jueves, 23 de junio de 2022

Libro de Job,.-del versiculo 1 al 130

Libro de Job
Job causa una guerra
1. Había comenzado ya una batalla en el cielo, no de violencia, no de
guerras, una batalla por mi causa, solo en mi mente, yo soy el que dudo,
el que no tengo seguridad. Dios siempre sabe lo que hace, confía en sí
mismo, se sabe victorioso desde antes de pelear.
2. Pero a mí no me basta, no quiero creer que soy algo que no soy. He
visto en mí mismo, por mi experiencia, y he visto en el mundo, que el
dolor, el sufrimiento y el fracaso son un misterio, son un medio por el
cual Dios pretende alcanzar, según él mismo, el bien máximo, la paz
suprema.
3. Yo no creo esas ficciones, no he visto que sea así, por lo tanto no puedo
creerlo. Y aunque así fuese, qué haríamos con tanta paz eterna, un mero
vistazo al futuro mostrará que el olvido siempre, y la memoria luego,
harán de la existencia algo que nadie desea, pero que nadie se atreve a
decirlo, ni aun pensarlo. Todos en algún momento de la vida desean
dejar de existir, aun yo, aun los ángeles, aun los hombres, hasta los
propios enviados de Dios, sus profetas, aun sus escogidos.
4. Es el caso de Job, nuestra primera gran disputa. Pero no se supo quien
fue el ganador, aunque si observamos bien lo sucedido si hay un
ganador, y no es Dios, ni lo soy yo precisamente.
5. Job, de la región de Uz fuera del territorio que ocuparía Israel, hombre
de recursos, rodeado por la bendición y protección de Dios. Acaudalado
hasta el hastío, con animales, bienes, riquezas, amigos, salud, una
numerosa familia, tierras, y sabiduría, todo lo que alguien pudiera desear
de su vida en la tierra.
6. Gozaba de paz y tranquilidad de parte de Dios. Cada día le hacía
sacrificios en su honor, Dios aquí, Dios allá. Todos los días hacía oración
a Dios, yo veía a los ángeles muy dichosos llevando en sus manos las
oraciones de su muy querido Job, sin faltar ni un día las oraciones de él
estaban a la puerta, esperando las manos de los ángeles para llevarlas
ante Dios. Oraciones por su familia, por sus amigos, por sus bienes y por
sus tierras. Miles de veces acciones y oraciones de gracias. Dios lo
mantenía en su cerco protector, nadie de la rebelión se atrevía a tocar a
Job, por miedo a las represalias.
7. Pero yo me atrevo pues tengo valor, no tengo nada que perder, Dios qué
me puede hacer, eliminarme acaso, qué más quisiera yo. Así que me
presenté ante su trono, y él me habló : De dónde vienes. Así que has
estado recorriendo la tierra de un lugar a otro. Te has fijado en mi siervo
Job, nadie hay como ése, sin tacha, cuidando de hacerle daño a algún
ser semejante, ninguno me sirve de manera tan viva.
8. De mí salieron palabras, de mí salieron pensamientos : No por nada te
sirve, no dejas que nadie le toque, ni a él, ni a sus bienes, ni a su
familia, tú bendices todo lo que él hace, con un cerco le proteges, le has
hecho el hombre más rico de su país. Pero quítale todo cuanto le has
dado y verás cómo te maldice en tu propia cara.
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9. Oí a los ángeles murmurar, decían dirigiéndose a mí, he ahí el acusador,
instiga a la maldad, lo hemos oído otras veces acusar de día y de noche
a los hombres, a sus hermanos los ángeles y al mismo creador.
10. Luego de mucho esperar, Dios pronunció sus palabras : Ahí lo
tienes, lo pongo en tus manos, has lo que quieras con Job, solo que no
te atrevas a tocar su alma.
11. Entonces me retiré de su presencia, más feliz no me había sentido,
podría demostrar, y ante todos, que Dios se equivoca al confiar tanto en
los hombres, mi semilla puesta en ellos, aunque menor, crece cada vez
que el hombre se ve desnudo, cada vez que abre los ojos a la realidad.
Es mi oportunidad, Job me dará una oportunidad para vengarme de
tantas humillaciones. Esta vez seré precavido, me aseguraré de que Job
maldiga a Dios en vez de bendecirle, de esta forma no solo habré
conseguido tener la razón ante Dios, si no que le habré hecho mentir, y
este solo acto eliminará a Dios para siempre, pues él mismo ha dicho en
miles de ocasiones que no puede mentir.
12. Es demasiado fácil para creerlo, Dios ha puesto todo su poder
soberano en juego, su gloria, su palabra, su imperio. Lo ha puesto todo
sobre un hombre, si Job falla, Dios falla. Me fascina este juego.
13. Ahora es cuando, Dios mismo se ha puesto de manifiesto al
permitirme hacerle daño a Job, así prueba él la lealtad de los suyos,
causando sufrimiento, que es innecesario, pues con confiar en ellos
bastaría, supuestamente.
La verdadera riqueza de Job
14. Pero de cómo los hombres llegaron a tener un conocimiento de
Dios, aun sin verlo, llegando inclusive a amarle y quererle de forma real.
No se sabe. Hay muchos que creen conocerlo, creen amarlo, pero son
solo ilusiones. No puedes llegar a amar algo que no conoces, pues si no,
solo amarás una faceta y no a la persona en cuestión.
15. Lo mismo podríamos decir del odio, yo conozco a Dios, le he visto,
fui el primero en verlo, he visto lo que es capaz de hacer, he visto su
desmedida discriminación, lo he llegado a conocer muy bien, o al menos,
he conocido todo lo que él mismo me ha mostrado de él. Y esto que he
visto, esto es lo que detesto.
16. Me detesto a mí mismo, porque me conozco, he podido verme, he
visto lo inferior que soy con respecto a Dios, me veo limitado, encerrado,
una sensación de estar siempre en una especie de prisión, sin libertad de
hacer lo que se me place. Odio de esta forma mi existencia, desearía
jamás haber nacido.
17. De cómo Job tiene un conocimiento acerca de Dios, es así
simplemente, Dios ha puesto su semilla en cada hombre, cada hombre
sabe en su interior que Dios existe, y que está en un lugar, y que piensa,
y que le tiene fe. Así Dios lo dispuso.
18. Job en particular sentía esto también, por esto incluso hacía
holocaustos cada mañana a cada uno de sus hijos, para purificarlos ante
Dios, no sea que hubiesen cometido sin saberlo algún error o acto que
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ofendiera a Dios. Se preocupaba de celebrar cada año el día en que sus
hijos habían nacido, haciendo un banquete e invitando a sus hermanas.
Incluso hacía largas oraciones por si alguno de sus hijos había maldecido
a Dios en su interior e intercedía por ellos.
19. Job tenía mucho tiempo libre de igual forma para reflexionar acerca
de la vida, se había dado cuenta, a través de la misma naturaleza, que
debía haber un creador, alguien debía necesariamente haber diseñado
todo, pues sus ojos sólo veían ingenio.
20. Pero también se encontró con sorpresas, no todo lo que había en el
mundo tenía la perfección que debería tener si Dios hubiese hecho todo
perfectamente bueno. Observó que muchos animales para cazar usaban
camuflajes y se hacían pasar por plantas, u hojas, o algún otro método
usaban para engañar a su víctima. Claro, el engaño estaba por doquier y
las criaturas sabían usarlo de forma innata. Le impresionó cómo los
insectos podían replicar de forma casi exacta unas ramas de árbol y así
burlar la percepción tanto de sus depredadores como de sus víctimas.
Job había descubierto a través de su observación que Dios había creado
tanto lo bueno como lo malo. Unos se alimentaban de otros, matándolos,
y todo para poder vivir.
21. Los entresijos de la vida delataban una mezcla de bien y de mal,
pero no demarcaban un final común. Todo estaba ahí, pero Job no sabía
para qué estaba todo así dispuesto. Observó a los humanos con tantas
características propias de la misma naturaleza, que pensó : Todo es
reflejo de un mismo y único Dios. (No sabré yo mismo eso).
La calamidad cae sobre Job
22. Me decidí a probarle a Dios cuan equivocado estaba en sus
aseveraciones : El hombre es mi corona, me deleito en mi creación.
23. El día en que los hijos de Job estaban celebrando uno de sus
banquetes, todos reunidos dentro de la casa, llamé a algunos de los que
estaban en la rebelión : He aquí que tengo la autorización para quitarle a
Job todo cuanto tiene, hagan lo que deseen, pero tenemos órdenes de
no dañar a Job mismo, vayan rápido.
24. Llegaron pues unos nómadas árabes, ladrones y asesinos, robaron
todo el ganado de Job y mataron a filo de cuchillo a cuantos servidores
encontraron, solo uno escapó para ir a dar la mala noticia a Job.
25. Del cielo cayeron rayos, matando a todas las ovejas y a los
pastores de Job, solo quedó vivo uno, que fue de inmediato a darle la
mala noticia a su señor.
26. Un grupo de ladrones caldeos asesinan a los cuidadores de
camellos, y roban todos los camellos que Job tenía, solo logró escapar
uno de los cuidadores para ir a dar la mala noticia a Job.
27. Tu casa, la gran casa de los banquetes, donde estaban tus hijos,
mi señor Job, ha sido derrumbada por un fuerte viento, los cimientos y
las columnas no la contuvieron, cayeron sobre todos tus servidores y tus
hijos, solo he logrado escapar yo, y te he traído la mala noticia.
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28. No terminaba de hablar uno, cuando llegaba el otro con una noticia
peor. Job, lleno de dolor, con miles de sentimientos en su cabeza
rodando de allá para acá, solo se levantó, rasgó sus ropas en señal de
dolor, se rapó la cabeza, se inclinó luego y oró : Desnudo vine a este
mundo, desnudo de el me iré. El Señor me lo ha dado todo, y él mismo
me lo ha quitado. Bendito sea el nombre del Señor.
29. No fue lo que yo esperaba, qué pasa, por qué no maldice a Dios.
Dios se burla de Lucifer
30. Se presentó el día en que debíamos dar los informes al soberano,
apenas me puse de pie delante de él, junto con los demás servidores,
me preguntó : De dónde vienes. A lo que yo le respondí : He andado
recorriendo la tierra de un lugar a otro.
31. Entonces el soberano me dijo : Te has fijado en mi siervo Job,
nadie hay en la tierra como él, me sirve fielmente, toda su vida es recta
y sin mancha, es intachable. Y aunque tú quisiste arruinarlo sin motivos,
él se mantiene completamente fiel.
32. Ahora resulta que el culpable de la ruina de Job soy yo. Cada cosa
que en la tierra o en el cielo pasa, es porque Dios así lo desea, si ocurre
algo malo por causa de algún ángel de la rebelión, es porque Dios lo
permite, como en el caso de la ruina de Job, claro que fui yo quien le
causó todo ese mal, pero fue Dios quien permitió que esto sucediera, es
él el causante de todo, sea bueno o malo, nosotros solo somos sus
herramientas, somos juguetes en sus manos.
33. Luego de pensar en todo esto, levanté ante el soberano mi voz : Ya
sabía yo, mientras mantenga su pellejo todo le irá bien, el hombre lo da
todo por mantener su propia vida, pero tócalo y verás cómo te maldice,
piel por piel, dáñalo y te maldecirá en tu propia cara.
34. El soberano, luego de pensar un largo rato, me dijo : Ahí lo tienes,
solo debes respetar su alma, debes conservar su vida.
35. Así es como Dios nos entrega en bandeja a toda la humanidad,
podemos hacer lo que queramos, a la tierra, y a sus criaturas, están a
nuestra disposición. En cada periodo de la historia, de hoy, ayer, y en el
futuro, podremos dominar, los ángeles de la rebelión tenemos un corto
periodo de tiempo en el que debemos conseguir nuestro objetivo, ellos el
suyo, yo el mío. Cada ser desea algo, no sé qué quiere cada uno, pero yo
deseo morir, dejar de existir, nunca debí haber llegado a la existencia,
me maldigo.
36. Job estaba ahí, aun lamentándose por la pérdida de sus bienes y
de sus hijos, pensé rápido, le envié un ángel que tenía guardado para el
futuro, este tenía la capacidad de contagiar una extraña enfermedad en
el organismo humano, tan terrible como no se ha visto, cubrió a Job
desde los pies a la cabeza. Job fue a sentarse entre los escombros de la
casa en la que murieron sus hijos, con un trozo de una vasija se rascaba
sus heridas. Estaba rodeado de basura, ceniza, podredumbre.
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37. La mujer de Job le dijo : Aun te empeñas en seguir fiel a Dios
después de todo lo que te ha hecho. Maldice a Dios y te quitará con la
muerte todo este sufrimiento.
38. Job le respondió : Mujer, no digas tonterías, si aceptamos los
bienes que Dios nos envía, cómo no vamos a aceptar también los males.
Él es Señor de todo, creador de todo, todo lo que existe se sustenta en
él, y todo llega a ser por medio de él. El mundo, el universo, las
estrellas, las criaturas, el hombre, todo depende de Dios y todo termina
siendo para Dios. Jamás mis ojos le han visto, pero en mi mente lo he
visto, no conozco la razón por la que hace las cosas, solo sé que el
resultado final de todo será algo realmente bueno.
39. En todo esto Job no fue reprochable.
Job contenderá con el verdadero adversario
40. Otro día en el que los servidores del soberano se presentaban ante
el trono para entregar su informe, me presenté yo, a lo cual el soberano,
con una extraña alegría me dijo : Has visto a mi siervo Job, ninguno
como éste en toda la tierra, siempre me es fiel, aun sin conocerme y sin
haberme visto, cómo podríamos entonces premiarle.
41. A lo que yo inmediatamente respondí : Es acaso que te ama por
nada, es acaso que le has quitado todo cuanto tiene, si es así, por qué
aun conserva su cordura, lo más preciado que el hombre tiene, su
sabiduría aun le permanece intacta, de más valor que el oro, la salud,
los bienes y la familia son la sabiduría. Pero si Job te maldijere no siendo
sabio, no sería Job quien en tu propia cara te maldijere, esto se forma en
una paradoja, sin su sabiduría ya no sería Job, pero con ella se da cuenta
de que existes y por ello te ama, así no sirve esto, luego hablaremos de
todo aquello.
42. A lo que Dios me respondió : He ahí que te entrego a Job
nuevamente, solo que no debes tocar su alma, su vida debe permanecer,
pero la sabiduría de Job está muy ligada a su amor, y nada los separará,
porque Job está en la verdad y yo soy la verdad.
Los amigos de Job
43. Job tenía muchos amigos, tanto por su fama de hombre rico y
sabio, como por su reconocida bondad para con todos. Tres de ellos al
enterarse de su desgracia y calamidad, vinieron a visitarle, para
acompañarlo en su dolor. Ya estando aun lejos lo vieron, casi sin
reconocerlo, y empezaron a llorar y lamentarse con él, rasgaron sus
ropas y se echaron polvo y cenizas en sus cabezas en señal de dolor, se
sentaron en el suelo con él y durante siete días ninguno pronunció
palabra. El dolor de Job era muy grande.
44. Job rompió el silencio y maldijo el día en que había nacido : Maldito
el día en que nací, maldita la noche en que llegué a este mundo, quisiera
yo que esa hora no hubiese llegado a existir, que Dios la pase por alto,
sin tarde ni amanecer, que esa noche de mi nacimiento se la hubiera
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tragado la oscuridad y que no haya dicho la partera "ya ha dado a luz".
Maldita la noche que me dejó nacer, es mejor haber muerto en el vientre
de mi madre, que mis ojos nunca hayan visto la luz. Sin pechos que me
amamantaran ni rodillas que me sostuvieran.
45. Estaría ahora descansando en paz, estaría durmiendo tranquilo,
junto con los poderosos que construyen pirámides, las que llenan de oro
y de plata, o por qué no fui abortado y enterrado en secreto como a
muchos niños que han muerto aun antes de nacer.
46. Muerto estaría libre del dolor, ahí nadie es esclavo, no se tienen
responsabilidades, ni preocupaciones, no debo estar pendiente de la hora
ni del día, no debo de cuidar animales, ni buscar con qué vestirme, ni
qué comer, no tendría necesidades. Estaría en la verdadera paz, en la
vida me afano por dormir, comer y vestirme, necesidades que Dios nos
puso, pero en la muerte sería feliz, sin afanes.
47. Dios deja ver la luz y sufrir, la vida está llena de amargura, espero
la muerte y esta no llega, la busco, pero no la encuentro. La muerte se
ha convertido para mí en un tesoro, pero no puedo hallarle. La alegría
llegará cuando por fin baje a la tumba. Dios me hace caminar a ciegas y
cierra mi paso. Me alimento de quejidos, y bebo mi dolor. No tengo
descanso, no encuentro la paz.
Elifaz propone la teoría de la retribución
48. Elifaz comenzó entonces a hablar : No me puedo quedar callado,
aunque mi habladuría te moleste, tú que a todos dabas consuelo, ahora
no puedes consolarte tú mismo. Ahora te acobardas. Es que no que
tenías plena confianza en Dios. Acaso es que Dios castiga a los
inocentes. La experiencia me ha enseñado que lo que siembras, eso
mismo cosechas. Dios en su furor destruye por completo a los de mal
actuar, por más que se quejen Dios los derribará con un soplo. Dios no
puede ni siquiera posar su santa mirada en los hombres, pues hasta en
sus ángeles encuentra defectos, y el hombre, tan débil, del barro fue
fabricado. Nace y ya en la tarde está marchito a punto de morir. Muere
sin haber alcanzado la sabiduría.
49. Dios en este mundo recompensa las buenas acciones y juzga y
castiga las malas acciones. Todo es proporcional, y se castiga o premia
según el bien o el mal que haces. Dios es infinitamente justo. Cada cosa
que haces es anotada en los libros y la justicia de Dios llega tarde o
temprano, no hay quien escape de su mano. El que ha hecho el mal,
incluso en lo oculto, de igual forma pagará.
50. He visto a los malos prosperar, pero al final aun su casa es
destruida. Sus hijos no tienen quien los ayude, en los tribunales se les
acusa injustamente y no tienen defensa. Les roban sus cosechas. El
hombre causa su desdicha con su mal comportamiento.
51. En tu lugar, yo me pondría en las manos de Dios, él hace
maravillas que nadie es capaz de comprender, y cosas tan grandes que
todas las bocas quedan cerradas. Envía la lluvia que riega campos, hace
fracasar a los astutos en su propio hablar, Dios salva al pobre y al
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oprimido. Es todopoderoso. Si él hace una herida, también la sana. Si él
te golpea, él mismo te da alivio. Una y otra vez librará del peligro. Si
estás con él, en tu casa habrá prosperidad. Llegarás a buena vejez, tú
mismo esto lo puedes comprobar. Dios retribuye según tus actos.
Respuesta de Job a Elifaz
52. Job responde : Mis penas y desgracias son grandes, si las pusieras
en una balanza, serían más pesadas que toda la arena del mar. Son más
que todo el mal que pude haber hecho. El Todopoderoso en mí ha
clavado sus flechas, y el veneno de estas ya corre por mis venas, se ha
pasado al resto de mi cuerpo. Acaso se marchita la hierba que tiene
agua. Por eso he hablado con pasión, pues lo que jamás quise comer es
ahora mi alimento. Que Dios de una vez decida aplastarme y terminar
con mi vida.
53. Ya no tengo fuerzas para resistir. Siempre he respetado las leyes
del Dios santo, ni razones tengo ya para seguir viviendo. Al amigo que
sufre se le ama, pero ustedes como amigos me han fallado, han osado
acusarme falsamente. Yo nada les he pedido.
54. Enséñenme, díganme cuáles son los errores que he cometido.
Jamás he rechazado un argumento cuando este está dictado con verdad.
Acaso creen que soy tonto, que no me he dado cuenta lo que tratan de
decirme. He hablado en verdad, nada malo he hecho, ustedes me han
acusado hasta de hacer el mal en secreto.
55. Que Dios recuerde que mi vida es un suspiro, que nadie me
recordará, soy una nube que pasa y se deshace, por eso voy a dar rienda
suelta a mis quejas, nada me hará callar.
56. Ahí estás tú, Dios, vigilándome siempre, tus ojos constantemente
sobre mí, cuando estoy en mi cama, en la siembra, en el techo, bajo la
roca, ahí estás tú, mirándome. Cuando me duermo y creo escapar de ti,
ahí estás tú, me espantas con pesadillas. Prefiero la muerte a esta vida.
Prefiero la muerte a esta carne y a estos huesos. Soy una criatura débil,
un suspiro, una mota de polvo, para qué te ocupas tanto de mí, para qué
tanto sufrimiento. Se justificará tanto lo que haces, para algo tan poca
cosa como yo.
57. La vida del hombre es poca cosa, como flor que se marchita, leño
que se pudre, sombra a la que le llega la luz. Para qué te molestas
siquiera en pensar en mí, bórrame, soy tan poco que no vale de nada
que me tomes en cuenta. No quiero seguir viviendo. Qué es el hombre
para que le des tanta importancia, para que lo vigiles día y noche, y le
pongas a prueba a cada instante. Aparta de mí tu vista Dios. En qué te
beneficia o perjudica el que yo cometa errores. Para qué hacerme el
blanco de tus flechas, acaso soy una carga para ti, yo que soy la nada
misma. Perdóname si he cometido algún mal contra ti. Pronto estaré
convertido en polvo, me buscarás, pero ya no me hallarás.
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Bildad refuerza la teoría de la retribución
58. El segundo amigo, Bildad, propone : Hasta cuándo hablarás así.
Dios que es todopoderoso jamás tuerce la justicia, se deleita en el
derecho. Entonces es que seguramente tus hijos han errado y él les dio
su merecido. Si actúas con pureza y rectitud y pides al Señor que tenga
compasión de ti, él te dará lo que mereces.
59. Indaga en el pasado, los que se olvidan de Dios pronto ven todos
sus proyectos frustrados, su confianza en sus proyectos son tan fuertes
como un hilo de araña, tan fuertes como la hierba ante el temible sol
quemante. Nadie prosperará si Dios no está con el.
60. No abandona al hombre intachable. Arrepiéntete y él volverá a
llenar tu casa de alegría, y en cambio, tus enemigos sufrirán la
vergüenza.
Job responde a Bildad
61. Job responde : Yo sé muy bien que el hombre ante Dios no puede
alegar inocencia, yo sé que todo esto es así. Si alguno quisiera discutir
con él, de mil preguntas ni una sola se le podría responder. La eternidad
de la sabiduría aplastaría a quien quisiera ponerle juicio. Nadie puede
hacerle frente y salir con la cabeza en alto.
62. Él ordena que el sol salga y que las estrellas dejen de brillar. Sin
ayuda de nadie extendió el cielo, puso con su propia mano cada parte de
la tierra. Hace tantas maravillas que nadie las puede comprender. Nadie
puede pedirle cuentas de lo que hace. Cómo entonces encontraré
palabras para poder contradecir a Dios, pues aunque fuese del todo
inocente, no tengo cómo responderle. Ni por la fuerza puedo ganarle, él
es más poderoso. Por muy intachable que me diga, él encontrará en mí
algo malo. Yo soy inocente, pero eso ya no me importa, solo quiero
morir. El Señor es enteramente puro.
63. En el mundo mueren muchos, inocentes o culpables, pero Dios de
todos ellos se ríe. Aunque en una calamidad perezcan, a Dios eso le
parece gracioso. A los jueces del mundo Dios les venda los ojos, y
permite a los malvados administrar la tierra. Hay maldad hacia donde
uno mire, Dios así todo lo ha dispuesto, el sufrimiento de cada día, en su
día. Y si Dios no fue quien así lo dispuso, quién entonces, pues no hay
nada más alto que él.
64. Si él ya me tiene por culpable, de nada vale cualquier esfuerzo que
haga. No puedo ni olvidar mi dolor, debido al mismo dolor. Mis manos no
las puedo lavar con jabón, manchadas están a sus ojos. Quisiera que
hubiese juez entre Dios y Yo, este pensar es inconcluso y vano, no hay
tal cosa. Así al menos yo podría hablarle sin tenerle miedo.
65. Estoy cansado de vivir, así que seguiré con mis quejas. Que Dios
me diga de qué me acusa. Acaso sus ojos son los de un hombre, y ve
como ven los hombres. Si no es así, para qué me anda hurgando y
buscando defectos. Él me formó con sus propias manos, ahora ha
decidido destruirme, me convertirá nuevamente en polvo.
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66. En tu corazón puedo ver una intención secreta : Me formaste del
polvo, me recubriste de carne y huesos, los entrelazaste con tendones y
piel, me formaste, me diste vida y también me diste amor, me cuidaste y
me mantuviste con vida, pero me estabas observando a ver si me
encontrabas alguna falla, para así condenarme por alguna falta. Con un
ejército me atacaste sin cesar. Para qué me dejaste nacer si en tu eterna
sabiduría sabías con anticipación que iba a errar. Mi vida es corta,
déjame en paz. Envíame al país de las tinieblas, donde hay sombra y
confusión, donde da igual la luz que la oscuridad.
Sofar añade a la teoría de la retribución
67. Entonces el tercer amigo de Job, llamado Sofar, enuncia sus
palabras : No por mucho hablar quiere decir que tengas la razón. Piensas
que tu bullicio nos hará callar. Tú mismo te consideras puro, quiera Dios
hablar y que él mismo te pudiera responder. Te enseñaría él los secretos
de la sabiduría, te haría entender. Así verías que Dios no te ha castigado
de acuerdo a todo lo que mereces.
68. Puedes acaso tú pensar como Dios lo hace. Es más alta tu
sabiduría que la de él. Si él te ha juzgado y castigado, él no ha de
equivocarse. Si te ha condenado, es por su juicio, pesó tus acciones y te
ha encontrado culpable. Y tus castigos son todos los que él resolvió para
ti. Él sabe quien es mentiroso, cómo no se iba a dar cuenta. Es el juez
supremo, en sus libros está todo, sus santos ojos, ángeles que rondan la
tierra, anotan en líneas cada respiro que das, nada se escapa en el
tribunal santo de Dios, sus juicios son justos.
69. Ruega a Dios por ti, y él te bendecirá. Estarás luego limpio y
habrás olvidado todos tus sufrimientos. Nada te asustará cuando
descanses, Dios te cuidará en sus brazos. En cuanto a los malos,
buscarán ayuda en vano, no tendrán donde refugiarse, la muerte será su
única esperanza.
Job responde a Sofar :
70. Job responde : No hay dudas en que ustedes son la voz del pueblo,
y que cuando mueran ya no habrá más sabiduría. Yo en nada soy inferior
a ustedes, y cada una de sus palabras yo conozco con exactitud, todo es
de dominio general y nada nuevo han dicho, ni para animarme.
71. Aunque soy inocente e intachable, y Dios siempre ha estado
conmigo, ahora mis amigos se ríen de mí. El que se siente seguro
desprecia al que es infeliz, sin importarles empujan a aquel que está a
punto de caer.
72. Los malos tienen paz en sus hogares y los que ofenden a Dios
caminan tranquilos por la ciudad. Los opresores acumulan riquezas y los
de mal pensar se alimentan de manjares. El que abusa del débil duerme
en camas blandas y sueña sueños hermosos, aquel que esconde sus
manos de quien necesita ayuda, en preciosas casas habita. El que paga
mal a sus jornaleros tiene para comprar muchos esclavos más, el que
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pide prestado con intereses acumula para sí un gran tesoro. El que
traiciona a sus amigos vive confiado.
73. Pregunta a las aves o a los peces del mar, ellos te pueden
informar. A la hierba del campo, ella te puede enseñar. Se atrevería
alguno a decir que Dios no hizo todo cuanto existe. Cada uno se da
cuenta de que hay un creador, y uno solo lo comenzó todo. Dios hace
planes y él mismo los lleva a su fin. Lo que Dios crea, nadie lo puede
destruir, lo que Dios encierra, nadie lo puede liberar.
74. Todo esto lo he visto, igual que ustedes, con mis propios ojos, y de
oír he oído con mis propios oídos. Querría yo hablar con el creador, con
el Todopoderoso, y no discutir con ustedes. Si ustedes guardaran silencio
pasarían por personas sabias.
75. Creen que están defendiendo a Dios con tanto decir mentiras,
acaso le hacen un servicio con sus palabras engañosas. Qué pasaría si
Dios a ustedes decide examinarlos, se mantendrían acaso en pie, la
grandeza del Señor los llenaría de espanto. Sus argumentos son
anticuados, vanos y son puro polvo, es como querer defenderse con
murallas de barro. No en haciéndome culpable a mí, ustedes van a
resultar ser justos.
76. Aunque Dios me extermine voy a mantenerme firme, y sólo ante él
expondré mi causa. Ante su rostro presentaré mi defensa. En eso estaría
mi salvación, al estar en su presencia, pues un malvado jamás llegaría a
su estrado. Si alguno encuentra de qué acusarme, entonces guardaré
silencio y moriré.
77. Concédeme mi Dios solo dos cosas, deja ya de castigarme para que
no te tenga tanto miedo, y dime, cuáles son mis errores, en qué te fallé,
porque me tratas como a un enemigo, para qué destruirme si yo no soy
más que paja seca. Permíteme morir, quieras esconderme en el reino de
la muerte mientras pasa tu ira.
78. Un hombre si muere, puede acaso volver a vivir. Yo esperaría todo
el plazo que me impongas hasta que venga el alivio de mis penas. Tú me
llamarías y yo respondería, tú eres mi creador. Te olvidarás de mis faltas
en aquel momento, acaso si un hombre muere puede llegar luego a vivir.
79. Dios ha acabado con mis fuerzas, me ha puesto en manos de
malvados y enemigos. Me persigue y me alcanza. De todos lados me
dispara y acierta. Me abre herida tras herida. Me puse ropas ásperas y
de polvo llené mi cabeza.
80. Alguien debe de haber en el cielo que declare en mi favor, que
entregue ante Dios mis pensamientos, súplicas y lágrimas, un abogado
que hable en mi favor en el cielo, como cuando un hombre defiende a
otro. Ya pronto me entregaré al viaje sin regreso.
81. Señor, responde por mí, solo tú puedes hacerlo y no otro. Tú no
permitas que venzan, por un pedazo de pan traicionan a sus amigos. Los
ojos se me nublan de tanto dolor, mi cuerpo ya es una sombra. Insisten
en que ellos son los únicos justos, que tienen limpias las manos, pero no
hay entre ellos ni un solo sabio. Convierten la noche en día, dicen aun
estando en la oscuridad : Estamos en la luz.
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Elifaz, Bildad, Sofar, la insistencia en la Teoría de la Retribución
82. Los amigos de Job se unen en argumentos : Nos crees estúpidos,
acaso somos animales, crees que por enrabiarte las montañas se
moverán de su lugar, tu mala conciencia hace que hables cosas así, la
vida del hombre malvado es corta y llena de tormentos, hasta el menor
ruido los mantiene asustados. Los malvados no tendrán descendencia,
serán cortados, colgados y quemados, sus días no son muchos.
83. Al malvado se le apagará su luz, no brillará, no tendrá paso firme.
Es como árbol con raíces marchitas. La enfermedad que es la hija
preferida de la muerte, le alcanza al hombre malvado. Su recuerdo se
borra de la tierra, lo expulsan de este mundo. El hombre que desprecia a
Dios se llena de calamidades. Con tus reproches nos insultas amigo Job.
El hombre siempre ha existido sobre la tierra, por más que se intente
enaltecer por las nubes, lleno de excrementos quedará, nadie sabrá de
su paradero.
84. El cielo pone al descubierto los errores de los hombres sobre la
tierra, y Dios castiga a cada uno de ellos, al malvado le quita sus bienes,
lo llena de enfermedades. El malvado así prenderá un fuego, pero Dios
siempre se lo apagará.
Respuesta de Job contra la Teoría de la Retribución
85. Job responde : Mi pleito no es con algún hombre, escuchen y
pónganme atención, luego después ríanse si gustan. Los malvados se
llenan de poder, siguen bien su vida y llegan a viejos, ven crecer a sus
nietos, nada amenaza la paz de sus hogares, son crueles entre sí y con
el resto, y sin embargo Dios no los castiga, llegan a la muerte con
riquezas, familia y buena salud. Su ganado siempre es fecundo,
escuchan el arpa y la lira, bailan y son alegres. Con tambores y danzas
llegan al final de sus días con prosperidad. Y le dicen a Dios en su cara :
Déjanos en paz, no queremos tus leyes, quién eres tú para que te
sirvamos, qué ganamos en hacerte largas oraciones. Lejos esté yo de
pensar como ellos, pues su bienestar no está en sus manos.
86. Nunca Dios se ha enojado contra ellos y los ha hecho sufrir, no
apaga su lámpara, no los hace caer en la desgracia. Se dice que Dios
hace caer la desgracia en los hijos por los errores de sus padres, cuando
es el malvado mismo quien debería pagar. Al muerto, qué le importa lo
que pueda pasarle a su familia. Hay quienes llegan a la muerte llenos de
vigor, malvados que llegan al fin de sus días felices y tranquilos. Otros
mueren amargados sin alcanzar la felicidad. Ambos llegan a la tumba y
son comidos por gusanos.
87. Ustedes piensan de mí que el Señor me está dando mi merecido.
Es absurdo que hayan venido a consolarme, es mentira todo cuanto
dicen.
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Elifaz contra ataca
88. Elifaz no contento con exponer su teoría, ahora comienza a acusar
a Job : Puede el hombre por muy sabio dar algún consejo a Dios, es que
para él los hombres son totalmente inútiles, no le sirven para nada. No
beneficia a Dios que tú seas recto e intachable. Si él te ha llamado a
juicio no es porque tú le hayas servido bien, es porque tu maldad es
mucha y tus faltas no tienen límite.
89. Sin necesitarlo exigías la ropa a tus hermanos, les quitabas sus
prendas y los dejabas desnudos. A quien llegaba a ti con sed le negabas
el agua, al que tenía hambre no le diste de comer. Como eras respetable
y poderoso te adueñaste de las tierras, dejabas a las viudas con las
manos vacías y maltratabas a los huérfanos, por eso ahora en ti todo es
oscuridad y no puedes ver nada. Un torrente de agua te inunda.
90. Dios está más alto que el cielo, bajo sus pies están las estrellas
más altas. Dios que todo lo ve, no se iba a dar cuenta de tu maldad
acaso. Si Dios pasea por el cielo de un lado a otro, no te iba a ver en tu
maldad. Piensas seguir siendo malvado acaso, no sigas ese camino.
Ponte en paz con Dios.
91. Si te humillas, y te alejas del mal, el Todopoderoso te reconstituirá.
Él será tu alegría. Tendrás oro y plata en abundancia. Si pides algo, él te
escuchará. Porque Dios humilla al orgulloso y salva al humilde. Él te
librará luego de limpiarte y hacerte inocente.
Sofar y Bildad contraatacan
92. El malvado es arrastrado por las aguas, todo en sí se vuelve
maldición para el de mal obrar. Se seca con el calor, se derrite como
nieve. Hasta su propia madre se olvidará de el. Por un momento se
levanta el malo, pero pronto deja de ser. Si esto no fuera así es que
estás acaso declarando injusto a Dios.
93. Dios es poderoso y temible, para qué quieres que venga Dios, un
simple hombre impuro acaso puede pararse ante él, acaso le podrás
hacer frente. Ante los ojos de Dios ni la luna, ni el sol, ni las estrellas son
puras, menos lo serás tú, un gusano miserable. Ningún hombre puede,
todos son polvo.
94. Este es el castigo, ahora y ya, del Dios todopoderoso. Castigo para
los crueles y malvados. El viento te perseguirá y el terror te llegará de
día. El hombre que amontonó para sí oro y plata, se ha quedado vacío.
Job responde :
95. Job en su dolor, sin saber que los ojos del cielo completo estaban
sobre él, repiensa todas las cosas, pero decide mantenerse firme.
Nuestros intentos por quebrar su confianza en Dios no han funcionado.
Los cuatro seres más poderosos, que se encuentran entre los de la
rebelión, podemos lograrlo. El señor del aire, el señor del mar, el señor
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del fondo de la tierra, y yo, el señor de la luz oscura, estamos de
acuerdo al unísono : En Job la semilla de Dios está creciendo más aun,
nuestra semilla se hace débil y no debe desaparecer.
96. Job en su dolor, sin saber con quiénes está discutiendo, responde :
Sigo con mis quejas, porque Dios se ha recargado sobre mí, me aplasta
con su mano, quisiera yo saber cómo llegar hasta donde él habita, para
presentarme ante él y exponerle mi caso. Él no usaría su fuerza como
argumento, yo sé que él me escucharía. Llegaría a reconocer que tengo
la razón, me declararía inocente. Pero busco a Dios en los cuatro puntos,
y no lo encuentro, le gusta ocultarse, es Dios que se esconde. Estoy
seguro que si me prueba, saldré refulgente como el oro. Siempre he
cumplido sus leyes y mandatos.
97. Dios debería dar las fechas en que leerá las actas, así todos
podríamos verlas, los malvados quizá cambiarían su actuar. Hacen el mal
todo el día, a cada hora, el asesino madruga para matar, el ladrón roba
al pobre, los oprimidos siguen llorando. Hay quienes odian la luz, se
alejan de ella. El adúltero espera a que anochezca, se tapa la cara para
que nadie lo vea, y se acerca a la casa.
98. Dios se está negando a hacerme justicia, me llena de amargura,
mientras ustedes mienten, quién los inspiró para hablarme así de esa
manera. Yo no pronunciaré falsedades, lejos de mí esté la falsedad.
99. Quisiera que Dios volviera a cuidarme, a protegerme, en los días
en que me llenaba de luz, estaba a mi lado, me hacía compañía, junto
con mis hijos le amábamos. Todos me felicitaban, y hablaban bien de mí,
la justicia y honradez son parte de mí mismo. Ayudaba a quien estaba en
ruinas, socorría al huérfano y a la viuda, mi rostro siempre estaba con
alegre semblante.
100. Pero ahora se ríen de mí, aun los más jóvenes, tengo ahora
hambre y necesidad, estoy enfermo de dolor y mis carnes se caen. Se
burlan de mí haciendo refranes, estoy humillado y desarmado, ya no
tienen de mí respeto. Ya no tengo ganas de vivir. El dolor me llega hasta
los huesos. Dios me agarra del cuello y con fuerza me sacude. Dios, te
hago súplicas y no respondes, te llamo y no vienes, te has vuelto cruel
conmigo, quieres llevarme lentamente a la muerte. La música de liras y
arpas se han cambiado por llanto y dolor.
101. Yo me he impuesto por norma no codiciar ni siquiera a las solteras.
He pagado bien, he sido siempre dado al bien. Esta es la recompensa
acaso, es lo que del cielo da el Todopoderoso. No es acaso al malvado a
quien deberían dársele estas desgracias. Juro que no he obrado con
malicia, no he codiciado, lo que sembré y coseché comí, nunca miré a la
mujer de mi vecino, si mis criados reclamaban algo siempre atendía sus
peticiones. Nunca mi confianza ha sido puesta en el oro. He visto al sol,
a la luna y a las estrellas, en todo su esplendor, pero jamás les adoré ni
les envié besos con mi mano. Nunca me alegré del mal que acaeció a un
enemigo. No lancé maldición sobre otros, acogí a extranjeros que venían
a mí, los dejaba pasar en mi casa la noche. No oculto mis faltas.
Quisieras escucharme, respóndeme Señor.
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Lucifer se presenta ante Job
102. Al ver que Job se mantenía firme e insistía en su inocencia, ya los
tres amigos dejaron de discutir con él. Lo único que hacen es dejar mal a
Dios, lo han presentado como un ser injusto al permitir a Job hablar así,
no han podido responder a lo que dice. Job realmente aprecia a Dios, no
hay ninguno como él.
103. Dios me puso por nombre Lucifer, mi nombre significa Luz
Temprana, fui la primera creación, o lucero de la mañana. Pero no
conozco a mi creador como Job conoce a su creador. Yo quiero saber lo
que Dios sabe, no me puedo conformar con ser imperfecto. Si no puedo
conseguir esto, prefiero morir, de una muerte en la que no llegue a vivir
nuevamente, deseo jamás haber existido, quiero nunca volver a pensar,
no deseo volver a abrir mis ojos.
104. Elihú estaba presente durante la conversación entre Job y sus tres
amigos, también éste era un amigo de Job, pero su corta edad le
mantuvo al margen de la conversación. Estando casi escondido detrás de
unos escombros, les oía, hasta que no aguantó más su oído de oír lo que
se decía : Job insiste en declararse inocente mientras ustedes no han
sabido contestar a sus argumentos, y con todo, a Dios se le está
encontrando culpable.
105. Como yo soy joven y ustedes ancianos, no me atrevía a dar mi
opinión, pensé que la edad y la experiencia resolverían todo. Que sus
años mostrarían sabiduría, aunque la verdad Dios le ha inspirado
sabiduría a todos, los años no hacen sabio a nadie, las canas no
significan recta comprensión. Ninguno de ustedes le ha dado buena
respuesta a Job. Solo Dios puede responderle a sus preguntas. Todos
están confundidos y faltan palabras para responder. Pero yo no callaré
porque ustedes callen, trataré a todos por igual, a Dios no le gustan los
halagos. Tú y yo, Job, somos iguales ante Dios, ambos hemos sido
creados por su mano, yo no tengo autoridad sobre ti, ni tú sobre mí.
106. Dices ser inocente y que Dios aun así te está castigando.
Argumentas a tu favor y reclamas en que Dios no hace caso a tus
argumentos, no te das cuenta de que Dios les habla de muchas maneras,
lo hace en las noches, con los sueños y visiones, les habla al oído y les
reprende para apartarlos de sus malas obras, hay veces que con
enfermedades corrige al hombre para hacerlo fuerte. Cada ángel
intercede por su amparado ante Dios, pero este mismo informa a cada
amparado las razones del actuar de Dios, y ruega ante Dios : Líbrale de
la muerte, he encontrado la forma de rescatarlo. Entonces el recobra la
salud, se alegrará y cantará a Dios un canto. Se arrepentirá y dirá : Erré
contra Dios, pero él me ha perdonado.
107. Nadie hay como Job, se burla de Dios diciendo que él es injusto,
que castiga a quien es puro e inocente. A Job le gusta andar con
malvados, ha dicho que de nada le ha servido tratar de agradar a Dios,
que solo ha ganado sufrimientos.
108. Dios no comete injusticias, Job, porque él paga a cada uno según
sus obras, a cada uno según lo que merece. De nadie ha recibido el
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poder para dominar todo lo que existe, a nadie debe darle cuentas, nadie
puede decirle, aunque quiera, estás equivocado Dios. Entiende Job, si
Dios no fuera justo, el mundo no podría existir, años atrás se habrían
matado los unos a los otros, se habrían consumido ya todos los recursos
de la tierra, y habrían los malvados incendiado todo. Si Dios no fuera
justo, en el universo las estrellas habrían colisionado con las estrellas y
nada vendría a estar en orden, todo se habría años atrás destruido.
109. Dios no se pone de parte ni de ricos ni de pobres, él los hizo a
todos, todos mueren en un instante, ninguno se puede ocultar ante Dios,
él no fija plazos para que se presenten ante él en juicio, no necesita
investigar, sabe lo que va a pasar mucho antes de que suceda algo.
Todos claman a Dios, pero si él no quiere escuchar, si no quiere aun
actuar, quién puede condenarlo o encadenarlo, quién sería más fuerte
que él. De nada sirve decirle a Dios : Me dejé engañar, no volverá a
suceder otra vez. Job no solamente ha errado en sus afirmaciones para
con Dios, si no que también es rebelde, no quiere aceptar que es un
malvado, piensa en burlarse de Dios.
110. Te parece justo Job que Dios tenga que venir a darte la razón.
Aunque cometas miles de faltas, ninguna daña a Dios, no le beneficias ni
le perjudicas. Nada le afecta que pueda hacer el hombre, confiesa tus
maldades. Dios es justo, pero le hace ver al hombre sus maldades por
medio de cadenas y dolor. Lo hace para corregirte. Yo no me atrevería
como tú a pedirle que me escuche, es demasiado grande y maravilloso,
no podemos comprender sus obras, es muy alto como para pedirle que
se incline hacia nosotros, no confundas las cosas, no puedes pedirle a
Dios que venga a poner su oído para escuchar tus quejas. Nada
significan los muchos sabios para Dios.
Yahvé asiente la petición de Job
111. Luego de haber puesto mis palabras en boca de Elihú, y al haberlas
pronunciado, todo quedó en silencio, en la tierra estaban Job y sus
cuatro amigos, el aire se tornó inquietante y seco, se cubrió de nubes
grises el cielo, comenzó una terrible tormenta.
112. Y del mismo centro de la tormenta, desde un torbellino, entre
rayos y ruidos fuertes, Dios le contestó a Job : Quién es éste que sin
sabiduría y que con demostrada ignorancia oscurece mis planteamientos.
Ponte de pie, hombre, y contéstame. Yo te preguntaré y tú me
contestarás.
113. Hazme saber, si tienes inteligencia : Dónde estabas tú cuando yo
fundaba la tierra, quién la formó con un plomo y medidas, quién le
extendió el cordel de medir. Sobre qué están puestas sus bases. Quién le
puso la primera piedra. Presenciaste acaso cuando todos los hijos de
Dios se regocijaron al verla en escena.
114. Quién delimitó las aguas del mar, quién colgó las nubes en el cielo.
Quién le puso límite al orgullo de las olas del mar. Haces tú salir la
mañana y llegar la noche. Conoces lo que hay en los abismos. Conoces lo
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que hay en los lugares donde no hay luz. Tú todo esto lo debes saber, de
seguro ya habías nacido para ese entonces.
115. Sabías que tengo reservados hielos eternos, granizos, para el día
de la gran batalla. Has encontrado los tesoros que hay en la nieve. Sabes
acaso de dónde proviene la luz, y a qué lugar se va. Haces tú los
relámpagos y los truenos. Sabes para qué se hace llover sobre los
desiertos donde nadie habita. Para qué cae la lluvia sobre bosques que
ningún ojo humano ha visto.
116. Has tocado alguna estrella. Las guías en su curso y las llevas por
buen camino. Por mucho que gritaras ni una de ellas te obedecerá. Le
has puesto tú sabiduría a todos los hombres en su corazón. Alimentas tú
a cada animal que vive en las lejanas tierras, aun en tus propios montes.
117. Sabes cómo se forma en el interior un cabrito, definiste acaso
cuántos meses han de estar en el interior de sus madres. Plantaste algún
bosque. Diseñaste tú las hermosas plumas del pavo real. Y el avestruz,
ave de poca inteligencia, que aplasta con sus pies los huevos que ha
puesto en suelo seco y no se da cuenta que ha trabajado en vano.
118. Vuelan las aves por sí mismas acaso, ellas se hicieron entonces sus
alas me dices tú. Los pequeños del águila beben sangre de la presa que
su madre les da. La tierra misma se alimenta de cadáveres y entrega
verdes pastizales. Cada secreto en este mundo es una palabra que puse
en acción. Es sabiduría acaso tratar de discutir con el creador.
119. A lo que Job respondió : Yo soy hombre de vileza, qué te he de
responder. Me tapo con la mano mi boca, una y dos veces hablé, mas no
volveré a hablar.
Yahvé nos pone al descubierto
120. Dios continuó hablando : Ponte de pie, hombre, yo te preguntaré y
tú me contestarás : Me condenarás a mí por justificarte tú, mi voz es
acaso tu voz. Has entonces todo lo que yo hago, y tú mismo entonces
por tu propia mano sálvate.
121. Ahí está Behemoth, yo lo creé con mis manos, lo mismo que a ti.
Come hierba como los bueyes, tiene poder en sus músculos, su cola es
dura del tamaño de un cedro, fuertes son los tendones de sus pies, sus
huesos son barras de bronce, está cubierto de hierro, es mi obra
maestra. Solo yo, su creador, puedo derrotarlo, las fieras no pueden
contra él, una lanza no le atraviesa, el fuego él lo pisa con sus pies. Se
esconde entre las cañas del pantano, los lotos le dan sombra, nadie es
capaz de ponerle un lazo en su nariz, ninguno lo supera en tamaño.
122. Y mira a Leviatán, yo lo creé con mis manos, lo mismo que a ti. No
se puede pescar con anzuelo, nada ganas con rogarle compasión, él te
atacará con su fuerza. No será jamás tu esclavo. Lo atarás y lo llevarás
para venderlo en un mercado acaso. Si llegas a ponerle una mano
encima, te devorará. Con solo verlo desfallecerás de miedo. Lo cubre una
craza protectora, nada lo puede atravesar, en su hocico hay dientes de
hierro, sus lomos son hileras de escudos cerrados y duros como piedras.
Sus estornudos son fuego, su aliento enciende llamas. Tiene su corazón
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duro como roca. Cuando él aparece, hasta los ángeles se aterran. Las
flechas no le hacen huir, el hierro para él es como la paja. Nada hay en
la tierra que se le parezca. Vive en las profundidades del mar.
123. Has llegado acaso a divisar a Bel, yo lo creé con mis manos, lo
mismo que a ti. El fuego es un lecho confortante para él, el calor de las
brazas le anima a dormir. Habita en medio del sol sin quemarse. Le
gusta dormir en el interior del volcán. En el fuego del Sheol se pasea,
sobre piedras incandescentes camina. Se viste de piedras preciosas, con
fuego por vestimenta nadie se le puede acercar, come rocas de fuego, su
alimento son piedras preciosas. Su brillo no permite que poses tus ojos
en él. Es más brillante que el sol. Es señor del fuego y del relámpago.
Sus ojos son fulgor. Él pisa el suelo y lo convierte en cenizas. Bate sus
alas y los bosques bajo él se queman y se consumen.
124. Lucifer es mi más grande obra, mi palabra lo creó, lo formé con
mis propias manos, lo pensé y llegó a existir, lo mismo que tú. Es
invisible a tus ojos, en todo el aire se encuentra, lo respiras a cada
minuto. Aun bajo el mar, en las profundidades, puede vivir. Caminando
sobre piedras de fuego puede andar. Se viste de piedras preciosas, sus
alas son de oro. En tierra nadie puede contra él. En su mano están los
reinos, en su mano está el poder, hace lo que quiere y nadie puede
resistirle, al terminar el tiempo él los vencerá a todos. Solo yo estoy por
encima de él. Yo que le he creado, solo yo puedo vencerle. Es la estrella
temprana, él es quien primero te ve al nacer. Se fija en ti de inmediato.
Te anota en los libros de su mente y de ahí no desapareces. Está a tu
puerta. Lucifer es luz, un rayo de luz que viene rápido hacia ti, no le
puedes detener. Es temible.
Job se rinde ante Dios
125. Job se inclina entonces y responde : Reconozco, y sé que tú lo
puedes todo, nada soy yo para dudar en que todo lo haces bien, aunque
yo mismo no lo entiendo, las cosas que haces son maravillosas.
126. Solo de oídas te conocía, pero ahora mis ojos te han visto, me
arrepiento en polvo y cenizas. Mis propios ojos te han visto, en mi carne
puedo contemplarte. No me importa si tengo o no la razón, solo importa
que te he visto. Yo no sé lo que estás haciendo, no sé hacia donde
conduces todas las cosas, no sé para qué haces todo. Confío en ti, sea
donde sea que me lleves, te esperaré. Ahora no sé lo que esperas de mí,
pero sé que estás ahí, que eres eterno, y que en algún momento me lo
dirás. Haces cosas maravillosas, difíciles de comprender.
127. Luego el Señor se dirigió a los cuatro amigos : Estoy muy enojado
con ustedes, porque no hablaron en la verdad, como lo hizo mi siervo
Job. Tomen siete carneros y llévenselos a Job, para que los ofrezca en
holocausto por ustedes. Mi siervo Job intercederá por ustedes y yo
aceptaré su oración y no les haré ningún daño. Aunque como ustedes
mismos lo han dicho, se lo merecen.
128. Dios aceptó las oraciones de Job. Luego el soberano le recompensó
con el doble de todo lo que tenía antes. Le dio el doble de la prosperidad
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anterior. Dios bendijo a Job todos los días del resto de su vida, murió en
vejez saludable. Tuvo catorce hijos, y tres hijas a las que llamó Paloma,
Canela y Maquillador, a las que también heredó bienes como a sus
hermanos, cosa que en la época no se hacía con regularidad. Job llegó a
vivir ciento cuarenta años.
129. Nosotros hemos aprendido algo más. Empezamos de cero,
aprendiendo a medida que avanzamos en el tiempo, no hemos tenido la
eternidad de ventaja, no aún. A veces pienso que Dios quiere lo mejor,
aun para mí. El mal es acaso rechazar el amor que Dios le tiene a todos,
no sé. No quiero bien ni mal, solo quiero dejar de existir.
130. Y es que ahora tenemos dos culpas, rebelarnos a Dios y ser el
medio por el cual Dios somete a prueba a los hombres. Así hemos sido
creados todos con un fin y ninguna de sus creaciones queda fuera de su
todo, todos colaboran en su orden establecido. Mi mente está cerrada,
como la de Job, y no alcanzo a comprenderlo todo.


carlos adrian gomez burgara
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