martes, 8 de octubre de 2019

Texto Diario martes, 8 de octubre de 2019 Yo los refrescaré (Mat. 11:28).

Texto Diario martes, 8 de octubre de 2019

Yo los refrescaré (Mat. 11:28).
Jesús añadió: “Tomen sobre sí mi yugo [...]. Porque mi yugo es suave y mi carga es ligera” (Mat. 11:29, 30). ¡Qué ciertas son estas palabras! A veces, estamos agotados cuando vamos a las reuniones y a predicar. Pero ¿verdad que cuando regresamos a casa nos sentimos con más fuerzas y mejor preparados para soportar los problemas? No hay duda de que el yugo de Jesús es suave, fácil de llevar. Veamos el caso de una hermana que padece síndrome de fatiga crónica, depresión y migrañas. Es comprensible que en su situación a veces le cueste ir a las reuniones. Pero, cierto día, después de esforzarse por ir a la Reunión Pública, escribió: “El discurso hablaba del desánimo. El orador presentó la información con tanta empatía y delicadeza que se me saltaron las lágrimas. Me di cuenta de que donde debo estar es en las reuniones”. Esta hermana se alegró muchísimo de haber hecho el esfuerzo de asistir. w18.01 8, 9 párrs. 6, 7

(Mateo 11:28)  Vengan a mí, todos ustedes, que trabajan duro y están sobrecargados, y yo los aliviaré.
(Mateo 11:29, 30)  Pónganse bajo mi yugo y aprendan de mí, porque soy apacible y humilde de corazón. Conmigo encontrarán alivio. 30 Porque mi yugo es fácil de llevar y mi carga pesa poco”.


6. a) ¿Por qué dijo Jesús que su yugo es suave? b) ¿Qué efecto tiene en nosotros saber eso?
6 (Lea Isaías 40:29). Servir a Jehová produce mucho gozo. Jesús les dijo a sus discípulos: “Tomen sobre sí mi yugo”. Y añadió: “Hallarán refrigerio para sus almas. Porque mi yugo es suave y mi carga es ligera” (Mat. 11:28-30). ¡Qué ciertas son estas palabras! A veces, estamos agotados cuando vamos a las reuniones y a predicar. Pero ¿verdad que cuando regresamos a casa nos sentimos con más fuerzas y mejor preparados para soportar los problemas? No hay duda de que el yugo de Jesús es suave, fácil de llevar.
7. Cuente una experiencia que demuestre lo ciertas que son las palabras de Mateo 11:28-30.
Veamos el caso de una hermana que padece síndrome de fatiga crónica, depresión y migrañas. Es comprensible que en su situación a veces le cueste ir a las reuniones. Pero, cierto día, después de esforzarse por ir a la Reunión Pública, escribió: “El discurso hablaba del desánimo. El orador presentó la información con tanta empatía y delicadeza que se me saltaron las lágrimas. Me di cuenta de que donde debo estar es en las reuniones”. Esta hermana se alegró muchísimo de haber hecho el esfuerzo de asistir.

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