Según esta investigación, quienes leen unas tres horas y media a la semana viven un 17 % más que quienes no leen nunca. Y los que dedican a la lectura más tiempo pueden alargar sus vidas hasta un 23 %.
El trabajo científico se llevó a cabo durante 12 años sobre 3.635 personas, teniendo en cuenta, para las conclusiones finales, factores correctores como el sexo, la raza y la salud, y variables como la educación y las habilidades cognitivas de las personas investigadas.
No sé hasta qué punto serán ciertos los resultados de la investigación que citábamos más arriba, pero yo siempre he pensado que la lectura, efectivamente, inyecta vida. Personalmente, cuando leo tengo la sensación de sentirme más vivo. Para mí, leer no es un sucedáneo de la vida sino que es vida. Y que la acción de leer es, además, una liberación, un espacio de libertad.
En su obra "Para qué sirve la literatura", Antoine Compagnon afirma que los seres humanos leemos porque, aunque leer no sea indispensable para vivir, la vida es más agradable, más clara, más rica, para aquellos que leen que para quienes no lo hacen.
Es una realidad que las personas libres y felices viven mejor y que, por lo tanto, es posible que vivan más. Y los lectores siempre buscamos en los libros felicidad y libertad, que casi siempre encontramos. Por eso no sería nada raro que leer alargue la vida.
Si usted ha llegado hasta aquí, tal vez haya podido añadirle unos cuantos minutos a su vida.
carlos adrian gomez burgara
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