lunes, 13 de mayo de 2019

Texto Diario lunes, 13 de mayo de 2019 ¡Hombre desdichado que soy! (Rom. 7:24).

Texto Diario lunes, 13 de mayo de 2019

¡Hombre desdichado que soy! (Rom. 7:24).
Hoy día, muchos siervos fieles de Dios se sienten como el apóstol Pablo. Aunque los cristianos tratamos de agradar a Jehová, todos cometemos errores porque hemos heredado el pecado y somos imperfectos. Y algunos que han cometido un pecado grave llegan a pensar que Jehová nunca podrá perdonarlos. La Biblia nos asegura que los que se refugian en Jehová no tienen que sentirse aplastados por la culpa (Sal. 34:22). Pablo dijo que se sentía desdichado y desanimado porque no podía obedecer a Jehová a la perfección. Pero, a pesar de su lucha contra el pecado y de su pasado, exclamó: “¡Gracias a Dios mediante Jesucristo nuestro Señor!” (Rom. 7:25). Como se había arrepentido, estaba seguro de que Jehová lo había perdonado mediante Jesús. Cristo dio su vida por nosotros, y así limpia nuestra conciencia y nos da paz interior (Heb. 9:13, 14). Y, como es nuestro Sumo Sacerdote, “puede salvar completamente a los que están acercándose a Dios mediante él, porque siempre está vivo para abogar por ellos” (Heb. 7:24, 25). w17.11 8 párrs. 1, 2;12 párr. 15

(Romanos 7:24)  ¡Hombre desdichado que soy! ¿Quién me librará del cuerpo que está padeciendo esta muerte?
(Salmo 34:22)  Jehová está redimiendo el alma de sus siervos;y ninguno de los que se refugian en él será tenido por culpable.
(Romanos 7:25)  ¡Gracias a Dios mediante Jesucristo nuestro Señor! Así pues, con [mi] mente yo mismo soy esclavo a la ley de Dios, pero con [mi] carne a la ley del pecado.
(Hebreos 9:13, 14)  Porque si la sangre de machos cabríos y de toros, y las cenizas de novilla rociadas sobre los que se han contaminado, santifica al grado de limpieza de la carne, 14 ¿cuánto más la sangre del Cristo, que por un espíritu eterno se ofreció a sí mismo sin tacha a Dios, limpiará nuestra conciencia de obras muertas para que rindamos servicio sagrado a[l] Dios vivo?
(Hebreos 7:24, 25)  pero él, por cuanto continúa vivo para siempre, tiene su sacerdocio sin sucesores. 25 Por consiguiente, él también puede salvar completamente a los que están acercándose a Dios mediante él, porque siempre está vivo para abogar por ellos.


1. ¿Cómo se sienten muchos siervos fieles de Dios debido al pecado?
EN CIERTA ocasión, el apóstol Pablo estaba tan desanimado que dijo: “¡Hombre desdichado que soy!” (Rom. 7:24). Hoy día, muchos siervos fieles de Dios se sienten como él. Aunque los cristianos tratamos de agradar a Jehová, todos cometemos errores porque hemos heredado el pecado y somos imperfectos. Y algunos que han cometido un pecado grave llegan a pensar que Jehová nunca podrá perdonarlos.
2. a) Según Salmo 34:22, ¿por qué no tienen que sentirse aplastados por la culpa los siervos de Dios? b) ¿Qué veremos en este artículo? (Vea el recuadro “¿Lecciones o significados proféticos?”).
La Biblia nos asegura que los que se refugian en Jehová no tienen que sentirse aplastados por la culpa (lea Salmo 34:22). ¿Qué significa refugiarse en Jehová? ¿Qué pasos tenemos que dar para que Jehová nos muestre misericordia y nos perdone? Responderemos estas preguntas al analizar qué eran y para qué servían las ciudades de refugio de las que hablaba la Ley del antiguo Israel. Es cierto que el pacto de la Ley fue reemplazado por otro en la fiesta del Pentecostés del año 33. Pero recordemos que fue Jehová quien dio la Ley. Por eso, lo que esta decía sobre las ciudades de refugio nos enseña qué piensa Jehová del pecado, los pecadores y el arrepentimiento. Comencemos viendo por qué existían estas ciudades y cómo funcionaban.


15, 16. ¿Qué efecto tiene en nosotros saber que Jesús dio su vida por nosotros y es nuestro Sumo Sacerdote?
15 De hecho, nosotros tenemos más razones que los israelitas para confiar en la misericordia de Jehová. Como vimos al principio del artículo, Pablo dijo que se sentía desdichado y desanimado porque no podía obedecer a Jehová a la perfección. Pero, a pesar de su lucha contra el pecado y de su pasado, exclamó: “¡Gracias a Dios mediante Jesucristo nuestro Señor!” (Rom. 7:25). Como se había arrepentido, estaba seguro de que Jehová lo había perdonado mediante Jesús. Cristo dio su vida por nosotros, y así limpia nuestra conciencia y nos da paz interior (Heb. 9:13, 14). Y, como es nuestro Sumo Sacerdote, “puede salvar completamente a los que están acercándose a Dios mediante él, porque siempre está vivo para abogar por ellos” (Heb. 7:24, 25). En tiempos antiguos, la labor del sumo sacerdote les daba a los israelitas la seguridad de que Jehová perdonaría sus pecados. Hoy día, la labor de Jesús como nuestro Sumo Sacerdote nos da incluso más razones para estar seguros de que recibiremos misericordia y “bondad inmerecida para ayuda al tiempo apropiado” (Heb. 4:15, 16).

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