"Vístanse con la nueva personalidad" (COL. 3:10).
CANCIÓN 49 Alegremos el corazón de Jehová
AVANCE*
1. ¿Qué determina principalmente nuestra personalidad?
SEA que llevemos bautizados solo unos pocos días o varias décadas, todos nosotros queremos tener la clase de personalidad que le agrada a Jehová. Para lograrlo, necesitamos controlar nuestros pensamientos. ¿Por qué? Porque estos determinan en gran medida nuestra personalidad. Si siempre estamos pensando en cosas que complacen nuestros deseos carnales, diremos y haremos cosas malas (Efes. 4:17-19). En cambio, si llenamos nuestra mente con buenos pensamientos, será más probable que hablemos y actuemos como le gusta a nuestro Padre, Jehová (Gál. 5:16).
2. ¿Qué preguntas contestaremos en este artículo?
2 Como vimos en el artículo anterior, no podemos evitar del todo que entren en nuestra mente malos pensamientos. Pero sí podemos elegir no llevarlos a la práctica. Antes de bautizarnos, tenemos que dejar de hablar y de actuar del modo que Jehová detesta. Este es el primer paso y el más importante para quitarnos la vieja personalidad. Sin embargo, para hacer totalmente feliz a Jehová, también tenemos que obedecer este mandato: "Vístanse con la nueva personalidad" (Col. 3:10). En este artículo, contestaremos las siguientes preguntas: ¿qué es "la nueva personalidad"? y ¿cómo podemos ponérnosla y llevarla siempre puesta?
¿QUÉ ES "LA NUEVA PERSONALIDAD"?
3. ¿Qué es "la nueva personalidad", y cómo nos vestimos con ella? (Gálatas 5:22, 23).
3 "La nueva personalidad" es la manera de pensar y actuar que refleja las cualidades de Jehová. ¿Y cómo nos vestimos con ella? Mostrando el fruto del espíritu de Dios al permitir que este espíritu influya en nuestros pensamientos, sentimientos y acciones (lea Gálatas 5:22, 23). Por ejemplo, la persona que se viste con "la nueva personalidad" ama a Jehová y a sus siervos (Mat. 22:36-39). Mantiene la felicidad incluso cuando se enfrenta a dificultades (Sant. 1:2-4). Fomenta la paz (Mat. 5:9). Es paciente y amable con los demás (Col. 3:12, 13). Ama lo bueno, y lo hace (Luc. 6:35). Demuestra con sus acciones que tiene una fe fuerte en su Padre celestial (Sant. 2:18). Se mantiene apacible cuando la provocan (Tito 3:2). Y se controla ante las tentaciones (1 Cor. 9:25, 27).
4. ¿Por qué no se pueden cultivar una a una las cualidades que se mencionan en Gálatas 5:22, 23?
4 Para ponernos la nueva personalidad, tenemos que cultivar tanto las cualidades que aparecen en Gálatas 5:22, 23 como las que se mencionan en otros textos bíblicos.* Estas cualidades no son como distintas prendas de ropa que nos vamos poniendo una a una. Más bien, están relacionadas unas con otras. Por ejemplo, si de verdad amamos a los demás, seremos pacientes y amables con ellos. Y, para ser realmente buenos, debemos ser apacibles y tener autocontrol.
¿CÓMO NOS PONEMOS LA NUEVA PERSONALIDAD?
El estudiante de la Biblia del artículo anterior, que ahora es un hermano bautizado y se puso ropa nueva, va por un camino. Serie de imágenes: Jesús demostrando las cualidades del fruto del espíritu. 1. Para alimentar a una multitud, Jesús recibe de un niño unos panes y unos pescaditos. 2. Jesús se sienta y conversa con unos niños. 3. Jesús aguanta apaciblemente cuando le dan bofetadas durante el juicio ilegal que le hicieron.
Cuanto más aprendamos a pensar como Jesús, mejor reflejaremos su personalidad. (Vea los párrafos 5, 8, 10, 12 y 14).
5. ¿Qué significa tener "la mente de Cristo", y por qué deberíamos estudiar la vida de Jesús? (1 Corintios 2:16).
5 (Lea 1 Corintios 2:16). Para ponernos la nueva personalidad, necesitamos tener "la mente de Cristo", es decir, necesitamos aprender cómo piensa Jesús y entonces imitarlo. Jesús manifiesta el fruto del espíritu de Dios a la perfección. Al igual que un buen espejo, él refleja las cualidades de Jehová tal como son (Heb. 1:3). Cuanto más se parezca nuestra manera de pensar a la de Jesús, mejor imitaremos su forma de actuar y mejor reflejaremos su personalidad (Filip. 2:5).
6. ¿Qué debemos recordar cuando nos esforzamos por ponernos la nueva personalidad?
6 ¿De verdad podemos seguir el ejemplo de Jesús? Quizás usted piense: "Jesús es perfecto. ¡Jamás podré ser exactamente como él!". Si piensa así, recuerde tres cosas. Primero, usted fue diseñado para ser como Jehová y Jesús. Así que puede elegir imitarlos y puede lograrlo, por lo menos hasta cierto grado (Gén. 1:26). Segundo, el espíritu santo de Dios es la fuerza más poderosa que existe. Con su ayuda, usted puede lograr cosas que jamás lograría solo. Tercero, Jehová no espera que usted manifieste el fruto del espíritu perfectamente ahora. Piense que nuestro amoroso Padre les dará a los que esperan vivir en la Tierra 1.000 años para que lleguen a ser perfectos (Apoc. 20:1-3). Lo que Jehová espera de nosotros ahora es que nos esforcemos al máximo y confiemos en que él nos ayudará.
7. ¿Qué vamos a ver ahora?
7 ¿Cómo específicamente podemos imitar a Jesús? Vamos a examinar cuatro cualidades del fruto del espíritu de Dios. Veremos cómo demostró Jesús cada una de estas cualidades y qué podemos aprender nosotros. También veremos algunas preguntas que nos ayudarán a examinar si necesitamos mejorar la nueva personalidad.
8. ¿Cómo mostró Jesús su amor?
8 Jesús amaba tanto a Jehová que se sintió impulsado a hacer sacrificios por él y por nosotros (Juan 14:31; 15:13). Y demostró su gran amor por la gente por la manera como vivió mientras estuvo en la Tierra. Siempre fue cariñoso y compasivo, incluso con algunos que se oponían a él. Demostró este amor de forma especial al hablarle a la gente acerca del Reino de Dios (Luc. 4:43, 44). También probó lo mucho que amaba a Dios y a las personas al estar dispuesto a sufrir y morir a manos de pecadores. Así nos dio a todos la oportunidad de vivir para siempre.
9. ¿Cómo podemos mostrar amor, siguiendo el ejemplo de Jesús?
9 Si nos dedicamos a Jehová y nos bautizamos, fue porque amamos a nuestro Padre celestial. Así que, como Jesús, deberíamos mostrar ese amor al tratar a la gente. El apóstol Juan escribió: "El que no ama a su hermano, a quien ve, no puede amar a Dios, a quien no ve" (1 Juan 4:20). Preguntémonos: "¿Siento un amor profundo por los demás? ¿Soy compasivo al tratar a otros, aun cuando ellos sean desagradables conmigo? ¿Dedico mi tiempo y recursos a hablar a otras personas de Jehová por amor? ¿Lo hago hasta cuando la mayoría de la gente no lo valora, o hasta cuando se oponen a mí? ¿Podría dedicar más tiempo a la predicación?" (Efes. 5:15, 16).
10. ¿Qué hacía Jesús para fomentar la paz?
10 Jesús era pacífico. No devolvía mal por mal. Pero hacía algo más. Tomaba la iniciativa para estar en paz con la gente y animaba a otros a resolver sus disputas. Por ejemplo, les enseñó que debían hacer las paces con su hermano si querían que Jehová aceptara su adoración (Mat. 5:9, 23, 24). Y vez tras vez animó a sus apóstoles a dejar de discutir sobre quién de ellos era el mayor (Luc. 9:46-48; 22:24-27).
11. ¿Cómo podemos fomentar la paz?
11 Para fomentar la paz, no solo tenemos que evitar causar conflictos. Necesitamos tomar la iniciativa para hacer las paces con otros y para animar a nuestros hermanos a que solucionen sus diferencias (Filip. 4:2, 3; Sant. 3:17, 18). Podríamos preguntarnos: "¿Hasta dónde estoy dispuesto a ceder para hacer las paces con otros? ¿Guardo rencor si un hermano hiere mis sentimientos? ¿Pretendo que sea la otra persona la que dé el primer paso para resolver las cosas? ¿O lo doy yo, aunque crea que ella tiene la culpa? Si es apropiado, ¿animo a los que tienen problemas entre ellos a que hagan las paces?".
12. ¿Cómo demostró Jesús que era amable?
12 Jesús fue amable (Mat. 11:28-30). Era afectuoso y razonable, aun en circunstancias difíciles. Por ejemplo, cuando una mujer fenicia le suplicó que curara a su hija, él al principio no hizo lo que le pidió. Pero fue amable con ella y curó a la niña cuando vio su gran fe (Mat. 15:22-28). Ahora bien, él no se dejaba llevar por el sentimentalismo. A veces, la amabilidad exigía que fuera firme con los que amaba. Por ejemplo, cuando Pedro trató de influir en Jesús para que no cumpliera con la voluntad de Jehová, él lo reprendió delante de los otros discípulos (Mar. 8:32, 33). No lo hizo para humillar a Pedro, sino para enseñarle y para advertir a los otros discípulos que debían apoyarlo y no impedirle hacer la voluntad de Dios. Sin duda Pedro sintió un poco de vergüenza, pero fue por su bien.
13. ¿Qué tenemos que hacer a veces para ser verdaderamente amables?
13 Para ser verdaderamente amables con los que queremos, a veces tenemos que hablar con franqueza. Cuando lo hagamos, imitemos a Jesús y basemos nuestros consejos en los principios de la Palabra de Dios. Seamos afectuosos. Esperemos lo mejor de ellos, confiando en que los que aman a Jehová y nos aman a nosotros aceptarán el consejo que les demos con cariño. Preguntémonos: "¿Me atrevo a hablar cuando veo que alguien a quien quiero está haciendo algo malo? ¿Y cómo lo hago? ¿Con amabilidad, o soy duro? ¿Y por qué le doy el consejo? ¿Es porque estoy enojado con la persona, o porque quiero lo mejor para ella?".
14. ¿Cómo demostró Jesús la bondad?
14 Jesús no solo sabe lo que es bueno; también lo hace. Él ama a su Padre, así que siempre hace lo que es correcto y con el motivo correcto. La persona que manifiesta bondad siempre busca formas de ayudar a los demás y de hacer cosas por ellos. No basta con saber lo que es bueno; tenemos que hacerlo y con el motivo correcto. Alguien podría preguntar: "¿Acaso es posible hacer algo bueno con un mal motivo?". Claro que es posible. Por ejemplo, Jesús habló de los que daban limosnas a los pobres pero se aseguraban de que otros supieran lo que hacían. Esas aparentes buenas obras no impresionaban a Jehová (Mat. 6:1-4).
15. ¿Cómo podemos ser verdaderamente buenos?
15 Solo podemos ser verdaderamente buenos si hacemos cosas buenas pensando en los demás y no por egoísmo. Deberíamos preguntarnos: "¿Puedo decir que no solo sé lo que es correcto, sino que además lo hago? ¿Por qué hago cosas buenas?".
¿CÓMO PODEMOS MANTENER EN BUEN ESTADO LA NUEVA PERSONALIDAD?
16. ¿Qué tenemos que hacer todos los días, y por qué?
16 No pensemos que al bautizarnos nos vestimos por completo con la nueva personalidad, y ya no tenemos que hacer nada más. La nueva personalidad es como una prenda de ropa que debemos mantener en buen estado. Por eso, todos los días tenemos que buscar nuevas maneras de manifestar el fruto del espíritu de Dios. ¿Por qué? Porque Jehová es un Dios de acción, y su espíritu es una fuerza activa (Gén. 1:2). Esto quiere decir que cada una de las cualidades del fruto del espíritu puede y debe motivarnos a actuar. Por ejemplo, el discípulo Santiago escribió: "La fe sin obras está muerta" (Sant. 2:26). Y lo mismo puede decirse de las demás cualidades que produce el espíritu de Dios. Cada vez que las manifestamos, demostramos que el espíritu de Dios está actuando en nosotros.
17. ¿Qué podemos hacer cuando no manifestamos el fruto del espíritu como deberíamos?
17 Incluso los cristianos que llevan muchos años bautizados a veces no manifiestan el fruto del espíritu como se espera. Pero lo importante es no darse por vencido. Pongamos un ejemplo. Si se rasga nuestra prenda de ropa favorita, ¿verdad que no la tiramos de inmediato? Lo más probable es que tratemos de arreglarla, si es posible. Y a partir de entonces tendríamos más cuidado. De manera parecida, si en alguna ocasión no tratamos a alguien con tanta amabilidad, paciencia o amor como deberíamos, no nos desanimemos. Una disculpa sincera puede reparar el daño y ser el primer paso para restablecer nuestra buena relación con esa persona. Y propongámonos hacerlo mejor la próxima vez.
18. ¿De qué podemos estar seguros?
18 ¡Qué agradecidos estamos de tener el ejemplo de Jesús! Cuanto más imitemos su manera de pensar, más fácil nos resultará actuar como él. Y así reflejaremos mejor la nueva personalidad. En este artículo, solo hemos hablado de cuatro de las cualidades del fruto del espíritu de Dios. Pero sería bueno que dedicáramos tiempo a analizar otras cualidades que produce el espíritu para ver si podemos manifestarlas mejor. Encontraremos una lista de artículos muy útiles en la Guía de estudio para los testigos de Jehová, bajo el tema "El vivir cristiano" y luego "Fruto del espíritu". Podemos estar seguros de que, si nos esforzamos por ponernos la nueva personalidad y por seguir llevándola puesta, Jehová nos ayudará.
¿LO RECUERDA?
¿Qué es "la nueva personalidad"?
¿Cómo podemos ponernos la nueva personalidad?
¿Cómo podemos mantener en buen estado la nueva personalidad?
CANCIÓN 127 La clase de persona que debo ser
Sin importar nuestros antecedentes o nuestro pasado, todos podemos ponernos "la nueva personalidad". Para hacerlo, necesitamos seguir reajustando nuestra manera de pensar y esforzarnos por ser como Jesús. Este artículo analizará ejemplos de cómo pensaba y actuaba Jesús. También nos mostrará cómo podemos seguir imitándolo después de habernos bautizado.
Gálatas 5:22, 23 no menciona todas las cualidades que el espíritu de Dios nos ayuda a cultivar. En la sección "Preguntas de los lectores" de La Atalaya de junio de 2020 se analiza este tema.
Preguntas de los lectores
¿Contiene la lista de Gálatas 5:22, 23 los únicos aspectos del "fruto del espíritu"?
AMOR
FELICIDAD
PAZ
PACIENCIA
AMABILIDAD
BONDAD
FE
APACIBILIDAD
AUTOCONTROL
En estos versículos se alistan nueve cualidades cristianas. El pasaje dice: "El fruto del espíritu es amor, felicidad, paz, paciencia, amabilidad, bondad, fe, apacibilidad, autocontrol". Pero estas no son las únicas cualidades que el espíritu de Dios puede ayudarnos a demostrar.
Veamos lo que el apóstol Pablo escribió en los versículos anteriores: "Las obras de la carne son [...] la inmoralidad sexual, la impureza, la conducta descarada, la idolatría, el espiritismo, las enemistades, las peleas, los celos, los arrebatos de ira, las riñas, las divisiones, la formación de sectas, la envidia, las borracheras, las fiestas descontroladas y cosas como estas" (Gál. 5:19-21). Así que Pablo pudo haber incluido otras cosas entre "las obras de la carne", como las que mencionó en Colosenses 3:5. Algo parecido sucede con las nueve buenas cualidades que el apóstol menciona en Gálatas 5:22, 23. En esa lista, él no estaba tratando de incluir todas las cualidades que podemos cultivar con la ayuda del espíritu santo.
Llegamos a esta conclusión cuando comparamos la lista de Gálatas con lo que Pablo escribió a la congregación de Éfeso: "El fruto de la luz consiste en toda clase de bondad, justicia y verdad" (Efes. 5:8, 9). Como vemos, la bondad, junto con la justicia y la verdad, es parte del "fruto de la luz", pero también es un aspecto del "fruto del espíritu". Así que, aunque Pablo no mencionó la justicia y la verdad en Gálatas 5:22, 23, podría haberlo hecho.
De manera parecida, Pablo animó a Timoteo a cultivar una lista de seis cualidades: "La justicia, la devoción a Dios, la fe, el amor, el aguante y la apacibilidad" (1 Tim. 6:11). Solo tres de estas —la fe, el amor y la apacibilidad— aparecen en la lista del "fruto del espíritu". Pero Timoteo también necesitaría la guía del espíritu santo para mostrar las otras cualidades que Pablo mencionó: la justicia, la devoción a Dios y el aguante (compare con Colosenses 3:12; 2 Pedro 1:5-7).
Por lo tanto, Gálatas 5:22, 23 no menciona todas las cualidades que los cristianos debemos cultivar con la ayuda del espíritu de Dios. Este puede ayudarnos a mostrar las nueve que se alistan como "el fruto del espíritu". Pero hay más cualidades que podemos cultivar para llegar a ser cristianos maduros y ponernos "la nueva personalidad que fue creada según la voluntad de Dios, de acuerdo con la justicia y la lealtad verdaderas" (Efes. 4:24).
carlos adrian gomez burgara
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