domingo, 31 de marzo de 2019

“No me crea a mi – CRÉALE A SU BIBLIA – CRÉALE A DIOS!” LA BASE DEL CONOCIMIENTO ES LA PALABRA DE DIOS

“No me crea a mi – CRÉALE A SU BIBLIA – CRÉALE A DIOS!”
LA BASE DEL CONOCIMIENTO ES LA PALABRA DE DIOS

Aram Arameos

Aram Arameos

Los descendientes del hijo de Shem, Aram, que vivían principalmente en regiones desde las montañas del Líbano hasta Mesopotamia y desde las montañas de Tauro en el norte hasta Damasco y más allá en el sur. Esta área, llamada Aram en hebreo, más tarde fue llamada Siria, y sus habitantes fueron referidos como sirios.Ge 25:20; De 26: 5; Ho 12:12 .

Tártaro

Tártaro

En las Escrituras griegas cristianas, una condición degradada como una prisión en la que se arrojaron los desobedientes ángeles de los días de Noé. En 2 Pedro 2: 4 , el uso del verbo tar · ta · roʹo("arrojar a Tartarus") no significa que "los ángeles que pecaron" fueron arrojados a la mitológica pagana Tartarus (es decir, una prisión subterránea y un lugar de oscuridad para los dioses menores). Más bien, indica que Dios los humilló de su lugar y privilegios celestiales y que fueron entregados a una condición de oscuridad mental más profunda que respeta los propósitos brillantes de Dios. La oscuridad también marca su propia eventualidad, que las Escrituras muestran que es la destrucción eterna junto con su gobernante, Satanás el Diablo. Por lo tanto, Tartarus denota la condición más baja de abatimiento para esos ángeles rebeldes. No es lo mismo que "el abismo" del que se habla en Apocalipsis 20: 1-3 .

Cualidades que reflejamos al asistir a las reuniones “Siguen proclamando la muerte del Señor, hasta que él llegue” (1 COR. 11:26).


Cualidades que reflejamos al asistir a las reuniones

“Siguen proclamando la muerte del Señor, hasta que él llegue” (1 COR. 11:26).
CANCIÓN 18 Gracias por el rescate
AVANCE*
1, 2. a) ¿Qué ve Jehová cuando millones de personas se reúnen con motivo de la Cena del Señor? (Vea la foto de la portada). b) ¿Qué vamos a analizar en este artículo?
¿QUÉ ve Jehová cuando millones de personas se reúnen en todo el mundo con motivo de la Cena del Señor? Ve más que un grupo grande de gente; se fija en cada uno de los presentes. Por ejemplo, ve a quienes asisten todos los años. Entre ellos tal vez haya algunos que lo hacen pese a que afrontan dura persecución. Otros no asisten semanalmente a las reuniones, pero consideran una obligación ir a la Conmemoración. Jehová también se fija en los que asisten por primera vez, quizás movidos por la curiosidad.
De seguro que a Jehová le complace que tantas personas vayan a la Conmemoración (Luc. 22:19). Sin embargo, su principal interés no es cuántos asisten, sino por qué lo hacen. En este artículo, analizaremos una cuestión de suma importancia: ¿Por qué no asistimos solo a la celebración anual de la Cena del Señor, sino también a las reuniones que Jehová prepara todas las semanas para quienes lo aman? Veamos qué cualidades nos motivan a asistir a las reuniones.
Por todo el mundo, se les da la bienvenida a millones de personas que asisten a la Cena del Señor. (Vea los párrafos 1 y 2).

LA HUMILDAD NOS MOTIVA A IR A LAS REUNIONES

3, 4. a) ¿Por qué asistimos a las reuniones? b) ¿Qué cualidad reflejamos al asistir a las reuniones? c) En vista de lo que dice 1 Corintios 11:23-26, ¿por qué no deberíamos perdernos la Conmemoración?
Asistimos a las reuniones sobre todo porque forman parte de nuestra adoración a Dios. También vamos porque en ellas Jehová nos enseña. Las personas orgullosas no creen que nadie tenga que enseñarles nada (3 Juan 9). En cambio, nosotros deseamos que Jehová y su organización nos enseñen (Is. 30:20; Juan 6:45).
Al asistir a las reuniones, demostramos que somos humildes y que estamos dispuestos a que Dios nos instruya. Vamos a la Conmemoración de la muerte de Cristo no porque pensemos que es nuestra obligación, sino porque somos humildes y queremos obedecer este mandato de Jesús: “Sigan haciendo esto en memoria de mí”(lea 1 Corintios 11:23-26). Esta reunión fortalece nuestra esperanza y nos recuerda cuánto nos ama Jehová. Sin embargo, él sabe que no es suficiente con que recibamos ánimo y consuelo una vez al año. Por eso, nos suministra reuniones todas las semanas y nos manda asistir a ellas. La humildad nos impulsa a obedecerlo. Dedicamos muchas horas a la semana a preparar las reuniones y asistir a ellas.
5. ¿Por qué aceptan las personas humildes la invitación de Jehová?
Todos los años, muchas personas aceptan con humildad la invitación que les hace Jehová para que aprendan de él (Is. 50:4). A menudo, primero asisten a la Conmemoración y luego empiezan a ir a las demás reuniones (Zac. 8:20-23). Tanto a nosotros como a los nuevos discípulos nos encanta recibir la guía y la instrucción de Dios, quien nos ayuda y nos rescata (Sal. 40:17). Sin duda, no hay nada mejor y más importante que aceptar la invitación a las reuniones para que nos enseñen Jehová y Jesús, el Hijo al que tanto ama (Mat. 17:5; 18:20; 28:20).
6. ¿Cómo le ayudó la humildad a un señor a asistir a la Conmemoración?
Año tras año, nos esforzamos por invitar a cuantos podemos a la Conmemoración de la muerte de Jesús. Muchas personas humildes se han beneficiado de aceptar nuestra invitación. Veamos un ejemplo. Hace varios años, un hermano le entregó a un señor la invitación, pero este le dijo que no le sería posible asistir. La noche de la Conmemoración, el hermano se llevó la sorpresa de verlo entrar en el Salón del Reino. Al señor le impresionó tanto el recibimiento que le dieron que comenzó a ir a todas las reuniones. De hecho, en un año se perdió solo tres reuniones. ¿Qué lo ayudó a cambiar de opinión y reaccionar tan bien? El hermano que lo invitó dijo tiempo después: “Es una persona muy humilde”. Es obvio que Jehová atrajo a este señor para que formara parte de su pueblo. Hoy día, es un Testigo bautizado (2 Sam. 22:28; Juan 6:44).
7. ¿Cómo nos ayuda a ser humildes lo que aprendemos en las reuniones y lo que leemos en la Biblia?
Lo que aprendemos en las reuniones y lo que leemos en la Biblia nos ayuda a ser humildes. En las semanas anteriores a la Conmemoración, las reuniones se centran en analizar el ejemplo de Jesús y la humildad que demostró al sacrificar su vida por nosotros. Y, durante los días previos a la Conmemoración, se nos anima a leer los relatos de la Biblia sobre los sucesos relacionados con su muerte y resurrección. Toda esta instrucción hace que sintamos una mayor gratitud por su sacrificio. Como consecuencia, nos sentimos motivados a imitar su humildad y a hacer la voluntad de Dios, incluso cuando resulta difícil (Luc. 22:41, 42).

LA VALENTÍA NOS AYUDA A ASISTIR A LAS REUNIONES

8. ¿Cómo demostró Jesús que era valiente?
Otra cualidad de Jesús que deseamos imitar es la valentía. Pensemos en cómo la demostró en los días que precedieron a su muerte. Sabía muy bien que pronto sus enemigos lo humillarían, le darían latigazos y lo ejecutarían (Mat. 20:17-19). Aun así, estuvo dispuesto a afrontar la muerte. Cuando llegó ese momento, les dijo a los apóstoles fieles, que estaban con él en el jardín de Getsemaní: “Levántense, vámonos. ¡Miren! El que me traiciona se ha acercado” (Mat. 26:36, 46). Y, cuando una muchedumbre armada fue a detenerlo, dio un paso adelante, dijo quién era y mandó a los soldados que dejaran que se fueran los apóstoles (Juan 18:3-8). ¿Verdad que demostró que era muy valiente? Hoy día, tanto los cristianos ungidos como las otras ovejas nos esforzamos por imitar su valor. ¿Cómo?

9. a) ¿Por qué es posible que necesitemos valor para ir a las reuniones con regularidad? b) ¿Qué efecto tiene nuestro ejemplo en los hermanos que están presos debido a sus creencias?
Quizás haya circunstancias que hagan difícil que asistamos con regularidad a las reuniones. Si ese es el caso, necesitamos valor. Algunos hermanos sufren problemas de salud, una profunda tristeza o desánimo. Otros soportan fuerte oposición de parte de sus familiares o de los gobiernos. Meditemos por un momento en los hermanos que están presos debido a sus creencias. ¿Habíamos pensado alguna vez en que nuestro ejemplo puede ayudarlos? (Heb. 13:3). Cuando se enteran de que seguimos sirviendo a Jehová pese a los problemas, sienten las fuerzas necesarias para mantener su fe, valor e integridad. Esto le sucedió al apóstol Pablo. Cuando estaba preso en Roma, se alegraba cada vez que oía que sus hermanos servían fielmente a Dios (Filip. 1:3-5, 12-14). Poco antes de su liberación o inmediatamente después, escribió la carta a los Hebreos. En ella, mandó a sus fieles hermanos que no dejaran de reunirse y les dijo: “Que su amor fraternal continúe” (Heb. 10:24, 25; 13:1).
10, 11. a) ¿A quién debemos invitar a la Conmemoración? b) ¿Qué razón nos da Efesios 1:7 para hacerlo?
10 También mostramos valor cuando invitamos a la Conmemoración a familiares, compañeros de trabajo y vecinos. ¿Por qué lo hacemos? Porque estamos muy agradecidos por lo que Jehová y Jesús han hecho por nosotros. Además, queremos que estas personas aprendan cómo pueden beneficiarse de la “bondad inmerecida” de Jehová gracias al rescate (lea Efesios 1:7; Rev. 22:17).
11 Cuando vamos a las reuniones, demostramos otra valiosa cualidad. Tanto Jehová como Jesús la han demostrado de maneras sobresalientes.

EL AMOR NOS IMPULSA A ASISTIR A LAS REUNIONES

12. a) ¿Por qué fortalecen nuestro amor por Jehová y Jesús las reuniones? b) ¿Cómo podemos imitar a Jesús, según 2 Corintios 5:14, 15?
12 El amor que sentimos por Jehová y Jesús nos impulsa a ir a las reuniones, y estas, por su parte, fortalecen dicho amor. ¿Por qué? Porque en las reuniones se nos recuerda con frecuencia lo que ellos han hecho por nosotros (Rom. 5:8). La Conmemoración en particular nos recuerda lo profundo que es su amor, incluso por los que aún no valoran el rescate. Nosotros sentimos una inmensa gratitud, y por eso tratamos de imitar a Jesús en nuestra manera de vivir cada día (lea 2 Corintios 5:14, 15). Además, el corazón nos impulsa a alabar a Jehová por dar la vida de su Hijo. Una forma de hacerlo es ofreciendo de corazón nuestros comentarios en las reuniones.
13. Explique cómo podemos demostrar lo mucho que amamos a Dios y a su Hijo.
13 Demostramos lo mucho que amamos a Dios y a su Hijo estando dispuestos a hacer sacrificios por ellos. A menudo, asistir a las reuniones exige de nosotros hacer distintos sacrificios. Por ejemplo, muchas congregaciones tienen la reunión de entre semana al final de un día de trabajo, cuando es muy probable que estemos cansados. Y la otra reunión se celebra durante el fin de semana, cuando las personas están descansando. ¿Se da cuenta Jehová de que asistimos a las reuniones aunque estamos agotados? Claro que sí. Es más, mientras mayor sea el esfuerzo que hagamos, más valorará Jehová el amor que le mostramos (Mar. 12:41-44).
14. ¿Qué ejemplo perfecto nos dio Jesús?
14 Jesús nos dio el ejemplo perfecto de lo que significa sacrificarse a favor de los demás por amor. Y no solo porque estuvo dispuesto a morir por sus seguidores, sino porque todos los días puso los intereses de ellos por encima de los suyos propios. Por ejemplo, se reunió con ellos a pesar de que estaba cansado y angustiado (Luc. 22:39-46). Y se centró en lo que podía dar a los demás, no en lo que podía recibir de ellos (Mat. 20:28). Si nuestro amor por Jehová y nuestros hermanos es así de fuerte, haremos lo posible por asistir a la Cena del Señor y a todas las demás reuniones.
15. ¿A quiénes en especial queremos ayudar?
15 Pertenecemos a la única hermandad cristiana verdadera y con mucho gusto dedicamos el mayor tiempo posible a invitar a las personas a formar parte de ella. No obstante, queremos ayudar en especial a “los que están relacionados con nosotros en la fe” pero se han hecho inactivos (Gál. 6:10). Les demostramos nuestro amor animándolos a venir a las reuniones, sobre todo a la Conmemoración. Igual que a Jehová y Jesús, a nosotros nos causa una inmensa alegría que alguien que ha estado inactivo regrese a nuestro Pastor y Padre amoroso (Mat. 18:14).
16. a) ¿A qué debemos animarnos unos a otros, y a qué nos ayudarán las reuniones? b) ¿Por qué es ideal esta época del año para recordar las palabras de Jesús que leemos en Juan 3:16?
16 Durante las próximas semanas, debemos invitar a cuantas personas podamos a que nos acompañen en la Conmemoración la noche del viernes 19 de abril de 2019 (vea el recuadro “¿Invitaremos a otras personas?”). Y, a lo largo del año, animémonos unos a otros a asistir con regularidad a las reuniones. Cada vez estamos más cerca del fin. Por ello, es necesario que vayamos a las reuniones, las cuales nos ayudarán a seguir mostrando humildad, valentía y amor (1 Tes. 5:8-11). Demostremos a Jehová cuánto agradecemos el gran amor que tanto él como su Hijo sienten por nosotros (lea Juan 3:16).
CANCIÓN 126 Siempre fuertes, fieles y firmes
La Conmemoración de la muerte de Cristo, que se celebrará la noche del viernes 19 de abril de 2019, será la reunión más importante del año. ¿Por qué asistiremos a esta reunión especial? No hay duda de que deseamos agradar a Jehová. En este artículo, vamos a analizar qué cualidades reflejamos al asistir a la Conmemoración y a las reuniones semanales.

Jesús cura a un muchacho endemoniado

Jesús cura a un muchacho endemoniado

MATEO 17:14-20 MARCOS 9:14-29 LUCAS 9:37-43
  • HACE FALTA MUCHA FE PARA CURAR A UN MUCHACHO ENDEMONIADO
Al bajar de la montaña, Jesús, Pedro, Santiago y Juan se encuentran con mucha gente. Parece que algo no anda bien. Algunos escribas están alrededor de los otros discípulos y discutiendo con ellos. Cuando la gente ve a Jesús, se sorprende mucho y va corriendo a recibirlo. Al verlos, Jesús les pregunta: “¿Qué están discutiendo con ellos?” (Marcos 9:16).
Un hombre de la multitud se arrodilla ante él y le explica: “Maestro, yo te traje aquí a mi hijo porque tiene un espíritu que lo ha dejado mudo. Cada vez que lo ataca, lo arroja al suelo, y el muchacho echa espuma por la boca, aprieta los dientes y se queda sin fuerzas. Les pedí a tus discípulos que lo expulsaran, pero ellos no pudieron” (Marcos 9:17, 18).
Al parecer, los escribas critican a los discípulos y los dejan en ridículo porque no pudieron curar al muchacho. Así que Jesús, en vez de responderle al angustiado padre, le dice a la multitud: “¡Esta generación retorcida y sin fe! ¿Hasta cuándo voy a tener que estar con ustedes? ¿Hasta cuándo voy a tener que soportarlos?”. No hay duda de que dice estas palabras tan fuertes pensando en los escribas que discutían con sus discípulos mientras él estaba en la montaña. Entonces, dirigiéndose al padre, pide que le traigan al muchacho (Mateo 17:17).
Cuando el muchacho se acerca a Jesús, el demonio que tiene dentro lo arroja al suelo y le provoca convulsiones muy fuertes. El muchacho empieza a revolcarse y a echar espuma por la boca. “¿Desde cuándo le pasa esto?”, le pregunta Jesús al padre. A lo que este le dice: “Desde que era pequeño. Muchas veces el espíritu lo echa en el fuego o en el agua para matarlo”. Y luego le ruega: “Si tú puedes hacer algo, ten compasión de nosotros y ayúdanos” (Marcos 9:21, 22).
El padre está desesperado porque ni siquiera los discípulos de Jesús han podido hacer nada. Así que Jesús le responde con unas palabras que le infunden ánimo y confianza: “¡Eso de ‘si tú puedes’...! Todo es posible para el que tiene fe”. Enseguida, el padre exclama: “¡Tengo fe! ¡Pero ayúdame a tener más fe!” (Marcos 9:23, 24).
Jesús, al darse cuenta de que una multitud viene corriendo hacia él, reprende al demonio delante de todos diciéndole: “Espíritu mudo y sordo, ¡te ordeno que salgas de él y no vuelvas a entrar más!”. Pero, antes de salir, el demonio hace gritar al joven y le causa muchas convulsiones, tras lo cual el muchacho se queda completamente inmóvil. De hecho, muchos empiezan a decir que está muerto (Marcos 9:25, 26). Sin embargo, cuando Jesús lo toma de la mano, se levanta, ya curado (Mateo 17:18). Como es lógico, la gente se queda impactada al ver lo que Jesús acaba de hacer.
Hace algún tiempo, cuando Jesús envió a los discípulos a predicar, estos pudieron expulsar demonios. Así que ahora, en una casa, le preguntan en privado: “¿Por qué no pudimos expulsarlo nosotros?”. Jesús les explica que fue debido a su falta de fe y les dice además: “Esta clase de espíritu solo puede salir con oración” (Marcos 9:28, 29). Para expulsar a ese demonio tan poderoso, tenían que tener mucha fe y orar a Dios para que los ayudara a hacerlo.
Jesús concluye: “Les aseguro que, si tienen fe del tamaño de un grano de mostaza, podrán decirle a esta montaña ‘Muévete para allá’ y se moverá; nada les será imposible” (Mateo 17:20). ¡Cuánto poder tiene la fe!
Los obstáculos y dificultades que enfrentamos en nuestro servicio a Jehová pueden parecer tan grandes y firmes como montañas. Pero, si cultivamos una fe fuerte, podremos superarlos.

32 Notas importantes.

Notas

1 PRINCIPIOS

Los principios bíblicos son verdades básicas que nos ayudan a entender lo que Jehová piensa y siente sobre las cosas. También nos ayudan a tomar buenas decisiones y a hacer lo correcto, sobre todo en situaciones para las que no hay una ley específica en la Biblia. Las leyes de Dios se basan en sus principios.
▸ Capítulo 1, párrafo 8

2 OBEDIENCIA

Obedecer a Jehová significa hacer de buena gana lo que él nos pide. Él quiere que le obedezcamos porque lo amamos (1 Juan 5:3). Si amamos a Dios y confiamos en él, seguiremos sus consejos y le obedeceremos siempre, incluso cuando nos resulte difícil. Obedecer a Jehová es bueno para nosotros, pues nos permite tener una vida feliz ahora y nos da la posibilidad de disfrutar de muchas bendiciones en el futuro (Isaías 48:17).
▸ Capítulo 1, párrafo 10

3 LIBRE ALBEDRÍO

Jehová no nos creó como robots. Más bien, nos ha dado a todos libre albedrío, es decir, libertad de elección (Deuteronomio 30:19; Josué 24:15). Podemos usar esta libertad para tomar buenas decisiones. Pero, si no tenemos cuidado, podríamos decidir mal. Como tenemos libertad de elección, cada uno de nosotros debe decidir si quiere ser leal a Jehová y demostrarle que lo ama.
▸ Capítulo 1, párrafo 12

4 NORMAS MORALES

Jehová nos da normas o instrucciones para que sepamos cómo debemos comportarnos. En la Biblia, podemos aprender cuáles son y cómo pueden beneficiarnos y ayudarnos a agradar a Jehová (Proverbios 6:16-19; 1 Corintios 6:9-11). Estas normas nos ayudan a saber lo que está bien y lo que está mal a los ojos de Dios. También nos enseñan a mostrar amor y bondad a los demás, y a tomar buenas decisiones. Aunque las normas de este mundo cada vez son más permisivas, las normas de Jehová no cambian (Deuteronomio 32:4-6; Malaquías 3:6). Si las seguimos, nos evitaremos mucho sufrimiento en sentido físico y emocional.
▸ Capítulo 1, párrafo 17

5 CONCIENCIA

La conciencia es como una voz en nuestro interior que nos dice lo que está bien y lo que está mal. Jehová nos ha dado a todos una conciencia (Romanos 2:14, 15). Para que funcione bien, debemos educarla con las normas morales de Jehová. Así podremos tomar decisiones que le agraden (1 Pedro 3:16). La conciencia puede advertirnos antes de tomar una mala decisión o hacernos sentir remordimientos después de haber hecho algo malo. Nuestra conciencia puede debilitarse, pero podemos fortalecerla con la ayuda de Jehová. Una buena conciencia nos ayuda a tener paz mental y autoestima.
▸ Capítulo 2, párrafo 3

6 TEMOR DE DIOS

Temer a Dios significa que lo amamos y lo respetamos tanto que no queremos hacer nada que le desagrade. El temor de Dios nos ayuda a hacer lo que está bien y a no hacer lo que está mal (Salmo 111:10). Nos impulsa a escuchar con atención todo lo que Jehová dice. También nos ayuda a cumplir las promesas que le hacemos, pues lo respetamos mucho. Además, influye en nuestra forma de pensar y de tratar a los demás, y en las decisiones que tomamos todos los días.
▸ Capítulo 2, párrafo 9

7 ARREPENTIMIENTO

El arrepentimiento incluye lamentar profundamente algo malo que hemos hecho. Los que aman a Dios se sienten muy tristes cuando se dan cuenta de que han hecho algo que va en contra de sus normas. Cuando hacemos algo malo, debemos rogarle a Jehová que nos perdone mediante el sacrificio de Jesús (Mateo 26:28; 1 Juan 2:1, 2). Si nos arrepentimos de forma sincera y dejamos de hacer lo que está mal, podemos estar seguros de que Jehová nos perdona. Ya no tenemos que sentirnos culpables por lo que hayamos hecho en el pasado (Salmo 103:10-14; 1 Juan 1:9; 3:19-22). Debemos esforzarnos por aprender de nuestros errores, corregir cualquier manera de pensar incorrecta y vivir según las normas de Jehová.
▸ Capítulo 2, párrafo 18

8 EXPULSIÓN

Cuando un cristiano que comete un pecado grave no se arrepiente y se niega a aceptar las normas de Jehová, no puede seguir siendo miembro de la congregación. Tiene que ser expulsado. Cuando alguien es expulsado, los demás dejamos de relacionarnos con él y de hablarle (1 Corintios 5:11; 2 Juan 9-11). La expulsión protege el nombre de Jehová y a la congregación (1 Corintios 5:6). También es una medida de disciplina que puede ayudar a la persona a arrepentirse para que pueda volver a Jehová (Lucas 15:17).
▸ Capítulo 3, párrafo 19

9 GUÍA, DIRECCIÓN Y CONSEJO

Jehová nos ama y quiere ayudarnos. Por eso, nos guía, nos dirige y nos aconseja mediante su Palabra y sus siervos. Como somos imperfectos, esta ayuda es vital para todos (Jeremías 17:9). Cuando escuchamos con respeto a quienes Jehová usa para guiarnos, demostramos que lo respetamos a él y queremos obedecerle (Hebreos 13:7).
▸ Capítulo 4, párrafo 2

10 ORGULLO Y HUMILDAD

Como somos imperfectos, tenemos la tendencia a ser egoístas y orgullosos. Pero Jehová quiere que seamos humildes. Cuando nos comparamos con Jehová y nos damos cuenta de lo pequeños que somos, nos resulta más fácil ser humildes (Job 38:1-4). También es importante que pensemos más en los demás y en lo que ellos necesitan que en nosotros mismos. La persona orgullosa se cree mejor que los demás. En cambio, la persona humilde se ve a sí misma con honestidad, lo que le permite ver sus puntos fuertes y débiles. No le da vergüenza reconocer sus errores y pedir perdón, ni tiene problemas para aceptar sugerencias y consejos. Confía en Jehová y sigue su guía (1 Pedro 5:5).
▸ Capítulo 4, párrafo 4

11 AUTORIDAD

La autoridad es el derecho que alguien tiene de dar órdenes y tomar decisiones. Jehová es quien tiene más autoridad en el cielo y en la Tierra. Es el ser más poderoso que existe y creó todas las cosas. Siempre usa su autoridad para el beneficio de los demás. También ha dado a algunas personas la responsabilidad de cuidarnos. Por ejemplo, los padres, los ancianos de congregación y los gobiernos tienen cierta autoridad, y Jehová quiere que cooperemos con ellos (Romanos 13:1-5; 1 Timoteo 5:17). Pero, cuando las leyes humanas están en contra de las leyes de Dios, obedecemos a Jehová más bien que a los hombres (Hechos 5:29). Al aceptar la autoridad de quienes él usa para dirigirnos, demostramos que respetamos las decisiones de Jehová.
▸ Capítulo 4, párrafo 7

12 ANCIANOS DE CONGREGACIÓN

Los ancianos son hermanos con experiencia a quienes Jehová usa para cuidar de la congregación (Deuteronomio 1:13; Hechos 20:28). Ellos nos ayudan a mantener fuerte nuestra amistad con Jehová y a adorarlo de manera pacífica y organizada (1 Corintios 14:33, 40). Son nombrados por el espíritu santo, pues deben cumplir los requisitos que se encuentran en la Biblia, que fue escrita mediante la guía de ese espíritu (1 Timoteo 3:1-7;Tito 1:5-9; 1 Pedro 5:2, 3). Como confiamos en la organización de Dios y la apoyamos, cooperamos de buena gana con los ancianos (Salmo 138:6; Hebreos 13:17).
▸ Capítulo 4, párrafo 8

13 CABEZA DE FAMILIA

Jehová ha encargado a los padres que cuiden de los hijos y del hogar. Sin embargo, la Biblia enseña que el esposo es el cabeza de familia. Si no hay padre, la madre ocupa ese lugar. Una de las responsabilidades del cabeza de familia es proveer a los suyos alimento, ropa y un lugar donde vivir. También es el principal responsable de ayudar a su familia a adorar a Jehová. Por ejemplo, se asegura de que prediquen, estudien juntos la Biblia y asistan a las reuniones con regularidad. Además, se encarga de tomar las decisiones. Se esfuerza por imitar siempre a Jesús siendo amable y razonable, y nunca es cruel o duro. Así se crea un ambiente agradable en el hogar, para que todos los miembros de la familia se sientan seguros y puedan fortalecer su amistad con Jehová.
▸ Capítulo 4, párrafo 12

14 CUERPO GOBERNANTE

El Cuerpo Gobernante es un grupo formado por hombres que tienen la esperanza de ir al cielo y que Dios usa para dirigir las actividades de sus siervos en la Tierra. En el siglo primero, Jehová usó un cuerpo gobernante o junta directiva para organizar la adoración y la predicación de la congregación cristiana (Hechos 15:2). Hoy día, el grupo de hermanos que forman el Cuerpo Gobernante se encargan de dirigir, guiar y proteger al pueblo de Dios. Cuando estos hermanos toman decisiones, se dejan guiar por la Biblia y el espíritu santo. Jesús llamó a este grupo de hombres ungidos “el esclavo fiel y discreto” (Mateo 24:45-47).
▸ Capítulo 4, párrafo 15

15 CUBRIRSE LA CABEZA

Puede que en ocasiones una hermana tenga que hacer algo en la congregación que normalmente hace un hermano. En estos casos, ella se cubre la cabeza para demostrar que respeta el orden de autoridad establecido por Jehová. Pero solo debe hacerlo en ciertas situaciones. Por ejemplo, debe cubrirse la cabeza cuando dirija un curso de la Biblia acompañada por su esposo o por un hermano bautizado (1 Corintios 11:11-15).
▸ Capítulo 4, párrafo 17

16 NEUTRALIDAD

Ser neutral significa no apoyar ningún bando político (Juan 17:16). Los siervos de Dios apoyamos su Reino. Imitamos a Jesús, así que somos neutrales en los asuntos del mundo.
Jehová nos manda ser “obedientes a los gobiernos y a las autoridades” (Tito 3:1, 2;Romanos 13:1-7). Pero también nos dice que no debemos matar a nadie. Así que al cristiano su conciencia no le permite hacer el servicio militar ni ir a la guerra. Si existe la posibilidad de hacer un servicio civil en lugar del servicio militar, cada cristiano debe decidir si su conciencia le permite aceptarlo.
Solo adoramos a Jehová, pues es nuestro Creador. Aunque respetamos los símbolos nacionales o patrios, no saludamos la bandera ni cantamos el himno nacional (Isaías 43:11; Daniel 3:1-30; 1 Corintios 10:14). Además, los siervos de Dios decidimos de forma personal no votar por ningún partido ni candidato político, pues ya hemos elegido apoyar el gobierno de Dios (Mateo 22:21; Juan 15:19; 18:36).
▸ Capítulo 5, párrafo 2

17 ESPÍRITU DEL MUNDO

El mundo promueve la manera de pensar de Satanás. Así es como piensan las personas que no aman a Jehová, no lo imitan y no obedecen sus normas (1 Juan 5:19). La Biblia llama espíritu del mundo a esa manera de pensar y a las acciones que produce (Efesios 2:2). Los siervos de Dios no permitimos que este espíritu nos controle (Efesios 6:10-18). Más bien, amamos las normas de Jehová y nos esforzamos por ver las cosas como él las ve.
▸ Capítulo 5, párrafo 7

18 APOSTASÍA

La apostasía es ponerse en contra de la verdad que enseña la Biblia. Los apóstatas se rebelan contra Jehová y contra Jesús, el Rey del Reino de Dios, y tratan de convencer a otros para que hagan lo mismo (Romanos 1:25). Quieren sembrar dudas en la mente de los siervos de Jehová. Algunos cristianos del siglo primero se hicieron apóstatas, y lo mismo ha ocurrido en nuestros días (2 Tesalonicenses 2:3). Si queremos ser leales a Jehová, no debemos tener ningún contacto con los apóstatas. Nunca debemos dejar que la curiosidad o la presión de otros nos lleve a leer o escuchar ideas apóstatas. Somos leales a Jehová y solo lo adoramos a él.
▸ Capítulo 5, párrafo 9

19 EXPIACIÓN O PERDÓN DE LOS PECADOS

La Ley de Moisés mandaba a los israelitas ofrecer grano, aceite y animales en el templo como sacrificios de expiación, es decir, para pedirle a Dios que perdonara sus pecados. Esto les recordaba que Jehová estaba dispuesto a perdonar los pecados de la nación y de cada persona. Más tarde, cuando Jesús dio su vida para que nuestros pecados sean perdonados, los sacrificios de expiación dejaron de ser necesarios. Jesús ofreció el sacrificio perfecto “una vez para siempre” (Hebreos 10:1, 4, 10).
▸ Capítulo 7, párrafo 6

20 RESPETO POR LOS ANIMALES

La Ley de Moisés permitía a los israelitas comer animales. También les mandaba ofrecer animales como sacrificio (Levítico 1:5, 6). Pero Jehová nunca les permitió que maltrataran a los animales (Proverbios 12:10). De hecho, la Ley les prohibía tratarlos con crueldad y les mandaba cuidarlos bien (Deuteronomio 22:6, 7).
▸ Capítulo 7, párrafo 6

21 FRACCIONES SANGUÍNEAS Y PROCEDIMIENTOS MÉDICOS

Fracciones sanguíneas. Las cuatro partes principales de la sangre son los glóbulos rojos, los glóbulos blancos, las plaquetas y el plasma. A su vez, estas se pueden dividir en partes más pequeñas, llamadas fracciones sanguíneas.*
Los cristianos no aceptamos transfusiones de sangre completa ni de ninguna de sus cuatro partes principales. Pero ¿podemos aceptar las fracciones sanguíneas? La Biblia no da detalles específicos sobre este asunto, así que cada cristiano debe tomar su propia decisión usando su conciencia educada por la Biblia.
Algunos cristianos deciden rechazar todas las fracciones sanguíneas. Tal vez se basen en que la Ley mandaba a los israelitas que, al matar un animal, debían derramar “sobre el suelo” su sangre (Deuteronomio 12:22-24).
En cambio, la conciencia de otros cristianos sí les permite aceptar algunas fracciones sanguíneas. Tal vez razonen que esas pequeñas fracciones ya no representan la vida de la criatura de la que se obtuvo la sangre.
Al tomar una decisión sobre las fracciones sanguíneas, pregúntese:
  • ¿Entiendo que, si rechazo todas las fracciones sanguíneas, estoy rechazando también medicamentos que combaten ciertas enfermedades o que ayudan a detener el sangrado?
  • ¿Cómo le explicaría al doctor por qué rechazo o acepto ciertas fracciones sanguíneas?
Procedimientos médicos. Los cristianos no donamos sangre ni permitimos que se almacene nuestra sangre antes de una operación. Pero hay otros procedimientos médicos en los que se usa la sangre del paciente. En estos procedimientos, puede que la sangre se separe del paciente por completo durante un tiempo. Cada cristiano debe decidir con antelación cómo se usará su sangre durante una intervención quirúrgica, una prueba médica o un tratamiento. (Si desea más información, vea La Atalaya del 15 de octubre de 2000, páginas 30 y 31).
Por ejemplo, existe un procedimiento llamado hemodilución, en el que justo antes de la operación se le extrae sangre al paciente y se sustituye con un expansor del volumen sanguíneo. Más tarde, durante la operación o poco después, se devuelve la sangre al paciente.
Otro procedimiento es la recuperación de sangre, en el que la sangre que el paciente pierde durante la operación se recoge, se limpia y luego se devuelve al paciente durante la intervención o poco después.
Es probable que cada doctor realice estos procedimientos de una forma un poco distinta. Así que, antes de aceptar una intervención quirúrgica, una prueba médica o un tratamiento, debemos averiguar qué se hará exactamente con nuestra sangre.
Al tomar una decisión sobre procedimientos médicos en los que se usa la sangre, pregúntese:
  • Si parte de mi sangre se desvía fuera del cuerpo y el flujo sanguíneo incluso se interrumpe por un tiempo, ¿me permitirá la conciencia considerar que esa sangre sigue siendo parte de mí y que por lo tanto no es necesario derramarla “sobre el suelo”? (Deuteronomio 12:23, 24).
  • ¿Le molestaría a mi conciencia educada por la Biblia que, durante un procedimiento médico, me extrajeran sangre, la modificaran y la introdujeran de nuevo en mi cuerpo o la aplicaran como tratamiento en alguna parte de él?
  • ¿Entiendo que, si decido rechazar todos los procedimientos médicos en los que se use mi sangre, también estoy rechazando los análisis de sangre, la hemodiálisis o el uso de una máquina o bomba de circulación extracorpórea?
Antes de tomar una decisión sobre fracciones sanguíneas y tratamientos médicos en los que se usa nuestra sangre, debemos orar a Jehová para que nos guíe y luego buscar información (Santiago 1:5, 6). Después, debemos decidir usando nuestra conciencia educada por la Biblia. No debemos preguntar a otros qué harían en nuestra situación, y los demás tampoco deberían tratar de influir en nuestra decisión (Romanos 14:12;Gálatas 6:5).
▸ Capítulo 7, párrafo 11

22 LIMPIEZA MORAL

Ser moralmente limpios significa que lo que pensamos, decimos y hacemos es limpio a los ojos de Dios. Jehová nos manda evitar toda clase de inmoralidad o impureza sexual (Proverbios 1:10; 3:1). Debemos decidirnos a seguir las normas limpias de Jehová antes de enfrentarnos a situaciones que puedan tentarnos a hacer algo malo. Tenemos que orar constantemente para que Jehová nos ayude a mantener la mente limpia y debemos estar decididos a rechazar las tentaciones inmorales (1 Corintios 6:9, 10, 18; Efesios 5:5).
▸ Capítulo 8, párrafo 11

23 CONDUCTA DESVERGONZADA E INMUNDICIA

La “conducta relajada” o desvergonzada es hablar o actuar de una manera que viola gravemente las normas de Dios y que refleja una actitud descarada. Alguien que se comporta así demuestra que no respeta las leyes de Dios. Cuando una persona es culpable de conducta desvergonzada, un comité judicial tiene que tratar el asunto. La “inmundicia” o impureza incluye varios pecados. Dependiendo de la gravedad, ciertos casos de inmundicia tal vez tengan que ser tratados por un comité judicial (Gálatas 5:19-21; Efesios 4:19; si desea más información, vea la sección “Preguntas de los lectores” deLa Atalaya del 15 de julio de 2006).
▸ Capítulo 9, párrafo 7; capítulo 12, párrafo 10

24 MASTURBACIÓN

Jehová diseñó el sexo para que el esposo y la esposa se expresaran su amor de manera limpia. Pero, cuando alguien se masturba, es decir, se estimula los genitales para obtener placer sexual, usa el sexo de manera sucia. Este hábito puede dañar la amistad que alguien tiene con Jehová. Puede hacer que la persona tenga deseos pervertidos y vea el sexo de forma equivocada (Colosenses 3:5). Si usted está tratando de dejar este mal hábito y piensa que es demasiado difícil, no se rinda (Salmo 86:5; 1 Juan 3:20). Ore a Jehová con sinceridad y pídale que lo ayude. Evite cosas que le hagan tener pensamientos impuros, como la pornografía. Hable con un amigo maduro que respete las normas de Jehová o, si eres joven y tienes padres cristianos, habla con uno de ellos (Proverbios 1:8, 9; 1 Tesalonicenses 5:14; Tito 2:3-5). Podemos estar seguros de que Jehová ve y valora nuestros esfuerzos por mantenernos limpios en sentido moral (Salmo 51:17; Isaías 1:18).
▸ Capítulo 9, párrafo 9

25 POLIGAMIA

La poligamia es estar casado con más de una persona. Jehová creó el matrimonio como una unión entre un solo hombre y una sola mujer. En el antiguo Israel, Jehová permitió a los hombres tener más de una esposa, pero eso no es lo que quería cuando creó el matrimonio. En la actualidad, Jehová ya no lo permite. El hombre puede tener solo una esposa, y la mujer puede tener solo un esposo (Mateo 19:9; 1 Timoteo 3:2).
▸ Capítulo 10, párrafo 12

26 DIVORCIO Y SEPARACIÓN

Jehová quería que el esposo y la esposa estuvieran juntos toda la vida (Génesis 2:24;Malaquías 2:15, 16; Mateo 19:3-6; 1 Corintios 7:39). Solo permite el divorcio cuando uno de los dos es culpable de adulterio. En ese caso, Jehová le da al cónyuge inocente el derecho a decidir si se divorciará o no (Mateo 19:9).
En ocasiones, algunos cristianos han decidido separarse de su cónyuge aunque este no haya cometido inmoralidad sexual (1 Corintios 7:11). Un cristiano podría decidir separarse en las siguientes situaciones:
  • Negativa a mantener a la familia. El esposo se niega a proveer a su familia las cosas materiales, hasta el punto de dejarla sin dinero o sin comida (1 Timoteo 5:8).
  • Maltrato físico muy grave. El maltrato físico es tan grave que el cónyuge maltratado siente que su salud o su vida están en peligro (Gálatas 5:19-21).
  • Riesgo muy grave de perder la amistad con Jehová. El cristiano no puede servir a Dios porque su cónyuge se lo hace imposible (Hechos 5:29).
▸ Capítulo 11, párrafo 19

27 FELICITAR Y DAR ÁNIMO

Todos necesitamos que nos feliciten y nos animen (Proverbios 12:25; 16:24). Podemos fortalecernos y consolarnos unos a otros con palabras amables y bondadosas. Estas muestras de cariño pueden ayudar a nuestros hermanos a aguantar y seguir sirviendo a Jehová a pesar de las dificultades (Proverbios 12:18; Filipenses 2:1-4). Cuando alguien está desanimado, debemos escucharlo con respeto y tratar de entender cómo se siente. Así sabremos lo que podemos decir o hacer para ayudarlo (Santiago 1:19). Póngase la meta de conocer bien a todos los hermanos para comprender lo que de verdad necesitan. Entonces podrá ayudarlos a buscar verdadero alivio en Jehová, la Fuente de todo consuelo y ánimo (2 Corintios 1:3, 4; 1 Tesalonicenses 5:11).
▸ Capítulo 12, párrafo 16

28 BODAS

La Biblia no contiene normas específicas sobre las bodas. Las costumbres y los requisitos legales varían de un lugar a otro (Génesis 24:67; Mateo 1:24; 25:10; Lucas 14:8). Lo más importante de la boda es la promesa que hacen los novios ante Jehová. Muchas parejas deciden invitar a sus familiares y amigos cercanos para que estén presentes cuando digan los votos matrimoniales y que un anciano dé un discurso basado en la Biblia. Los novios deben decidir si quieren celebrar una recepción de bodas después de la ceremonia y cómo será (Lucas 14:28; Juan 2:1-11). Sin importar lo que decidan, deben asegurarse de que todo lo que hagan honre a Jehová (Génesis 2:18-24; Mateo 19:5, 6). Los principios bíblicos pueden ayudarlos a tomar buenas decisiones (1 Juan 2:16, 17). Si los novios deciden servir alcohol en la recepción de bodas, deben asegurarse de que haya alguien que supervise la ocasión (Proverbios 20:1; Efesios 5:18). Si quieren que haya música o algún tipo de entretenimiento, deben asegurarse de que esas actividades honren a Jehová. Los novios cristianos deben centrarse en su amistad con Dios y en la relación que tienen entre ellos, no solo en el día de la boda (Proverbios 18:22; encontrará más información en La Atalaya del 15 de octubre de 2006, páginas 18 a 31).
▸ Capítulo 13, párrafo 18

29 TOMAR BUENAS DECISIONES

Queremos tomar buenas decisiones que estén basadas en los principios bíblicos. Por ejemplo, puede que el cónyuge no Testigo de un cristiano lo invite a comer con familiares el día de una festividad pagana. ¿Qué haría usted en esa situación? Si su conciencia le permite ir, podría explicarle a su cónyuge que, si la celebración incluye costumbres paganas, no participará en ellas. También debe preguntarse si su asistencia a esa comida hará tropezar a otros (1 Corintios 8:9; 10:23, 24).
Piense en otra situación. Puede que su jefe le ofrezca un bono o paga extra durante una festividad como la Navidad o las fiestas nacionales. ¿Debería rechazarlo? No necesariamente. Su decisión dependerá en parte de cómo lo ve su jefe. ¿Lo considera parte de la festividad? ¿O es solo una manera de demostrarle que agradece su trabajo? Usted debe pensar en estos y otros factores para decidir si aceptará el bono o no.
También puede ocurrir que alguien le dé un regalo en la época de Navidad y diga: “Ya sé que no celebras esta fiesta, pero quiero darte esto”. Quizás la persona solo está siendo amable. Ahora bien, ¿hay razones para pensar que tal vez quiera poner a prueba su fe o hacer que usted celebre la fiesta? Después de analizarlo, usted debe decidir si aceptará el regalo o no. Al tomar cualquier decisión, queremos tener la conciencia tranquila y ser leales a Jehová (Hechos 23:1).
▸ Capítulo 13, párrafo 22

30 NEGOCIOS Y ASUNTOS LEGALES

Cuando los desacuerdos se tratan con rapidez y de forma pacífica, casi nunca se transforman en problemas graves (Mateo 5:23-26). Lo más importante para todos los cristianos debe ser dar gloria a Jehová y mantener la unidad de la congregación (Juan 13:34, 35; 1 Corintios 13:4, 5).
Si unos cristianos tienen un desacuerdo en un asunto de negocios, deberían intentar solucionarlo sin acudir a los tribunales. En 1 Corintios 6:1-8, vemos lo que el apóstol Pablo aconsejó sobre las demandas legales entre cristianos. Llevar a un hermano a los tribunales podría manchar el nombre de Jehová y de la congregación. En Mateo 18:15-17, encontramos tres pasos que debemos dar para resolver problemas graves como la calumnia o el fraude. 1) Los implicados deben intentar solucionar el asunto en privado. 2) Si eso no funciona, pueden pedir ayuda a uno o dos hermanos maduros. 3) Después, si es necesario, pueden pedir al cuerpo de ancianos que trate el asunto. Si la situación llega a este punto, los ancianos usarán los principios bíblicos para ayudar a todos los implicados a llegar a un acuerdo pacífico. Si alguno de los implicados no quiere seguir las normas bíblicas, los ancianos de la congregación tal vez tengan que formar un comité judicial.
Hay situaciones en las que la ley exige ir a los tribunales para resolver los asuntos, como en los casos de divorcio, custodia de los hijos, pensión alimenticia, indemnizaciones de seguros, declaración de bancarrota o testamentos. Un cristiano no iría en contra del consejo de Pablo si usara medios legales para resolver esos asuntos de la forma más pacífica posible.
De forma similar, un cristiano que denunciara ante las autoridades un delito grave, como violación, abuso de menores, agresión, hurto grave o asesinato, tampoco estaría desobedeciendo el consejo de Pablo.
▸ Capítulo 14, párrafo 14

31 TRAMPAS DE SATANÁS

Desde el comienzo de la humanidad, Satanás ha intentado engañarnos (Génesis 3:1-6;Revelación 12:9). Sabe que, si logra influir en nuestra manera de pensar, puede llevarnos a hacer lo que está mal (2 Corintios 4:4; Santiago 1:14, 15). Usa la política, la religión, el mundo comercial, el entretenimiento, la educación y muchas otras cosas para promover sus ideas y hacer que parezcan buenas (Juan 14:30; 1 Juan 5:19).
Satanás sabe que le queda poco tiempo para engañar a la gente, así que se está esforzando al máximo por engañar a la mayor cantidad de personas posible. En especial, quiere engañar a los siervos de Jehová (Revelación 12:12). Si no tenemos cuidado, el Diablo podría corromper poco a poco nuestra manera de pensar (1 Corintios 10:12). Por ejemplo, Jehová quiere que el matrimonio sea una unión permanente (Mateo 19:5, 6, 9). Pero muchas personas ven el matrimonio como un acuerdo de poca importancia que puede romperse fácilmente. De hecho, muchas películas y programas de televisión promueven esta idea. Pero no debemos permitir que nos influya el punto de vista del mundo sobre el matrimonio.
Otra trampa que Satanás usa para engañarnos es promover una actitud independiente (2 Timoteo 3:4). Si no tenemos cuidado, podríamos dejar de respetar la autoridad que Jehová ha dado a ciertas personas. Por ejemplo, un cristiano podría empezar a rechazar la guía de los ancianos de congregación (Hebreos 12:5). O una cristiana podría comenzar a poner en duda el orden de autoridad que Jehová ha establecido en la familia (1 Corintios 11:3).
Debemos estar decididos a no permitir que el Diablo influya en nuestra manera de pensar. Queremos tener la forma de pensar de Jehová y mantener “la mente fija en las cosas de arriba” (Colosenses 3:2; 2 Corintios 2:11).
▸ Capítulo 16, párrafo 9

32 TRATAMIENTOS MÉDICOS

Todos deseamos estar sanos y, cuando nos enfermamos, queremos tener la mejor atención médica (Isaías 38:21; Marcos 5:25, 26; Lucas 10:34). Los doctores y otras personas ofrecen una gran variedad de técnicas y tratamientos médicos. Al decidir cuáles aceptaremos, debemos tener en cuenta los principios bíblicos. Tenemos presente que la única solución permanente para las enfermedades es el Reino de Dios. No queremos estar tan centrados en nuestra salud que descuidemos nuestra adoración a Jehová (Isaías 33:24; 1 Timoteo 4:16).
Debemos tener cuidado y rechazar cualquier tratamiento que parezca usar el poder de los demonios (Deuteronomio 18:10-12; Isaías 1:13). Así que, antes de aceptar un tratamiento o medicamento, debemos averiguar todo lo que podamos sobre su origen y las ideas que promueve (Proverbios 14:15). No olvidemos que Satanás quiere engañarnos para que caigamos en la trampa del demonismo. Incluso si sospechamos que cierto tratamiento está relacionado con los demonios, es mejor evitarlo (1 Pedro 5:8).
▸ Capítulo 16, párrafo 18