miércoles, 22 de marzo de 2023

CAP. IV. Levi muestra cómo la sabiduría sobrevive a la destrucción. Él no tiene ningún uso para la gente desdeñosa

CAP. IV.

Levi muestra cómo la sabiduría sobrevive a la destrucción. Él no tiene ningún uso para la gente desdeñosa .

Y ahora, hijos míos, os mando: Temed al Señor vuestro Dios con todo vuestro corazón, y andad con sencillez conforme a toda Su ley.

2 Y enseñad también las letras a vuestros hijos, para que toda su vida tengan entendimiento, leyendo sin cesar la ley de Dios.

3 Porque todo aquel que conoce la ley del Señor será honrado, y no será un extraño dondequiera que vaya.

4 Sí, ganará muchos amigos más que sus padres, y muchos hombres desearán servirle y oír la ley de su boca.

5 Obrad, pues, la justicia, hijos míos, sobre la tierra, para que la tengáis como un tesoro en el cielo.

6 Y sembrad cosas buenas en vuestras almas, para que las halléis en vuestra vida.

7 Mas si sembráis males, segaréis toda aflicción y aflicción.

8 Adquiere sabiduría en el temor de Dios con diligencia; porque aunque haya una conducción al cautiverio, y las ciudades y las tierras sean destruidas, y perezca el oro y la plata y toda posesión, nada podrá quitar la sabiduría de los sabios, excepto la ceguera de la impiedad y la insensibilidad que proviene del pecado.

9 Porque si uno se guarda de estas cosas malas, aun entre sus enemigos la sabiduría será una gloria para él, y en un país extraño una patria, y en medio de los enemigos será un amigo.

10 Cualquiera que enseñe cosas nobles y las haga, será entronizado con reyes, como lo fue también José mi hermano.

11 Por tanto, hijos míos, he aprendido que al final de los siglos se rebelarán contra el Señor, extendiendo las manos a la iniquidad contra Él; ya todos los gentiles seréis escarnio.

12 Porque nuestro padre Israel está limpio de las transgresiones de los principales sacerdotes [que pondrán sus manos sobre el Salvador del mundo].

13 Porque como el cielo es más puro que la tierra a los ojos del Señor, así también sed vosotros, luminares de Israel, más puros que todas las naciones.

14 Pero si estáis entenebrecidos por vuestras transgresiones, ¿qué, pues, harán todos los gentiles viviendo en ceguedad?

15 Sí, traeréis una maldición sobre nuestra raza, porque la luz de la ley que fue dada para iluminar a todo hombre esta queréis destruir enseñando mandamientos contrarios a las ordenanzas de Dios.

16 Las ofrendas del Señor robaréis, y de Su porción robaréis porciones escogidas, comiéndolas despreciativamente con las rameras.

17 Y por avaricia enseñaréis los mandamientos del Señor, las mujeres casadas profanaréis, y las vírgenes de Jerusalén profanaréis; y con rameras y adúlteras os uniréis, y tomaréis por mujer a las hijas de los gentiles, purificándolas con una purificación inicua; y vuestra unión será como la de Sodoma y Gomorra,

18 Y os envaneceréis a causa de vuestro sacerdocio, levantándoos contra los hombres, y no sólo esto, sino también contra los mandamientos de Dios.

19 Porque despreciaréis las cosas santas con burlas y risas.

20 Por tanto, el templo que el Señor escogiere será asolado por vuestra

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inmundicia, y seréis cautivos en todas las naciones.

21 Y vosotros seréis abominación para ellos, y recibiréis oprobio y vergüenza perpetua del justo juicio de Dios.

22 Y todos los que te aborrecen se alegrarán de tu destrucción.

23 Y si no fueras a recibir misericordia a través de Abraham, Isaac y Jacob, nuestros padres, ninguno de nuestra descendencia debería quedar sobre la tierra.

24 Y ahora he aprendido que durante setenta semanas os desviaréis, y profanaréis el sacerdocio, y contaminaréis los sacrificios.

25 Y anuláis la ley, y menospreciáis las palabras de los profetas con perversidad maligna.

26 Y perseguiréis a los justos, y aborreceréis a los piadosos; las palabras de los fieles aborreceréis.

27 Y al hombre que renueva la ley en el poder del Altísimo, lo llamaréis engañador; y al fin os abalanzaréis sobre él para matarlo, ignorando su dignidad, tomando sangre inocente a través de la iniquidad sobre vuestras cabezas.

28 Y vuestros lugares santos serán asolados hasta el suelo a causa de él.

29 Y no tendréis lugar limpio; pero vosotros seréis entre los gentiles maldición y dispersión hasta que él os visite de nuevo, y os reciba con compasión por medio de la fe y del agua.

carlos adrian gomez burgara
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