lunes, 15 de abril de 2019

Texto Diario lunes, 15 de abril de 2019 Por esto el amor de Dios fue manifestado en nuestro caso, porque Dios envió a su Hijo unigénito al mundo para que nosotros consiguiéramos la vida mediante él (1 Juan 4:9).

Texto Diario lunes, 15 de abril de 2019

Por esto el amor de Dios fue manifestado en nuestro caso, porque Dios envió a su Hijo unigénito al mundo para que nosotros consiguiéramos la vida mediante él (1 Juan 4:9).
Para Jehová, los seres humanos somos muy valiosos. Él nos ama mucho, tanto que incluso dio la sangre de su Hijo para salvarnos y hacer posible que tengamos vida eterna (Juan 3:16). Si Jehová no cumpliera sus promesas, el Diablo tendría una excusa para decir que es un mentiroso y un gobernante injusto que les niega cosas buenas a los humanos. También les daría la razón a sus enemigos, que se burlan y preguntan: “¿Dónde está esa prometida presencia de él? Pues, desde el día en que nuestros antepasados se durmieron en la muerte, todas las cosas continúan exactamente como desde el principio de la creación” (2 Ped. 3:3, 4). Por ello, Jehová se asegurará de que la salvación de los seres humanos obedientes sea parte de la vindicación de su soberanía (Is. 55:10, 11). Además, el amor caracteriza la forma de gobernar de Jehová. De modo que tenemos la seguridad de que siempre amará y tendrá en alta estima a sus siervos leales (Éx. 34:6). w17.06 23 párr. 7
Lectura bíblica para la Conmemoración: Mateo 21:1-11, 14-17 (durante el día: 9 de nisán)

(1 Juan 4:9)  Por esto el amor de Dios fue manifestado en nuestro caso, porque Dios envió a su Hijo unigénito al mundo para que nosotros consiguiéramos la vida mediante él.
(Juan 3:16)  ”Porque tanto amó Dios al mundo que dio a su Hijo unigénito, para que todo el que ejerce fe en él no sea destruido, sino que tenga vida eterna.
(2 Pedro 3:3, 4)  Porque ustedes saben esto primero, que en los últimos días vendrán burlones con su burla, procediendo según sus propios deseos 4 y diciendo: “¿Dónde está esa prometida presencia de él? Pues, desde el día en que nuestros antepasados se durmieron [en la muerte], todas las cosas continúan exactamente como desde el principio de la creación”.
(Isaías 55:10, 11)  Porque tal como la lluvia fuerte desciende, y la nieve, desde los cielos, y no vuelve a ese lugar, a menos que realmente sature la tierra y la haga producir y brotar, y realmente se dé semilla al sembrador y pan al que come, 11 así resultará ser mi palabra que sale de mi boca. No volverá a mí sin resultados, sino que ciertamente hará aquello en que me he deleitado, y tendrá éxito seguro en aquello para lo cual la he enviado.
(Éxodo 34:6)  Y Jehová fue pasando delante del rostro de él y declarando: “Jehová, Jehová, un Dios misericordioso y benévolo, tardo para la cólera y abundante en bondad amorosa y verdad,


7, 8. ¿Qué tiene que ver la vindicación de la soberanía de Jehová con el cumplimiento de sus promesas?
Para Jehová, los seres humanos somos muy valiosos. Él nos ama mucho, tanto que incluso dio la sangre de su Hijo para salvarnos y hacer posible que tengamos vida eterna (Juan 3:16; 1 Juan 4:9). Si Jehová no cumpliera sus promesas, el Diablo tendría una excusa para decir que es un mentiroso y un gobernante injusto que les niega cosas buenas a los humanos. También les daría la razón a sus enemigos, que se burlan y preguntan: “¿Dónde está esa prometida presencia de él? Pues, desde el día en que nuestros antepasados se durmieron en la muerte, todas las cosas continúan exactamente como desde el principio de la creación” (2 Ped. 3:3, 4). Por ello, Jehová se asegurará de que la salvación de los seres humanos obedientes sea parte de la vindicación de su soberanía (lea Isaías 55:10, 11). Además, el amor caracteriza la forma de gobernar de Jehová. De modo que tenemos la seguridad de que siempre amará y tendrá en alta estima a sus siervos leales (Éx. 34:6).

(Mateo 21:1-11) Pues bien, cuando se acercaron a Jerusalén y llegaron a Betfagué en el monte de los Olivos, entonces Jesús envió a dos discípulos, 2 diciéndoles: “Pónganse en camino a la aldea que está a su vista, y en seguida hallarán un asna atada, y un pollino con ella; desátenlos y tráiganmelos. 3 Y si alguien les dice algo, tienen que decir: ‘El Señor los necesita’. Con eso él los enviará inmediatamente”. 4 Esto verdaderamente se efectuó para que se cumpliera lo que se había hablado mediante el profeta, que dijo: 5 “Digan a la hija de Sión: ‘¡Mira! Tu Rey viene a ti, de genio apacible, y montado sobre un asno, sí, sobre un pollino, prole de una bestia de carga’”. 6 De modo que los discípulos se pusieron en camino e hicieron exactamente como les había ordenado Jesús. 7 Y trajeron el asna y su pollino, y pusieron sobre estos las prendas de vestir exteriores de ellos, y él se sentó sobre estas. 8 La mayor parte de la muchedumbre tendió sus prendas de vestir exteriores en el camino, mientras otros se pusieron a cortar ramas de los árboles y a tenderlas por el camino. 9 En cuanto a las muchedumbres, los que iban delante de él y los que seguían, clamaban: “¡Salva, rogamos, al Hijo de David! ¡Bendito es el que viene en el nombre de Jehová! ¡Sálvalo, rogamos, en las alturas!”. 10 Entonces, cuando él entró en Jerusalén, toda la ciudad se puso en conmoción, y decían: “¿Quién es este?”. 11 Las muchedumbres seguían diciendo: “¡Este es el profeta Jesús, de Nazaret de Galilea!”.
(Mateo 21:14-17)  También, se acercaron a él ciegos y cojos en el templo, y los curó. 15 Cuando los sacerdotes principales y los escribas vieron las cosas maravillosas que hizo, y a los muchachos que estaban clamando en el templo y diciendo: “¡Salva, rogamos, al Hijo de David!”, se indignaron, 16 y le dijeron: “¿Oyes lo que estos están diciendo?”. Jesús les dijo: “Sí. ¿Nunca leyeron esto: ‘De la boca de los pequeñuelos y de los lactantes has proporcionado alabanza’?”. 17 Y dejándolos atrás, salió fuera de la ciudad a Betania, y allí pasó la noche.

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