Lunes 14 de octubre
Demuestren ser cautelosos como serpientes, y, sin embargo, inocentes como palomas (Mat. 10:16).
Gran cantidad de refugiados proceden de países donde no se puede predicar libremente. Miles escuchan “la palabra del reino” por primera vez gracias a Testigos entusiastas del país al que han huido (Mat. 13:19, 23). Muchos de los que “están cargados” encuentran alivio espiritual en las reuniones y enseguida reconocen que Dios está con nosotros (Mat. 11:28-30; 1 Cor. 14:25). Si predican a los refugiados, sean “cautelosos” y también perspicaces (Prov. 22:3). Sigan las instrucciones de la sucursal y de las autoridades. No corran riesgos ni pongan en peligro a nadie. Escuchen con paciencia las preocupaciones de los refugiados, pero no hablen de política; averigüen qué aspectos de su cultura y religión son delicados, y sean respetuosos. Por ejemplo, en algunos países hay opiniones muy fuertes sobre cómo debe vestir una mujer. Por ello, en la predicación, las hermanas se vestirán de forma que no ofendan innecesariamente a los refugiados. w17.05 7 párrs. 17, 18
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