domingo, 8 de mayo de 2022

Guadalajara, 472 años: un vistazo por su historia. Artículo del 13 Febrero del 2014.

Guadalajara, 472 años: un vistazo por su historia.
Artículo del 13 Febrero del 2014.
Por :
Domingo Coss *
" Aunque parezca difícil imaginarlo, en su ya varias veces centenaria historia, Guadalajara ha experimentado periodos de gran crecimiento, estancamiento e incluso franco retraimiento, en su población y en su planta urbana.
Sin embargo, tres han sido los periodos de gran auge de nuestra ciudad en su ya larga existencia y que han marcado su presencia en una amplia región del país.
Estos periodos los podemos englobar en un intervalo recurrente de cerca de cien años y coinciden, en gran medida, con periodos en la segunda mitad de los siglos XVIII, XIX y XX.
Ahora demos un vistazo a la historia para entender estos significativos ciclos de crecimiento :
Fundada definitivamente en el valle de Atemajac en 1542, después de un azaroso peregrinaje de diez años por parajes cercanos a Nochistlán, Tonalá y Tlacotán, sus primeros doscientos años de existencia fueron difíciles, pues compitió con otros centros poblacionales de gran auge en el centro occidente del entonces virreinato de la Nueva España, como fue el caso de Guanajuato, Zacatecas y Valladolid (hoy Morelia), los dos primeros centros urbanos debido a la bonanza derivada de la minería y el último gracias a la gran población indígena que le tributaba y a la riqueza agrícola de su territorio.
Hacia 1700, la ciudad de Guadalajara de Indias contaba con apenas una población cercana a los 6,000 habitantes.
Si bien nuestra ciudad nació como una villa de españoles en la zona chichimeca (al norte del río Santiago) y representó una avanzada de la conquista europea a mediados del siglo XVI, se ubicó en una región agreste.
Desde el primer momento, los indígenas de esta zona fueron reacios a la presencia invasora y a la evangelización, lo que derivó en un conflicto mayor, conocido ahora como guerra del Mixtón.
Este conflicto, ganado de momento por los europeos, continuó por cerca de cincuenta años en otro de mayor calado, conocido ahora como guerra Chichimeca y que se extendió por una amplia región del centro norte virreinal.
Aunque concluyeron ambos con un triunfo de los conquistadores, estos conflictos determinaron un fuerte despoblamiento indígena en todo el occidente y norte y, por lo tanto, en un decaimiento económico, marcando a Guadalajara por mucho tiempo como una ciudad pequeña y en general con pocos recursos económicos, lo que se reflejaba en su patrimonio arquitectónico del cual, salvo algunos ejemplos como la planta de Catedral, prácticamente no queda nada en la actualidad.
Fue hasta la segunda mitad del siglo XVIII que nuestra ciudad experimentó un primer gran auge poblacional y urbano, principalmente en las dos últimas décadas de ese siglo y hasta la primera década del siglo XIX.
Además de conservar su capitalidad como centro político del reino de Nueva Galicia (ganado en 1560 con el traslado del obispado y la Audiencia desde Compostela), Guadalajara obtuvo importantes logros que la posicionaron como centro de atracción en toda la región occidental y noroccidental.
Vale la pena destacar que la riqueza material aumentó con el crecimiento poblacional experimentado en toda la Intendencia (término que sustituyó al de reino a partir de 1786) y que implicó un crecimiento urbano, con la construcción de importantes edificios civiles y religiosos, como la Casa de Misericordia (hoy ex Hospicio Cabañas), El Palacio de la Audiencia (hoy Palacio de Gobierno) y la conclusión de la Catedral (con sus torres primigenias).
A pesar de algunos descalabros demográficos como lo fue el llamado año del hambre, en 1785, con una gran escasez de maíz, la población urbana llegó a cerca de 40,000 habitantes al iniciar el siglo XIX.
La guerra de Independencia truncó este auge y Guadalajara sufrió, como el resto del país, las constantes asonadas, conflictos políticos y levantamientos militares durante buena parte del siglo XIX.
Incluso algunas epidemias, como la conocida del cólera de 1833, disminuyó a la población de la ciudad hasta en un 25 por ciento.
Fue hasta el periodo conocido como porfiriato, en el tercer tercio de ese siglo, que Guadalajara vivió un segundo momento de importante crecimiento.
La pax porfiriana impulsó el desarrollo urbano de la ciudad, que se extendió hacia el norte y el poniente principalmente, con las colonias obreras y de artesanos y las colonias modernas para la élite, respectivamente.
Las fábricas y los comercios dieron nueva vida a la ciudad, que rebasó sus antiguos límites virreinales y que hoy identificamos como centro histórico.
La ciudad contaba ya hacia 1900 con cerca de 120,000 habitantes.
La Revolución de 1910 y los conflictos posteriores significaron para Guadalajara un estancamiento de varias décadas.
La ocupación militar de la ciudad por las tropas villistas y, posteriormente, obregonistas, detuvieron su importante crecimiento anterior.
La guerra cristera, en la década de los veinte, sin embargo, implicó un aumento en la migración del campo a la ciudad.
Fue a partir de los años cuarenta del siglo XX que nuestra ciudad volvió a la senda del crecimiento y ahora con un ímpetu espectacular, marcando un tercer momento, hasta ahora definitivo, de auge urbano y poblacional.
En 1942, el límite era marcado ya por los arcos erigidos ese mismo año y la posterior construcción de la glorieta Minerva.
Hacia 1964, y coincidiendo con el auge derivado del "milagro mexicano" de por entonces, la ciudad se extendió hacia el sur hasta el monumento a las Águilas y llegaba, celebrado con júbilo por entonces, a su primer millón de habitantes, la historia posterior, con la explosión urbana y demográfica desordenada, ya nos es muy conocida.
* Historiador.."
Tomado de la Página :
Proyecto Díez.
Autoría del Texto :
Domingo Coss.

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