Texto Diario martes, 1 de octubre de 2019
Si alguno de ustedes tiene deficiencia en cuanto a sabiduría, que siga pidiéndole a Dios, porque él da generosamente a todos, y sin echar en cara (Sant. 1:5).
La sabiduría viene de Jehová, y él la comparte con generosidad. Una manera de hacernos sabios es aceptar la disciplina de Jehová. La sabiduría nos protege de hacer lo que está mal y nos ayuda a fortalecer nuestra amistad con él (Prov. 2:10-12). Como resultado, nos mantenemos en el amor de Dios “con vida eterna en mira” (Jud. 21). Debido a nuestra imperfección, nuestra crianza y otros factores, puede que nos cueste aceptar la disciplina o verla como algo bueno. Pero, al ver los buenos resultados que produce en nuestra vida, la valoramos más y nos damos cuenta de que es una prueba del amor de Dios. Proverbios 3:11, 12 nos dice: “La disciplina de Jehová, oh hijo mío, no rechaces”. Y añade: “Porque Jehová censura al que ama”. Nunca olvidemos que Jehová quiere lo mejor para nosotros (Heb. 12:5-11). Como Jehová nos conoce muy bien, siempre nos disciplina de la manera correcta. w18.03 28 párrs. 1, 2
(Santiago 1:5) Así que, si a alguno de ustedes le falta sabiduría, que se la pida constantemente a Dios, y la recibirá, porque él da generosamente a todos y sin reproches.
(Proverbios 2:10-12) Cuando la sabiduría entre en tu corazóny el conocimiento se convierta en algo agradable para tu alma,11 la capacidad de pensar velará por tiy el discernimiento te protegerá12 para librarte del mal camino,del hombre que dice cosas perversas,
(Judas 21) para mantenerse en el amor de Dios, mientras esperan la misericordia de nuestro Señor Jesucristo con miras a la vida eterna.
(Proverbios 3:11, 12) Hijo mío, no rechaces la disciplina de Jehováni aborrezcas su corrección,12 porque Jehová corrige a quienes ama,como hace un padre con un hijo querido.
(Hebreos 12:5-11) Y se han olvidado por completo del consejo que se les dirige a ustedes como si fueran hijos: “Hijo mío, no menosprecies la disciplina de Jehová ni te rindas cuando él te corrija, 6 porque Jehová disciplina a quienes ama. De hecho, castiga a todo el que recibe como hijo”. 7 Como parte de su disciplina, ustedes necesitan aguantar. Dios los trata como a hijos. ¿Y qué hijo no es disciplinado por su padre? 8 Pero, si ustedes no recibieron esta disciplina que a todos nos corresponde, en realidad son hijos ilegítimos, no hijos verdaderos. 9 Además, nuestros padres humanos nos disciplinaban y nosotros los respetábamos. ¿No deberíamos estar más dispuestos a someternos al Padre de nuestra vida espiritual y vivir? 10 Pues ellos nos disciplinaron por poco tiempo de acuerdo con lo que les parecía bien, pero él lo hace para nuestro beneficio a fin de que seamos santos como él. 11 Es cierto que en el momento ninguna disciplina resulta agradable, sino que duele. Pero después produce en los que han sido entrenados por ella el fruto pacífico de la justicia.
1. ¿Cómo nos hacemos sabios, y cómo nos ayuda la sabiduría?
LA SABIDURÍA viene de Jehová, y él la comparte con generosidad. Santiago 1:5 dice: “Si alguno de ustedes tiene deficiencia en cuanto a sabiduría, que siga pidiéndole a Dios, porque él da generosamente a todos, y sin echar en cara”. Una manera de hacernos sabios es aceptar la disciplina de Jehová. La sabiduría nos protege de hacer lo que está mal y nos ayuda a fortalecer nuestra amistad con él (Prov. 2:10-12). Como resultado, nos mantenemos en el amor de Dios “con vida eterna en mira” (Jud. 21).
2. ¿Qué nos ayudará a valorar la disciplina de Dios?
2 Debido a nuestra imperfección, nuestra crianza y otros factores, puede que nos cueste aceptar la disciplina o verla como algo bueno. Pero, al ver los buenos resultados que produce en nuestra vida, la valoramos más y nos damos cuenta de que es una prueba del amor de Dios. Proverbios 3:11, 12 nos dice: “La disciplina de Jehová, oh hijo mío, no rechaces”. Y añade: “Porque Jehová censura al que ama”. Nunca olvidemos que Jehová quiere lo mejor para nosotros (lea Hebreos 12:5-11). Como Jehová nos conoce muy bien, siempre nos disciplina de la manera correcta. En este artículo, veremos cuatro aspectos de la disciplina: 1) la autodisciplina, 2) la disciplina de los padres, 3) la disciplina en la congregación y 4) algo más doloroso que la disciplina
La sabiduría viene de Jehová, y él la comparte con generosidad. Una manera de hacernos sabios es aceptar la disciplina de Jehová. La sabiduría nos protege de hacer lo que está mal y nos ayuda a fortalecer nuestra amistad con él (Prov. 2:10-12). Como resultado, nos mantenemos en el amor de Dios “con vida eterna en mira” (Jud. 21). Debido a nuestra imperfección, nuestra crianza y otros factores, puede que nos cueste aceptar la disciplina o verla como algo bueno. Pero, al ver los buenos resultados que produce en nuestra vida, la valoramos más y nos damos cuenta de que es una prueba del amor de Dios. Proverbios 3:11, 12 nos dice: “La disciplina de Jehová, oh hijo mío, no rechaces”. Y añade: “Porque Jehová censura al que ama”. Nunca olvidemos que Jehová quiere lo mejor para nosotros (Heb. 12:5-11). Como Jehová nos conoce muy bien, siempre nos disciplina de la manera correcta. w18.03 28 párrs. 1, 2
(Santiago 1:5) Así que, si a alguno de ustedes le falta sabiduría, que se la pida constantemente a Dios, y la recibirá, porque él da generosamente a todos y sin reproches.
(Proverbios 2:10-12) Cuando la sabiduría entre en tu corazóny el conocimiento se convierta en algo agradable para tu alma,11 la capacidad de pensar velará por tiy el discernimiento te protegerá12 para librarte del mal camino,del hombre que dice cosas perversas,
(Judas 21) para mantenerse en el amor de Dios, mientras esperan la misericordia de nuestro Señor Jesucristo con miras a la vida eterna.
(Proverbios 3:11, 12) Hijo mío, no rechaces la disciplina de Jehováni aborrezcas su corrección,12 porque Jehová corrige a quienes ama,como hace un padre con un hijo querido.
(Hebreos 12:5-11) Y se han olvidado por completo del consejo que se les dirige a ustedes como si fueran hijos: “Hijo mío, no menosprecies la disciplina de Jehová ni te rindas cuando él te corrija, 6 porque Jehová disciplina a quienes ama. De hecho, castiga a todo el que recibe como hijo”. 7 Como parte de su disciplina, ustedes necesitan aguantar. Dios los trata como a hijos. ¿Y qué hijo no es disciplinado por su padre? 8 Pero, si ustedes no recibieron esta disciplina que a todos nos corresponde, en realidad son hijos ilegítimos, no hijos verdaderos. 9 Además, nuestros padres humanos nos disciplinaban y nosotros los respetábamos. ¿No deberíamos estar más dispuestos a someternos al Padre de nuestra vida espiritual y vivir? 10 Pues ellos nos disciplinaron por poco tiempo de acuerdo con lo que les parecía bien, pero él lo hace para nuestro beneficio a fin de que seamos santos como él. 11 Es cierto que en el momento ninguna disciplina resulta agradable, sino que duele. Pero después produce en los que han sido entrenados por ella el fruto pacífico de la justicia.
1. ¿Cómo nos hacemos sabios, y cómo nos ayuda la sabiduría?
LA SABIDURÍA viene de Jehová, y él la comparte con generosidad. Santiago 1:5 dice: “Si alguno de ustedes tiene deficiencia en cuanto a sabiduría, que siga pidiéndole a Dios, porque él da generosamente a todos, y sin echar en cara”. Una manera de hacernos sabios es aceptar la disciplina de Jehová. La sabiduría nos protege de hacer lo que está mal y nos ayuda a fortalecer nuestra amistad con él (Prov. 2:10-12). Como resultado, nos mantenemos en el amor de Dios “con vida eterna en mira” (Jud. 21).
2. ¿Qué nos ayudará a valorar la disciplina de Dios?
2 Debido a nuestra imperfección, nuestra crianza y otros factores, puede que nos cueste aceptar la disciplina o verla como algo bueno. Pero, al ver los buenos resultados que produce en nuestra vida, la valoramos más y nos damos cuenta de que es una prueba del amor de Dios. Proverbios 3:11, 12 nos dice: “La disciplina de Jehová, oh hijo mío, no rechaces”. Y añade: “Porque Jehová censura al que ama”. Nunca olvidemos que Jehová quiere lo mejor para nosotros (lea Hebreos 12:5-11). Como Jehová nos conoce muy bien, siempre nos disciplina de la manera correcta. En este artículo, veremos cuatro aspectos de la disciplina: 1) la autodisciplina, 2) la disciplina de los padres, 3) la disciplina en la congregación y 4) algo más doloroso que la disciplina
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