¿Quisiera usted oír el voto que se grababa cada día en sus mentes? Intitulado “Mi voto solemne a Dios,” dice así:“Padre nuestro que estás en los cielos, santificado sea tu nombre. Entre tu dominio en mi corazón cada vez más, y hágase tu voluntad en mi cuerpo mortal. Confiando en la ayuda de tu gracia prometida para auxiliar en todo tiempo de necesidad, por medio de Jesucristo nuestro Señor, hago este Voto.“Diariamente recordaré ante el trono de gracia celestial los intereses generales de la obra de la siega, y particularmente la parte de la cual tengo el privilegio de disfrutar en esa obra, y los amados colaboradores del Betel de Brooklyn, y en todas partes.“Hago el Voto de todavía escudriñar más cuidadosamente, si es posible, mis pensamientos y palabras y hechos, con el fin de estar mejor capacitado para servirte, y a tu rebaño amado.“Hago el Voto a ti de que me mantendré alerta para resistir todo lo semejante al Espiritismo y Ocultismo, y que, recordando que hay solo dos amos, resistiré estos lazos de toda manera razonable, considerando que son del Adversario.“Además hago el Voto de que, con las excepciones que se mencionan abajo, en todo tiempo y en todo lugar, me conduciré para con las personas de sexo distinto en privado exactamente como lo haría con ellas en público... en la presencia de una congregación del pueblo del Señor, y hasta donde sea razonablemente posible evitaré estar solo en la misma habitación con una persona de sexo distinto, a menos que la puerta al cuarto esté abierta de par en par: —En el caso de un hermano— esposa, hijos, madre y hermanas exceptuados. En el caso de una hermana... esposo, hijos, padre y hermanos exceptuados.”
Anuario para 1975, pág 52 *
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