El versículo 3 contiene un ejemplo notable de la sencillez y, al mismo tiempo, la viveza de las figuras retóricas de estos antiguos patriarcas .
Y vosotros, hijos míos, huid de la maldad, la envidia y el odio de los hermanos , y allegaos al bien y al amor.
2 El que tiene una mente pura en el amor, no mira a una mujer con miras a la fornicación; porque no tiene contaminación en su corazón, porque el Espíritu de Dios reposa sobre él.
3 Porque así como el sol no se contamina al brillar sobre el estiércol y el fango, sino que a ambos los seca y ahuyenta el mal olor; así también la mente pura, aunque rodeada por las contaminaciones de la tierra, más bien las limpia y no se contamina.
4 Y creo que también habrá maldades entre vosotros, por las palabras de Enoc el justo: que cometeréis fornicación con la fornicación de Sodoma, y pereceréis, todos excepto unos pocos, y renovaréis las desenfrenadas con las mujeres. ; y el reino del Señor no estará entre vosotros, porque en seguida lo quitará.
5 No obstante, el templo de Dios estará en vuestra porción, y el último templo será más glorioso que el primero.
6 Y serán reunidas allí las doce tribus, y todas las naciones, hasta que el Altísimo envíe su salvación en la visitación de un profeta unigénito.
7 Y entrará en el primer templo, y allí el Señor será ultrajado, y será levantado sobre un madero.
8 Y el velo del templo se rasgará, y el Espíritu de Dios pasará a los gentiles como fuego derramado.
9 Y subirá del Hades y pasará de la tierra al cielo.
10 Y sé cuán humilde será en la tierra, y cuán glorioso en el cielo.
11 Ahora bien, cuando José estaba en Egipto, deseaba ver su figura y la forma de su rostro; y a través de las oraciones de mi padre Jacob lo vi, mientras estaba despierto durante el día, incluso
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toda su figura exactamente como era.
12 Y cuando hubo dicho estas cosas, les dijo: Sabed, pues, hijos míos, que me estoy muriendo.
13 Haced, pues, veracidad cada uno con vuestro prójimo, y guardad la ley del Señor y sus mandamientos.
14 Porque estas cosas os dejo en lugar de herencia.
15 Por tanto, dadlas también vosotros a vuestros hijos en heredad perpetua; porque lo mismo hicieron Abraham, Isaac y Jacob.
16 Por todas estas cosas nos dieron por herencia, diciendo: Guardad los mandamientos de Dios, hasta que el Señor revele su salvación a todos los gentiles.
17 Y entonces veréis a Enoc, a Noé, a Sem, a Abraham, a Isaac y a Jacob, levantándose a la diestra con alegría,
18 Entonces también nos levantaremos, cada uno sobre nuestra tribu, adorando al Rey del cielo, que apareció sobre la tierra en forma de hombre en humildad.
19 Y todos los que en él creyeren en la tierra, se regocijarán con él.
20 Entonces también todos se levantarán, unos para gloria y otros para vergüenza.
21 Y el Señor juzgará primero a Israel por su injusticia; porque cuando se apareció como Dios en la carne para librarlos, no le creyeron.
22 Y entonces juzgará a todos los gentiles, a cuantos no creyeron en él cuando apareció sobre la tierra.
23 Y condenará a Israel por medio de los escogidos de los gentiles, así como reprendió a Esaú por medio de los madianitas, quienes engañaron a sus hermanos, de modo que cayeron en fornicación e idolatría; y se alejaron de Dios, convirtiéndose, por tanto, en hijos en la porción de los que temen al Señor.
24 Así que, hijos míos, si andáis en santidad conforme a los mandamientos del Señor, otra vez habitaréis seguros conmigo, y todo Israel será reunido al Señor.
25 Y ya no seré llamado lobo rapaz a causa de vuestros estragos, sino obrero del Señor que reparte el pan a los que hacen el bien.
26 Y se levantará en los postreros días un amado del Señor, de la tribu de Judá y de Leví, un hacedor de Su beneplácito en su boca, con nuevo conocimiento que alumbrará a los Gentiles.
27 Hasta la consumación del siglo estará él en las sinagogas de los gentiles, y entre sus príncipes, como un acorde de música en boca de todos.
28 Y será inscrito en los libros sagrados, tanto su obra como su palabra, y será un elegido de Dios para siempre.
29 Y a través de ellos irá y vendrá como Jacob mi padre, diciendo: Él completará lo que falta de tu tribu.
30 Y habiendo dicho estas cosas, extendió los pies.
31 Y murió en un hermoso y buen sueño.
32 Y sus hijos hicieron como él les había mandado, y ellos tomaron su cuerpo y lo enterraron en Hebrón con sus padres.
33 Y el número de los días de su vida fue ciento veinticinco años.
carlos adrian gomez burgara
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