domingo, 16 de junio de 2019

Texto Diario domingo, 16 de junio de 2019 Tu ley he amado (Sal. 119:163).

Texto Diario domingo, 16 de junio de 2019

Tu ley he amado (Sal. 119:163).
Los primeros 39 libros de la Biblia los escribieron los israelitas o judíos. Ellos fueron los primeros que recibieron “las sagradas declaraciones formales de Dios” (Rom. 3:1, 2). Sin embargo, para el siglo tercero antes de Cristo, muchos judíos ya no entendían el idioma hebreo. ¿Por qué no? Porque Alejandro Magno había creado el vasto Imperio griego con sus conquistas (Dan. 8:5-7, 20, 21). El griego llegó a ser el idioma que hablaban muchos de sus súbditos, incluidos los judíos que vivían esparcidos por todo el imperio. Como consecuencia, a la mayoría de los judíos se les hizo muy difícil entender las Escrituras Hebreas. ¿Cuál era la solución? Traducir las Escrituras Hebreas al griego. Unos ciento cincuenta años antes de que Jesús naciera, terminaron de traducirlas. A esta traducción al griego se la llegó a conocer como la Septuaginta. Es la primera traducción escrita de todas las Escrituras Hebreas de la que se tiene constancia. w17.09 20 párrs. 7-9

(Salmo 119:163)  La falsedad he odiado, y de veras sigo detestándola.Tu ley he amado.
(Romanos 3:1, 2) ¿Cuál, pues, es la superioridad del judío, o cuál es el provecho de la circuncisión? 2 Muchísimo de todas maneras. En primer lugar, porque a ellos fueron encomendadas las sagradas declaraciones formales de Dios.
(Daniel 8:5-7)  Y yo, por mi parte, seguí considerando, y, ¡mire!, había un macho de las cabras que venía del poniente sobre la superficie de toda la tierra, y no tocaba la tierra. Y en lo que respecta al macho cabrío, había un cuerno conspicuo entre sus ojos. 6 Y siguió viniendo hasta el carnero que poseía los dos cuernos, el cual yo había visto parado delante de la corriente de agua; y vino corriendo hacia él en su poderosa furia. 7 Y lo vi entrar en contacto estrecho con el carnero, y empezó a mostrar amargura hacia él, y procedió a derribar al carnero y a quebrar sus dos cuernos, y resultó que no hubo poder en el carnero para mantenerse firme delante de él. De modo que lo arrojó a la tierra y lo holló, y resultó que el carnero no tuvo quien lo librara de su mano.
(Daniel 8:20, 21)  ”El carnero que tú viste que poseía los dos cuernos [representa a] los reyes de Media y Persia. 21 Y el macho cabrío peludo [representa] al rey de Grecia; y en cuanto al gran cuerno que estaba entre sus ojos, [representa] al primer rey.


7, 8. a) ¿Por qué no entendían las Escrituras Hebreas muchos judíos del siglo tercero antes de Cristo? b) ¿Qué es la Septuaginta?
En ocasiones, los cambios políticos determinan qué idioma habla la mayoría de la gente en cierto momento. ¿Qué ha hecho Jehová para que se entienda su Palabra a pesar de eso? Veamos un ejemplo. Los primeros 39 libros de la Biblia los escribieron los israelitas o judíos. Ellos fueron los primeros que recibieron “las sagradas declaraciones formales de Dios” (Rom. 3:1, 2). Sin embargo, para el siglo tercero antes de Cristo, muchos judíos ya no entendían el idioma hebreo. ¿Por qué no? Porque Alejandro Magno había creado el vasto Imperio griego con sus conquistas (Dan. 8:5-7, 20, 21). El griego llegó a ser el idioma que hablaban muchos de sus súbditos, incluidos los judíos que vivían esparcidos por todo el imperio. Como consecuencia, a la mayoría de los judíos se les hizo muy difícil entender las Escrituras Hebreas. ¿Cuál era la solución?
Unos doscientos cincuenta años antes de que Jesús naciera, se tradujeron al griego los primeros cinco libros de la Biblia. Unos cien años después, se terminaron de traducir los demás libros de las Escrituras Hebreas. A esta traducción al griego se la llegó a conocer como la Septuaginta. Es la primera traducción escrita de todas las Escrituras Hebreas de la que se tiene constancia.
9. a) ¿Cómo ayudaron a los lectores de la Palabra de Dios la Septuaginta y otras traducciones? b) ¿Cuál es su parte favorita de las Escrituras Hebreas?
La Septuaginta permitió que los que hablaban griego entendieran las Escrituras Hebreas. ¡Cuánto debió emocionarles escuchar o leer la Palabra de Dios en su idioma! Con el tiempo, toda la Biblia o parte de ella se tradujo a otros idiomas importantes, como el siríaco, el gótico y el latín. Ser capaces de leer y entender la Palabra de Dios hizo que estas personas llegaran a amarla. Y seguramente tenían sus textos favoritos, tal como nosotros hoy día (lea Salmo 119:162-165).Como hemos visto, la Palabra de Dios ha sobrevivido cuando ha cambiado el idioma que habla la mayoría de la gente.

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