Proverbios Sumerios:
"¿Se pueden tener hijos sin hacer el amor?
¿Puede uno engordar sin comer?
Estamos condenados a morir; gastemos, pues.
Viviremos aún muchos años; economicemos, pues.
Al pobre le prestan dinero y preocupaciones.
Al pobre más le valdría estar muerto que vivo:
si tiene pan, no tiene sal,
si tiene sal, no tiene pan,
si tiene carne, no tiene cordero,
si tiene cordero, no tiene carne.
Quien tiene mucho dinero es, sin duda, dichoso;
quien posee mucha cebada es, sin duda, dichoso;
pero el que nada posee puede dormir.
La cebada temprana prosperará: ¿qué sabemos nosotros?
La cebada tardía prosperará: ¿qué sabemos nosotros?
La amistad no dura más que un día;
el parentesco permanece siempre.
Donde están los sirvientes hay rencillas;
donde están los barberos hay maledicendia.
Hay riñas entre colegas y murmuraciones entre sacerdotes.
Para el placer: matrimonio; pensándolo mejor: divorcio.
Un escriba que no sabe sumerio, ¿qué clase de escriba es?
El escriba cuya mano corre de acuerdo con la boca (la palabra dictada),
sí es un escriba digno de este nombre.
(Una mujer sobre sus pretendientes): Éste está bien establecido, éste no es más que viento,
¿para quién debo guardar mi amor?
(Una visión negativa): Quien no ha mantenido a una mujer o a un niño
no ha llevado nunca una cuerda en la nariz (símbolo de esclavitud).
(Un marido desatendido): Mi mujer está en el templo,
mi madre en la orilla del río (en alguna ceremonia religiosa),
y yo aquí, muriéndome de hambre.
Una mujer agitada (o derrochadora) en casa
añade dolor al sufrimiento.
Un corazón alegre: la novia.
Un corazón afligido: el novio.
La cantimplora en el desierto es la vida del hombre,
el calzado es los ojos del hombre,
la esposa es el porvenir del hombre,
el hijo es el refugio del hombre,
la hija es la salvación del hombre,
la nuera es el infierno del hombre.
(Un hombre se lamenta): Soy un corcel de raza, pero voy uncido con un mulo,
tengo que tirar de la carreta y transportar cañas y bálago.
Todo el mundo siente simpatía por el hombre bien vestido.
Todavía no ha cazado a la zorra
y ya le ha hecho el collar.
El buey ara,
el perro estropea los profundos surcos.
El perro del herrero no podía tirar el yunque al suelo;
tiró entonces el cántaro de agua.
Me he escapado del toro salvaje,
para encontrarme ante la vaca salvaje.
(Necesidad de ser diligente): Mano y mano construyen la casa de un hombre;
estómago y estómago destruyen la casa de un hombre.
(Sobre las apariencias): Quien edifica como un señor, vive como un esclavo;
quien edifica como un esclavo, vive como un señor.
(La guerra y la paz): El Estado cuyo armamento sea débil
no podrá alejar al enemigo de sus puertas.
Tú vas y conquistas el país enemigo; el enemigo luego viene y conquista tu país.
(Sobre la esclavitud): Puedes tener un amo, puedes tener un rey,
pero es al recaudador a quien debes temer.
Un hijo perverso: su madre no debería haberlo parido,
su dios no debería haberlo creado."
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Enseñanzas de Ptahhotep (Egipto 2400 a.C.)
"Que sea yo capaz de transmitir las enseñanzas de quienes nos precedieron,
aquellos que antaño escucharon a las Potencias Divinas.
No quites ni añadas una palabra, no digas una cosa en lugar de otra,
asegúrate de romper tus cadenas, presta atención a lo que dice el Sabio.
Sublima tus pensamientos, controla tu boca y tu condición será la de estar entre los Sabios.
Que tu condición sea íntegra en presencia de tus Maestros.
Reposa tu corazón cuando hables, pronuncia palabras elevadas,
y que cuando los nobles te escuchen, digan: ¡Qué bello es lo que sale por su boca!
Sigue a tu corazón durante el tiempo de tu existencia.
Quien alcanza el corazón, devendrá en un hombre justo cuando hable.
Tener un gran corazón es un don de Dios.
Quien obedece a sus pasiones, obedece al enemigo.
Si eres un hombre justo en quien se tiene confianza,
que se oiga el consejo de tus Maestros.
Que tu rostro sea luminoso el tiempo de tu existencia.
Habla tan sólo cuando sepas que aportarás una solución.
Debes ser un excelente discípulo, pues quien habla no eres tú sino el consejo de tus Maestros.
Que tu corazón no sea vanidoso a causa de lo que conoces,
toma consejo tanto del Sabio como del ignorante.
Si deseas que tu conducta sea buena, libérate de todo mal;
combate toda ocasión de avidez de corazón.
No seas ávido de corazón hacia tu prójimo;
más grande es la justicia del hombre templado que la injusticia del bruto,
pues él está incapacitado del poder de la palabra.
No repitas un rumor maldiciente, no lo escuches.
Es la manera de expresarse de quien tiene el vientre ardiente.
Habla de aquello que hayas visto, y no sólo de aquello que escuches.
Que el rumor maldiciente sea pisoteado, no hables de él en absoluto.
Si has comprendido las máximas que acabo de transmitirte,
todos tus designios irán hacia delante.
La práctica es su riqueza; su recuerdo camina en boca de los hombres.
A causa del poder de las palabras, las máximas te llevarán a la perfección."
carlos adrian gomez burgara
carlosadrian@inbox.ru
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