El Pequeño Niño y el Hombre Gordo
1. El hombre arruina la tierra, pero el hombre no la devastará por completo
jamás, es Dios el Señor todopoderoso quien volcará las copas de su ira
sobre los hombres, es él quien destruirá la tierra y todo cuanto hay en
ella, pues su cólera conmueve los cielos y su ira remece la tierra, las
naciones terminarán por unirse en paz, y la palabra de Dios estará en
peligro, y desde su Santo Templo enviará legiones de sus ángeles, y él
mismo bajará a morar en su templo, y traerá espada, y se levantará
nación contra nación y reino contra reino, habrá terremotos, hambre y
escasez, esto para preparar el tiempo del fin. Por tanto al oír de rumores
de guerra contra el pueblo escogido de Dios, por cuanto Ismael quiere
tomar posesión de sus tierras, no deben inquietarse, el tiempo del fin
está cerca, el Templo de Dios será reconstruido, y él gobernará a las
naciones con vara de hierro.
La tienda del desierto
2. El tabernáculo del desierto fue mandado a hacer por Dios a Moisés, de
acuerdo a un modelo que le mostró, de todo cuanto había en el cielo
Moisés observó en visión, y anotó en tablillas las medidas, y anotó en
tablillas cada pieza, cada porción del culto en el cielo, de todo cuanto se
hace servicio a Dios, aun del mar de vidrio. Y todo es símbolo de lo que
sucede en el cielo, en torno a Dios, y cada símbolo explica a Dios, pues
todo tiene un propósito. Moisés observó la belleza y el poder, la sumisión
y el gobierno, postrados todos los ángeles dan glorias al Señor.
3. Y fabricó las piezas según le ordenó el Señor, el altar recubierto con el
bronce de incensarios de Coré, para recordar para siempre que la
desobediencia trae consigo la muerte. Altar cuadrado como el universo
mismo, la primera pieza que es la tierra misma, lugar donde se ofrece el
incienso que son las oraciones para Dios, todas las súplicas y ruegos,
cada petición. Donde sacrificaban a sus animales en lugar de a ellos
mismos, donde quemaban para ti su error o hacían desaparecer el
motivo de su desobediencia. Pues de acuerdo a tu ley, es vida por vida, y
en la sangre está la vida. Víctima sin mancha para sustituir al que tenía
mancha. Y se hace mancha para sustituir al transgresor, pues la paga
para el transgresor es la muerte.
4. Y cada hombre que en su conciencia se sentía culpable, debía hacer el
gesto del arrepentimiento, confesar su error a ti en lo secreto, pero
manifestarlo en público, pues corría hacia sus bienes o rebaño, tomaba
el animal sin mancha, y cruzaba todo el pueblo con el animal en sus
manos para llevarlo al altar, por cuanto todos sabían en tanto que había
fallado. Y no hay secreto que te vaya a ser oculto, pues en tu libro están
escritas todas las cosas que han de suceder. Y el mismo transgresor
debía degollar al animal, los mismos hombres matan al cordero y le
transfieren su culpa, su propio error, y le hacen por ellos error. Y el
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hombre regresaba a su casa perdonado, sin saber cómo o porqué, si no
creyendo porque tu palabra así lo había dicho : quien hiciere esto será
perdonado. Y provocó el no saber el cómo ni el por qué que este acto se
llenara de dudas, fruto del conocimiento de lo bueno y lo malo, pues los
hombres comenzaron a traerte como sacrificio lo que no es lícito,
animales cojos o enfermos, llenos de manchas, que no les limpiarán de
sus faltas si no que les añadirán. Y te dispondrás a hacer desaparecer tu
santo templo debido al mal de los hombres. Y para los que obedecían
está el perdón de sus faltas, pues la ofrenda quemada, el humo del olor,
sube hasta las narices de Dios, quien encuentra agradable la obediencia
ciega, sin preguntar el porqué.
5. Y la fuente de bronce, el lavacro, de la cual no había más especificación,
es la preparación previa al ritual, la limpieza de pies, porque el que ya
está limpio no necesita más que lavarse los pies, pues está limpio de
toda mancha, y solo el polvo de su último caminar le ha manchado.
Porque una vez limpios, si en verdad lo fueres, permaneces limpio para
siempre y solo te basta limpiarte los pies, la parte más baja y la que
menos se ve, a razón de mantenerse siempre puro, puesto que la eterna
imperfección te seguirá para siempre. Por lo tanto, cuando se acaben el
sacrificio continuo y haya perdón eterno, una sola cosa se te pide, puesto
que como imperfecto vas a caer, continúa limpiándote. No perderás tu
salvación, pero no estarás enteramente preparado para la cena. Porque
la fuente fue hecha con espejos, los que siempre te mostrarán cómo
sacar la paja que hay en tu ojo, con espejos de mujeres, pues una mujer
te lavará los pies, y los secará con sus cabellos, y llorará agua que te
limpia de tu error, y se reconcilia, y la perdonas, y esa mujer es Israel.
6. Y en la mesa de los doce panes están las doce tribus de Israel, que llevas
sobre ti, pues la mesa es de madera con recubrimientos de oro, por
cuanto hombre eres Dios, y alimentarás con estos doce panes a nueve
mil hombres, con mujeres y niños, como en el día de la provocación
cuando los alimentaste con mann, el pan que baja del cielo. Y te darás a
ti mismo como pan, tu cuerpo, para ser partido, a fin de que todos se
alimenten de ti. Y los panes de la mesa no se caían, pues molduras se
ajustaban a ellos, a menos que viniera un ángel del cielo que arrebatara
a uno, lo comiera y luego lo escupiera.
7. Pero el candelero era totalmente de oro, hecho de una sola pieza, a
golpes de martillo, no como los demás utensilios que eran en su interior
de madera y por fuera solo recubiertos con oro o bronce, porque el
candelero son los siete espíritus, que descansan en cada uno de los
siente brazos, y el aceite de ellos no se agota, mas alumbran para
siempre, pues los siete espíritus son tus siente ángeles, los que has
mandado a repartir tu palabra, y mantenerla y guardarla. Y el candelero
no era algo refinado, si no imperfecto al tacto, pues representa a los
ángeles que tienes por cabeza protectora, los que te defendían siendo
parte del pueblo de Israel, y peleaban por ti contra demonios, luchaban
contra los caídos, y fueron golpeados por sus transgresiones, porque no
permitieron que les exterminásemos, ponían sus almas por escudo ante
los hombres, porque Dios se los había ordenado, y los siete eran como
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uno solo, como el candelabro, hechos de una sola pieza. Y durante mil
años Israel no tendrá candelero que les ilumine, no estarán bajo
protección, y todos los ángeles caídos andarán sueltos, durante cuatro
tiempos de generaciones, es decir, mil novecientos sesenta años, ningún
ángel les cuidará y ya no serán pueblo, serán sometidos a la jurisdicción
de Marduk, de Baal y de todos los demonios, obedecerán a todos los
dioses y al ejército del cielo.
8. Y ya el altar, dentro de la tienda, de madera de acacia recubierta con
oro, oro que reuniste de todo cuanto robaron de Egipto en su huída,
pues ese será el tesoro, pues a la oscuridad alargarás tu mano y
extraerás tesoro del que nadie imaginó, y nos arrebatarás el
conocimiento adquirido, producto de nuestra maldad, y lo fundirás y
harás de él tesoro para tus escogidos, si llegare aunque sea uno, y se lo
ofrecerás como regalo, y por tus regalos quizás encuentres a uno que te
ame, y le ofrecerás el altar, pues el altar de oro, el que guarda el tesoro
que nos quitarás es el conocimiento y la experiencia de haber servido a
lo malo, la salud de la locura, la sanidad del espíritu, pues alargarás tu
mano a mi oscuridad, y como es mi vida, me la quitarás. Y este altar,
que es mi vida, te servirá para consolidarte con tu pueblo, para
establecer motivo de conversación, pues hallaste culpable para tus
obras, y me presté para tus propósitos, y toda su culpa la depositaste en
mí, y habiendo ellos pedido liberación, los arrebataste de mis manos, de
entre los dientes me los quitas, y aun mi tesoro les darás. Pero en fin, yo
estaré lejos de la vida, pues dormiré para siempre en la muerte, si me
hicieres el favor, y mi existencia apagares.
9. Luego está el velo, pieza simple y sencilla que cubre todo tu ser, que con
una sola mano se puede descorrer, y con ambas rasgar, y un ligero velo
cubre tu secreto, que guardas en la caja, la misma que custodian dos de
tus ángeles, caja de madera recubierta de oro, que contiene las palabras
que pueden prolongar la vida o causar la muerte, tu ley, y el pan del
cielo que nunca perece, y el almendro que se regenera si estuviere
muerto. Y el arca guarda tu presencia, el secreto de tu visita a la tierra,
en la fragilidad de una tienda hecha de palos y telas, con pieles de
tejones, y pelos de cabra. Y quienes quieran mirar en ella serán muertos,
y quien quiera tocarla perecerá inmediatamente, solo pueden cargarla
los sacerdotes de la tribu de Leví, pues para ello fueron asignados. Y
bajas hasta donde está el arca, y en ella moras, en caja de madera
recubierta de oro, con tus dos ángeles que te acompañan, y en ella
acompañas a tu pueblo a donde sea, pues tu palabra está escrita en sus
corazones, como si en piedra se tratase.
10. Y la tienda con el arca y todos los utensilios acompañaron a Israel
para tomar posesiones de todas las tierras, en la jurisdicción de los
ángeles caídos, la tierra completa de Canaán y sus alrededores, y con el
arca vencieron, pues Dios estaba con ellos, y Miguel fue valiente
guerrero, y Gabriel gran estratega, y fuimos vencidos por una hora, y el
arca terminó por habitar en el Templo que construyó Salomón.
11. Porque Salomón reemplazó la tienda del desierto por templo de
piedras, ornamentado de oro, de inconmensurable belleza y esplendor, y
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de lejos se ve el resplandor del oro con que estaba hecha, aun desde las
tierras del sur, en Saba, y toda la tierra vio el templo, la casa del Dios de
Israel, pero ninguno vio el arca, ni penetró en el lugar santísimo, mas
que el sumo sacerdote una vez al año, para interceder por las faltas del
pueblo. Y el templo fue construido por los hijos de Hiram, por más de
ciento ochenta y tres mil constructores.
Dimensiones del Templo
12. Y todos los utensilios de la tienda del desierto terminaron formando
parte en el nuevo templo, aun se incorporaron más, a la manera que hay
en el cielo, según modelo que se le mostró a Salomón en sueños. Pues
Salomón de sus sueños obtenía la sabiduría y la revelación, y Dios le
prosperó en riquezas, y ningún otro hombre fue más rico y más sabio
que él, pero más vale un perro vivo que un león muerto, y Salomón tuvo
la paga por sus faltas, la muerte.
13. Y los hijos de Hiram, es decir, sus discípulos, se repartieron las
tareas en cuanto a la construcción del templo, y se jerarquizaron para
avanzar en la obra, y hubieron maestros, oficiantes y aprendices. Y el
rey de Fenicia envió a todos sus hijos, como regalo para Salomón,
porque Salomón era el rey más grande de la tierra, en majestuosidad y
riquezas, en sabiduría y en ejércitos, y se alió a él, y le recibió el
obsequio, madera del Líbano y piedras de cantera. Así como lo había
hecho con David cuando le envió constructores para su casa de cedros,
así lo hizo con Salomón y envió constructores para edificar el templo,
casa del Dios de Israel, junto con maderas de cedro y ciprés. Y solo le
solicitó a Salomón que cuidara de sus hijos, su familia, les diera el pago
y cosas para comer, y terminaron haciendo pactos, y se dieron regalos.
14. Y vino palabra a Salomón en sueños de parte del Señor : En cuanto
cumplan mis palabras y mi ley, yo visitaré al pueblo y moraré en esta
casa, y los que a mí vinieren a este lugar yo los escucharé. Y el rey se
apresuró en terminar la obra. Y cubrió de oro toda la casa.
15. Y la casa se hizo con piedras de cantera, las que traían del
extranjero ya terminadas, pero en sueños se le habló y se le dijo : Debes
poner piedra de la tierra en que moras como ángulo principal. Y Salomón
se despertó y buscó piedra perfecta para ponerla como principal, pero no
halló, y trajeron una piedra grande que no se podía labrar, y Salomón la
entregó a los hijos de Hiram, pero los edificadores rechazaron la piedra,
pues la encontraron deficiente y dijeron : No podemos trabajar con ella,
no servirá. Pero Salomón insistió y los edificadores construyeron el
templo a partir de aquella piedra, y la construcción avanzó. Y la piedra
que los edificadores habían rechazado llegó a ser piedra del ángulo
principal.
16. Y este hecho llegó a oídos de Hiram, y se alegró, y se apresuraron
en terminar la obra, para ofrecer ofrendas al Dios de Israel en este
templo. Pero tres de los oficiantes, hijos de Hiram, no estaban
alcanzando experiencia suficiente en los secretos de la construcción y no
serían subidos de grado a maestros, pues el tiempo se estaba acabando,
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y no participarían de la celebración ritual al finalizar la obra, y no
formarían parte de los iniciados en los secretos y artes de la
construcción, y se les vedaría el acceso a los libros. Entonces los tres
oficiantes se enojaron porque no podrían conocer los misterios de la
orden de los hijos de Hiram, el mejor constructor del mundo entero, y se
llenaron de envidia, celos e ira, pues no tendrían el honor de recoger sus
distintivos, la señal de su conocimiento, de hecho se propusieron
robarlos. Y cuando Hiram bajaba del templo de su dios al cual
diariamente le hacía oraciones, le sorprendieron y le exigieron los
secretos, palabras y los distintivos de maestros. Pero Hiram se negó,
entonces uno de los oficiantes lo golpeó con la vara de medir en la
cabeza, y con la herida abierta igualmente trató de escapar, pero otro de
los oficiantes le alcanzó y le pidió los distintivos, pero nuevamente se
negó, y con furia el oficiante le golpeó el pecho con un codo de medir y
le hirió, y aun con las dos heridas Hiram trató de escapar, de modo que
el tercer oficiante le alcanzó y al nuevamente negarse a entregar los
misterios le golpeó con un martillo en la frente, el que lo mató. Así
Hiram, hijo del Rey Hiram de Fenicia, fue muerto, y sus hijos
prometieron no construir más utilizando los secretos de construcción, y
juraron no volver a utilizar los números, ni las varas de medir, ni los
codos de medición, ni los planos, y se arrancaron sus distintivos, y
quemaron todos los libros que guardaban sus secretos, y la última
edificación hecha con los misterios de Hiram fue el templo que Salomón
edificó al Dios de Israel. Y sobre el lugar donde los oficiantes enterraron
el cuerpo, se hizo una torre de vigilancia, la cual significa que nunca más
permitirán a nadie conocer sus secretos, los que guardarán hasta que
venga el renuevo y levante a su padre Hiram de entre los muertos, de
acuerdo a las promesas hechas a los hijos de Israel, el pueblo de
Salomón. Los asesinos fueron perseguidos hasta las minas, y allí fueron
muertos y no les sepultaron, de modo que los devoraran los animales.
17. Y el templo se terminó, y fue decorado con granadas, mallas,
querubines, y piedras preciosas. Y en el fondo del templo, detrás del
arca, dos ángeles cuidarán del templo, querubines de madera recubiertos
de oro, el ala de uno tocaba la del otro, y llenaban el lugar. Y le hizo dos
columnas en la entrada al lugar santo, y separó con velo el lugar
santísimo donde estaba la caja con la ley. Y rindió honores a Hiram una
vez terminado el templo, pues confesó que Dios le había llenado de su
espíritu y sabiduría, pues estaba lleno de ciencia e inteligencia en cuanto
a toda obra de construcción, y Dios le había dado los secretos de la
construcción del universo, del cielo y de la tierra, para que su casa, el
templo, fuese a imagen de todo lo que existe, de la creación entera, e
Hiram guardó en libros todo ese conocimiento, aquel por el cual fue
muerto, pues los protegió con su vida.
18. Y edificó dos columnas luego de la muerte de Hiram, el que no vio
terminada su obra, y les puso por nombre Jaquin y Boaz, los nombres de
los que vengaron la muerte de su padre Hiram, quien celosamente
guardó el secretó de la construcción del universo, el que Dios le confió. Y
estos nombres guardarán el secreto de Dios tras el velo, pues nadie
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puede conocer a Dios, y quien lo intente, será muerto. Y todo quien trató
en el futuro de tomar el arca, la caja en la que se encontraba la ley,
murió, ladrones y reyes, aun todo aquel que la miraba perecía.
Otros utensilios añadidos
19. Y los otros utensilios que Salomón añadió según la visión del
sueño, según la visión de Hiram. Vieron un mar en el cielo como de
vidrio, descansando sobre las espaldas de doce ángeles en forma de
toros, y la construyeron de bronce, y el agua del mar era como de
cristal, como vidrio. Es el mapa de todas las jurisdicciones del cielo, del
hogar de cada ángel, el trono de todo hijo de Dios, aun el mapa de la
tierra, y la jurisdicción que a cada ángel se le entregó, e Hiram la vio, he
hizo réplica de lo que hay en el cielo. De lo alto parecía un lirio y los
toros estaban en grupos de tres, mirando a los cuatro puntos del
universo. En preciosura no hubo igual.
20. Hizo de la misma forma carros, los que adornaron con frutas,
leones y seres alados, y corrían con ruedas, y era como ver los
alrededores del trono en el cielo. Una imitación del lugar santo, recuerdo
de cuando habitaba mi lugar, de cuando fui removido.
21. Y todos los demás utensilios, para servirse a la mesa, de oro, con
copas y palitas, platos y tazones. Y Salomón terminó el templo, y te
dedicó su construcción, he hizo promesas, las que no cumplió. Y
permitiste que tu templo fuera arruinado una vez que murió Salomón, a
la larga fue saqueado, destruido, desmontado, se robaron los utensilios
de oro los dioses de Nabucodonosor, la fuente del mar quebraron, tus
copas, el santuario ultrajado, el arca fue llevada fuera de Jerusalén, tus
hijos muertos o desterrados, de todo cuanto ya les habías advertido,
pues Salomón y los reyes que le siguieron hicieron lo malo a tus ojos.
carlos adrian gomez burgara
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