domingo, 8 de septiembre de 2019

Sigamos sirviendo a Jehová en medio de la proscripción “No podemos dejar de hablar de las cosas que hemos visto y oído” (HECH. 4:19, 20).

Sigamos sirviendo a Jehová en medio de la proscripción

“No podemos dejar de hablar de las cosas que hemos visto y oído” (HECH. 4:19, 20).
CANCIÓN 122 ¡Mantengámonos firmes, inmovibles!
AVANCE*
1, 2. a) ¿Por qué no debería sorprendernos que se prohíba nuestra obra? b) ¿Qué vamos a estudiar en este artículo?
EN EL año 2018, más de 223.000 publicadores vivían en lugares donde nuestras actividades religiosas estaban proscritas o restringidas. Esto no nos sorprende, pues como vimos en el artículo anterior los cristianos verdaderos sabemos que se nos perseguirá (2 Tim. 3:12). No importa dónde vivamos, las autoridades pueden prohibirnos de repente y sin previo aviso que adoremos a Jehová.
Si el gobierno prohíbe nuestra obra, tal vez nos hagamos preguntas como estas: “¿Significa la persecución que hemos perdido la aprobación divina? ¿Se pondrá fin a nuestra adoración a Jehová? ¿Debería mudarme a un lugar donde pueda servir a Dios en libertad?”. En este artículo, vamos a responder estas preguntas. También veremos cómo podemos seguir sirviendo a Jehová en medio de la proscripción y qué trampas debemos evitar.

¿SIGNIFICA LA PERSECUCIÓN QUE HEMOS PERDIDO LA APROBACIÓN DIVINA?

3. Como dice 2 Corintios 11:23-27, ¿qué experimentó el fiel apóstol Pablo, y qué nos enseña su ejemplo?
Si se proscriben nuestras actividades, podríamos llegar a la conclusión de que ya no tenemos la aprobación de Dios. Pero eso no es verdad. Pensemos en el apóstol Pablo. No hay duda de que contaba con el favor de Jehová. Tuvo el privilegio de escribir 14 cartas de las Escrituras Griegas Cristianas y fue apóstol a las naciones. Aun así, sufrió intensa oposición (lea 2 Corintios 11:23-27). Su ejemplo nos enseña que Jehová permite que sus siervos fieles sufran persecución.
4. ¿Por qué nos odia el mundo?
Jesús explicó por qué debemos esperar oposición. Dijo que seríamos víctimas del odio por no ser parte del mundo (Juan 15:18, 19). La persecución no significa que hayamos perdido la bendición divina. Al contrario, indica que estamos haciendo lo correcto.

¿PONDRÁ FIN LA PERSECUCIÓN A NUESTRA ADORACIÓN A JEHOVÁ?

5. ¿Pueden los seres humanos acabar con la adoración a Jehová? Dé un ejemplo.
Los seres humanos no pueden acabar con la adoración al Dios todopoderoso. Muchos enemigos de Jehová lo han intentado y han fracasado. Pensemos en lo que ocurrió durante la Segunda Guerra Mundial. Los gobiernos de muchos países persiguieron ferozmente al pueblo de Dios. Los nazis alemanes no fueron los únicos que proscribieron nuestra obra, sino también los gobiernos de Australia, Canadá y otros países. A pesar de ello, sucedió algo sorprendente gracias a la bendición de Jehová. En 1939, cuando estalló la guerra, había 72.475 publicadores en todo el mundo. Los informes revelan que al final del conflicto, en 1945, la cantidad de publicadores era más del doble: 156.299.
6. ¿Qué efectos positivos puede tener la persecución? Dé un ejemplo.
En lugar de intimidarnos, la oposición puede motivarnos a servir más a Jehová. Veamos el caso de un matrimonio que tenía un hijo pequeño y vivía en un país donde el gobierno prohibió nuestra obra. Estos hermanos no dejaron que el miedo los paralizara, sino que empezaron a servir de precursores regulares. Con ese fin, la esposa incluso dejó un empleo bien pagado. El esposo dijo que como consecuencia de la proscripción muchas personas sentían curiosidad por los Testigos. Así que le resultaba mucho más sencillo iniciar cursos bíblicos. La proscripción tuvo un buen efecto también en otros. Un anciano de ese mismo país dijo que muchos que habían dejado de servir a Jehová comenzaron a ir de nuevo a las reuniones y a predicar.
7. a) ¿Qué aprendemos de Levítico 26:36, 37? b) ¿Qué hará usted en caso de una proscripción?
Cuando nuestros enemigos prohíben la obra, quieren que nos dé miedo servir a Jehová. Es posible que difundan historias falsas, envíen agentes a registrar nuestra casa, nos fuercen a ir a los tribunales o hasta nos encarcelen a algunos de nosotros. Esperan que nos invada el temor al ver que encierran en prisión a unos pocos hermanos. Si dejáramos que sus acciones nos asustaran, sería como si nosotros mismos nos estuviéramos imponiendo una proscripción. Pero no queremos ser como las personas a las que describe Levítico 26:36, 37 (léalo).No permitiremos que el temor nos haga bajar el ritmo en el servicio a Jehová o incluso abandonarlo. Confiamos por completo en él y nos negamos a ser presa del pánico (Is. 28:16). Le pedimos a Jehová que nos guíe. Sabemos que con su apoyo ni los gobiernos más poderosos nos impedirán servir fielmente a nuestro Dios (Heb. 13:6).

¿DEBERÍA MUDARME A OTRO LUGAR?

8, 9. a) ¿Qué decisión debe tomar toda persona o cabeza de familia? b) ¿Qué nos ayudará a tomar una buena decisión?
En caso de una proscripción, tal vez nos preguntemos si deberíamos mudarnos a un país donde haya libertad para servir a Jehová. Esta es una decisión que nadie puede tomar por nosotros. A algunos hermanos quizás los ayude analizar lo que hicieron los cristianos del siglo primero cuando se les persiguió. Después de que los opositores apedrearon a Esteban, los discípulos de Jerusalén se trasladaron a varios lugares de Judea y Samaria, e incluso se fueron a Fenicia, Chipre y Antioquía (Mat. 10:23; Hech. 8:1; 11:19). En cambio, otros siervos de Dios quizás se fijen en que el apóstol Pablo decidió quedarse en la zona donde se había desatado una oleada de persecución. Se arriesgó a fin de predicar las buenas noticias y fortalecer a los hermanos de las ciudades en las que había intensa oposición (Hech. 14:19-23).
¿Qué aprendemos de estos relatos? Que cada cabeza de familia debe tomar su propia decisión. Antes de hacerlo, debe orar a Jehová y analizar con cuidado las circunstancias de su familia, así como los efectos buenos y malos de mudarse. En este asunto, todo cristiano tiene que llevar “su propia carga de responsabilidad” (Gál. 6:5). No debemos juzgar a nadie por lo que haga.

CÓMO SERVIR A JEHOVÁ EN MEDIO DE LA PROSCRIPCIÓN

10. ¿Qué instrucciones nos darán la sucursal y los ancianos?
10 ¿Cómo seguiremos adorando a Jehová durante la proscripción? La sucursal les dará a los ancianos instrucciones y sugerencias sobre cómo recibir el alimento espiritual, organizar las reuniones y predicar. ¿Y si la sucursal no puede ponerse en contacto con los ancianos? Entonces, estos nos darán instrucciones basadas en la Biblia y en nuestras publicaciones para que continuemos sirviendo a Dios (Mat. 28:19, 20; Hech. 5:29; Heb. 10:24, 25).
11. ¿Por qué podemos estar seguros de que no nos faltará el alimento espiritual, y qué podemos hacer para protegerlo?
11 Jehová ha prometido que sus siervos estarán bien alimentados en sentidoespiritual (Is. 65:13, 14; Luc. 12:42-44). Así que podemos estar seguros de que su organización hará todo lo posible a fin de darnos lo que necesitamos para ser fieles. Pero nosotros también podemos hacer algo. Cuando haya una proscripción, busquemos un lugar seguro donde esconder la Biblia y otras publicaciones. Tengamos cuidado de no dejar nunca esa valiosa información, sea en papel o en formato digital, donde sea fácil encontrarla. Todos debemos tomar medidas prácticas para permanecer fuertes en sentido espiritual.
Un grupo pequeño de testigos de Jehová se reúne en el almacén de un hermano
Con la ayuda de Jehová, podemos tener las reuniones sin temor. (Vea el párrafo 12).*
12. ¿Cómo pueden organizar las reuniones los ancianos de modo que no llamen la atención?
12 ¿Qué ocurrirá con las reuniones semanales? Los ancianos las organizarán de tal manera que no llamen demasiado la atención. Tal vez nos digan que nos juntemos en grupos pequeños, y es probable que cambien con frecuencia el lugar y la hora. ¿Qué podemos hacer nosotros para contribuir a la seguridad de todos los asistentes? Hablar en voz baja tanto al llegar a la reunión como al irnos y quizás también vestir de manera que no llame la atención.
Una hermana conversa con una mujer en el banco de un parque y busca la oportunidad de hablar de la verdad
No dejaremos de predicar aunque se proscriba nuestra obra. (Vea el párrafo 13).*
13. ¿Qué podemos aprender de nuestros hermanos de la antigua Unión Soviética?
13 ¿Y la predicación? Las circunstancias serán diferentes en cada lugar. Pero, como amamos a Jehová y nos encanta hablar de su Reino, encontraremos maneras de predicar (Luc. 8:1; Hech. 4:29). La historiadora Emily Baran dijo sobre la predicación de los testigos de Jehová en la antigua Unión Soviética: “Cuando el Estado les dijo a los creyentes que no podían hablar de su fe a otros, los Testigos empezaron a conversar con sus vecinos, compañeros de trabajo y amigos. Cuando esto los llevó a los campos de trabajo, trataron de convertir a los demás presos”. Nuestros hermanos de la antigua Unión Soviética no dejaron de predicar a pesar de la proscripción. Que tengamos esa misma resolución si alguna vez se prohíbe predicar donde vivimos.

TRAMPAS QUE DEBEMOS EVITAR

Un hermano que está siendo interrogado por la policía no revela nada sobre su congregación
Tenemos que saber cuándo mantenernos callados. (Vea el párrafo 14).*
14. ¿En qué trampa no caeremos si hacemos lo que dice Salmo 39:1?
14 Tengamos cuidado con lo que les decimos a otros. Durante una proscripción, debemos identificar cuándo es el “tiempo de callar” (Ecl. 3:7). Tenemos que proteger la información delicada, como los nombres de los hermanos, los lugares donde nos reunimos, cómo predicamos y cómo recibimos el alimento espiritual. No debemos revelar estos datos a las autoridades ni comentarlos con amigos o parientes del país o de otros países. Si lo hiciéramos, pondríamos en peligro a nuestros hermanos (lea Salmo 39:1).
15. ¿Qué intentará hacer Satanás, y cómo evitaremos esta trampa?
15 No permitamos que los pequeños problemas nos dividan. Satanás sabe que una casa dividida no puede permanecer en pie (Mar. 3:24, 25). Por eso, siempre tratará de dividirnos. De ese modo, espera que empecemos a pelear entre nosotros en lugar de pelear contra él.
16. ¿Qué buen ejemplo puso la hermana Gertrud Poetzinger?
16 Hasta los cristianos maduros deben estar atentos para no caer en esta trampa. Veamos el caso de Gertrud Poetzinger y Elfriede Löhr. Estas dos cristianas ungidas estaban en un campo de concentración nazi junto con otras hermanas. Gertrud empezó a envidiar a Elfriede porque esta daba discursos animadores al resto de las hermanas del campo. Tiempo después, se sintió avergonzada y le rogó a Jehová que la ayudara. Escribió: “Tenemos que aprender a aceptar que otros tienen más habilidades o responsabilidades que nosotros”. ¿Cómo superó los celos? Se centró en las cualidades y la agradable personalidad de Elfriede. Así recuperó su buena relación con ella. Ambas sobrevivieron al campo de concentración y sirvieron fieles a Jehová hasta el final de su vida en la Tierra. Si nos esforzamos por superar las diferencias con nuestros hermanos, evitaremos la trampa de la desunión (Col. 3:13, 14).
17. ¿Por qué no debemos desobedecer las instrucciones?
17 No desobedezcamos las instrucciones. Si hacemos lo que nos dicen los hermanos responsables y confiables, nos libraremos de problemas (1 Ped. 5:5). Veamos un ejemplo. En un país donde la obra está proscrita, los hermanos recibieron la instrucción de no dejar publicaciones en la predicación. Pero un precursor creyó que sabía hacer las cosas mejor y no hizo caso. ¿Qué sucedió? Un día, tras predicar informalmente, la policía los interrogó a él y a otros hermanos. Al parecer, agentes del gobierno los habían seguido y habían conseguido todas las publicaciones que habían dejado. ¿Qué aprendemos? Que tenemos que obedecer las instrucciones aunque creamos que sabemos hacer las cosas mejor. Jehová nos bendecirá siempre si colaboramos con los hermanos a los que ha nombrado para dirigirnos (Heb. 13:7, 17).
18. ¿Por qué no debemos poner normas innecesarias?
18 No pongamos normas innecesarias. Si los ancianos hacen esto, impondrán una carga a los demás. El hermano Juraj Kaminský explicó lo que ocurrió durante la proscripción en la antigua Checoslovaquia: “Cuando se detuvo a los hermanos responsables y a muchos ancianos, algunos que dirigían las congregaciones y los circuitos empezaron a establecer normas de conducta para los publicadores. Prepararon listas de lo que debían hacer y lo que no”. Jehová no nos ha dado autoridad para tomar decisiones por los demás. Quien pone normas innecesarias no protege a los hermanos, sino que trata de ser amo de su fe (2 Cor. 1:24).

NUNCA DEJEMOS DE SERVIR A JEHOVÁ

19. Según 2 Crónicas 32:7, 8, ¿por qué podemos tener confianza a pesar de los esfuerzos de Satanás?
19 Nuestro mayor enemigo, Satanás, no dejará de perseguir a los siervos fieles de Jehová (1 Ped. 5:8; Rev. 2:10). Tanto él como los que lo apoyan tratarán de prohibir nuestra obra. Pero no hay motivo para que el miedo nos paralice (Deut. 7:21). Jehová está con nosotros y seguirá apoyándonos aunque se proscriba nuestra obra (lea 2 Crónicas 32:7, 8).
20. ¿A qué está usted resuelto?
20 Imitemos la actitud decidida de nuestros hermanos del siglo primero, que dijeron a los gobernantes: “Si es justo a vista de Dios escucharles a ustedes más bien que a Dios, júzguenlo ustedes mismos. Pero en cuanto a nosotros, no podemos dejar de hablar de las cosas que hemos visto y oído” (Hech. 4:19, 20).
CANCIÓN 73 Danos fuerzas y valor
¿Qué haremos si el gobierno prohíbe nuestra obra? Este artículo nos dará sugerencias sobre qué debemos hacer y qué debemos evitar para nunca dejar de servir a nuestro Dios.
DESCRIPCIÓN DE LA IMAGEN. Todas las imágenes representan a Testigos que sirven en lugares donde nuestra obra tiene restricciones. En esta imagen, un grupo pequeño se reúne en el almacén de un hermano.
DESCRIPCIÓN DE LA IMAGEN. Mientras conversa con una mujer, una hermana (a la izquierda) busca la oportunidad de hablar de la verdad.
DESCRIPCIÓN DE LA IMAGEN. Un hermano que está siendo interrogado por la policía no revela nada sobre su congregación.

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