Texto Diario martes, 26 de marzo de 2019
Jehová está guardando a los residentes forasteros (Sal. 146:9).
Nuestros hermanos refugiados necesitan apoyo espiritual y emocional más que ayuda material (Mat. 4:4). Los ancianos pueden conseguirles publicaciones en su idioma y ponerlos en contacto con hermanos que lo hablen. Muchos refugiados han sido arrancados de amplios círculos familiares con vínculos fuertes, de comunidades y congregaciones muy unidas. Necesitan que los hermanos les transmitan el amor y la compasión que Jehová siente por ellos. Si no, quizá se vayan con sus parientes o con personas de su país que no son Testigos, pero con los que comparten cultura y experiencias (1 Cor. 15:33). Si logramos que se sientan parte integral de la congregación, tendremos el honor de colaborar con Jehová “guardando a los residentes forasteros”. Es posible que los refugiados no puedan volver a su país mientras continúen en el poder los gobernantes que los oprimían. Además, muchos están traumatizados por lo que han vivido. Preguntémonos: “¿Cómo me gustaría que me trataran si estuviera en su lugar?” (Mat. 7:12). w17.05 6, 7 párrs. 15, 16
(Salmo 146:9) Jehová está guardando a los residentes forasteros;da alivio al huérfano de padre y a la viuda,pero tuerce el camino de los inicuos.
(Mateo 4:4) Pero en respuesta él dijo: “Está escrito: ‘No de pan solamente debe vivir el hombre, sino de toda expresión que sale de la boca de Jehová’”.
(1 Corintios 15:33) No se extravíen. Las malas compañías echan a perder los hábitos útiles.
(Mateo 7:12) ”Por lo tanto, todas las cosas que quieren que los hombres les hagan, también ustedes de igual manera tienen que hacérselas a ellos; esto, de hecho, es lo que significan la Ley y los Profetas.
15, 16. ¿Cómo podemos ayudar a los refugiados a) en sentido espiritual? b) en sentido emocional?
15 Los refugiados necesitan apoyo espiritual y emocional más que ayuda material (Mat. 4:4). Los ancianos pueden conseguirles publicaciones en su idioma y ponerlos en contacto con hermanos que lo hablen. Muchos refugiados han sido arrancados de amplios círculos familiares con vínculos fuertes, de comunidades y congregaciones muy unidas. Necesitan que los hermanos les transmitan el amor y la compasión que Jehová siente por ellos. Si no, quizá se vayan con sus parientes o con personas de su país que no son Testigos, pero con los que comparten cultura y experiencias (1 Cor. 15:33). Si logramos que se sientan parte integral de la congregación, tendremos el honor de colaborar con Jehová “guardando a los residentes forasteros” (Sal. 146:9).
16 Es posible que los refugiados no puedan volver a su país mientras continúen en el poder los gobernantes que los oprimían, como les ocurrió a Jesús y su familia. Además, como dice Lije, “muchos padres que vieron la violación y el asesinato de miembros de su familia no soportan la idea de llevar a sus hijos a los lugares donde ocurrieron esas tragedias”. Los hermanos del país de acogida pueden ayudarlos a superar esos traumas mostrando empatía, cariño fraternal, tierna compasión y humildad (1 Ped. 3:8). Algunos refugiados son retraídos por causa de la persecución y tal vez se avergüencen de hablar de lo que sufrieron, sobre todo en presencia de sus hijos. Preguntémonos: “¿Cómo me gustaría que me trataran si estuviera en su lugar?” (Mat. 7:12).
(Salmo 146:9) Jehová está guardando a los residentes forasteros;da alivio al huérfano de padre y a la viuda,pero tuerce el camino de los inicuos.
(Mateo 4:4) Pero en respuesta él dijo: “Está escrito: ‘No de pan solamente debe vivir el hombre, sino de toda expresión que sale de la boca de Jehová’”.
(1 Corintios 15:33) No se extravíen. Las malas compañías echan a perder los hábitos útiles.
(Mateo 7:12) ”Por lo tanto, todas las cosas que quieren que los hombres les hagan, también ustedes de igual manera tienen que hacérselas a ellos; esto, de hecho, es lo que significan la Ley y los Profetas.
15, 16. ¿Cómo podemos ayudar a los refugiados a) en sentido espiritual? b) en sentido emocional?
15 Los refugiados necesitan apoyo espiritual y emocional más que ayuda material (Mat. 4:4). Los ancianos pueden conseguirles publicaciones en su idioma y ponerlos en contacto con hermanos que lo hablen. Muchos refugiados han sido arrancados de amplios círculos familiares con vínculos fuertes, de comunidades y congregaciones muy unidas. Necesitan que los hermanos les transmitan el amor y la compasión que Jehová siente por ellos. Si no, quizá se vayan con sus parientes o con personas de su país que no son Testigos, pero con los que comparten cultura y experiencias (1 Cor. 15:33). Si logramos que se sientan parte integral de la congregación, tendremos el honor de colaborar con Jehová “guardando a los residentes forasteros” (Sal. 146:9).
16 Es posible que los refugiados no puedan volver a su país mientras continúen en el poder los gobernantes que los oprimían, como les ocurrió a Jesús y su familia. Además, como dice Lije, “muchos padres que vieron la violación y el asesinato de miembros de su familia no soportan la idea de llevar a sus hijos a los lugares donde ocurrieron esas tragedias”. Los hermanos del país de acogida pueden ayudarlos a superar esos traumas mostrando empatía, cariño fraternal, tierna compasión y humildad (1 Ped. 3:8). Algunos refugiados son retraídos por causa de la persecución y tal vez se avergüencen de hablar de lo que sufrieron, sobre todo en presencia de sus hijos. Preguntémonos: “¿Cómo me gustaría que me trataran si estuviera en su lugar?” (Mat. 7:12).
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