Judá describe algunos hallazgos arqueológicosCAP. II

CAP. II

Judá describe algunos hallazgos arqueológicos , una ciudad con muros de hierro y puertas de latón. Tiene un encuentro con una aventurera .

Y dieciocho años mi padre vivió en paz con su hermano Esaú y sus hijos con nosotros, después de eso vinimos de Mesopotamia, de Labán.
2 Y cuando se cumplieron dieciocho años, en el cuadragésimo año de mi vida, Esaú, el hermano de mi padre, vino sobre nosotros con un pueblo poderoso y fuerte.
3 Y Jacob hirió a Esaú con
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una flecha, y fue llevado herido en el monte Seir, y mientras avanzaba murió en Anoniram.
4 Y perseguimos a los hijos de Esaú.
5 Ahora tenían una ciudad con muros de hierro y puertas de latón; y no pudimos entrar en él, acampamos y lo sitiamos.
6 Y cuando no nos abrieron en veinte días, puse una escalera a la vista de todos y con mi escudo sobre mi cabeza subí, soportando el asalto de piedras, más de tres talentos de peso; y maté a cuatro de sus hombres poderosos.
7 Y Rubén y Gad mataron a otros seis.
8 Luego nos pidieron términos de paz; y después de haber consultado a nuestro padre, los recibimos como afluentes.
9 Y nos dieron quinientos cors de trigo, quinientos baños de aceite, quinientas medidas de vino, hasta la hambruna, cuando bajamos a Egipto.
10 Y después de estas cosas, mi hijo Er tomó por esposa a Tamar, de Mesopotamia, una hija de Aram.
11 Ahora Er era malvado y tenía necesidad de Tamar, porque ella no era de la tierra de Canaán.
12 Y a la tercera noche, un ángel del Señor lo hirió.
13 Y él no la había conocido según la astucia maligna de su madre, porque no deseaba tener hijos con ella.
14 En los días de la fiesta de bodas, le di a Onan en matrimonio; y él también en maldad no la conocía, aunque pasó un año con ella.
15 Y cuando lo amenacé, él se acercó a ella, pero derramó la semilla en el suelo, según el mandato de su madre, y también murió por la maldad.
16 Y yo también quería darle a Sela, pero su madre no lo permitió; porque ella hizo el mal contra Tamar, porque ella no era la hija de Canaán, como ella misma lo era.
17 Y sabía que la raza de los cananeos era perversa, pero el impulso de la juventud me cegó.
18 Y cuando la vi derramando vino, debido a la intoxicación del vino, me engañé y la tomé aunque mi padre no lo había aconsejado.
19 Y mientras yo estaba fuera, ella fue y tomó para Sela una esposa de Canaán.
20 Y cuando supe lo que había hecho, la maldije en la angustia de mi alma.
21 Y ella también murió por su maldad junto con sus hijos.
22 Y después de estas cosas, mientras Tamar era viuda, ella escuchó después de dos años que yo iba a subir para esquilar mis ovejas, y se adornó en un arreglo nupcial, y se sentó en la ciudad de Enaim junto a la puerta.
23 Porque era una ley de los amorreos, que la que estaba a punto de casarse se sentara en fornicación siete días junto a la puerta.
24 Por lo tanto, estando borracho con vino, no la reconocí; y su belleza me engañó, por la moda de su adorno.
25 Y me volví hacia ella y le dije: Déjame entrar a ti.
26 Y ella dijo: ¿Qué me darás? Y le di mi báculo, mi faja y la diadema de mi reino en prenda.
27 Y entré a ella, y ella concibió.
28 Y sin saber lo que había hecho, quise matarla; pero ella en secreto envió mis promesas y me avergonzó.
29 Y cuando la llamé, escuché también las palabras secretas que dije cuando estaba acostada
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ella en mi borrachera; y no pude matarla, porque era del Señor.
30 Porque dije, para que no lo hiciera con sutileza, después de haber recibido la promesa de otra mujer.
31 Pero no volví a acercarme a ella mientras vivía, porque había hecho esta abominación en todo Israel.
32 Además, los que estaban en la ciudad dijeron que no había ramera en la puerta, porque ella vino de otro lugar y se sentó un rato en la puerta.
33 Y pensé que nadie sabía que había ido con ella.
34 Y después de esto llegamos a Egipto a José, a causa del hambre.

35 Y tenía cuarenta y seis años, y setenta y tres años viví en Egipto.