13 "Sí, mis ojos han visto todo esto,
mis oídos lo han escuchado y lo han entendido.
2 Lo que ustedes saben, yo también lo sé;
no soy inferior a ustedes.
3 Yo, por mi parte, preferiría hablarle al Todopoderoso;
quiero defender mi caso ante Dios.+
4 Pero ustedes me están embarrando con mentiras;
todos ustedes son médicos inútiles.+
5 Si se callaran por completo,
demostrarían tener sabiduría.+
6 Por favor, escuchen mis razones
y presten atención a la defensa de mis labios.
7 ¿Hablarán con injusticia a favor de Dios
y dirán mentiras en su beneficio?
8 ¿Se pondrán de su lado?*
¿Tratarán de defender la causa del Dios verdadero?
9 ¿Les iría bien si él los examinara?+
¿Lo engañarían como harían con un hombre mortal?
10 Seguro que los reprende
si tratan de mostrar favoritismo+ en secreto.
11 ¿Acaso no los aterrará su misma majestad
y caerá sobre ustedes su terror?
12 Las palabras sabias* de ustedes son proverbios de ceniza;
y sus defensas* son tan frágiles como defensas de barro.
13 Quédense callados para que yo hable.
¡Y que me pase lo que me tenga que pasar!
14 ¿Por qué me pongo en peligro*
y me juego la vida?*
15 Aunque él me matara, aun así esperaría en él;+
defendería mi caso ante él.*
16 Entonces, él se convertiría en mi salvación,+
porque ningún irreverente* puede presentarse delante de él.+
17 Escuchen cuidadosamente mis palabras,
presten atención a mi declaración.
18 Fíjense, ya he preparado mi caso;
sé que tengo razón.
19 ¿Quién discutirá conmigo?
¡Me moriría si me quedara callado!*
20 Solo concédeme dos cosas, oh, Dios,*
para que no me esconda de ti:
21 aparta de mí tu pesada mano
y que el miedo a ti no me aterrorice.+
22 Habla y yo responderé,
o déjame hablar y respóndeme tú.
23 ¿Cuáles son mis errores y mis pecados?
Muéstrame mi ofensa y mi pecado.
24 ¿Por qué apartas tu mirada*+
y me consideras tu enemigo?+
25 ¿Tratarás de asustar a una hoja llevada por el viento
o de perseguir rastrojo seco?
26 Porque sigues anotando contra mí acusaciones cargadas de amargura
y me pides cuentas por los pecados de mi juventud.
27 Has puesto mis pies en el cepo,
vigilas todos mis caminos
y sigues el rastro de cada huella mía.
28 Así el hombre* se deshace como algo podrido,
como la ropa que se come la polilla.
carlos adrian gomez burgara
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