“No nos rendimos”
“Por lo tanto no nos rendimos” (2 COR. 4:16).
CANCIÓN 128 Aguantemos hasta el fin
AVANCE*
1. ¿Qué deben hacer los cristianos para terminar la carrera por la vida?
LOS cristianos estamos en una carrera, y el premio es la vida. Tanto si acabamos de empezarla como si llevamos muchos años, debemos seguir corriendo hasta cruzar la línea de meta. Los consejos que el apóstol Pablo les dio a los cristianos de Filipos pueden motivarnos a terminar la carrera. Algunos miembros de aquella congregación del siglo primero llevaban años sirviendo a Jehová cuando recibieron la carta de Pablo. Aunque lo estaban haciendo bien, Pablo les recordó que debían seguir corriendo con aguante. Quería que copiaran su ejemplo de seguir adelante “hacia la meta” (Filip. 3:14).
2. ¿Por qué fueron oportunos los consejos que dio Pablo a los filipenses?
2 Aquellos consejos de Pablo fueron oportunos. La congregación de Filipos sufrió dura oposición desde sus inicios. Todo comenzó hacia el año 50, cuando Pablo y Silas llegaron a aquella ciudad tras recibir la invitación de Dios de ir a Macedonia (Hech. 16:9). Allí encontraron a una mujer llamada Lidia, que los escuchó. Jehová le abrió el corazón para que prestara atención a las buenas noticias (Hech. 16:14). Poco después, ella y todos los que vivían en su casa se bautizaron. Sin embargo, el Diablo no se quedó de brazos cruzados. Unos hombres de la ciudad arrastraron a Pablo y a Silas ante los magistrados civiles y los acusaron falsamente de causar disturbios. Como consecuencia, golpearon a Pablo y a Silas, los encarcelaron y les pidieron que abandonaran la ciudad (Hech. 16:16-40). ¿Se rindieron? Jamás. ¿Y los hermanos de aquella congregación recién formada? Su reacción fue admirable, pues también aguantaron. No cabe duda de que los animó el buen ejemplo que les dieron Pablo y Silas.
3. ¿Qué sabía Pablo, y qué preguntas vamos a analizar?
3 Pablo estaba decidido a no rendirse (2 Cor. 4:16). No obstante, sabía que para terminar la carrera debía estar centrado en la meta. ¿Qué aprendemos de él? ¿Qué ejemplos de fe de nuestros días nos enseñan que podemos aguantar pese a los obstáculos? ¿Y cómo nos ayuda nuestra esperanza para el futuro a fortalecer nuestra resolución de no rendirnos?
QUÉ PROVECHO SACAMOS DEL EJEMPLO DE PABLO
4. ¿Qué hizo Pablo a pesar de la situación en la que estaba?
4 Veamos en qué situación se encontraba Pablo cuando escribió a los filipenses y cómo se esforzaba. Estaba bajo arresto domiciliario en Roma, así que no podía salir a predicar. Aun así, se mantuvo ocupado dando testimonio a quienes lo visitaban y escribiendo cartas a congregaciones lejanas. Del mismo modo, hoy día muchos cristianos que no pueden salir de su hogar aprovechan para predicar cuando alguien va a su casa. También escriben cartas animadoras a personas a las que no es posible visitar.
5. De acuerdo con lo que dijo en Filipenses 3:12-14, ¿qué ayudó a Pablo a no perder de vista la meta?
5 Pablo no permitió que lo distrajeran ni sus logros del pasado ni los errores que había cometido. De hecho, dijo que olvidar “las cosas que quedan atrás” era esencial a fin de estirarse para alcanzar las cosas por venir, esto es, terminar con éxito la carrera cristiana (lea Filipenses 3:12-14). ¿Qué pudo haberlo distraído? Primero, sus impresionantes logros en el judaísmo. Pero él consideraba esas cosas como “un montón de basura” (Filip. 3:3-8). Segundo, el sentimiento de culpa por haber perseguido a los cristianos. Pero no permitió que esto lo paralizara. Y, tercero, lo que había hecho en su servicio cristiano. Obtuvo muy buenos resultados aunque había sido encarcelado, golpeado y hasta apedreado, había sufrido naufragios y no había tenido qué comer y qué ponerse. Pero nunca pensó que ya había hecho suficiente (2 Cor. 11:23-27). Pese a todos sus logros y sufrimientos, sabía que tenía que seguir adelante. Y nosotros debemos hacer lo mismo.
6. ¿Qué “cosas que quedan atrás” tal vez tengamos que olvidar?
6 ¿Cómo podemos olvidar “las cosas que quedan atrás”, igual que hizo Pablo? Puede que algunos tengamos que vencer el sentimiento de culpa por pecados que cometimos en el pasado. En tal caso, ¿por qué no dedicamos tiempo a investigar sobre el rescate? Estudiar, meditar y orar sobre este tema animador nos ayudará a librarnos de los sentimientos de culpa innecesarios, pues comprenderemos y aceptaremos que Jehová ha perdonado nuestros pecados. Veamos otra lección que aprendemos de Pablo. Algunos Testigos han renunciado a trabajos muy bien pagados a fin de hacer más por el Reino. Si ese es nuestro caso, olvidar las cosas que quedan atrás implica no anhelar las oportunidades que dejamos pasar (Núm. 11:4-6; Ecl. 7:10). Entre “las cosas que quedan atrás” podrían estar también nuestros logros en el servicio a Jehová o las pruebas que hemos afrontado. Claro, recordar cómo nos ha bendecido y apoyado nuestro Padre a lo largo de los años puede acercarnos más a él. Sin embargo, no queremos dormirnos en los laureles y pensar que ya hemos hecho suficiente (1 Cor. 15:58).
7. Según 1 Corintios 9:24-27, ¿qué es necesario hacer para ganar la carrera? Ponga un ejemplo.
7 Pablo comprendía bien estas palabras de Jesús: “Esfuércense vigorosamente” (Luc. 13:23, 24). El apóstol sabía que, igual que Cristo, debía esforzarse hasta el mismo fin. Por eso comparó la vida del cristiano a una carrera (lea 1 Corintios 9:24-27). Los corredores se centran en la línea de meta y evitan lo que los distrae. Por ejemplo, en una carrera urbana, los participantes puede que pasen delante de algunos negocios y otras posibles distracciones. ¿Verdad que ningún corredor se pararía a mirar lo que ofrecen las tiendas? Por supuesto que no, pues su deseo es ganar. Igualmente, en la carrera por la vida nosotros debemos evitar distraernos. Si nos centramos en la meta y nos esforzamos al máximo, como hizo Pablo, ganaremos el premio.
NO NOS RINDAMOS A PESAR DE LAS DIFICULTADES
8. ¿Qué tres situaciones vamos a analizar?
8 Analicemos ahora tres situaciones que podrían hacernos bajar el ritmo. Son las expectativas que tardan en cumplirse, la pérdida de las fuerzas físicas y las pruebas que duran mucho tiempo. Ver qué han hecho otros siervos de Dios nos enseñará algunas lecciones (Filip. 3:17).
9. ¿Qué efecto puede tener en nosotros que tarden en cumplirse nuestras expectativas?
9 Las expectativas que tardan en cumplirse. Es natural que deseemos que se hagan realidad las maravillosas promesas de Dios. De hecho, cuando el profeta Habacuc expresó lo mucho que deseaba que se pusiera fin a la maldad en Judá, Jehová le dijo que se mantuviera a la expectativa (Hab. 2:3). No obstante, nuestro entusiasmo puede enfriarse si tenemos la sensación de que nuestras expectativas tardan en cumplirse. Puede que hasta nos desanimemos (Prov. 13:12). Eso es lo que ocurrió a principios del siglo veinte. En aquel tiempo, muchos cristianos ungidos esperaban ir al cielo en 1914. ¿Qué hicieron los fieles cuando no se cumplieron sus expectativas?
10. ¿Qué hizo un leal matrimonio cristiano cuando no se cumplieron sus expectativas?
10 Veamos el caso de dos hermanos leales que se enfrentaron a esta situación, Royal y Pearl Spatz. El hermano Spatz se bautizó en 1908, a la edad de 20 años. Estaba muy seguro de que pronto recibiría su recompensa. De hecho, cuando le pidió matrimonio a Pearl, en 1911, le dijo: “Ya sabes lo que va a pasar en 1914. Si vamos a casarnos, mejor que lo hagamos pronto”. ¿Abandonó la carrera por la vida este matrimonio cristiano cuando no fueron al cielo en 1914? No, porque estaban centrados en servir fieles a Dios, no en obtener un galardón. Estaban resueltos a correr la carrera con aguante. Y lo hicieron. Permanecieron activos y fieles durante muchas décadas, hasta que terminaron su vida en la Tierra. No hay duda de que deseamos ver que Jehová vindique su nombre y su soberanía, y que cumpla todas sus promesas. Podemos estar seguros de que todo esto ocurrirá en el momento que él ha determinado. Hasta entonces, sigamos ocupados en el servicio a Dios y no permitamos nunca que nos desanime o nos haga bajar el ritmo ver que nuestras expectativas tardan en cumplirse.
11, 12. ¿Por qué podemos seguir adelante aunque ya no tengamos tantas fuerzas como antes? Dé un ejemplo.
11 La pérdida de las fuerzas físicas.A diferencia de un corredor literal, no necesitamos estar fuertes físicamente para continuar avanzando en la carrera cristiana. Es más, muchos que ya no tienen tantas fuerzas como antes siguen completamente decididos a crecer en sentido espiritual (2 Cor. 4:16). Veamos el ejemplo del hermano Arthur Secord.* Un día, cuando ya llevaba cincuenta y cinco años en Betel y tenía 88 años de edad, una enfermera que lo cuidaba lo miró y le dijo con cariño: “Hermano Secord, este cuerpo se ha gastado en el servicio a Jehová”. Pero Arthur no vivía de los recuerdos. La miró fijamente a los ojos, le sonrió y le contestó: “Sí, es verdad. Pero lo importante no es lo que hemos hecho, sino lo que hagamos a partir de ahora”.
12 ¿Hemos servido a Jehová muchos años y ahora la salud no nos permite hacer tanto como antes? Si ese es el caso, no nos desanimemos. Podemos estar seguros de que Jehová valora todo lo que hicimos en el pasado (Heb. 6:10). Y, en cuanto al presente, recordemos que Jehová no mide nuestro amor por cuánto hacemos en su servicio. Más bien, demostramos lo mucho que lo queremos manteniendo una actitud positiva y haciendo todo lo que está a nuestro alcance (Col. 3:23). Él comprende nuestras limitaciones y no nos pide más de lo que podamos dar (Mar. 12:43, 44).
13. ¿Qué les pasó a Anatoly y Lidiya, y cómo nos anima su ejemplo a seguir adelante aunque suframos dificultades durante mucho tiempo?
13 Las pruebas que duran mucho tiempo.Algunos siervos de Jehová han aguantado pruebas y persecución durante décadas. Fijémonos en el ejemplo de Anatoly Melnik,* de Moldavia. Solo tenía 12 años cuando las autoridades detuvieron a su padre, lo encarcelaron y lo deportaron a Siberia, a más de 7.000 kilómetros (4.000 millas) de su familia. Un año después, también los enviaron a Siberia a Anatoly, su madre y sus abuelos. Con el tiempo, pudieron asistir a las reuniones, pero para llegar tenían que caminar 30 kilómetros (20 millas) por la nieve, con temperaturas extremadamente frías. Algún tiempo más tarde, el hermano Melnik pasó tres años en prisión, separado de su esposa, Lidiya, y de su hija, de un año de edad. A pesar de tener que soportar dificultades durante años, Anatoly y su familia siguieron adelante sin vacilar. Actualmente, Anatoly tiene 82 años de edad y forma parte del comité de una sucursal de Asia central. Igual que Anatoly y Lidiya, hagamos todo lo que podamos en el servicio a Jehová y sigamos perseverando como hicimos en el pasado (Gál. 6:9).
CENTRÉMONOS EN NUESTRA ESPERANZA PARA EL FUTURO
14. ¿Qué sabía Pablo que tenía que hacer para alcanzar la meta?
14 Pablo estaba convencido de que terminaría la carrera y alcanzaría la meta. Como era un cristiano ungido, esperaba recibir el premio de la llamada celestial. Pero sabía que tenía que seguir adelante para conseguirlo (Filip. 3:14). A fin de ayudar a los filipenses a no perder de vista la meta, les puso una interesante comparación.
15. ¿Cómo utilizó Pablo el tema de la ciudadanía para animar a los filipenses a seguir adelante?
15 El apóstol les recordó a los filipenses que tenían su ciudadanía en los cielos (Filip. 3:20). ¿Por qué era importante que no lo olvidaran? En aquellos días, se valoraba mucho la ciudadanía romana.* Sin embargo, los cristianos ungidos tenían una ciudadanía mucho mejor, pues les permitiría disfrutar de mayores ventajas. En comparación, la ciudadanía romana apenas tenía valor. Por eso, Pablo animó a los filipenses con estas palabras: “Compórtense como ciudadanos de una manera digna de las buenas nuevas acerca del Cristo” (Filip. 1:27, nota). Hoy día, los cristianos ungidos son un magnífico ejemplo, pues siguen adelante para alcanzar la meta de la vida eterna en los cielos.
16. Según Filipenses 4:6, 7, ¿qué debemos seguir haciendo tanto si esperamos vivir en el cielo como si esperamos vivir en la Tierra?
16 Debemos seguir adelante para alcanzar la meta, ya sea vivir para siempre en el cielo o en un Paraíso en la Tierra. No importa cuáles sean nuestras circunstancias, no miremos a las cosas de atrás ni permitamos que nada nos impida progresar (Filip. 3:16). Puede que parezca que tardan en cumplirse nuestras expectativas o tal vez no tengamos las fuerzas que teníamos antes. Quizás hayamos aguantado dificultades y persecución durante muchos años. Sea como sea, no nos inquietemos por nada, sino démosle a conocer a Dios nuestros ruegos y peticiones. Él nos dará una paz que no podemos ni imaginar (lea Filipenses 4:6, 7).
17. ¿Qué vamos a analizar en el siguiente artículo?
17 Como un corredor que se esfuerza cuando llega a la recta final, centrémonos por completo en la meta de terminar la carrera por la vida. En la medida que nos lo permitan nuestras fuerzas y circunstancias, sigamos progresando y esforzándonos al máximo por alcanzar las maravillosas cosas que están por venir. ¿Qué debemos hacer para seguir adelante en la dirección correcta y a un ritmo que podamos mantener? El siguiente artículo nos ayudará a fijar las prioridades apropiadas y a asegurarnos de “las cosas más importantes” (Filip. 1:9, 10).
CANCIÓN 79 Que sigan firmes en la fe
Sin importar cuánto llevemos sirviendo a Jehová, queremos seguir creciendo y madurando como cristianos. El apóstol Pablo instó a los siervos de Dios a no rendirse nunca. Su carta a los filipenses nos anima a aguantar en la carrera por la vida. En este artículo, veremos cómo poner en práctica sus consejos.
La biografía del hermano Secord, “Mi participación en adelantar la adoración correcta”, se publicó en La Atalaya del 1 de noviembre de 1965.
La biografía del hermano Melnik, “Me enseñaron desde niño a amar a Dios”, se publicó en la revista ¡Despertad! del 22 de octubre de 2004.
Como Filipos era una colonia romana, sus habitantes disfrutaban de algunos derechos propios de los ciudadanos romanos. Por eso, los cristianos filipenses comprendían bien esta comparación.
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