llamó los Atlantes. A estas dos nuevas razas se les reveló todos los conocimientos
anunnaki Desde la construcción de edificios a través de piedras,
hasta la canalización de energía a través de los chakras.
No es de extrañar que después de cien años de civilización, estas dos
razas ya habían creado grandes civilizaciones. Pero los atlantes sí crearon
armas atómicas y armas que lanzaban rayos a través de cristales, prismas y
cuarzos, a diferencia de los lemurianos que no contaban con arma alguna.
Estas dos grandes civilizaciones contaban con grandes naves
marítimas y naves que podían surcar los cielos. Es por eso que los
lemurianos llegaron a explorar lo que hoy todos conocemos como
Sudáfrica, Madagascar, Sri Lanka, Sumatra, Océano Índico, Australia y
Nueva Zelanda. Por su parte, los atlantes lograron explorar casi todos los
océanos existentes en el mundo.
En todo este tiempo, Enki le estaba mostrando varias veces las armas
creadas a Anu. Le dijo que las estaba ocultando en algún lugar del
continente Atlántico, que cuando tuviera el número suficiente le avisaría
para terminar con la misión.
Mientras tanto, en el primer asentamiento anunnaki, los Igigi las
tareas de supervisión fueron
relevadas a la primera raza humana creada por Enki. Las pesadas labores de
construcción les fueron encomendadas a la raza negra, la segunda raza
humana creada.
Ahora, retomando la línea de investigaciones de que los gigantes fueron seres híbridos, tenemos que, en esa
misma época, muchos seres anunaki tuvieron relaciones sexuales con
mujeres humanas. Creando así a los gigantes y otros varios híbridos.Cabe mencionar que no todos los hijos de los anunnaki y humanos eran
gigantes. Algunos salían en sus cruces de estatura normal. Y estos,
obviamente, fueron nombrados como reyes y no tenían que preocuparse por
trabajar. Es aquí donde las astutas mujeres humanas comenzaron a sacarle
la información más valiosa a estos seres anunaki con los que copulaban,
acerca de los conocimientos que tenían prohibido revelarles a los homos
sapiens.
Enlil, embriagado de ego por la devoción que los humanos tenían
hacia sus dioses puso a prueba a un hombre descendiente de
Adapa a quien escogió para poner a prueba su fe a él. Este hombre llamado
Abraham en la Biblia, fue puesto a prueba muchas veces. En una de ellas,
Enlil, le ordena circuncidarse junto a su descendencia. Esto debía ser
transmitido de generación en generación para que este supiera quiénes eran
su pueblo elegido. Y es así como empezó el plan de Enlil de ser el único
dios del planeta Tierra.
Pasado un tiempo, Enlil se enteró que algunos anunaki habían
violado el mandato de no brindar conocimientos a los humanos. Estos seres
son nombrados en la Biblia como "Los Vigilantes", los famosos "Ángeles
Caídos"—no confundir a estos seres con los Igigi, grises—. Y para
implantar miedo en la humanidad, Enlil escogió al nieto de Abraham, Enoc,
para llevarlo a su nave y mostrarle las torturas que se le practicaban a estos
Ángeles Caídos por transmitir conocimientos prohibidos a los humanos. Y
le encomendó que transmitiera lo que había visto para así hacerles saber a
los hombres y mujeres lo que les esperaba si violaban la ley nuevamente.
Hace doce mil años, aproximadamente, Enlil decidió visitar la
Atlántida sin avisarle a Enki. Fue ahí donde se sorprendió de la avanzada
cultura y tecnología que tenía esta civilización, además de las armas que. poseían. Enlil fue ante su padre, Anu y el Concejo anunnaki para
informarles de la traición de Enki. Ahí, Enki admitió que puso a prueba a
una raza humana mejorada para saber hasta dónde era capaz de llegar.
Explicó que su misión principal era la de crear armas y tenerlas a
disposición de los anunnaki y que esto lo había conseguido.
Además, les comentó que las armas estaban a disposición y les convenció que esta nueva raza les podía ayudar a crear
nuevas naves nodrizas y a crear nuevos portales para no solamente
comunicarse con Orión, sino que también con otros asentamientos anunnaki.
Aunque Anu y el Concejo no estaban muy convencidos de esto, al
final dieron su voto a favor, de que esta raza humana de lulus les ayudaría a
crear tecnología, pero con la condición de que fueran vigilados por los
Anunaki de enlil y que las armas sean trasladadas a la nave nodriza.
Ante esta decisión, Enlil jugó su última carta para destruir a esta raza
humana avanzada, ya que para él eran un peligro, ya que no estaban
controlados ni sometidos como los seres humanos que se encontraban en el
primer asentamiento. Así que decidió darle la orden a uno de sus súbditos
de contactar con los intraterrenos para que les informara que los anunnaki
habían creado armas para destruirlos. Además de que les dijera dónde se
encontraban estas armas, y les advirtiera que tenían que actuar rápido,
porque los Anunnaki pronto trasladarían dichas armas a la nave nodriza
para atacarlos.
Los intraterrenos dieron inmediatamente aviso a los carios y se
prepararon para la guerra. Mandaron a un emisario para que se mantuviera
en contacto con Anu e informarle de que se abstuviera de ese plan. Cuando
Anu recibió a ese emisario no tuvo otra opción más que aceptar la creación de las armas, pero les comentó que, en realidad, estas, no eran para atacar a
sus aliados, sino que eran para llevárselas a una base anunaki ubicada en
las Pléyades, que él no quería ninguna guerra.
Los carios, por su parte, también amenazaron a Anu diciéndole que si
provocaban una guerra la Confederación Galáctica intervendría para
exterminarlos o como mínimo expulsarlos del planeta Tierra.
Anu les volvió a dar el mismo argumento a los Carios diciéndoles de
que no se malentendiera sus intenciones, que él mismo mandaría a destruir
todas esas armas.
Los intraterrenos por su parte, ya habían descubierto a Mu y a los
lemurianos, y también le cuestionaron la intención de crear una civilización
humana tan avanzada. A lo que Anu les respondió que desconocía la
existencia de esta civilización.
Los carios también exigieron a los anunnaki que destruyeran el portal
que habían creado en el primer asentamiento a lo que Anu accedió.
Enlil que ya sabía perfectamente lo que iba a suceder, le dijo a
Ziusudra, conocido como Noé en la Biblia, que era bisnieto de Enoc, que
construyera una barca para salvar a su estirpe, ya que iba a acontecer un
Diluvio Universal, y que los dioses, Anu y Enlil, así lo habían decidido.
Anu dio la orden a Enki de llevar a los carios e intraterrenos al lugar
de las armas para que supervisaran su desarme. Y otra caravana de
intraterrenos fue a Lemuria y al primer asentamiento anunnaki para
comprobar que no había más armas.
Enlil tuvo la misión de destruir el primer portal creado en el primer
asentamiento. Una vez acabado el desarme, Enki se dio cuenta de que faltaban tres armas nucleares, y fue cuestionado por los intraterrenos y los
carios sobre esto.
Previendo lo que iba a suceder, Enki mandó a gran parte de los
atlantes a refugiarse en un barco y a partir en el mar. Con los lemurianos
hizo exactamente lo mismo, poniéndolos en una gran embarcación.
Enlil quién robó estas tres armas las enterró cerca a los asentamientos
humanos: uno en el Océano Atlántico cerca a la Atlántida, otro en el Golfo
Pérsico cerca del primer asentamiento anunnaki, y otro en el Océano
Pacífico cerca de Mu.
Una vez acabada la embarcación de Ziusudra, Enlil activó estas armas
ocasionando tres grandes tsunamis que provocaron el hundimiento de la
Atlántida, la desaparición casi por completo de Mu, y la destrucción del
primer asentamiento junto al portal que habían creado.
El Diluvio Universal había empezado junto a la aniquilación de la
mayor parte de la raza humana y de gigantes híbridos.
La embarcación atlante fue dirigida hacia América, la embarcación
lemuriana fue dirigida hacia Asia, y la embarcación de Ziusudra hacia
Europa, usando el Mar Negro.




carlos adrian gomez burgara
carlosadrian@inbox.ru

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