Texto Diario martes, 2 de julio de 2019
Sigan andando por espíritu y no llevarán a cabo ningún deseo carnal (Gál. 5:16).
Si nos damos cuenta de que tenemos deseos materialistas o carnales, no nos rindamos. Sigamos pidiendo espíritu santo, y Jehová nos ayudará a centrar nuestra mente en lo que es correcto (Luc. 11:13). Recordemos el caso del apóstol Pedro. Hubo varias ocasiones en las que no actuó como un hombre espiritual (Mat. 16:22, 23; Luc. 22:34, 54-62; Gál. 2:11-14). Pero no se dio por vencido. Con la ayuda de Dios, poco a poco llegó a pensar como Cristo. Y nosotros también podemos hacerlo. De hecho, Pedro mencionó tiempo después cualidades específicas que debemos cultivar, como autodominio, aguante y cariño fraternal (2 Ped. 1:5-8). Hacer un “esfuerzo solícito” por tener estas cualidades nos ayudará a seguir creciendo espiritualmente. Sería bueno que todos los días nos preguntáramos: “¿En qué puedo trabajar hoy para ser más espiritual?”. w18.02 25, 26 párrs. 12, 13
(Gálatas 5:16) Pero digo: Sigan andando por espíritu y no llevarán a cabo ningún deseo carnal.
(Lucas 11:13) Por lo tanto, si ustedes, aunque son inicuos, saben dar buenos regalos a sus hijos, ¡con cuánta más razón dará el Padre en el cielo espíritu santo a los que le piden!”.
(Mateo 16:22, 23) Con eso, Pedro lo llevó aparte y comenzó a reprenderlo, diciendo: “Sé bondadoso contigo mismo, Señor; tú absolutamente no tendrás este [destino]”. 23 Pero él, dándole la espalda, dijo a Pedro: “¡Ponte detrás de mí, Satanás! Me eres un tropiezo, porque no piensas los pensamientos de Dios, sino los de los hombres”.
(Lucas 22:34) Pero él dijo: “Te digo, Pedro: No cantará hoy el gallo hasta que tres veces hayas negado conocerme”.
(Lucas 22:54-62) Entonces lo arrestaron y se lo llevaron y lo introdujeron en la casa del sumo sacerdote; pero Pedro seguía de lejos. 55 Cuando encendieron fuego en medio del patio y se sentaron juntos, Pedro estaba sentado entre ellos. 56 Pero cierta sirvienta lo vio sentado a la brillante lumbre y lo miró detenidamente y dijo: “Este hombre también estaba con él”. 57 Pero él lo negó, diciendo: “No lo conozco, mujer”. 58 Y poco tiempo después otra persona, al verlo, dijo: “Tú también eres uno de ellos”. Pero Pedro dijo: “Hombre, no lo soy”. 59 Y después que pasó como una hora, otro se puso a insistir enérgicamente: “¡Por cierto este también estaba con él; porque, de hecho, es galileo!”. 60 Pero Pedro dijo: “Hombre, no sé lo que dices”. Y al instante, mientras él todavía estaba hablando, cantó un gallo. 61 Y el Señor se volvió y miró a Pedro, y Pedro recordó lo que el Señor había expresado cuando le dijo: “Antes que el gallo cante hoy, me repudiarás tres veces”. 62 Y salió fuera y lloró amargamente.
(Gálatas 2:11-14) Sin embargo, cuando Cefas vino a Antioquía, lo resistí cara a cara, porque se hallaba condenado. 12 Porque, antes de la llegada de ciertos hombres desde Santiago, solía comer con gente de las naciones; pero cuando estos llegaron, se puso a retirarse y a separarse, por temor a los de la clase circuncisa. 13 Los demás de los judíos también se unieron a él en hacer esta simulación, de modo que hasta Bernabé fue llevado con ellos en su simulación. 14 Mas cuando yo vi que no estaban andando rectamente conforme a la verdad de las buenas nuevas, dije a Cefas delante de todos ellos: “Si tú, aunque eres judío, vives como las naciones, y no como los judíos, ¿cómo obligas a gente de las naciones a vivir conforme a la práctica judía?”.
(2 Pedro 1:5-8) Sí; por esta misma razón, contribuyendo ustedes en respuesta todo esfuerzo solícito, suministren a su fe, virtud; a [su] virtud, conocimiento; 6 a [su] conocimiento, autodominio; a [su] autodominio, aguante; a [su] aguante, devoción piadosa; 7 a [su] devoción piadosa, cariño fraternal; a [su] cariño fraternal, amor. 8 Porque si estas cosas existen en ustedes y rebosan, impedirán que ustedes sean inactivos o infructíferos respecto al conocimiento exacto de nuestro Señor Jesucristo.
12, 13. a) ¿Qué nos ayudará a tener “la misma actitud mental que tuvo Cristo Jesús”? b) ¿Cómo nos ayudan el ejemplo y el consejo de Pedro? c) ¿Qué debemos hacer para ser más espirituales? (Vea el recuadro “Qué podemos hacer para progresar en sentido espiritual”).
12 Cuando nos esforzamos por ser más espirituales, el espíritu santo nos da fuerzas para cambiar nuestra forma de pensar. Así, poco a poco llegamos a pensar más como Cristo (Rom. 15:5). Además, el espíritu nos ayuda a eliminar los deseos egoístas y a cultivar las cualidades que agradan a Dios (Gál. 5:16, 22, 23). Si nos damos cuenta de que tenemos deseos materialistas o carnales, no nos rindamos. Sigamos pidiendo espíritu santo, y Jehová nos ayudará a centrar nuestra mente en lo que es correcto (Luc. 11:13). Recordemos el caso del apóstol Pedro. Hubo varias ocasiones en las que no actuó como un hombre espiritual (Mat. 16:22, 23; Luc. 22:34, 54-62; Gál. 2:11-14). Pero no se dio por vencido. Con la ayuda de Dios, poco a poco llegó a pensar como Cristo. Y nosotros también podemos hacerlo.
13 De hecho, Pedro mencionó tiempo después cualidades específicas que debemos cultivar, como autodominio, aguante y cariño fraternal (lea 2 Pedro 1:5-8). Hacer un “esfuerzo solícito” por tener estas cualidades nos ayudará a seguir creciendo espiritualmente. Sería bueno que todos los días nos preguntáramos: “¿En qué puedo trabajar hoy para ser más espiritual?”.
Si nos damos cuenta de que tenemos deseos materialistas o carnales, no nos rindamos. Sigamos pidiendo espíritu santo, y Jehová nos ayudará a centrar nuestra mente en lo que es correcto (Luc. 11:13). Recordemos el caso del apóstol Pedro. Hubo varias ocasiones en las que no actuó como un hombre espiritual (Mat. 16:22, 23; Luc. 22:34, 54-62; Gál. 2:11-14). Pero no se dio por vencido. Con la ayuda de Dios, poco a poco llegó a pensar como Cristo. Y nosotros también podemos hacerlo. De hecho, Pedro mencionó tiempo después cualidades específicas que debemos cultivar, como autodominio, aguante y cariño fraternal (2 Ped. 1:5-8). Hacer un “esfuerzo solícito” por tener estas cualidades nos ayudará a seguir creciendo espiritualmente. Sería bueno que todos los días nos preguntáramos: “¿En qué puedo trabajar hoy para ser más espiritual?”. w18.02 25, 26 párrs. 12, 13
(Gálatas 5:16) Pero digo: Sigan andando por espíritu y no llevarán a cabo ningún deseo carnal.
(Lucas 11:13) Por lo tanto, si ustedes, aunque son inicuos, saben dar buenos regalos a sus hijos, ¡con cuánta más razón dará el Padre en el cielo espíritu santo a los que le piden!”.
(Mateo 16:22, 23) Con eso, Pedro lo llevó aparte y comenzó a reprenderlo, diciendo: “Sé bondadoso contigo mismo, Señor; tú absolutamente no tendrás este [destino]”. 23 Pero él, dándole la espalda, dijo a Pedro: “¡Ponte detrás de mí, Satanás! Me eres un tropiezo, porque no piensas los pensamientos de Dios, sino los de los hombres”.
(Lucas 22:34) Pero él dijo: “Te digo, Pedro: No cantará hoy el gallo hasta que tres veces hayas negado conocerme”.
(Lucas 22:54-62) Entonces lo arrestaron y se lo llevaron y lo introdujeron en la casa del sumo sacerdote; pero Pedro seguía de lejos. 55 Cuando encendieron fuego en medio del patio y se sentaron juntos, Pedro estaba sentado entre ellos. 56 Pero cierta sirvienta lo vio sentado a la brillante lumbre y lo miró detenidamente y dijo: “Este hombre también estaba con él”. 57 Pero él lo negó, diciendo: “No lo conozco, mujer”. 58 Y poco tiempo después otra persona, al verlo, dijo: “Tú también eres uno de ellos”. Pero Pedro dijo: “Hombre, no lo soy”. 59 Y después que pasó como una hora, otro se puso a insistir enérgicamente: “¡Por cierto este también estaba con él; porque, de hecho, es galileo!”. 60 Pero Pedro dijo: “Hombre, no sé lo que dices”. Y al instante, mientras él todavía estaba hablando, cantó un gallo. 61 Y el Señor se volvió y miró a Pedro, y Pedro recordó lo que el Señor había expresado cuando le dijo: “Antes que el gallo cante hoy, me repudiarás tres veces”. 62 Y salió fuera y lloró amargamente.
(Gálatas 2:11-14) Sin embargo, cuando Cefas vino a Antioquía, lo resistí cara a cara, porque se hallaba condenado. 12 Porque, antes de la llegada de ciertos hombres desde Santiago, solía comer con gente de las naciones; pero cuando estos llegaron, se puso a retirarse y a separarse, por temor a los de la clase circuncisa. 13 Los demás de los judíos también se unieron a él en hacer esta simulación, de modo que hasta Bernabé fue llevado con ellos en su simulación. 14 Mas cuando yo vi que no estaban andando rectamente conforme a la verdad de las buenas nuevas, dije a Cefas delante de todos ellos: “Si tú, aunque eres judío, vives como las naciones, y no como los judíos, ¿cómo obligas a gente de las naciones a vivir conforme a la práctica judía?”.
(2 Pedro 1:5-8) Sí; por esta misma razón, contribuyendo ustedes en respuesta todo esfuerzo solícito, suministren a su fe, virtud; a [su] virtud, conocimiento; 6 a [su] conocimiento, autodominio; a [su] autodominio, aguante; a [su] aguante, devoción piadosa; 7 a [su] devoción piadosa, cariño fraternal; a [su] cariño fraternal, amor. 8 Porque si estas cosas existen en ustedes y rebosan, impedirán que ustedes sean inactivos o infructíferos respecto al conocimiento exacto de nuestro Señor Jesucristo.
12, 13. a) ¿Qué nos ayudará a tener “la misma actitud mental que tuvo Cristo Jesús”? b) ¿Cómo nos ayudan el ejemplo y el consejo de Pedro? c) ¿Qué debemos hacer para ser más espirituales? (Vea el recuadro “Qué podemos hacer para progresar en sentido espiritual”).
12 Cuando nos esforzamos por ser más espirituales, el espíritu santo nos da fuerzas para cambiar nuestra forma de pensar. Así, poco a poco llegamos a pensar más como Cristo (Rom. 15:5). Además, el espíritu nos ayuda a eliminar los deseos egoístas y a cultivar las cualidades que agradan a Dios (Gál. 5:16, 22, 23). Si nos damos cuenta de que tenemos deseos materialistas o carnales, no nos rindamos. Sigamos pidiendo espíritu santo, y Jehová nos ayudará a centrar nuestra mente en lo que es correcto (Luc. 11:13). Recordemos el caso del apóstol Pedro. Hubo varias ocasiones en las que no actuó como un hombre espiritual (Mat. 16:22, 23; Luc. 22:34, 54-62; Gál. 2:11-14). Pero no se dio por vencido. Con la ayuda de Dios, poco a poco llegó a pensar como Cristo. Y nosotros también podemos hacerlo.
13 De hecho, Pedro mencionó tiempo después cualidades específicas que debemos cultivar, como autodominio, aguante y cariño fraternal (lea 2 Pedro 1:5-8). Hacer un “esfuerzo solícito” por tener estas cualidades nos ayudará a seguir creciendo espiritualmente. Sería bueno que todos los días nos preguntáramos: “¿En qué puedo trabajar hoy para ser más espiritual?”.
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