miércoles, 4 de marzo de 2020

CAP. II

CAP. II

Rubén aconseja a sus oyentes contra la envidia .
Y mi padre preguntó acerca de mí, porque vio que estaba triste; Y le dije: Me duele el hígado.
2 Porque lloré más que todos ellos, porque era culpable de la venta de José.
3 Y cuando bajamos a Egipto, y él me ataba como espía, supe que estaba sufriendo justamente, y no me afligí.
4 Ahora José era un buen hombre, y tenía el Espíritu de Dios dentro de él: siendo compasivo y lamentable, no tenía malicia contra mí; pero me amaba como el resto de sus hermanos.
5 Tengan cuidado, por lo tanto, hijos míos, de todos los celos y la envidia, y caminen solos de corazón, para que Dios les dé también gracia y gloria, y bendiciones sobre sus cabezas, como lo vieron en el caso de José.
6 Todos sus días nos reprochó no en relación con esto, sino que nos amó como su propia alma, y ​​más allá de sus propios hijos nos glorificó, y nos dio riquezas, ganado y frutos.
7 También ustedes, hijos míos, amen a cada uno de sus hermanos con buen corazón, y el espíritu de envidia se apartará de ustedes.
8 Porque esto hace salvaje el alma y destruye el cuerpo; Causa ira y guerra en la mente, y se agita hacia los actos de sangre, y lleva la mente al frenesí, y provoca tumultos en el alma y temblores en el cuerpo.
9 Porque incluso en el sueño, los celos maliciosos corroen, y con espíritus malignos perturban el alma, y ​​hacen que el cuerpo se turbe, y despierta a la mente del sueño en confusión; y como un espíritu perverso y venenoso, así se lo parece a los hombres.
10 Por lo tanto, José era hermoso en apariencia, y bueno para mirar, porque ninguna maldad habitaba en él; para algunos de los problemas del espíritu la cara se multiplica.
11 Y ahora, hijos míos, hagan buenos sus corazones ante el Señor, y vuestros caminos rectos ante los hombres, y encontraréis gracia ante el Señor y los hombres.
12 Cuidado, pues, con la fornicación, porque la fornicación es madre de todos los males, separándose de Dios y acercándose a Beliar.
13 Porque he visto inscrito en la escritura de Enoc que tus hijos serán corrompidos en fornicación, y dañarán a los hijos de Leví con la espada.
14 Pero no podrán resistir a Leví; porque él librará la guerra del Señor, y conquistará a todos tus ejércitos.

15 Y serán pocos en número, divididos en Leví y Judá, y no habrá ninguno de ustedes por soberanía, como también nuestro padre profetizó en sus bendiciones.

No hay comentarios.:

Publicar un comentario

Nota: sólo los miembros de este blog pueden publicar comentarios.