🧙♀️ En la oscuridad del siglo XIV, las brujas eran sometidas a un juicio atroz: acusadas de brujería por desafiar las normas de la Iglesia y la ciencia de la época, las mujeres curanderas se convirtieron en parias. A pesar de las llamas que consumían sus cuerpos en la hoguera, el espíritu empírico de estas valientes mujeres las llevó a realizar sus remedios en secreto, acusados de hechicería. 🧙♀️
💤 Entre los lúgubres testimonios que surgieron durante los juicios, uno en particular llamó la atención de las autoridades de ese tiempo: las curanderas alegaban que, al frotar ciertos ungüentos, caían en un sueño profundo en el que volaban sobre las montañas. 💤
🧹 De esta manera, se reveló el oscuro secreto de las llamadas brujas, quienes en su búsqueda desesperada por remedios para calmar los padecimientos menstruales, consumían brebajes de plantas alucinógenas como la mandrágora y el beleño, así como diversos hongos. Sin embargo, los efectos secundarios, que incluían vómitos, dolores estomacales y mareos, las llevaron a aplicar estos elixires en forma de ungüentos, especialmente en las zonas más íntimas de sus cuerpos, donde el efecto se multiplicaba y hasta producía placer. 🧹
📜 Así, a través de innumerables confesiones, se tejía el sombrío mito: estas mujeres aplicaban la mezcla sobre una vara y, montando sobre ella, emprendían vuelos aterradores por los cielos, desnudas y en sus escobas.
"Las brujas han confesado que durante algunos días y noches del mes untan un palo con ese ungüento especial y mágico que hacen y lo pasan por sus partes íntimas, debajo de los brazos y en otros lugares del cuerpo para tener el efecto deseado".
Archivos de Jordanes de Bergamo.📜
✍Este relato siniestro nos sumerge en un pasado de persecuciones y enigmas, donde las apariencias y creencias llevaron a un mito que perdura en la historia de la brujería. Las escobas embrujadas, símbolo de un oscuro pasado y la lucha de las mujeres por el conocimiento y el alivio de sus dolores, se alzan como una narrativa llena de misterio y poder
carlos adrian gomez burgara
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