lunes, 18 de marzo de 2019

estudio de la atalaya Cómo proteger el corazón “Más que todo lo demás que ha de guardarse, salvaguarda tu corazón” (PROV. 4:23).

Cómo proteger el corazón

“Más que todo lo demás que ha de guardarse, salvaguarda tu corazón” (PROV. 4:23).
CANCIÓN 36 Cuidemos nuestro corazón
AVANCE*
1-3. a) ¿Por qué amaba Jehová a Salomón, y qué bendiciones le dio? b) ¿Qué preguntas responderemos en este artículo?
SALOMÓN era muy joven cuando llegó a ser rey de Israel. Al principio de su reinado, Jehová se le apareció en un sueño y le dijo: “Solicita lo que debo darte”. Salomón le respondió que solo era un joven inexperto, así que le pidió “un corazón obediente” (1 Rey. 3:5-10). Esa petición demostró que era muy modesto. No es de extrañar que Jehová lo amara tanto (2 Sam. 12:24). Como le agradó mucho lo que Salomón le pidió, le concedió “un corazón sabio y entendido” (1 Rey. 3:12).
Mientras fue fiel, Salomón recibió muchas bendiciones. Tuvo el honor de construir un templo para el “nombre de Jehová el Dios de Israel” (1 Rey. 8:20). Fue famoso por la sabiduría que Dios le concedió. Y hasta escribió por inspiración divina tres libros de la Biblia, entre ellos el de Proverbios.
En este libro, se menciona el corazón casi cien veces. Por ejemplo, Proverbios 4:23dice: “Más que todo lo demás que ha de guardarse, salvaguarda tu corazón”. ¿A qué se refiere la palabra “corazón” en este versículo? Lo veremos durante el artículo. También responderemos otras dos preguntas muy importantes: ¿Cómo intenta Satanás corromper o infectar nuestro corazón? ¿Y qué podemos hacer para protegerlo? Comprender las respuestas nos ayudará a mantenernos fieles a Dios.

¿QUÉ ES EL “CORAZÓN”?

4, 5. a) ¿Cómo nos ayuda el Salmo 51:6 a comprender a qué se refiere la palabra “corazón”? b) ¿En qué se parece cuidar lo que somos por dentro a cuidar nuestra salud física?
En Proverbios 4:23, se usa el término “corazón” para referirse a “lo interior” o “el yo secreto” (lea Salmo 51:6). En otras palabras, el corazón representa nuestros pensamientos, sentimientos, motivos y deseos. No es lo que parecemos ser por fuera, sino lo que de verdad somos por dentro.
Cuidar lo que somos por dentro se parece a cuidar nuestra salud física. Por ejemplo, si queremos estar sanos, tenemos que nutrirnos bien y hacer ejercicio con regularidad. De manera parecida, si queremos estar saludables en sentido espiritual, tenemos que nutrir bien nuestra fe y “ejercitarla” con regularidad poniendo en práctica lo que aprendemos y hablando de nuestras creencias (Rom. 10:8-10; Sant. 2:26). Por otra parte, nuestro aspecto puede hacernos creer que estamos saludables, aunque en realidad estemos enfermos. De manera parecida, nuestra actividad espiritual puede hacernos creer que nuestra fe está fuerte, aunque por dentro estén creciendo malos deseos (1 Cor. 10:12; Sant. 1:14, 15). Recordemos que Satanás quiere contagiarnos sus ideas. ¿De qué maneras concretas lo intenta, y cómo podemos protegernos?

CÓMO INTENTA SATANÁS CORROMPERNOS EL CORAZÓN

6. ¿Qué quiere conseguir Satanás, y cómo trata de lograrlo?
Satanás es un rebelde egoísta que desobedece las normas de Jehová y quiere conseguir que pensemos y actuemos como él. Como no puede obligarnos a hacerlo, trata de lograrlo de otras formas. Por ejemplo, nos rodea de personas a las que ya ha logrado corromper (1 Juan 5:19). Quiere que decidamos pasar tiempo con ellas, aunque sabemos que las malas compañías “echan a perder” o corrompen nuestra manera de pensar y actuar (1 Cor. 15:33; nota). Este método le dio resultado con el rey Salomón, quien se casó con muchas mujeres que no adoraban a Dios. Ellas tuvieron una fuerte influencia en él y “poco a poco” hicieron que su “corazón” se alejara de Jehová (1 Rey. 11:3).
Un hombre cambia el canal de televisión
¿Cómo podemos proteger el corazón de los intentos de Satanás por corrompernos la mente? (Vea el párrafo 7).*
7. a) ¿Qué más hace Satanás para difundir sus ideas? b) ¿Por qué debemos tener mucho cuidado con eso?
Satanás usa las películas y programas de televisión para difundir sus ideas. Sabe que las historias hacen mucho más que entretenernos; moldean nuestra forma de pensar, sentir y actuar. El propio Jesús las utilizó como método de enseñanza. Un ejemplo de ello son las parábolas del buen samaritano y del hijo pródigo (Mat. 13:34; Luc. 10:29-37;15:11-32). Ahora bien, los que están contaminados por las ideas de Satanás también pueden usar historias para corrompernos. Así que tengamos mucho cuidado. Claro, hay películas y programas que pueden entretenernos y educarnos sin contaminarnos la mente. Por tanto, seamos equilibrados. A la hora de elegir lo que vemos, preguntémonos: “¿Está intentando este programa o película enseñarme que está bien que me deje llevar por los malos deseos?” (Gál. 5:19-21; Efes. 2:1-3). Si notamos que fomenta la manera de pensar de Satanás, alejémonos de él como si quisiéramos protegernos de una enfermedad contagiosa.
8. ¿Cómo pueden ayudar los padres a sus hijos a proteger su corazón?
Padres, ustedes tienen la responsabilidad especial de proteger a sus hijos de los esfuerzos de Satanás por corromperles el corazón. Sin duda, ustedes hacen todo lo posible por evitar que contraigan enfermedades. Por ejemplo, mantienen limpia su casa y se deshacen de todo lo que puede ser un peligro para la salud. De manera parecida, tienen que proteger a sus hijos de las películas, programas de televisión, videojuegos y páginas de Internet que pueden contaminarlos con las ideas de Satanás. Jehová les ha dado la autoridad para velar por la salud espiritual de ellos (Prov. 1:8; Efes. 6:1, 4). Por tanto, no tengan miedo de fijar normas basadas en los principios bíblicos. Díganles a sus hijos lo que pueden y no pueden ver, y ayúdenlos a entender la razón de sus decisiones (Mat. 5:37). A medida que ellos vayan creciendo, enséñenles a distinguir por sí mismos lo que está bien o mal según las normas de Dios (Heb. 5:14). Y recuerden que sus hijos aprenderán mucho de lo que ustedes digan, pero aún más de lo que hagan (Deut. 6:6, 7;Rom. 2:21).
9. ¿Qué idea fomenta Satanás, y por qué es peligrosa?
Satanás también trata de contaminarnos el corazón haciendo que confiemos en la sabiduría humana y no en la de Dios (Col. 2:8). Por ejemplo, fomenta la idea de que lo más importante en la vida es hacerse rico. ¿Por qué es peligrosa esta idea? Porque, sea que lo logren o no, los que piensan así se pueden centrar tanto en ganar dinero que sacrifiquen su salud, su familia y hasta su amistad con Dios (1 Tim. 6:10). Qué agradecidos estamos de que nuestro sabio Padre celestial nos ayude a tener un criterio equilibrado sobre el dinero (Ecl. 7:12; Luc. 12:15).

CÓMO PROTEGER EL CORAZÓN

Un centinela de tiempos bíblicos da la voz de alarma, y los porteros cierran las puertas de la ciudad
Tal como los centinelas y los porteros de la antigüedad, debemos seguir vigilantes y actuar con decisión para que las influencias negativas no entren en nuestro corazón. (Vea los párrafos 10 y 11).*
10, 11. a) A fin de protegernos, ¿qué debemos ser capaces de hacer? b) ¿Qué hacían los centinelas de la antigüedad, y cómo puede nuestra conciencia actuar como un centinela?
10 A fin de proteger el corazón, debemos ser capaces de identificar los peligros y reaccionar de inmediato. Las palabras de Proverbios 4:23 nos recuerdan a los centinelas de los tiempos del rey Salomón. Ellos hacían guardia sobre las murallas de la ciudad y, si veían acercarse un peligro, daban la voz de alarma. Esta imagen nos ayuda a entender lo que debemos hacer para impedir que Satanás nos corrompa la mente.
11 En la antigüedad, los centinelas colaboraban con los porteros de la ciudad (2 Sam. 18:24-26). Juntos la protegían asegurándose de que las puertas estuvieran cerradas cuando se acercaba un enemigo (Neh. 7:1-3). Nuestra conciencia educada por la Biblia*puede actuar como un centinela. ¿Cómo? Dando la voz de alarma cuando Satanás intente atacar nuestro corazón, es decir, cuando intente influir en nuestros pensamientos, sentimientos, motivos o deseos. Siempre que la conciencia nos advierta, tenemos que prestarle atención y, por decirlo así, cerrarle las puertas a Satanás.
12, 13. ¿A qué nos podemos ver tentados, pero qué debemos hacer?
12 Veamos un ejemplo de cómo protegernos de la influencia de Satanás. Jehová nos ha enseñado que entre nosotros no deben mencionarse ni la inmoralidad sexual ni ninguna clase de impureza (Efes. 5:3). Pero ¿qué haremos si los compañeros de trabajo o de escuela empiezan a hablar de temas sucios? Sabemos que debemos rechazar “la impiedad y los deseos mundanos” (Tito 2:12). Así que puede que nuestra conciencia dé la voz de alarma (Rom. 2:15). ¿Cómo reaccionaremos? ¿Le prestaremos atención a este centinela y cerraremos las puertas, por decirlo así? Quizás nos veamos tentados a escuchar la conversación o a mirar las imágenes que estén enseñando. Pero lo que debemos hacer es cambiar de tema o irnos de allí.
13 Se necesita valor para resistir la presión de los compañeros para que hagamos cosas malas o pensemos en ellas. Podemos estar seguros de que Jehová ve los esfuerzos que hacemos para rechazar las ideas de Satanás y de que nos dará las fuerzas y la sabiduría necesarias para lograrlo (2 Crón. 16:9; Is. 40:29; Sant. 1:5). ¿Qué más podemos hacer para proteger el corazón?

SIGAMOS VIGILANTES

14, 15. a) ¿A qué tenemos que abrirle el corazón, y cómo lo hacemos? b) ¿Cómo nos ayuda Proverbios 4:20-22a aprovechar al máximo nuestra lectura de la Biblia? (Vea también el recuadro “Cómo meditar”).
14 Para proteger el corazón, no solo debemos cerrarles el paso a las malas influencias, sino también abrírselo a las positivas. Pensemos de nuevo en el ejemplo de la ciudad amurallada. El portero cerraba las puertas para impedir que entrara el enemigo. Pero en otros casos las abría para permitir la entrada de alimentos y otras provisiones. De no hacerlo, los habitantes morirían de hambre. De modo parecido, tenemos que abrir con regularidad nuestro corazón para que entren las enseñanzas de Jehová.
15 En la Biblia, encontramos los pensamientos de Dios. Por eso, siempre que la leemos, permitimos que estos influyan en nuestra manera de pensar, sentir y actuar. A fin de aprovechar al máximo nuestra lectura de la Biblia, debemos hacer dos cosas. En primer lugar, es imprescindible orar. Una hermana dice: “Antes de leer la Biblia, le pido a Jehová que me ayude a ver ‘las cosas maravillosas’ que contiene su Palabra” (Sal. 119:18). En segundo lugar, debemos meditar en lo que leemos. Cuando hacemos todo esto, la Palabra de Dios alcanza lo más profundo de nuestro corazón y llegamos a amar la forma de pensar de Jehová (lea Proverbios 4:20-22; Sal. 119:97).
16. ¿Qué beneficios obtenemos al ver el canal JW Broadcasting? Dé un ejemplo.
16 Otra forma de permitir que los pensamientos de Dios influyan en nosotros es viendo todo lo que está disponible en el canal JW Broadcasting®. Un matrimonio dice: “Los programas mensuales han sido una respuesta a nuestras oraciones. Nos fortalecen y animan cuando nos sentimos tristes o solos. Y en casa ponemos las canciones a todas horas: mientras estamos cocinando, limpiando o simplemente tomando el té”. Estos programas nos ayudan a proteger el corazón. Nos enseñan a pensar como Jehová y a resistir la presión para que pensemos como Satanás.
17, 18. a) Según 1 Reyes 8:61, ¿qué sucede cuando ponemos en práctica lo que Jehová nos enseña? b) ¿Qué aprendemos del ejemplo del rey Ezequías? c) En vista de lo que David le rogó a Jehová en el Salmo 139:23, 24, ¿qué podemos pedir en nuestras oraciones?
17 Cada vez que vemos los beneficios de hacer lo correcto, nuestra fe se fortalece (Sant. 1:2, 3). Nos sentimos bien por hacer que Jehová esté orgulloso de llamarnos hijos suyos, y nuestro deseo de agradarlo se hace más fuerte (Prov. 27:11). Cada prueba que enfrentamos es una oportunidad para demostrar que nuestro corazón no está dividido (Sal. 119:113). Al contrario, amamos a Jehová de todo corazón y estamos totalmente decididos a obedecer sus mandamientos y hacer su voluntad (lea 1 Reyes 8:61).
18 Por supuesto, todos cometeremos errores, porque somos imperfectos. Cuando eso suceda, recordemos el ejemplo del rey Ezequías. Él cometió errores, pero se arrepintió y siguió sirviendo a Jehová “con corazón completo” (Is. 38:3-6; 2 Crón. 29:1, 2; 32:25, 26). Así pues, rechacemos los intentos de Satanás por contaminarnos la mente. Pidamos a Jehová que nos ayude a tener “un corazón obediente” (1 Rey. 3:9; lea Salmo 139:23, 24). Lograremos ser fieles a Jehová si, por encima de todo, protegemos el corazón.
CANCIÓN 54 “Este es el camino”
Satanás nos pone trampas para tratar de alejarnos de Jehová. ¿Nos dejaremos engañar, o nos mantendremos fieles? La respuesta no depende de lo duras que sean las pruebas, sino de lo bien que protejamos nuestro corazón. ¿A qué nos referimos aquí cuando hablamos del corazón? ¿Cómo intenta Satanás corromperlo? ¿Y cómo podemos protegerlo? Este artículo responderá estas tres preguntas tan importantes.
IDEA IMPORTANTE: La Biblia llama “conciencia” a la capacidad que Dios nos da para examinar lo que pensamos, sentimos y hacemos, y juzgarnos a nosotros mismos (Rom. 2:15; 9:1). La conciencia educada por la Biblia es la que se basa en las normas de Jehová, que están en su Palabra, para determinar si lo que pensamos, hacemos o decimos está bien o mal.
DESCRIPCIÓN DE LA IMAGEN. Un hermano bautizado se encuentra con una escena inmoral mientras está viendo televisión y tiene que decidir qué va a hacer.
DESCRIPCIÓN DE LA IMAGEN. Al divisar un peligro, un centinela da la voz de alarma. Los porteros reaccionan de inmediato cerrando y trancando las puertas de la ciudad.

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