CAP. II
Gad exhorta a sus oyentes contra el odio mostrando cómo lo ha llevado a tantos problemas.Los versículos 8-11 son memorables .Y ahora, hijos míos, les exhorto, amen a cada uno su hermano, y alejen el odio de sus corazones, amor
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el uno al otro en hecho, y en palabra, y en la inclinación del alma.
2 Porque en presencia de mi padre hablé pacíficamente a José; y cuando salí, el espíritu de odio oscureció mi mente y agitó mi alma para matarlo.
3 Amaos los unos a los otros desde el corazón; y si un hombre peca contra ti, háblale pacíficamente, y en tu alma no tengas engaño; y si se arrepiente y confiesa, perdónalo.
4 Pero si él lo niega, no te apasiones con él, no sea que te atrape el veneno que él toma por maldecir y así pecarás doblemente.
5 No dejes que otro hombre escuche tus secretos cuando esté en conflicto legal, para que no te odie y se convierta en tu enemigo, y cometa un gran pecado contra ti; muchas veces te ataca con astucia o se ocupa de ti con intenciones perversas.
6 Y aunque él lo niega y, sin embargo, tiene un sentido de vergüenza cuando se lo reprocha, renuncie a reprobarlo.
7 Porque el que niega puede arrepentirse para no volver a hacerte daño; sí, él también puede honrarte, temer y estar en paz contigo.
8 Y si es desvergonzado y persiste en su maldad, perdónelo de todo corazón y déjale a Dios la venganza.
9 Si un hombre prospera más que tú, no te enfades, sino ruega también por él, para que tenga una prosperidad perfecta.
10 por lo que es conveniente para usted.
11 Y si se exalta aún más, no tengas envidia de él, recordando que toda carne morirá; y alabar a Dios, que da cosas buenas y provechosas a todos los hombres.
12 Busca los juicios del Señor, y tu mente descansará y estará en paz.
13 Y aunque un hombre se haga rico por medios malvados, como Esaú, el hermano de mi padre, no seas celoso; pero espera el fin del Señor.
14 Porque si le quita a un hombre la riqueza obtenida por el mal, lo perdona si se arrepiente, pero el que no se arrepiente está reservado para el castigo eterno.
15 Porque el hombre pobre, si está libre de la envidia, agrada al Señor en todas las cosas, es bendecido más allá de todos los hombres, porque no tiene el trabajo de los hombres vanos.
16 Aleja, por lo tanto, los celos de tus almas, y ámate unos a otros con rectitud de corazón.
17 Por tanto, ¿decís también esto a vuestros hijos que honren a Judá y a Leví? Porque de ellos el Señor levantará la salvación a Israel.
18 Porque sé que al final tus hijos se apartarán de Él, y andarán en oh maldad, y en aflicción y corrupción delante del Señor.
19 Y cuando hubo descansado un momento, volvió a decir; Hijos míos, obedezcan a su padre y entiérrenme cerca de mis padres.
20 Levantó los pies y se durmió en paz.
21 Y después de cinco años lo llevaron a Hebrón y lo acostaron con sus padres.
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