sábado, 22 de junio de 2019

Texto Diario sábado, 22 de junio de 2019 La paz de Dios guardará sus corazones y sus facultades mentales mediante Cristo Jesús (Filip. 4:7

Texto Diario sábado, 22 de junio de 2019

La paz de Dios guardará sus corazones y sus facultades mentales mediante Cristo Jesús (Filip. 4:7).
Lo que Jesús hizo y dijo cuando estuvo en la Tierra reflejó a la perfección el amor, la empatía y la compasión de su Padre, Jehová (Juan 5:19). Dios lo envió a la Tierra para consolar “a los quebrantados de corazón” y “a todos los que están de duelo” (Is. 61:1, 2; Luc. 4:17-21). Las personas podían ver que Jesús era muy compasivo, que comprendía su sufrimiento y que tenía un deseo sincero de ayudarlas (Heb. 2:17). La Biblia dice: “Jesucristo es el mismo ayer y hoy, y para siempre” (Heb. 13:8). Él es el “Agente Principal de la vida” y sabe lo que es sentir dolor. Por eso, puede ayudar a “los que están siendo puestos a prueba” (Hech. 3:15; Heb. 2:10, 18). Cristo sigue conmoviéndose cuando nos ve sufrir. Él comprende nuestro dolor y nos consuela “al tiempo apropiado” (Heb. 4:15, 16). w17.07 13 párrs. 6, 7; 14 párr. 10

(Filipenses 4:7)  y la paz de Dios que supera a todo pensamiento guardará sus corazones y sus facultades mentales mediante Cristo Jesús.
(Juan 5:19)  Por eso, en respuesta, Jesús pasó a decirles: “Muy verdaderamente les digo: El Hijo no puede hacer ni una sola cosa por su propia iniciativa, sino únicamente lo que ve hacer al Padre. Porque cualesquiera cosas que Aquel hace, estas cosas también las hace el Hijo de igual manera.
(Isaías 61:1, 2) El espíritu del Señor Soberano Jehová está sobre mí, por razón de que Jehová me ha ungido para anunciar buenas nuevas a los mansos. Me ha enviado para vendar a los quebrantados de corazón, para proclamar libertad a los [que han sido] llevados cautivos y la apertura ancha [de los ojos] aun a los prisioneros; 2 para proclamar el año de la buena voluntad de parte de Jehová, y el día de la venganza de parte de nuestro Dios; para consolar a todos los que están de duelo;
(Lucas 4:17-21)  De modo que se le dio el rollo del profeta Isaías, y abrió el rollo y halló el lugar donde estaba escrito: 18 “El espíritu de Jehová está sobre mí, porque él me ungió para declarar buenas nuevas a los pobres, me envió para predicar una liberación a los cautivos y un recobro de vista a los ciegos, para despachar a los quebrantados con una liberación, 19 para predicar el año acepto de Jehová”. 20 Con eso enrolló el rollo, se lo devolvió al servidor, y se sentó; y los ojos de todos [los que estaban] en la sinagoga se fijaron atentamente en él. 21 Entonces comenzó a decirles: “Hoy se cumple esta escritura que acaban de oír”.
(Hebreos 2:17)  Por consiguiente, le era preciso llegar a ser semejante a sus “hermanos” en todo respecto, para llegar a ser un sumo sacerdote misericordioso y fiel en cosas que tienen que ver con Dios, a fin de ofrecer sacrificio propiciatorio por los pecados de la gente.
(Hebreos 13:8)  Jesucristo es el mismo ayer y hoy, y para siempre.
(Hechos 3:15)  mientras que mataron al Agente Principal de la vida. Pero Dios lo ha levantado de entre los muertos, del cual hecho nosotros somos testigos.
(Hebreos 2:10)  Porque le fue propio a aquel por cuya causa todas las cosas son y mediante el cual todas las cosas son, al llevar a la gloria a muchos hijos, perfeccionar mediante sufrimientos al Agente Principal de su salvación.
(Hebreos 2:18)  Pues por cuanto él mismo ha sufrido al ser puesto a prueba, puede ir en socorro de los que están siendo puestos a prueba.
(Hebreos 4:15, 16)  Porque no tenemos como sumo sacerdote a uno que no pueda condolerse de nuestras debilidades, sino a uno que ha sido probado en todo sentido igual que nosotros, pero sin pecado. 16 Acerquémonos, por lo tanto, con franqueza de expresión al trono de la bondad inmerecida, para que obtengamos misericordia y hallemos bondad inmerecida para ayuda al tiempo apropiado.


Una manera es mediante “el consuelo del espíritu santo” (Hech. 9:31). Jesús prometió que “el Padre en el cielo” les daría con gusto su poderoso espíritu santo “a los que le piden” (Luc. 11:13). Susi, mencionada en el primer párrafo, dice: “Muchísimas veces le rogamos de rodillas a Jehová que nos diera consuelo. Y en cada ocasión sentimos que la paz de Dios guardaba nuestra mente y nuestro corazón” (lea Filipenses 4:6, 7).

JESÚS ES UN SUMO SACERDOTE COMPRENSIVO

7, 8. ¿Por qué podemos confiar en que Jesús nos consolará?
Lo que Jesús hizo y dijo cuando estuvo en la Tierra reflejó a la perfección el amor, la empatía y la compasión de su Padre, Jehová (Juan 5:19). Dios lo envió a la Tierra para consolar “a los quebrantados de corazón” y “a todos los que están de duelo” (Is. 61:1, 2; Luc. 4:17-21). Las personas podían ver que Jesús era muy compasivo, que comprendía su sufrimiento y que tenía un deseo sincero de ayudarlas (Heb. 2:17).


10. ¿Por qué estamos seguros de que Jesús sigue conmoviéndose cuando nos ve sufrir?
10 ¿Cómo nos ayuda hoy día ver lo que Jesús hizo en el pasado? La Biblia dice: “Jesucristo es el mismo ayer y hoy, y para siempre” (Heb. 13:8). Él es el “Agente Principal de la vida” y sabe lo que es sentir dolor. Por eso, puede ayudar a “los que están siendo puestos a prueba” (Hech. 3:15; Heb. 2:10, 18). Así que podemos estar seguros de que sigue conmoviéndose cuando nos ve sufrir. Él comprende nuestro dolor y nos consuela “al tiempo apropiado” (lea Hebreos 4:15, 16).

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