miércoles, 5 de junio de 2019

Leyes de Santidad y Prácticas Prohibidas



Leyes de Santidad
19:1Y habló el Eterno a Moisés, diciendo:
19:2Habla a toda la congregación de los hijos de Israel y diles: Seréis santos, porque Yo, el Eterno, vuestro Dios, soy santo.
19:3Cada cual a su madre y a su padre temerá; y mis sábados guardareis; Yo soy el Eterno, vuestro Dios.
19:4No os volváis a los ídolos (para servirlos) ni dioses de fundición hagáis para vosotros; yo soy el Eterno, vuestro Dios.
19:5Y cuando presentareis sacrificio de ofrenda de paces al Eterno, con vuestra buena voluntad sacrificaréis.
19:6En el mismo día que hagáis el sacrificio se ha de comer, y también el día siguiente; y lo que sobrare hasta el tercer día será quemado a fuego.
19:7Y si de algún modo se comiere en el día tercero, será impureza: la ofrenda) no será aceptada;
19:8y aquél que la haya comido llevara su iniquidad, porque ha profanado cosa santa del Eterno: será segregada aquella alma de entre su pueblo.
19:9Y cuando segareis las mieses de vuestra tierra, no acabarás de segar el rincón de tu campo, y las espigas verdes al cosechar tu mies, no recogerás;
19:10ni los granos de uva de tu viña recogerás; para el pobre y para el peregrino los dejarás; Yo soy el Eterno, vuestro Dios.
19:11No hurtaréis, ni tampoco os engañaréis ni mentiréis los unos a los otros.
19:12No juraréis en falso por mi nombre, porque profanarías el nombre de Dios: Yo soy el Eterno.
19:13No sustraerás fraudulentamente (el salario de) tu prójimo, ni le extorsionarás. El salario del jornalero no ha de quedar en tu poder hasta la mañana.
19:14No maldecirás al sordo,(1) ni pondrás tropiezo delante del ciego,(2) y temerás a tu Dios; Yo soy el Eterno.
19:15No hagáis injusticia en el juicio; ni favorecerás al pobre (cuando no tiene razón) ni complacerás al poderoso: con justicia juzgarás a tu prójimo.
19:16No andarás chismeando entre tu pueblo; no seas indiferente a la sangre de tu prójimo (cuando está en peligro); Yo soy el Eterno.
19:17No odiarás a tu hermano en tu corazón; ciertamente reprenderás a tu prójimo, para que no lleves pecado por su causa.
19:18No te vengarás ni guardarás rencor contra los hijos de tu pueblo, sino que amarás a tu prójimo(3) como a ti mismo; Yo soy el Eterno.
19:19Mis estatutos guardaréis: A tu animal no harás ayuntar con otra especie; no sembrarás tu campo con diferentes clases de semillas; ropa tejida con mezcla de lino y lana, (4) no te la pondrás.
19:20Y si un hombre tuviere ayuntamiento carnal saliendo de él semen, con una mujer, siendo ella sierva (extranjera) desposada con un hombre (siervo hebreo), sin que haya sido rescatada ni se le haya dado libertad (con documento), ella será castigada; la justi
19:21Y él traerá al Eterno su ofrenda por la culpa, a la entrada de la tienda de asignación: un carnero como ofrenda por la culpa,
19:22y con el carnero de la ofrenda por la culpa el sacerdote hará expiación por él ante el Eterno, a causa del pecado que ha cometido, y le será perdonado el pecado que ha cometido.

Prácticas Prohibidas
19:23Y cuando entrareis en la tierra y hubiereis plantado todo género de árboles de comer, consideraréis su fruto como incircunciso: por tres años os será como incircunciso; no se comerá.
19:24Y el cuarto año todo su fruto será consagrado al Eterno con loores.
19:25Y en el año quinto comeréis de su fruto, para acrecentar su producto; Yo soy el Eterno, vuestro Dios.
19:26No comáis nada con sangre (antes de que salga la sangre del animal). No practiquéis adivinación m pronostiquéis mal o bien de acuerdo con el tiempo.
19:27No cortaréis el cabello de vuestra cabeza en redondo, ni rasurarás (con navaja) tu barba.
19:28E incisiones por un muerto no haréis en vuestra carne; y rasgos de tatuaje no pondréis en vosotros; Yo soy el Eterno.
19:29No profanarás a tu hija haciendo que se prostituya; no sea que la tierra se entregue a la fornicación, y se llene la tierra de pensamientos lascivos.
19:30Mis sábados guardaréis, mi santuario reverenciaréis; Yo soy el Eterno.
19:31No os volváis a los nigromantes ni a los adivinos; no acudáis a ellos para contaminaros con ellos; Yo soy el Eterno vuestro Dios.
19:32Delante de un hombre canoso te levantarás, y honrarás la persona del anciano, y a tu Dios tendrás temor ; Yo soy el Eterno.
19:33Y cuando morare un peregrino con vosotros en vuestra tierra, no le engañéis.
19:34Como un nativo entre vosotros os ha de ser el peregrino que morare con vosotros, y le amarás como a ti mismo, porque peregrinos fuisteis en la tierra de Egipto; Yo soy el Eterno, vuestro Dios,
19:35No hagáis injusticia en juicio, ni en medida de longitud o de peso, ni en medida de líquidos.
19:36Balanzas justas, pesas justas, un efá justo y un hin justo habéis de tener; Yo soy el Eterno, vuestro Dios, que os saqué de la tierra de Egipto.
19:37Guardaréis pues todos mis estatutos y todos mis juicios y los cumpliréis; Yo soy el Eterno.



Comentario:

1
   Quiere decir también al que no entiende el lenguaje en que se está hablando.
2
   Quiere decir igualmente aconsejar para mal.
3
   El principio fundamental del judaísmo se resume en estas palabras: "Amarás a tu prójimo como a ti mismo". El famoso Hilel, el anciano, dictó este precepto con otros términos: "No hagas a tu compañero lo que no quieres que te hagan". Esta norma se refiere también al no israelita. La Torah, que es la fuente de la justicia humana, no podría enseñar amor para unos y odio para otros. Las palabras que significan en hebreo: compañero, prójimo y hermano, y que se encuentran en la Torah, son las siguientes: rea, amit, ben- am y aj. Entre estos cuatro términos, el que más puede dar idea de definir solamente al israelita es aj, cuya traducción literal es "hermano"; pero cuando vemos en muchos lugares de la Biblia que esta palabra se emplea para designar a cualquier hombre, como por ejemplo: "Y de la mano del hombre, de la mano del hermano de cada uno, requeriré la vida del hombre" (Génesis IX, 5), y que Jacob califica de ajim (hermanos) a unos pastores idólatras, sin tener con ellos parentesco alguno ni igual nacionalidad: "Hermanos míos, ¿de dónde sois vosotros? " (Génesis XXJX, 4), no cabe duda alguna de que la Torah, al citar estos cuatro términos, uno tras otro, (vers. 17 y 18) quiso designar con ellos a cualquier hombre sin distinción de raza, color y credo.
4
   Ver comentario en Deut. XXII.

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