5 "¡Llama, por favor! ¿Habrá alguien que te conteste?
¿A cuál de los santos* recurrirás?
2 Porque el rencor matará al tonto
y la envidia causará la muerte del ingenuo.
3 He visto al tonto echar raíces,
pero de repente queda maldito el lugar donde vive.
4 Sus hijos están lejos de tener seguridad
y son oprimidos en la puerta de la ciudad+ sin que nadie los salve.
5 Su cosecha se la come el hambriento,
lo que ha sacado hasta de entre los espinos,
y sus bienes caen en una trampa.
6 Porque el dolor no surge del polvo
ni la desgracia brota del suelo.
7 Porque el hombre nace para sufrir desgracias,
tan cierto como que las chispas salen volando hacia arriba.
8 Pero yo apelaría a Dios,
a Dios le presentaría mi caso,
9 al que hace cosas grandiosas que superan toda comprensión,
un sinnúmero de maravillas.
10 Él le da lluvia a la tierra
y envía agua sobre los campos.
11 Él pone en alto al humilde,
y al desanimado lo eleva a la salvación.
12 Él hace que los planes de los astutos fracasen
para que el trabajo de sus manos no tenga éxito.
13 Él atrapa a los sabios en su propia astucia+
para arruinar los planes de los maquinadores;
14 durante el día se encuentran con la oscuridad,
y al mediodía andan a ciegas como si fuera de noche.
15 Él salva a la gente de la espada que ellos llevan en la boca
y salva al pobre de las garras del poderoso
16 para que haya esperanza para el desfavorecido
pero quede cerrada la boca de los injustos.
17 ¡Dichoso el hombre a quien Dios corrige!
Por eso, ¡no rechaces la disciplina del Todopoderoso!
18 Porque él causa dolor, pero venda la herida;
destroza, pero cura con sus propias manos.
19 Él te salvará de seis calamidades;
ni siquiera la séptima te hará daño.
20 En tiempo de hambre, te salvará* de la muerte
y, en tiempo de guerra, del poder de la espada.
21 Se te protegerá del latigazo de la lengua,+
y no temerás cuando venga la devastación.
22 Te reirás de la destrucción y el hambre,
y no temerás a los animales salvajes de la tierra.
23 Porque las piedras del campo no te harán daño*
y los animales salvajes del campo vivirán en paz contigo.
24 Sabrás que tu tienda es segura,*
y no faltará nada cuando examines tus pastos.
25 Disfrutarás de muchos hijos,
y tus descendientes serán tantos como la vegetación de la tierra.
26 Todavía estarás fuerte cuando vayas a la tumba,
como las gavillas* de cereal que se recogen a su tiempo.
27 Mira, hemos investigado esto, y las cosas son así.
Escúchalo y acéptalo".
carlos adrian gomez burgara
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